Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 5 de noviembre de 2018

SÓLO LO QUE DAS GRATIS TIENE VALOR

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Puedes hacer excelentes negocios y ganar mucho dinero, fama, prestigio e influencia. E, incluso, tener gran éxito, pero nada de eso te lo puedes llevar a la hora de tu llamada. Allí, en la presencia de Dios sólo te valdrá todo aquello que hayas dado con el corazón y de manera gratuita. Porque, será eso lo que te pagará, por decirlo de alguna manera, Dios.

Todo lo que des en este mundo y, en cambio, recibas su correspondiente valor como moneda de cambio y paga, dejará de servirte para el otro mundo, pues ya has recibido tu recompensa por los servicios prestados. Allá, en ese mundo nuevo para el que Jesús, nuestro Señor, te prepara una mansión no te vale sino lo que hagas en éste de forma gratuita. Así que preparemos para servir por amor y gratuitamente.

Y, como a nadie se le esconde que esta forma de actuar nos cuesta mucho, nos duele y muy pocos lo entienden, tachándonos incluso de bobos e idiotas, suplicamos al Señor que nos fortalezca, nos dé fuerzas y voluntad para que, dejándonos iluminar, con y por el Espíritu Santo, recibamos la sabiduría para despojarnos de todo lo material y especulativo apartando todo tipo de mercantilismo económico que nos pueda seducir y tentar. Para, en su presencia y auxiliado por su Espíritu, actuemos por caridad y gratuitamente.

Porque, Señor, todo lo recibimos de Ti y por tu Gracia y Amor, y de forma gratuita. Y así queremos también darlo y ofrecerlo. Sin ánimo de recibir nada y ofreciéndolo a aquellos que lo necesiten y que no puedan devolvérnoslo. Amén.

domingo, 4 de noviembre de 2018

UN DIOS QUE SE HACE CERCANO

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En apariencias al Dios que no vemos nos parece lejos, pero nos equivocamos porque está a nuestro lado. Si bien lo tenemos en nuestro corazón, también está en el prójimo, y cuantas veces queramos abrazarlo lo hacemos abrazando al prójimo. Está tan cerca que amando al prójimo le amamos a Él y se lo manifestamos testimonialmente.

Por eso, ambos mandamientos convergen en uno solo. Y no podemos separarlos, si bien, el primero es amar a Dios sobre todas las cosas, porque, el segundo, el amor al prójimo como a ti mismo, no podremos realizarlo sin el amor a Dios. De Él recibimos la fortaleza y la Gracia para poder superar todas las adversidades y encontrar las empatías que necesitamos para poder aceptar y amar al prójimo.

No nos es fácil y nos resulta imposible realizar sin la ayuda de la Gracia de Dios y los dones del Espíritu Santo. Por eso, Señor, reconociendo nuestras limitaciones y nuestra pobreza, te imploramos suplicándote que nos infunda esa Gracia necesaria para donde hay sentimientos de venganza, de odio, de animadversión, yo ponga sentimientos de paz, de amor y amistad y justicia.

Sí, el primer mandamiento es amarte a Ti, mi Señor, pero no podré lograr eso sin el amor al prójimo. A ese prójimo antipático, quizás hasta malo que me hace la vida difícil. O a ese excluido, enfermos o marginado que remuerde mi conciencia y altera mi vida. En ambos estás Tú, Señor, y a ambos necesito amarlos yo, Señor. Ayúdame, Dios mío, porque no tengo fuerzas, ni paciencia ni voluntad, ni sé tampoco cómo hacerlo.

Pero, en Ti confío, porque yo quiero responder a tu Amor amando también a mis prójimos. Amén.

sábado, 3 de noviembre de 2018

LETANÍAS DE LA HUMILDAD (del Cardenal Merry del Val)

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-Jesús manso y humilde de Corazón, ...Óyeme.


-Del deseo de ser estimado*,...Líbrame Jesús (se repite)

-Del deseo de ser alabado,

-Del deseo de ser honrado,

-Del deseo de ser aplaudido,

-Del deseo de ser preferido a otros,

-Del deseo de ser consultado,

-Del deseo de ser aceptado,

-Del temor de ser humillado,

-Del temor de ser despreciado,

-Del temor de ser reprendido,

-Del temor de ser calumniado,

-Del temor de ser olvidado,

-Del temor de ser puesto en ridículo,

-Del temor de ser injuriado,

-Del temor de ser juzgado con malicia,

-Que otros sean más estimados que yo,...Jesús dame la gracia de desearlo (se repite)

-Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,

-Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,

-Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,

-Que otros sean preferidos a mí en todo,

-Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,

ORACIÓN

Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.

viernes, 2 de noviembre de 2018

TÚ, SEÑOR, ERES LA VIDA Y NUESTRA ESPERANZA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

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La muerte no es el final y eso enciende nuestra esperanza y nos llena de alegría. Porque, nos ha sido revelado, no por un cualquiera, sino por el Señor, el Hijo de Dios hecho Hombre. Él es la Vida Eterna, porque, muerto en la Cruz ha sido Resucitado para Gloria del Padre.

Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Nosotros, los que seguimos en este mundo y caminamos hacia esas moradas, que Tú reservas para nosotros, confiamos en tu Palabra, porque siempre se cumple desde el principio del mundo hasta tu llegada final. Y en esa esperanza y alegría caminamos y aguardamos tu llegada.

Por eso, hoy, conscientes de nuestras debilidades y tribulaciones te pedimos fortaleza y que sostengas nuestra fe firme y erguida contra todas las dificultades y tropiezos que este mundo nos pone. Te pedimos, Señor, que, apoyados y reconfortados en el testimonio de todos nuestros difuntos, que nos han precedidos, recordemos sus buenas obras y sus sacrificios que nos confortan y nos dan ejemplos. En ellos y unidos en la oración y comunión de los santos, sostenemos nuestra esperanza y fundamentamos nuestra victoria.

Tú, Señor, eres nuestra roca y nuestra fortaleza y tu Palabra nos edifica sobre roca y nos sostiene en la verdad y la esperanza. Aguardamos tu llegada, Señor, y con esa esperanza y alegría nos fortalecemos en Ti para seguir tus pasos. Porque, como dijiste a Tomás, Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. En Ti creemos, Señor, y esperamos tu segunda venida. Amén.

jueves, 1 de noviembre de 2018

LAUDES - SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS -

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HIMNO


Patriarcas que fuisteis la semilla
del árbol de la fe en siglos remotos,
al vencedor divino de la muerte,
rogadle por nosotros.

Profetas que rasgasteis inspirados
del porvenir el velo misterioso,
al que sacó la luz de las tinieblas,
rogadle por nosotros.

Almas cándidas, santos inocentes,
que aumentáis de los ángeles el coro,
al que llamó a los niños a su lado,
rogadle por nosotros.

Apóstoles que echasteis en el mundo
de la Iglesia el cimiento poderoso,
al que es de la verdad depositario,
rogadle por nosotros.

Mártires que ganasteis vuestra palma
en la arena del circo, en sangre rojo,
al que os dio fortaleza en los combates,
rogadle por nosotros.

Vírgenes, semejantes a azucenas
que el verano vistió de nieve y oro,
al que es fuente de vida y hermosura,
rogadle por nosotros.

Monjes que de la vida en el combate
pedisteis paz al claustro silencioso,
al que es iris de calma en las tormentas,
rogadle por nosotros.

Doctores cuyas plumas nos legaron
de virtud y saber rico tesoro,
al que es caudal de ciencia inextinguible,
rogadle por nosotros.

Soldados del ejército de Cristo,
santas y santos todos,
rogadle que perdone nuestras culpas
a aquel que vive y reina entre nosotros. Amén.

miércoles, 31 de octubre de 2018

ESE ES EL CAMINO

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Lo sabemos y lo experimentamos cuando lo vivimos. Todos tenemos experiencias del gozo que sentimos cuando hacemos una buena obra. Todos hemos experimentados la alegría y el regocijo de sentirnos bien, satisfechos y plenos interiormente cuando nuestro corazón nos dice que hemos hecho lo que debíamos hacer. Independientemente del resultado.

Pero, a pesar de esas experiencias nos cuesta comprometernos y molestarnos por ayudar a aquellos que sufren y lo pasan mal. Es una lucha interna que se establece a cada momento en mi interior. Una lucha entre el bien y el mal; entre la comodidad y la diligencia; entre la humildad y la soberbia; entre la caridad y la avaricia; entre la castidad y la lujuria; entre la ira y la templanza; entre el amor y la envidia. Una constante lucha que debemos librar confiados en el Señor y en la asistencia y auxilio del Espíritu Santo.

Una lucha por vivir en su Palabra y en el esfuerzo diario por entrar por la puerta estrecha. Esa puerta del amor de la que nos habla Jesús. Y reconocemos y sabemos lo pequeño y débil que somos y lo mucho que te necesitamos, Señor. Sin Ti nada podemos hacer. Y es eso lo que hoy te pedimos desde este rincón de oración, que nos mantengamos siempre atentos a tu Palabra y en la actitud del constante esfuerzo por vivirla y transmitirla.

Danos, Señor, paciencia y perseverancia, a pesar de nuestros errores y pecados y que nuestras obras no sean lo buenas que deseamos ni den los frutos apetecidos. En tus Manos, Señor, las ponemos. Ayúdanos a soportar los defectos del prójimo y a perfeccionar los nuestros para que no sean carga para los demás. Danos, Señor, la preocupación constante de esforzarnos para entrar por la puerta estrecha que Tú nos señalas, porque detrás de ella está nuestro gozo y nuestra plena felicidad eterna. 

Y, sobre todo, Señor, a escucharte y discernir, a la luz del Espíritu santo, tu Palabra, para conocerla bien y llevarla plenamente a cumplimiento. Amén.

martes, 30 de octubre de 2018

ABONA CON TU GRACIA, SEÑOR, LA SEMILLA DE AMOR QUE HAY EN MI CORAZÓN

Resultado de imagen de Lc 13,18-21
Sé, Señor, que estás dentro de mí y que tu Palabra fertiliza la pobre tierra de mi corazón, pero necesito tu Gracia, esa Agua que la riegue y la fertilice para que produzca buenos frutos. Y Tú, por tu Voluntad e Infinita Misericordia has querido exigirme mi libre voluntad. Me has creado libre y has puesto en mis pequeñas manos la responsabilidad de decidir dejarme fertilizar por tu Amor Infinito.

Y me experimento como esa semilla o levadura pequeña de la que Tú hablas en tu Evangelio de hoy, y que sin tu Gracia no podría crecer. Por eso, Señor, postrado a tus pies te suplico que riegues con tu Gracia la humilde semilla sembrada en mi corazón para que dé los frutos deseados que Tú esperas de mí.

Llena, Señor, el humilde huerto de mi corazón de tu Amor, para que, fertilizado derrame la Gracia y produzca frutos abundantes que extiendan tu Reino por todo el mundo al que alcance su tierra. Un crecimiento que no se ve ni se nota. Un crecimiento que crece en el silencio de cada día y cada noche. Unos frutos que, quizás no veamos, pero que están ahí y que su semilla germinará sin darnos cuenta.

Danos, Señor, paciencia y esperanza para saber esperar y aguardar el tiempo de la cosecha. Danos la fe y la confianza para no desesperar y aguardar serenamente que la semilla crezca, madure y dé buenos frutos. Sabemos de la lentitud y del tiempo que la tierra del hombre necesita para que la semilla eche raíces y dé frutos. En Ti confiamos Señor,