Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 10 de enero de 2019

CAMINANDO EN Y CON EL ESPÍRITU SANTO

Resultado de imagen de Lc 4,14-22
No se puede ir sin el Espíritu Santo. Él es el paráclito que nos defiende, que nos asesora, que nos auxilia y nos fortalece. Por eso, lo recibimos en nuestro bautismo y desde ese momento camina con nosotros. Claro, hay una condición, no se impone ni se exige. Es una decisión libre que tú y yo tenemos que desear y querer y abrirles las puertas de nuestros corazones.

Tremendo error los que lo ignoran, bien sea por desconocimiento o ignorancia. De ahí la necesidad de acercarnos y formarnos. Y la mejor formación es la escucha de la Palabra cada día. Bien, leyéndola o escuchándola en las homilías de las Eucaristías. La reflexión diaria es sumamente necesaria para formarnos y guiarnos orientándonos en el camino a seguir. Pero, no porque la escuchemos o leamos de alguien en particular, bien o medianamente formado, sino porque lo hacemos desde la confianza, la petición y la fe en el Espíritu Santo. A Él nos encomendamos y en sus Manos nos ponemos.

Cada mañana, es vital llamarlo y abrirnos a su acción. Nos lo ha recomendado el mismo Jesús cuando en su Ascensión dijo a los apóstoles: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré - Jn 16, 7 -.

El Consolador al que Jesús se refiere es el Espíritu Santo, que nos consuela, defiende y nos va señalando el camino y todo lo que nos conviene y nos falta por saber. El Espíritu Santo nos da la sabiduría para decir lo que tenemos que decir en los momentos oportunos aunque nosotros no lo percibamos o no nos demos cuenta. 

Es ahora, después de mucho tiempo y haber sucedido muchas cosas en mi vida cuando te das cuenta que en lo ocurrido en aquel momento estaba el Espíritu Santo. Ahora tomas conciencia de que en muchos momentos sucedió aquello porque el Espíritu Santo actuó. El Espíritu de Dios está entre nosotros y será el que nos llevará a la presencia del Padre si nosotros nos ponemos en sus Manos. Pidamos que siempre estemos dispuestos y abiertos a su acción. Amén.

miércoles, 9 de enero de 2019

LA DIFICULTAD, NUESTRA RAZÓN

Resultado de imagen de Mc 6,45-52
¿No nos damos cuenta que somos simple criaturas? ¿Con qué derecho exigimos entender el misterio que nos ha dado la vida? Porque, ¡vivimos!, ¿no? ¿Esa realidad no la discutiremos? Y, ¿entendemos de donde hemos venido?  Hay muchas explicaciones que al final dejan muchos cabos sueltos y nuestra razón, que no es boba, sabe que tiene que haber una causa primera y de una Inteligencia, que tampoco llegamos a entender, que ha originado nuestra vida.

Y se supone que con mucho amor, porque, todos comprendemos, que crear este mundo y sus criaturas para luego hacerlo desaparecer después de miles o millones de años no tiene sentido. Lo lógico es que haya continuidad y tenga un resultado feliz. Al menos con aquellos que se han comportado como manda su corazón. Y todos los corazones, es decir, todos los hombres saben donde está el bien y el mal.

Y Jesús, el mismo que ha multiplicado los panes y los peces, y también camina sobre las aguas. Ambos hechos y realidades contempladas por muchos y, en especial, por los apóstoles, saben que eso obedece a un poder extraordinario y sobrenatural. Las limitaciones humanas de este mundo no pueden ni entenderlos ni realizarlos. Luego, como suspiro espontáneo surge la exclamación: ¿Quién es este al que obedecen el viento y el mar?

Esa es la pregunta que debe cuestionar toda nuestra vida y a la que debemos dedicar el tiempo necesario para darle respuesta. Y eso exige mucha oración y silencio. Y deseos de encontrar respuesta. Por eso, desde nuestra pequeñez y limitación suplicamos al Señor, al que todo se somete, que nos abra el corazón y nos lo llene de luz y sabiduría para, si no entender, sí fiarnos de su Palabra y creer en sus obras. Creer en aquellos que, junto a Él, vieron su poder y experimentaron su Amor. 

Y que también pusieron su fe en sus Manos, porque, de la misma manera que sus discípulos tuvieron que fiarse de Él, también nosotros, a pesar de no verle, tenemos razones, testimonios y testigos que nos dan la posibilidad de fiarnos y creer. Amén.

martes, 8 de enero de 2019

NECESIDADES MATERIALES Y ESPIRITUALES


Resultado de imagen de Mc 6, 34-44
No sólo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios. Esta frase, replica de Jesús a la tentativa del diablo en las tentaciones en el desierto, señala claramente que el hombre se sustenta principalmente de la Palabra de Dios, pero, como naturaleza humana que es necesita también el pan material para sostener la vida corporal.

Y Jesús contempla al hombre en toda su integridad. Cuerpo y espíritu. Son dos realidades a las que el hombre debe atender, pero dando prioridad a la alimentación espiritual sin prescindir ni desatender la material. Porque, el hombre necesita tener el estómago lleno para, luego, poder levantar la mirada y contemplar la Gloria de su Padre Dios, que le alimenta y ha dispuesto lo necesario en este mundo para que goce de lo que realmente necesita.

Sin embargo, el hombre rompe ese equilibrio acaparando, por egoísmo, más de lo que necesita y privando a otros el sustento necesario para sus vidas. Y todo con el afán de poder y someter a su voluntad a los demás. Todo lo contrario a la Voluntad de Dios que, su Hijo, nuestro Señor Jesús, nos enseña, precisamente, en el Evangelio de hoy. Observa al gentío que le busca, quizás con intereses egoístas materiales, pero les atiende y les da el alimento espiritual con sus enseñanzas.

Sin embargo, hay un detalle que me gustaría compartir con todos los que lean esta humilde reflexión. Se trata de escuchar y estar cerca del Señor. Eso nos obliga a seguirle, a estar próximo a Él y, a pesar del riesgo de pasar hambre, estar atento a sus enseñanzas. Pero, sobre todo, sin caer en la negligencia ni el descuido, confiar en su Palabra y en sus cuidados. El Señor sabe de nuestras necesidades materiales. Él nos ha creado y nos proveerá de lo necesario para sostenernos firmes y vivir en su Voluntad.

Pidamos esa Gracia y que aumente nuestra fe en su Palabra. Pidamos, no sólo diciéndolo sino también haciéndolo en el día a día. Es decir, confiemos y dejémonos llevar por la acción del Espíritu Santo que nos auxilia y nos asiste. Amén.

lunes, 7 de enero de 2019

ESCUCHAR LA PALABRA Y VIVIRLA

Resultado de imagen de Mt 4,12-17.23-25
La buena Noticia es la Palabra que nos trae Jesús. Es la Noticia de la salvación, del triunfo de la vida sobre la muerte, porque, la muerte es la mala noticia y la que todos tememos. El ser humano lucha contra la muerte y contra la vejez, porque, hacerse viejo es acercarse a la muerte y la muerte es el fin de la vida. Por eso, el don de la vida es el tesoro más preciado.

Y que nos dice y anuncia el mensaje del nacimiento de Jesús. Pues, precisamente anunciarnos el triunfo de la vida sobre la muerte. Esa es la gran Noticia de salvación. Vencer la muerte y gozar plenamente de la felicidad eterna. Pero, para eso buena Noticia, primero hay que conocerla y tratar de vivirla. Para conocerla tenemos que acercarnos a Jesús y escucharle, y, luego, tratar de obedecerle. Eso es lo que hace Jesús después de saber que Juan está preso. Comienza Él a anunciar el mensaje de salvación y nos invita a convertirnos y a hacer penitencia.

No es fácil iniciar y perseverar en el camino. Amar exige mucho y solos no podremos vencer las exigencias de nuestra naturaleza herida y sometida al pecado. Por naturaleza somos egoístas, ambicioso, vanidosos e inclinados a las apetencias carnales. Nos cuesta vencernos y, para amar hay que renunciar a todas estas inclinaciones que nos lo pone difícil. Convertirse sería darle la vuelta a todo eso y quedarnos con el amor que se da y entrega gratuitamente y pacientemente. Y eso, repito nos resulta muy difícil.

Tan difícil que, por experiencia, sabemos que solos no podemos vencer. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo que hemos recibido en el momento de nuestro bautismo. Y eso nos exige acercarnos a la Palabra del Evangelio y a la oración para permanecer cerca y en contacto con el Señor. Sólo de esa forma iremos logrando esa conversión que necesitamos y que realizaremos poco a poco con el esfuerzo de cada día.

Pidamos con insistencia cada día que no nos falte la Gracia de Dios y que tengamos sabiduría, humildad y voluntad para esforzarnos en ser mejores según la Palabra que nos enseña el camino. Que tu Luz, Jesús, ilumine el mundo, que tu Voz resuene en nuestros corazones, que tú paz llene los corazones, y alcance a toda la tierra tu pregón. Amén.

domingo, 6 de enero de 2019

EPIFANÍA DEL SEÑOR - LAUDES -

Resultado de imagen de Mt 2,1-12


Himno

Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.

sábado, 5 de enero de 2019

NECESITO UN CORAZÓN ARDIENTE EN VERDAD

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El camino que nos prepara Juan el Bautista es un camino previo y necesario para llegar al Señor. No podemos encontrarnos con Jesús sin previamente, primero, encontrarnos con nosotros mismos. Se hace necesario ver la película de nuestra vida y vernos por dentro dándonos cuenta del pecado que habita dentro de nosotros. Un pecado que está implícito en nuestra propia naturaleza caída.

Pero, no podemos adentrarnos en nosotros mismos por nuestra cuenta. Necesitamos ir acompañados, pero no de cualquiera. Ni siquiera de alguien muy preparado. Necesitamos de Aquel que tiene poder para comprendernos, escucharnos y perdonar nuestros pecados. Necesitamos la Misericordia de nuestro Padre Dios. Y eso sólo lo podremos buscar y pedir si somos capaces primero de reconocernos pecadores.

Es entonces cuando, como Natanael, descubrimos la Infinita Misericordia y el Poder de nuestro Padre Dios para perdonarnos nuestros pecados. Y le pedimos que nos dé la sabiduría de darnos cuenta y de conocerle como el Hijo de Dios verdadero. Pidamos esa Gracia, no sólo de creerlo sino de vivirlo, porque hay mucha diferencia de confesarlo pero luego no ir coherentemente nuestra vida con esa confesión.

Pidamos un corazón limpio capaz de descubrir, sin segundas intenciones, la verdad con la claridad de sus acciones y sus intenciones. Así se presentó Natanael delante del Señor a pesar de sus tribulaciones. Y el Señor descubrió la limpieza y honradez de su corazón. Pidamos esa misma actitud para nosotros y tratemos de borrar y desalojar las malas intenciones que nos arrastran a la rebeldía y al rechazo.

Pidamos un corazón limpio y cargada de buenas intenciones para dejarnos acoger por la Bondad del Dios. Pidamos también paciencia para saber esperar ante el silencio de Dios y nunca desesperar. El sabe mejor que nadie qué realmente necesitamos y cuando lo necesitamos. Pongámonos en sus Manos y confiemos en su Misericordia y Amor. Amén.

viernes, 4 de enero de 2019

SALMA 50, MISERICORDIA, DIOS MÍO, POR TU BONDAD


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

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Ant: Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.

Renovaos en la mente y en el espíritu 
y vestíos de la nueva condición humana (Ef 4,23-24)


Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
 
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.