Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 30 de abril de 2019

ABIERTOS A LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU


Imagen relacionadaEse es el camino, estar abierto a la acción del Espíritu Santo. Es verdad que no sabemos de dónde viene ni por dónde va, pero abiertos y disponible a sus acciones y señales significa estar atento a lo que nos proponen y a lo que podamos hacer. Es verdad que es difícil saberlo, pero nuestras mismas capacidades nos pueden alumbrar para responder.

No cabe duda que todos tenemos unos talentos. Unos para una cosa y otros para otras - 1ª Corintio 12, 4-11 - y eso nos puede servir de señal para seguir el camino que el Espíritu nos va señalando. Lo importante es que vayamos notando que el mayor tiempo de nuestra vida lo vamos dedicando a la obra de Dios, o, al menos, a utilizarlo para dar a conocer la Buena Noticia.

Es verdad que mi vida va por debajo de lo que proclamo, pero, por la Gracia de Dios, voy tratando de ajustarla y ponerla al mismo nivel. Sé que no lo logro y que me cuesta mucho, pero esas son las circunstancias que me ayudan a ser humilde y reconocerme pecador. Y a perseverar y mantenerme cerca del Señor, Camino, Verdad y Vida.

Señor, te pido que me des fortaleza y perseverancia para continuar sin desfallecer por ese camino. Un camino que, a pesar de sus exigencias, me va ayudando a tratar de intentar parecerme un poquito más a Ti. Unas veces, siempre por tu Gracia, quizás lo logro un poquito, y otra veces, por mi torpeza, apetencias, egoísmos y pecados, fallo y me alejo de Ti. 

Pero, tanto de una como de otra, Señor, me pongo en tu presencia y te pido que me des la humildad y la mansedumbre que me hagan parecerme cada día más a Ti y acercarme a reflejarte según tu estilo de vida. Amén.

lunes, 29 de abril de 2019

CARACTERÍSTICAS DE JESÚS

Resultado de imagen de Mt 11,25-30
Si te fijas en Jesús descubres que es humilde y sencillo. Un Personaje tan famoso, tan persuasivo con la autoridad, sencilla y humilde, que desprende sus Palabras y con la facilidad que arrastra y atrae a todos los que le escuchan. Un Personaje que no pasa desapercibido y que por donde quiera que vaya llama la atención por su Verdad y por su forma de obrar y de proclamar el bien.

Todos le aclaman y le buscan. Sus obras dejan admirados a todos y su estilo de Vida deja una huella imborrable en el corazón del que le escucha y se abre a su Palabra. Indudablemente, es el Camino, la Verdad y la Vida y todo en Él invita a imitarle, a seguirle.

Su Vida es un ejemplo y un testimonio de agradecimiento al Padre. Su Vida derrocha humildad, sencillez y es un fiel reflejo de todo lo que predica y nos invita a vivir. Es la máxima expresión de la humildad, pues siendo el Señor, nace en una familia humilde y en la discreción máxima de un pesebre en Belén. Son, precisamente, los pastores, los más bajos y casi excluidos de aquella época y sociedad, los que reciben el anuncio. Y sucede así porque otros, suficientes, ricos, poderosos y auto suficientes no se lo creen.

Y, ahora, Resucitado no hace alarde de triunfalismo sino, en el mayor de los silencios, se aparece a los suyos, a los que le esperan y, animándolos y fortaleciéndolos, le invita a proclamar esa Resurrección como esperanza de Salvación para todos los que decidan creer en Él. No les hace ningún alarde de poder ni de fuerza. Ni tampoco les capacita con poder y fuerza para imponerse y obligar. Simplemente, les da el poder de perdonar, amar y hacer el bien a todos los que crean el Él.

Sin lugar a duda, es la Persona que a toda persona de bien, valga la redundancia, nos gustaría imitar. Y eso te pedimos, Señor, la luz, la fortaleza, la Gracia de poder ser cada día más parecido a Ti. Danos, Señor, sabiduría, fortaleza y paz para poder imitarte cada día de nuestra vida y proclamar que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

domingo, 28 de abril de 2019

Y TÚ, ¿CÓMO TE ENCUENTRAS?

Imagen relacionada
Es posible que nos olvidemos de nosotros mirando a los demás. Somos propensos a enjuiciar, opinar y situar el estado de los demás, pero, ¿y nosotros? ¿Cómo estamos nosotros y en que actitud nos situamos frente a el acontecimiento de la Resurrección del Señor? No son fáciles encontrar respuestas para esas preguntas que nos hacemos, pero si se hace necesario buscarlas y responderlas.

¿Cuántas veces hemos pensado e incluso pronunciado esa frase: "Si no lo veo no lo creo". De alguna manera pedimos experiencias de encuentro vivido sobre ese hecho del que se nos pide creer. Y en nuestra situación ahora lo que se nos pide es que creamos en el testimonio de los apóstoles que nos han transmitido a través del Evangelio; en la Palabra que Jesús nos ha dejado y en la Iglesia, que continúa el anuncio de la Buena Noticia.

Es lo que dice Jesús al final del Evangelio de hoy: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído». Se refiere a nosotros, a los que no hemos visto sino que nos fiamos del testimonio escrito de los que han visto, del encuentro en los Sacramentos que recibimos en la Iglesia y de la promesa del Señor que se hace presente en la comunidad. 

Esa es nuestra fe y la que pedimos al Señor que nos aumente cada día para seguir firme el camino que Él nos señala fortalecidos en la comunidad. Sí, junto a Tomás queremos repetir esa frase de confianza, de fe y de abandono en sus Manos:  Señor mío y Dios mío. Porque, aunque no hemos visto tus llagas ni tu costado, sí creemos en tu Resurrección, que se hace presente en nuestras vidas llenándonos de esperanza y de gozo en resucitar el día de nuestra hora en Ti.

Creemos en Ti, Señor, y esperamos confiados en tus palabras:  Dichosos los que no han visto y han creído». Porque, sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Amén.