Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 28 de mayo de 2019

JESÚS SE VA AL PADRE

Resultado de imagen de Jn 16,5-11
Jesús se va al Padre y conviene que eso suceda, porque, así, permanecerá con el Padre y también en nosotros, pues quien guarda su Palabra será amado por el Padre y ambos, Hijo y Padre habitarán en él. Es lo que nos dice Jesús para nuestra tranquilidad. Sabe de nuestras angustia y tristeza porque no entendemos y creemos que se va.

Por eso y para eso, el Padre nos envía el Espíritu Santo, quien nos va a fortalecer, a iluminar, a darnos sabiduría y paz para que guardemos su Palabra y permanezcamos en Él. Gracias, Señor, por estar siempre presente en nuestra vida y por darte como alimento espiritual para que no desfallezcamos ni perdamos el rumbo y el sentido verdadero del camino que nos lleva hacia Ti.

Gracias, Señor, por revelarnos tu Palabra y darnos la fe para abrirnos a ella. Gracias, Señor, por ser elegidos y, sobre todo, cada día soy más consciente de ello, de bendecirnos con la fe y de fiarnos de tu Palabra. Es una Gracia que no merecemos y que nos da dicha y gozo. Te pedimos, Señor, por todos aquellos que, creyéndose inteligente y capacitados, te cierran las puertas de su corazón y no dejan que la Luz del Espíritu Santo les ilumine y les ayude a ver el verdadera camino que conduce a la salvación.

Eres Tú, Señor, el Pan de Vida Eterna que no sostiene y nos llevas hacia el Padre. Gracias, Señor, por el don de la fe y los dones del Espíritu Santo, que nos fortalecen y nos preparan para vivir en tu presencia y guardar tu Palabra. Amén.

lunes, 27 de mayo de 2019

VEN ESPÍRITU SANTO Y LLENA MI CORAZÓN DE TU ESPÍRITU

Resultado de imagen de Jn 15,26—16,4
No estamos solos, eso debe estar muy claro para todo cristiano y discípulo del Señor. Repito, no estamos solos, y no porque yo lo digo y lo repito, sino porque son Palabras del mismo Jesús, el Señor: (Jn 15,26—16,4): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad...

Y es ese mismo Espíritu quien nos dará la fortaleza, la sabiduría y el valor para dar testimonio de la Palabra de Dios. Y eso se ha cumplido por todos los discípulos que han creído en el Señor hasta este momento. Por eso, precisamente, nos ha llegado la Palabra a cada uno de nosotros, y continúa llegando a todos aquellos que se abre a la acción del Espíritu Santo y dejan que actúe en cada uno de ellos.

Hoy, queremos, pedirte, Señor, que nos permitas abrir todo nuestro corazón plenamente a la acción, sabiduría y fortaleza del Espíritu Santo, para que, abandonándonos en sus Manos, seamos capaces de dar testimonio de tu Palabra, no sólo con nuestra boca sino también con nuestra vida. Por eso, confiados a tu venida te decimos: 

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tu fieles,
enciende en nosotros la llama de tu amor, envía, Señor tu Espíritu
 y nuestros corazones serán creados de nuevo.
¡Oh Dios, que iluminas los corazones de tus hijos con la Luz del
Espíritu Santo, haznos dóciles a tu Espíritu, para gustar siempre
el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

domingo, 26 de mayo de 2019

INMERSOS EN EL MUNDO, PERO NO DEL MUNDO

Resultado de imagen de Jn 14,23-29
La realidad que vivimos y que vamos descubriendo nos descubre que nuestro camino está plagado de dificultades y peligros. El mundo no guarda ni está abierto a la Palabra de Dios. Es más, le rechaza y no quiere conocerle. Es decir, no le ama, por lo tanto no guarda su Palabra. De esa manera, para nosotros, que sin ser del mundo vivimos en él nos será difiícil y duro guardar la Palabra revelada y proclamada por Jesús.

Por todo ello, consciente de esas dificultades te pedimos, Señor, que nos ayude a sostenernos en tu Palabra, porque queremos guardarla y hacerla vida en nuestra vida. Para ello, nos abrimos a la acción del Espíritu Santo y nos ponemos en sus Manos. Queremos que Él nos dirija y nos guíe contra corriente por este duro y peligroso camino. Queremos que nos dé fortaleza y sabiduría para luchar y superar todas esas dificultades que el mundo nos va presentado y con las que nos quiere seducir. Confiamos en Él y esperamos que nos vaya revelando y enseñando todo aquello que no entendemos así como lo que hemos olvidado por las distracciones a las que nos somete el mundo.

No encontramos la paz en el mundo. Ni el poder, ni las riquezas, ni la fama ni toda la gloria y el éxito que el mundo puede ofrecerte te dará la paz. Porque, todo eso es caduco y al final te deja vacío y sediento. La sed de triunfo, de poder y de vanagloria no te sacia ni te da la paz. 

Jesús, el Señor, habla de otra paz. De una paz que no se encuentra en el éxito, ni en el poder ni las riquezas. Una paz que sale del corazón y no se altera con lo exterior. Una paz que se mantiene incluso en los momentos de angustia, de dificultades y circunstancias adversas. Y es esa paz, Señor, la que te pedimos y la que queremos mantener en nuestra vida. Porque, es esa paz la que viene de Ti y la que nos enseña el camino que conduce a la Casa de Tu Padre. Amén.