Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 4 de marzo de 2020

INSISTIMOS, SEÑOR: "AUMENTA NUESTRA FE"

Resultado de imagen de Lc 11,29-32 por Fano
De nuevo, Señor, y siguiendo tus propias instrucciones, y aprovechando este tiempo cuaresmal, insistimos en pedirte que aumentes nuestra fe. Una fe que necesitamos conservar, sostener y acrecentar en tu Palabra y en tu Persona, porque, Tú, Señor, nunca nos ha fallado y tu Palabra siempre se ha cumplido. Una fe que nos sostenga vivos, despiertos, vigilantes y atentos a la escucha de tu Palabra.

Una fe que no nos exija pruebas ni signos, pues Tú, Señor, eres el Signo y la Persona que nos alumbra y nos das la luz que necesitamos para creer. Una fe que nos mueva a abandonarnos en tus Manos y permanecer y perseverar abiertos a tu obediencia, sin condiciones sino disponibles a tu Amor y por tu Amor.

Aumenta nuestra fe, Señor, para que, sin titubeos ni vacilaciones sigamos tus pasos con voluntad firme y decidida a pesar de nuestras debilidades, miserias y pecados. Amén.

martes, 3 de marzo de 2020

PADRE DE TODOS

Resultado de imagen de Mt 6,7-15
La oración del Padrenuestro nos une a todos, porque decimos que Dios es Padre de todos. No decimos Padre mío, sino Padre nuestro. Y, aunque lo hagamos en la intimidad, estamos siempre rezando por todos y unidos a todos. Porque, nuestro Padre Dios nos ha creado a todos y, por consiguiente, nos quiere a todos y ha venido a salvarnos a todos. Así que cuando hablamos con Dios nos sentimos hermanos todos.

No cabe ninguna duda que nos cuesta mirar para nuestro propio interior. Vernos interiormente nos resulta duro y no siempre podemos hacerlo, aunque sabemos que lo necesitamos y nos es muy necesario. La oración del Padrenuestro nos ayuda a tener ese encuentro con el Señor y con nosotros mismos. Viene a ser como un espacio breve y sencillo donde, acompañados por la mirada del Padre, podemos vernos interiomente y disponernos a perdnar en la misma medida que también somos perdonados nosotros por el Padre.

Es siempre el Padrenuestro una oración que nos da la oportunidad de pedirle a nuestro Padre fuerza para hacer su Voluntad y no la nuestra; para pedirle el alimento diario y, sobre todo, el alimento del alma que nos da la Viday nos mantiene unido al Señor, Padre nuestro. Y también, la oración del Padrenuestro es la oportunidad para pedirle que fortalezca nuestro espíritu para resistir las duras tentaciones de cada día, que se nos presenta en el desierto de nuestra vida, pero, también, le pedimos para que sepamos evitarlas y alejarnos de ellas.

Gracias, Padre nuestro, por esa hermosa y verdadera oración del Padrenuestro, que me acompaña cada día y me señala el verdadero camino que me lleva al encuentro y unión contigo. Amén.

lunes, 2 de marzo de 2020

OBRAS DE MISERICORDIA POR AMOR A JESÚS

Resultado de imagen de Mt 25,31-46 por Fano
Es de sentido común que si todos nos esforzamos en vivir pendiente de los demás, sobre todo de aquellos más necesitados, todo iría mejor. Y es verdad que si todos tratÁramos de vivir en la verdad y la justicia el mundo iría mejor. A nadie se le esconde que si tratáramos de preocuparnos los unos por los otros habría menos miseria. El mundo sería mejor.

Supongo que eso no se puede negar ni discutir. También es verdad que muchos no merecen que se les ayude y no corresponden a las preocupaciones que se tienen por ellos. Sin embargo, tampoco merecemos nosotros que Dios haya tenido Misericordia de nosotros, sin merecerla, e incluso haya enviado a su Hijo para que diera su Vida por nosotros. Si eso ha hecho Dios con nosotros, pregunto, ¿no tendríamos que hacer lo mismo con los demás aunque no nos correspondan?

Creo que esa forma de actuar nuestra está en relación con el Padrenuestro. Perdonar hasta setenta veces siete incluye el intentar ayudar también setenta veces siete. Ahora, también es verdad que nuestra capacidad no puede con esa misión. Necesitamos la asistencia y el auxilio del Espíritu Santo para poder amar y perdonar si mirar a ser correspondido. Por eso, tenemos que estar unidos al Señor e injertados en el Espíritu Santo, que ya hemos recibido en el bautismo. De ahí la importancia del bautismo.

Pidamos con toda confianza el auxilio del Espíritu Santo para poder ser capaces de cumplir esa misión de amar sin condiciones. Para ser capaces de perseverar y soportar todas esas afrentas y rebeldías que rechazan nuestro desinteresado servicio y amor. Pidamos que tengamos siempre presente que lo hacemos por amor a nuestro Señor, porque, Él ya lo ha hecho y lo sigue haciendo por nosotros. Amén.

domingo, 1 de marzo de 2020

DINERO - PODER - PRESTIGIO

Resultado de imagen de Mt 4,1-11
Quieras o no tu vida es un desierto. Un desierto en el que luchas cada día por encontrar agua. Esa agua en la que tú piensas que está esa felicidad que buscas. Porque, desierto es camino de búsqueda de ese oasis que te dé felicidad, seguridad y gozo pleno. Por eso, caminas y caminas cada día y te levantas y empiezas una nueva jornada que significa lucha y lucha.

Buscas el agua que te dé dinero; el agua que te dé poder y el agua que te dé prestigio. El agua que es signo de vida, de riqueza, de poder y prestigio. Pensamos que es en esa riqueza, poder y prestigio está nuestra felicidad. Ese es nuestro desierto de cada día en el que sufrimos las tentaciones que nos seducen y con las que establecemos una lucha a muerte por resistirnos a entregarnos para perseverar en el seguimiento a Jesús y a su Palabra. Él nos enseña el camino en su vivencia y retiro al desierto.

Y todo eso sucederá en los cuarenta días  con sus respectivas noches que dure nuestra vida., porque eso es lo que significan los cuarentas días y noches, todo nuestro tiempo de lucha para convertirnos y perseverar en el seguimiento y cumplimiento de los mandatos del Señor. Las tentaciones del desierto que padeció y sufrió Jesús son también las nuestras. Todos buscamos y padecemos la tentación del pan material. Nos importanOra mucho los bienes materiales y nos desviamos del camino del desierto interesados en acumular bienes y poseerlos. Y Jesús nos dice: «Está escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’». 
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Pero, también somos tentados por la ambición del poder. Queremos ser poderosos, mandar e imponer nuestros criterios y formas de pensar. Queremos ser los dueños de todo lo que nos rodea y mandar a nuestro capricho y antojo. Queremos el mundo y la respuesta de Jesús es: «Apártate, Satanás, porque está escrito: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a Él darás culto’».

¡Y cuánto nos importa el prestigio! Queremos lucirnos y que todos se enteren de lo que valemos, de que somos el mejor, el perfecto, el elegido, el bueno de la parroquia. Somos también tentados a que vean lo bueno que somos: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: ‘A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna’». Jesús le dijo: «También está escrito: ‘No tentarás al Señor tu Dios’».

Pidamos ser humildes y mansos, y, sobre todo, fiarnos del Señor y se fiel y obediente a su Palabra. Pidamos que cada día, como Él en el desierto, nosotros también podamos salir airosos por obra del Espíritu Santo, de nuestra lucha contra el demonio. Amén.

sábado, 29 de febrero de 2020

GRACIAS, SEÑOR, POR TU MISERICORDIA

Resultado de imagen de Lc 5,27-32
No nos damos cuenta de nuestra miseria y de nuestra pobreza. Quizás sea de lo que tengamos que pedirle al Señor, "darnos cuenta de nuestros pecados y nuestras miserias", porque, no merecemos nada y, a pesar de eso, el Señor nos llama, comparte mesa y mantel con nosotros y nos escucha con compasiva misericordia. ¿Merecemos nosotros eso?

Todo es gratuito y así podemos explicar y llegar a comprender lo que no entendieron aquellos fariseos y escribas del tiempo de Jesús. ¿Cómo es posible que coma con publicano y pecadores? Igual nos ocurre a nosotros ahora. También nos preguntamos por tanta gente pecadora que hay dentro de la Iglesia en la actualidad. Y murmuramos de los presbíteros, de los obispos, de los feligreses y de todos en general. Nos parece que la Iglesia se debe prohibir para los pecadores. ¿Estamos nosotros limpios? Esa es la pregunta que nos interesa y la que debemos hacernos.

Jesús nos responde inmediatamente y muy claro: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores». Y eso debe enseñarnos y movernos a reconocer nuestros pecados, porque, para quedar limpio y alcanzar esa Infinita Misericordia de Dios, que nos regala gratuitamente, debemos reconocer y entregarles nuestros pecados. Pidamos esa Gracia para, como Leví, aceptar su invitación y seguir tras sus pasos con verdadera humildad y arrepentimiento de nuestros pecados. Amén.

viernes, 28 de febrero de 2020

EL VERDADERO AYUNO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Resultado de imagen de iSAÍAS 58




58 El Señor me dijo:
«Grita fuertemente, sin miedo,
alza la voz como una trompeta;
reprende a mi pueblo por sus culpas,
al pueblo de Jacob por sus pecados.
Diariamente me buscan
y están felices de conocer mis caminos,
como si fueran un pueblo que hace el bien
y que no descuida mis leyes;
me piden leyes justas
y se muestran felices de acercarse a mí,
y, sin embargo, dicen:
“¿Para qué ayunar, si Dios no lo ve?
¿Para qué sacrificarnos, si él no se da cuenta?”
El día de ayuno lo dedican ustedes a hacer negocios
y a explotar a sus trabajadores;
el día de ayuno lo pasan en disputas y peleas
y dando golpes criminales con los puños.
Un día de ayuno así, no puede lograr
que yo escuche sus oraciones.
¿Creen que el ayuno que me agrada
consiste en afligirse,
en agachar la cabeza como un junco
y en acostarse con ásperas ropas sobre la ceniza?
¿Eso es lo que ustedes llaman “ayuno”,
y “día agradable al Señor”?
Pues no lo es.
El ayuno que a mí me agrada consiste en esto:
en que rompas las cadenas de la injusticia
y desates los nudos que aprietan el yugo;
en que dejes libres a los oprimidos
y acabes, en fin, con toda tiranía;
en que compartas tu pan con el hambriento
y recibas en tu casa al pobre sin techo;
en que vistas al que no tiene ropa
y no dejes de socorrer a tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como el amanecer
y tus heridas sanarán muy pronto.
Tu rectitud irá delante de ti
y mi gloria te seguirá.
Entonces, si me llamas, yo te responderé;
si gritas pidiendo ayuda, yo te diré: “Aquí estoy.”
Si haces desaparecer toda opresión,
si no insultas a otros
ni les levantas calumnias,
10 si te das a ti mismo en servicio del hambriento,
si ayudas al afligido en su necesidad,
tu luz brillará en la oscuridad,
tus sombras se convertirán en luz de mediodía.
11 Yo te guiaré continuamente,
te daré comida abundante en el desierto,
daré fuerza a tu cuerpo
y serás como un jardín bien regado,
como un manantial al que no le falta el agua.
12 Tu pueblo reconstruirá las viejas ruinas
y afianzará los cimientos puestos hace siglos.
Llamarán a tu pueblo:
“reparador de muros caídos”,
“reconstructor de casa en ruinas”.

jueves, 27 de febrero de 2020

NO SE ENTIENDE EL OLVIDO DE TI MISMO

Resultado de imagen de Lc 9,22-25
En un mundo donde la cultura del yo tiene toda la importancia y donde tú eres lo importante, tu cuerpo y tus apetitos sensitivos. El hombre busca satisfacciones, vivir cómodamente y bien, por lo que todo lo que sea renunciar a esas apetencias son cruces que no asume ni quiere. Aceptar el anuncio de la Buena Noticia, donde hay que sobreponer el servicio y la entrega al servicio de los demás, sobre todo los más pobres y débiles es algo contracorriente y que nos invita a descentralizarnos y negarnos olvidándonos de nosotros mismos.

Y nuestra naturaleza, herida por el pecado, no puede desapegarse de sus propias apetencias. Salir de sí misma es superior a sus propias fuerzas. Necesitamos estar unidos a Cristo para poder, en y por Él, vencernos y renunciar a nuestro propio yo. Ese es nuestro problema, querer hacerlo desde nuestras fuerzas y nuestros criterios. ¿Es qué no nos damos cuenta de nuestra debilidad? ¿Es qué no nos descubrimos pecadores y vencidos por nuestras inclinaciones y apetitos?

Necesitamos abrazar nuestras cruces unidos al Señor y sin Él estamos vencidos. Necesitamos mucha oración para permanecer injertados al Señor y abiertos a la acción del Espíritu Santo porque, sólo desde sus Manos podremos fortalecer nuestra voluntad para vencernos y superar el sacrificio y la lucha de cada día contra nuestra propia naturaleza caída. Pidámosle al Señor esa Gracia y Fortaleza para poder sostenernos y perseverar por el camino de nuestra vida cargando con nuestras cruces. Amén.