![]() |
Gracias por cada instante en que respiro. Gracias por... |
Cada
momento vivido es una oración experimentada y sentida. Porque tu vivir
se hace oración cuando visitas, realizas una buena obra, escuchas,
tratas de servir, de acompañar, de animar, de compartir y de acercarte a
cada uno de tus hermanos. Porque en ellos se encuentra Jesús de muchas
formas: alegre, triste, sufrido, herido, cansado, sediento, hambriento,
necesitado, perdido, enfermo, esclavizado, dependiente, encadenado...
Todo
se hace oración, porque la vida es oración, y la oración se hace vida.
Aprender a orar es aprender a vivir en Xto. Jesús. Y cada instante que
se vive en Él, se hace oración. Y lo que vivimos y hacemos en Él, es
como si lo vivimos y hacemos al Padre, porque quien ve a Jesús, ve al
Padre, y quien cree en Jesús, cree en el Padre.
Unidos digamos:
Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad
aquí en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día, danos el de hoy,
perdónanos nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
más líbranos del mal. Amén.