Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 21 de agosto de 2015

ABIERTOS A TU GRACIA Y AMOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS





Sin Ti, Señor, no contamos para nada, porque tuyo es el Poder y la Gloria. En vano serán todos nuestros esfuerzos si Tú, Señor, no construye nuestra casa. Tú eres el Arquitecto, el único Arquitecto que construye nuestra vida y le da sentido. Por eso eres lo primero que debe primar en nuestro corazón. Todo lo demás, aún siendo necesario, son cosas vanas, caducas y vacías de contenido y sentido.

Danos Señor la Gracia de estar abiertos a tu Gracia y Amor. De no exigir entenderte, porque nuestra miseria no nos lo permite y nuestra capacidad es limitada. De aceptar nuestra pequeñez y humildad, y de postrarnos como tus siervos y esclavos ante tu Gloria y Majestad.

Sabemos que eres bueno y que nos acoge a cualquier hora del día. Abres tu Viña para los de la mañana, pero también para los de las últimas horas de la tarde. Y abres tus puertas a todos los hombres sin ninguna condición, buenos y malos, para que tengan la oportunidad de crecer y ser mejores y buenos. Y nos indicas el Camino, la Verdad y la Vida. Tú eres lo primero.

Y es que sin Ti, Señor, estamos llamados al fracaso y a la perdición. Nuestro amor necesita estar conectado con el Tuyo para que funcione. Tú eres nuestro combustible y nuestro motor, y sin Ti perdemos el rumbo y nuestra vida queda desorientada y perdida.

Te pedimos, Señor, luz y sabiduría para sabernos conducir por los atajos y pedregales de este mundo, y perseverancia para permanecer injertados en Ti, porque sin Ti nada somos.

jueves, 20 de agosto de 2015

GRACIAS SEÑOR POR TU PACIENCIA E INVITACIÓN



Gracias Señor porque me invitas a todas horas. Gracias porque a pesar de encontrarte a la edad temprana, también me esperaste y recibiste cuando perdido regresé a la edad madura y avanzada. Gracias Señor porque indiferente en la plaza de mi vida escuché tu llamada y acudí a tu Viña.

Sé que no merezco esa Gracia, ni tampoco tu Misericordia. Todo es gratuito por tu Amor, y algo que no podré pagar con mis méritos, porque mis méritos son también tuyos, pues de Ti me viene todo, Señor. Tú me sostienes y me das vida, y todo mi aliento viene de tu Gracia y Amor.

Nunca podré decir otra cosa que simplemente gracias, porque, ¿qué sería de mí sin ella? Me has creado, me das y sostienes la vida, y ahora me invitas al Banquete Eterno de tu Hijo Jesús, quien ha dado la Vida para darnos Vida también a todos nosotros. Pero no una vida vulgar y caduca, sino la mismísima Vida Eterna compartiendo el gozo de la felicidad con El.

Nunca nos cansaremos de darte gracias, Señor, porque cada instante de nuestra vida, aunque nos pase inadvertido, se sostiene en Ti. Ocurre que no podemos, ni apreciarlo ni tomar conciencia de la importancia de esos momentos. No estamos preparados para soportar tu Inmensa Presencia. Ya les pasó a Pedro, Juan y Santiago, que quedaron deslumbrados por el resplandor de tu Transfiguración en el Tabor.

Por eso, te pedimos Señor, que nos des la Gracia de descubrirte y de gozar con tu presencia. Y de sentirnos agradecidos por la vida y por tantas cosas que nos parecen nuestras y conseguidas con nuestro trabajo, pero que son en última instancia en regalos de tu Amor. Amén.

miércoles, 19 de agosto de 2015

DAME SEÑOR LA HUMILDAD DE AGRADECER TODO LO RECIBIDO



Suele ocurrir que nunca estamos contentos o, simplemente agradecidos con lo que hemos recibido. No referido al aspecto económico solamente, sino físico, intelectual, afectivo, carácter y... etc. Nos basta echar una mirada al derredor y comprobar los afortunados que somos con respecto a otros, que ya no solo sufren necesidades y carencias, sino que su físico les hace sufrir enfermedad o limitaciones.

Otros, quizás por las circunstancias donde han nacido, padecen conflictos políticos, guerras y hambre, y otros se ven forzados a emigrar y padecer trabajos y explotaciones, y mal remunerados e injustamente tratados. Es la parábola que hoy nos describe Jesús para descubrirnos su Misericordia y su Justicia. Ese es el Amor que Jesús nos enseña y descubre de su Padre. Porque amar es ser justo, misericordioso y vivir en verdad.

Cuando eres capaz, serenamente y reflexionadamente, de contemplar estas diferentes situaciones, tu corazón se abre a la gratitud y aceptación por todo lo que Dios, tu Padre, te ha dado. Cierto que siempre advertimos situaciones de carencias y necesidades, pero las consideramos necesarias y buenas porque ellas nos llevan a la plegaria y a la oración con Dios. Le necesitamos como la cierva busca el manantial de agua fresca. Así nosotros queremos buscarte, Señor, para que sacies nuestra fe.

Gracias Señor por todo lo que hemos recibido de tu Mano generosa;  gracias Señor por tanta vida y tanto amor, y mantenernos la esperanza de salvación intacta y ofrecida por amor. Gracias, Dios mío, porque en Ti encontramos sentido a nuestra vida y esperanza de alcanzar la gloria eterna en tu presencia.

martes, 18 de agosto de 2015

ESCLAVO DE LAS COSAS DE ESTE MUNDO



Sé, Señor, que estoy esclavizado de las cosas de este mundo. El pecado me somete y me esclaviza y me siento incapaz de ser libre y poder elegir. Sí, Tú me has hecho libre, pero mis pecados me esclavizan y mi naturaleza herida se siente inclinada a las tentaciones que este mundo me somete.

Te necesito para poder alcanzar la libertad, la libertad de los hijos de Dios. Esa libertad que Tú me has dado y que experimento encadenada y esclavizada por los apegos y apetencias de este mundo. Necesito alimentar mi libertad con tu Cuerpo, ese Pan de Vida que Tú me has ofrecido para que Viva Eternamente.

Pero te necesito cada día, porque cada día libro una batalla contra las cosas de este mundo y contra el Príncipe de este mundo que trata de tentarnos y alejarnos de Dios. Y ante él estoy perdido porque tiene poder para vencerme. Por eso, Señor, necesito tu Gracia para salir victorioso de esas batallas. Necesito estar unido a Ti y recibirte espiritualmente cada día para, fortalecido en tu Espíritu, ser libre y rechazar todas las tentaciones que el mundo me ofrece.

Danos Señor la libertad y fortaleza para, despojados de las cosas de este mundo, tener como prioridad poner todo mi ser y todos mis bienes en función de tu amor. Y eso significa ponerlo, porque es tu Voluntad, al servicio de los pobres y más necesitado.

Y ese servicio y disponibilidad está muy lejos de mi capacidad y mi fuerzas si no recibo tu Gracia Señor. Por eso acudo a la fuente Eucarística y a la oración de cada día para encontrar la fortaleza y la sabiduría de ser capaz de desprenderme de todo para que, libre y ligero como el viento, seguir tus pasos hasta el Reino de los Cielos. Amén.

lunes, 17 de agosto de 2015

SÓLO TÚ, SEÑOR, ERES BUENO



Nuestra naturaleza es débil y frágil, y pecadora. Nuestro camino es de perfección porque somos seres pecadores y llenos de errores y fracasos. Ocurre que, muchas veces, nuestro orgullo y soberbia nos impide ver más allá de nosotros y ponemos todos nuestros afanes en las cosas de este mundo. Cosas caducas y que no nos dan lo que el ser humano busca: la perfección y la Vida Eterna.

Sólo Tú, Señor, eres bueno y en Ti buscamos esa santidad que nos haga buenos y perfectos. Por eso tratamos y queremos seguirte, para aprender a ser buenos como Tú. No es fácil seguir tus pasos, sobre todo si lo hacemos desde nuestras propias fuerzas e ideas, porque el mundo nos lo impide sobornando nuestra limitada y débil naturaleza. 

Queremos seguirte dejándonos llevar por tu Gracia y abrazando tu Misericordia apoyados en tu Amor. Te rogamos, Señor, Padre Bueno, nos asista en tu Espíritu para poder vencer el mal que nos impide ser buenos como Tú quieres que lo seamos, y que respondamos a tus exigencias de verdadero amor. Porque amar exige preocuparse y servir al prójimo y luchar por un mundo mejor y más justo.

Un mundo que iremos construyendo como Tú, Padre bueno, quieres que sea. Un mundo de justicia, de paz y de amor. Por eso, Señor, te rogamos nos des la fuerza y voluntad de vencer el mal y de ir mejorando, poco a poco, nuestras vidas, y así ir alcanzando ese camino de perfección al que estamos llamados.

Danos, Señor, la Gracia de ir despojándonos de todos esos obstáculos que nos impiden caminar y seguirte. De todos esos obstáculos que el mundo nos brinda: riquezas, bienes, placeres, comodidades, poder...etc., y, no siendo malos, nos apartan de ti y de los hermanos convirtiendo nuestros corazones en corazones egoístas encerrados en sí mismos.

Transfórmanos y danos la sabiduría y capacidad de ser generosos y compartir con los que realmente lo necesitan. Amén.

domingo, 16 de agosto de 2015

DAME SEÑOR HAMBRE Y SED DE TI



Sé que Tú Señor eres el alimento que me das la Vida Eterna, pero, a pesar de saberlo me cuesta seguirte y alimentarme de tu Espíritu bajo la especie de pan y vino. Llevo un largo tiempo haciéndolo, pero no te puedo ocultar que hay días que me cuesta. Y sé que Tú lo sabes, porque a Ti no se te esconde nada.

Y también hay días que experimento la sensación de quitarte pronto del medio. Acudo a misa temprano y siento como que ya estoy liberado de tu visita. No ocurre lo que quiero, gozar de tu presencia y de estar contigo, y, sobre todo, de alimentarme de tu Cuerpo y Sangre. Sabes, Señor, que hay días, dos a la semana, que como tu Cuerpo en la Hostia, empapada con tu Sangre.

Sin embargo, experimento esa sensación de cumplir con esa visita y dejarme ya liberado de tu presencia. No sé si es eso exactamente. Se hace difícil poder explicarse, pero siento algo así. Y sé que Tú lo sabes mejor que yo, Señor. Por eso acudo a Ti, para que abras mi mente y me lo hagas saber, y me des la Gracia de saborear y gozar de tu presencia. 

También te pido al mismo tiempo, Señor, que me aumentes la fe y me des la capacidad de sentir el gozo y la felicidad de estar contigo y en tu presencia. Y de poder transmitir esa paz y alegría que tiene que notarse de estar contigo. Amén.

sábado, 15 de agosto de 2015

ABIERTO SEÑOR A TU GRACIA



Mi pobreza se pone de manifiesto a cada instante de mi vida. Experimento lo indigno que soy de merecer la Gracia y dignidad que Dios me da: Aceptarme como su hijo y hacerme coheredero de su gloria en su Hijo Jesús, es Gracia Infinita que no merezco ni nunca por mis méritos podré merecer.

Ante este inmenso regalo, mi humilde y pequeña alma se postra ante el Señor, se humilla y haciéndome esclavo se somete y, salvando la distancia con su Madre María, a su Voluntad. Eso es lo que ansío y quiero. Me tranquiliza el saber que Tú, Señor, me conoces y sabes lo que hay dentro de mi corazón. 

Esa es mi voluntad, aunque débil y frágil, fracasa y deja mucho que desear. Me anima y da esperanza tu Amor y Misericordia, y la promesa de tu presencia que me conforta y fortalece.

Llena Señor mi vida de tu Gracia, y dame la luz necesaria para que, fortalecida mi libertad y voluntad, pueda realmente ser tu esclavo, y a ejemplo de tu Madre, María, servirte  y hacer tu Voluntad. Amén.