Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 21 de enero de 2016

LE SEGUÍA MUCHA GENTE



Jesús despertaba curiosidad por donde quiera que pasaba. Su fama era grande, porque curaba a todos aquellos que se le acercaban. Una primera observación nos hace descubrir que el motivo del acercamiento a Jesús, no es su Palabra y el contenido de la misma, sino la inmediatez de ser curado. 

No podemos imaginarnos a un Jesús que no cure ni expulse demonios, porque, de no hacerlo, posiblemente no se le acercaría tanta gente. Por lo tanto, el Poder de Jesús es necesario para atraer a la gente y para demostrar su Divinidad de Hijo de Dios. Y con esa finalidad hace esos milagros, porque, nosotros, los hombres y mujeres, valoramos el poder, el milagro, el misterio y la fuerza. Y Jesús, el Señor, lo puede todo.

Pero sería muy fácil presentarse como el todo poderoso y conquistar el mundo en dos días. Jesús elige un camino diferente, todo lo contrario. Un camino sencillo, de pobreza y humildad. Y, enérgicamente pide que no se le descubra, porque así quiere presentarse entre nosotros. Es el Dios del amor, que se ofrece a todos en servicio y caridad. Por eso atiende y cura a todos los que se le acercan, pero quiere que creamos en Él aunque eso no suceda.

Y demostrada su Divinidad, por su Amor y Misericordia, pero, sobre todo, por su Resurrección. Jesús nos pide que le demos nuestros pecados, creamos en Él y confiemos en su Amor Misericordioso a pesar de que nuestra vida tenga que pasar por la cruz del sacrificio, de la enfermedad y de la muerte. Él ha dado su Vida por cada uno de nosotros, y nos ha revelado con su proclamación su Divinidad, Hijo del Padre. Nos pide ahora que, sin más, todo ha sido ya consumado, le demos nuestra confianza y nuestra fe.

Y eso te pedimos, Señor Jesús. Danos la Gracia de sabernos amados, perdonados y acompañados por tu Espíritu, y en Él, guiados por el buen camino podamos encontrar la salvación en tu Palabra y tu Misericordia. Danos la sabiduría para buscarte y seguirte, no sólo por el pan, sino por tu Palabra de salvación. Amén.

miércoles, 20 de enero de 2016

TAMBIÉN YO MIENTO



Reflexionando sobre este pasaje del Evangelio, tengo que confesar, Señor, que también yo miento. Miento cuando rezo, porque a veces me descubro rezando sin saber ni sentir lo que digo. Porque a veces me descubro que lo hago por rutina o por mero cumplimiento. Porque a veces lo hago por satisfacción personal, y con un resquemor de quitarme de encima esa obligación voluntaria que he contraído.

Me siento mal muchas veces cuando rezo. Yo quisiera sentir de otra forma, y experimentar gozo y paz cuando rezo y hablo contigo, Señor. Al menos, descubro que es una Gracia tuya, y te la pido en este rincón de oración. Quizás sea este el mejor momento y espacio donde rezo mejor. Porque aunque mis palabras se escapen de mis dedos, quedan reflejadas y escritas, y sirven de ánimo y aliento para otros que las meditan y reflexionan.

Pero, también descubro que bullen de mis pensamientos ligeras a la velocidad de mis dedos que pulsan las teclas que las imprimen en el espacio virtual de mi humilde blog. Me pregunto, ¿de dónde salen? Porque mi pobre mente no da lugar a pensarlas ni a escribirla. Todo sucede en breves segundos, de tal forma que, luego, soy yo el más sorprendido de reconocer que eso ha salido de mí. ¿Diriges Tú, Señor, mi oración? ¿Eres Tú quien escribes, a través de mí? Realmente no lo sé, pero me gustaría que así sucediera y que me respondiera a eso.

De todas formas, lo más importante es que eso que brota de mi corazón tan rápido, que no lo puedo parar ni contener, ni siquiera tengo tiempo para pensarlo, sean los frutos de mi vida y el resultado de mis torpes y despistadas oraciones que Tú, Señor, por tu Amor y Misericordia, conviertes en frutos buenos y cosecha abundante.

Si es así, Señor, bendito tu santo Nombre y, por tu Amor y Misericordia, bendice y perdona a este pobre siervo tuyo, que quiere seguirte, responderte y vivir en tu Palabra y Verdad, a pesar de su pobreza, limitaciones y mentiras en las que cae cada día. Amén.

martes, 19 de enero de 2016

COSTUMBRES Y LEYES



Nos resistimos a cambiar nuestras costumbres, y las hacemos ley, cuando nos benefician y satisfacen todos nuestros egoísmos. Entonces nos cuesta cambiarla, y de vernos obligados a ellos, luchamos y nos oponemos para seguir disfrutando de sus beneficios en perjuicios de otros que se ven excluidos y negados a ello.

Eso fue lo que vivió Jesús aquel sábado que cruzaba unos sembrados. Vió que sus discípulos, al tener hambre, infringían la ley del sábado. Una ley que no cumplía con el objetivo de tener al hombre como el principal benefactor de su cumplimiento. Y hacía al hombre siervo del sábado.

La realidad es que eso no pega ni con cola en nuestra época. Quizás en la de Jesús era normal. Los fariseos de su tiempo habían procurado poner las leyes pensando en ellos primero, antes que en el pueblo, y así lo organizaban todo, de modo que fuera normal y lógico para todos. ¿Ocurre eso en leyes de nuestro tiempo? Una podría ser el aborto, matar a niños en el vientre de sus madres, que ya parece algo lógico y normal entre los ciudadanos de la sociedad. Porque de no ser así, ¿cómo se aprueba la ley del aborto?

Seguro que Jesús la está denunciando a través de aquellas voces que defienden y proclaman la vida. Como lo hizo con aquella ley del sábado que, en el Evangelio de hoy, nos ocupa. Toda ley está en función del bien y para el servicio del hombre. La vida es un valor superior a toda ley, y la subsistencia, problema aquel de los discípulos de Jesús, también. Por lo tanto, el sábado en función del hombre.

Gracias, Señor, por darnos la sabiduría de pensar como Tú piensas, y entender que debemos defender esa ley de poner todo para bien del hombre. Es la Ley que Tú has clavado en nuestros corazones, y que nos das la sabiduría para descubrirla y poder proclamarla para el bien y beneficio de todos los hombres.

Te pedimos la fuerza y el valor necesario para, iluminados por el Espíritu Santo, e injertados en su mismo Espíritu, nos dejemos llevar por su acción para proclamar y defender, de palabra y vida, tu Voluntad, que no es otra sino la de buscar el bien y salvación de todos los hombres. Amén.

lunes, 18 de enero de 2016

VIDA NUEVA, CORAZÓN NUEVO



Ver las cosas de otra forma no es cosa fácil. Quizás creas que se puede cambiar con cierta facilidad, pero a la hora de llevarla a cabo nos encontramos con dificultades. Un corazón no se transforma de manera fácil, pues apegado y habituado a su forma de pensar y actuar, hacerlo de forma diferente, le cuesta.

Las costumbres se hacen leyes, y eso no es del todo bueno. Porque muchas costumbres, adoptadas en el tiempo, descubrimos que no valen para otros. La experiencia nos lo descubre claramente cuando advertimos que muchas cosas que ahora hacemos con normalidad, en tiempos de nuestros padres eran prohibitivas, y, de infringirlas, arruinabas tu vida.

También nos toca a nosotros discernir lo que quiere decirnos Jesús. Cuando estamos en una fiesta, no es cuestión de pensar en el ayuno. Si bien, es verdad que, terminada esta, empezamos de nuevo la dieta. La vida es un camino de equilibrio, donde se dan excesos, pero también defectos. Lo importante es el criterio del amor. Cuando se ama, se busca el bien, aunque ese bien exija en ese momento renuncia, sacrificio y ayuno o privación.

Ahí debe estar el equilibrio. Una nueva forma de ver la vida. Y eso es lo que te pedimos hoy, Señor. Enséñanos a ver la vida como Tú nos la has enseñado. Danos la sabiduría de entender y de avanzar en crecer en perfección. Buscar lo nuevo, no lo acostumbrado y legislado, porque los tiempos cambia según cambia el corazón del hombre.

Danos un corazón nuevo que renueve toda nuestra vida, para saber amar renunciando a todo aquello que nos impide hacerlo tal y como Tú, Señor, nos ama. Ese es el sentido del verdadero ayuno que Tú quieres indicarnos. No un ayuno de normas establecidas, sino un ayuno que nace en el corazón que ama y se da a los demás.

domingo, 17 de enero de 2016

LLENA MIS TINAJAS, SEÑOR, DEL BUEN VINO DEL AMOR



Posiblemente nos quedamos pasmados ante la forma de actuar de Jesús. Porque, Jesús, no sólo habla, sino que actúa, y lo hace, siempre haciendo el bien. Jesús, el Señor, busca el bien del hombre, porque ha venido a salvarlo. No puede, ni desear, ni hacer nada que pueda perjudicar al hombre.

En esta ocasión, invitado con su Madre y discípulos, a una boda, sugerido por María, su Madre, es empujado a descubrirse públicamente y dar comienzo la proclamación del Reino de Dios. Termina diciendo el Evangelio: Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos.  Después bajó a Cafarnaúm con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.

También nosotros creemos en Jesús, porque su Palabra tiene siempre cumplimiento. Vive y hace lo que predica. Su Vida tiene coherencia con su Palabra, y eso le distingue con una autoridad nunca vista. Él llena las tinajas de agua con vino, pero no un vino cualquiera, sino un vino excelente. Llena, ahora, Señor, las tinajas de mi vida con el buen vino del amor.

Posiblemente estén llenas ya, pero mis ojos, cerrado y vendados por las luces y las tentaciones de este mundo, no ven lo que hay en ellas. Transforma, Señor, mi vida y hazme descubrir todas las cosas buenas que Tú has puesto en ella. Porque, Tú, sólo haces cosas bellas y buenas, pero mis torpes ojos no las ven ni las emplean para hacer bien.

Dame la Gracia, Señor, de saber catar y oler el buen vino del que has llenado mi vida, y de saber emplearlo para que los demás lo puedan saborear. Dame la sabiduría de poder ofrecerlo a todos aquellos que deseen embriagarse de tu buen sabor y de tu amor. 

! Señor, transforma nuestras vidas de agua en buen vino! Amén.

sábado, 16 de enero de 2016

MISERICORDIA, SEÑOR, MISERICORDIA



Posiblemente, muchos experimentemos esa tentación de superioridad de creernos mejores que otros. La diferencia de clases siempre ha estado presente en la vida del hombre. Algunas épocas más acentuadas que otras, pero siempre presente. ¿Pensamos que somos más importantes por proclamarte, por ayudar a los demás a encontrarte o por hacer obras buenas?

Es qué, ¿acaso no estoy pagado con la salvación eterna? ¿Acaso la vida no vale suficiente? Y, ¿por qué razón, el Señor, me tiene que pagar? ¿Acaso me debe algo? ¿No me ha sido regalado todo lo que soy y tengo?

Perdóname, Señor, y ten piedad de mí. Me postro a tus pies y acepto tus silencios, tus tardanzas, tus paciencias, tu voluntad y todo lo que Tú quieras hacer. Incluso, tus ausencias y aparentes indiferencias. Porque, sí, Señor. Tú nada malo puedes hacer, ni tampoco hacerme. Tú eres Amor Eterno, y no puedes dejar de Amar y salvar a los hombres.

Me has creado por Amor, para amar. Dame esa capacidad, sabiduría, paciencia, fuerza, equilibrio y fe para sentirme parte de tu Amor, y con deseos y ganas de amarte, haciéndolo en los hombres y mujeres de mi tiempo. Dame la necesaria humildad de sentirme agradecido y pequeño para servir. Amén.

viernes, 15 de enero de 2016

PRIMERO, SEÑOR, LA SALUD DE MI ALMA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS 




Nuestra naturaleza humana nos exige salud. Somos seres humanos que necesitan salud para vivir y sentirse vivos. La felicidad pasa por tener salud, y eso demanda estar sano y bien. Por eso, lo primero es buena salud, y, por lo tanto, es lo que buscamos con prioridad. Nos resulta más remoto y secundario la salud del alma, porque el sufrimiento del alma no parece tan insoportable como el del cuerpo.

Y digo no parece, porque a la larga, la salud no resulta ser lo mejor, pues teniendo salud, pero el alma enferma, no nos sentiremos en paz ni bien. Entonces comprendemos que necesitamos ambas cosas, salud corporal y espiritual.

Pero, también descubrimos que la salud corporal es caduca. Sabemos, sin lugar a discusión, que un día nuestro cuerpo morirá. Bien corrompido por la enfermedad, o por otros motivos accidentales. El resultado es que, de una u otra forma, morirá. Y eso le quita mucho valor, porque nuestra máxima aspiración es la vida eterna. Por lo tanto, el alma cobra un nuevo sentido y un valor infinito. Lo que importa es salvar el alma, porque salvando el alma, también vivirá el cuerpo.

Eso es lo que nos dice Jesús, resucitaremos con un cuerpo glorioso como Él lo hizo. Y nos basta su Palabra, porque en Él confiamos. No entendemos nada, pero es que no lo podremos entender nunca, porque somos criaturas y Dios nuestro Creador. Por eso, nos basta su Palabra.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des la sabiduría de, aún buscando la salud del cuerpo, cuidemos y busquemos primero la salud del alma. Esa alma que Tú nos has dado y nos promete salvar confiando en tu Palabra y esforzándonos en vivir en tu Amor, tal y como Tú nos indica y señalas. Porque tu Amor y Misericordia es Infinita. Amén.