Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 21 de junio de 2017

LA INTENCIÓN SE ESCONDE EN EL CORAZÓN

Hoy, Señor, te pedimos que nos transformes nuestro corazón en un corazón puro y bien intencionado. Sabemos que, muchas veces, incluso de forma inconsciente, hacemos las cosas para ser visto. E incluso para que se nos reconozcan nuestros méritos. Lo descubrimos en nuestros deseos de ser alabados y considerados. Y lo reconocemos, porque es inherente con nuestra condición humana, y no nos libramos de experimentar y sentir esa tentación de que nos miren y nos rindan alabanzas y honores.

Por eso, Señor, consciente de nuestros pecados, te pedimos hoy que nos liberes de esas tentaciones y nos cambie nuestro corazón. Danos un corazón limpio, bien intencionado y que no busque alabanzas, méritos y honores. Un corazón que actúe por amor y de forma desinteresada. Un corazón que no busque honores ni premios, ni tampoco recompensas o favores. Un corazón abandonado en Ti y escondido en Ti, Señor.

Tratemos de ser generosos y dados en lo oculto, o, al menos, con esa buena intención de no aprovecharnos para ser visto y destacados. Observamos que en los grupos y comunidades destacamos y tratamos de ser generosos, y, por el contrario, en la soledad o cuando no somos observados nos retraemos. Y eso, al menos en mi humilde opinión, no debe retrotraernos ni desanimarnos. Al contrario, debemos reconocerlo y pedirle al Señor que nuestros actos sean cada vez más puros, más desinteresados, más por amor y para Gloria del Señor, y no pensando en nosotros.

Y sucede que algunas veces ocurrirá delante de la multitud, y otras veces donde sólo estás tú y el otro.  O rezarás en la celebración litúrgica o en el silencio y soledad de la capilla. Lo importante y verdadero debe ser que, hagas lo que hagas, tu publico debe ser Dios. Y eso es lo que debe interesarnos. Dios nos ves las veinticuatro horas de cada día, y sabe de nuestras verdaderas intenciones. Por eso, no tratemos de engañarnos creyendo que podemos engañarle. Sólo nos engañaremos nosotros, que recibiremos nuestra recompensa y ya no podremos ser recompensados por nuestro Padre Dios. Y esa es la única y válida recompensa que interesa. Amén.

martes, 20 de junio de 2017

SÓLO EN EL ESPÍRITU SANTO

No nos empeñemos en buscar caminos, métodos, hábitos y cientos de estrategias y medidas para lograr amar, no sólo a los familiares y amigos, sino también a los enemigos. No podemos descartar que todo puede ayudar. Y buenas costumbres, ambientes y métodos o estrategias nos pueden servir de eficaz ayuda para capacitarnos en amar a todos. En especial a los enemigos.

Pero, lo único y principal es permanecer injertado en el Espíritu Santo. Él ha venido para acompañarnos en nuestro camino de cumplir la Voluntad de Dios. Y esa Voluntad no es otra que la de amar. Amar, sobre todo, a los enemigos. Por lo tanto, no emprendamos nada sin su concurso y siempre dejándonos llevar por su ritmo y su dirección. Pidamos su auxilio y su eficacia; pidamos sus dones: sabiduría, entendimiento, consejo,  inteligencia, ciencia, piedad y temor de Dios. 

Pidamos abrirnos a su acción y seguir sus impulsos. No es fácil y muchas veces no entendemos su Voluntad, e incluso nos parece contraria a nuestros deseos y proyectos. No es fácil. La historia nos dice que muchos no le reconocieron de entrada y siguieron otro camino, aunque después se avinieron a sus mandatos. Porque, siempre será lo mejor para nosotros.

Por eso, ahora, desde este rincón y unidos en oración, nos unimos espiritualmente para pedirle todos juntos y a una sola voz, que nos dé la sabiduría y la fortaleza para no apartarnos de Él y seguir sus indicaciones. Aunque nos parezcan duras y no entendamos. Danos, Señor, serenidad y paciencia para saber esperar y aguardar perseverantes tus mandatos y llevarlos a su cumplimiento. Amén.

lunes, 19 de junio de 2017

HABLANDO CON LA VERDAD

El que la hace la paga. Ese aforismo, limitando sus efectos con la ley del "ojo por ojo y diente por diente", llamada la ley del talión, fue un adelanto muy importante en un momento de la humanidad, pues limitaba la venganza en proporción al daño recibido. Pero, dejaba siempre la puerta abierta a continuar el odio y la lucha. La venganza, aunque sea proporcional, no deja de ser venganza y suscitar odio, rencor y lucha.

Sólo el amor, que Jesús propone, es el arma necesaria para convertir el odio y la venganza en acto de reconciliación, de justicia y de paz. Es eso, Padre del Cielo, por los méritos de tu Hijo predilecto y amado, nuestro Señor Jesús, lo que queremos pedirte este hermoso día, después de celebrar ayer, las solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre con el que nos ha bendecido y fortalecido.

Te damos gracia, Señor Padre nuestro, porque nos has dado en tu Hijo Jesús y nuestro Señor, el alimento espiritual que nos sostiene, nos fortalece, nos llena de paz y valentía para darnos en amor y paz. Y nunca corresponder a los improperios y actos violentos con los que somos atacados y provocados. 

Aprovechamos, Señor, para, uniéndonos todos con una misma oración, pedirte por nuestros hermanos perseguidos en Pakistán y otros lugares. Por muchas familias que, por su fe, son atacados, divididos y amenazados de muerte. Te pedimos, Padre del Cielo, que, por los méritos de tu Hijo Jesús, les llenes de fortaleza, valentía y paciencia para soportar con entereza y alegría todos esos momentos difíciles que la vida les presenta, y que puedan superarlos. 

También, Padre Bueno, te pedimos que se logre la paz y la fraternidad, para que, auxiliados por el Espíritu Santo, encuentren el camino que les devuelva al Camino, a la Verdad y a la Vida. Amén.

domingo, 18 de junio de 2017

SEÑOR, TÚ ERES PAN DE VIDA ETERNA

Nos empeñamos en buscar la felicidad, y en ser eternos. Esos son los sentimientos que viven en nuestro corazón. Queremos ser felices y que esa felicidad sea eterna. Sin embargo, en nuestra experiencia vital vamos descubriendo y experimentando que este mundo no nos da esa felicidad eterna. Lo más que logramos es satisfacer nuestras apetencias y placeres, pero, como mismo empiezan, terminan. Todo es caduco y nos deja insatisfechos.

Y nosotros buscamos algo perpetuo, eterno y pleno en gozo y felicidad eterna. Y descubrimos a lo largo de nuestro camino que eso en este mundo no se encuentra. El pan material no nos da la vida eterna ni tampoco la felicidad. Incluso, la felicidad temporal en este mundo, Nos engañamos cuando decimos que somos felices, pues en cualquier momento nuestra felicidad se ve interrumpida y acabada.

Somos seres transcendentes y aspiramos vivir eternamente. Y esa vida eterna el mundo no nos la da. Por eso, recurrimos a Ti, Señor, para que nos des esa vida eterna que tanto queremos y deseamos. Tú eres el pan que nos alimenta y que nos promete vida eterna: «El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».

Está claro, Jesús es la Fuente da Agua viva, y quien como su Carne y bebe su Sangre vivirá  eternamente, No hay otra alternativa. Crees o no, y no hay otra alternativa. Te confías en el Señor o te resignas a vivir mediocramente hatsa que llegue tu hora y, alejado de Él, pierdes tu vida.

Pidamos esa Gracia al Señor, para que sepamos entender su propuesta y, fiándonos de su Palabra sepamos responder y vivir según sus mandatos. Amén.

sábado, 17 de junio de 2017

PALABRA Y CONFIANZA

Hay mucha gente que no gozan de confianza. Es posible que su vida y sus actos no respondan a sus palabras, y, por mucho que juren, no le dan crédito a sus palabras. Poner a Dios o al Cielo por testigos no hace sino estropear más su credibilidad. Sobre todo si su palabra carece de verdad. Será una falta tratar de jurar apoyando tu palabra en la de Dios o en el Cielo. ¿Quién has pensado que eres para pedir el respaldo y crédito de Dios a tu palabra? Está fuera de sentido tratar de poner a Dios por testigo.

Y es que resulta que no se puede vivir de una manera y actuar de otra. Cuando la palabra no casa con la vida, se supone que algo falla. Y eso ocasiona que se pierde la credibilidad. Y hasta la dignidad. Porque, si se vive en la mentira, tu palabra pierde crédito. Menos aún si te atreves a jurar poniendo a Dios por testigo.

Por eso, desde este humilde rincón de oración, pedimos perdón por nuestras mentiras o por nuestros fracasos y medias verdades. Pedimos perdón por nuestras debilidades, inseguridades, ignorancias y, también, por nuestras incoherencias. Y pedimos que nuestros labios hablen en verdad. Siempre apoyados en la verdad que descansa en nuestro Señor Jesús, pues sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

Danos, Señor, la sabiduría, la fortaleza, la coherencia y la valentía de estar siempre en la verdad, y no tener necesidad ni la tentación de usar tu Nombre para ponerlo por testigo y juramento a lo que nuestros pecadores labios hablan y dicen. Danos, Señor, la paciencia y la templanza de, llenos de paz y confianza, responder siempre como Tú nos indica: sí, sí, o, no, no.

viernes, 16 de junio de 2017

PRUEBAS DE FUEGO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA

No es fácil luchar contra tu propia naturaleza. Los animales no se resisten y actúan por sus instintos, cuando estos le incitan, pero el hombre se distingue por su racionalidad y control de sí mismo. Sin embargo, y la realidad lo certifica, muchos pierden su control y llega a ser esclavos de sus instintos cometiendo actos sádicos y pederastas que los convierten en bestias sin control.

Y no parece fácil, pues a pesar de las condenas y riesgos penales, se suceden casos con frecuencia. Incluso hasta dentro de la propia Iglesia. Es una lucha constante contra nuestra propia naturaleza, masculina y femenina, capitaneada por el diablo que la utiliza para tentarnos y someternos. Por eso, la necesidad de la frecuente reflexión de la Palabra, de la oración y la Eucaristía si se puede. 

La lucha es a cada instante, y el peligro es constante. Pero, también, en la medida que nuestro esfuerzo va y está unido al de Cristo, nuestra fortaleza va acrecentándose y nuestro equilibrio y dominio es más sólido y fuerte. El Señor sabe de tus limitaciones y debilidades, y te protege. Sobre todo si tú se lo pides y muestras tu compromiso con tu esfuerzo y tu lucha desde tu fuerzas. El Señor no te dejará desguarnecido y a merced del enemigo.

Por eso nos lo dice, y nos invita a pedir y a insistir. Y por eso nos envía el Defensor y Consejero, el Espíritu Santo. Tengamos confianza y pidamos, sin parar, que seamos fuertes, templados y dispuestos a la lucha de cada día. No desesperemos, y sepamos que, en cada instante de lucha y de esfuerzo estamos cumpliendo la Voluntad de Dios. Al menos, lo estamos intentando. Y recibiremos la Gracia que nos ayudará y nos dará la fuerza para vencer la tentación.

Danos, Señor, esa constancia y perseverancia, y esa sabiduría de saber discernir donde está el verdadero tesoro y la plena felicidad, para que, teniendo clara y firme nuestra camino y meta, no defallezcamos seducidos y tentados por nuestros vicios caducos y perecederos. Amén.

jueves, 15 de junio de 2017

DENTRO DE TI ESTÁ TU LEY

El hombre sabe lo que está bien o mal. Hay algo dentro de su corazón que le indica qué hace mal o qué hace bien. Sin embargo, hay situaciones que quizás desconoce y que cegado por su ambición y egoísmo distorsiona la realidad y la acomoda a sus intereses y beneficios. Entonces la Ley escrita le delata y también le descubre sus malas intenciones.

No cabe ninguna duda que la Ley escrita no tiene la última palabra. Hay muchas circunstancias y situaciones que rodean al acto del hombre, y que, a veces, le eximen de toda responsabilidad. La ignorancia o la buena intención, que en ciertos casos se ve torcida o desviada involuntariamente a una mala acción, justifica y absuelve de toda culpa. Por eso, necesitamos tener mucha paciencia e ir más allá de la letra escrita y llegar a lo profundo del corazón humano para juzgar ante la ley.

El Señor nos lo advierte y nos lo enseña: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos». Y nosotros, Señor, queremos entrar y estar contigo. Por eso te pedimos en este humilde rincón de oración, juntos y unidos a todos los blogueros con el Papa y a todos los hombres de buena voluntad, que creen en Ti, que nos transformes nuestros corazones. Y, también te pedimos, que nos hagas hombres que practiquen una justicia, que no se quede sólo en la letra, sino que vaya más allá hasta el fondo de nuestro corazón.

En esa confianza, sabiendo que, tu Padre Bueno, nos conoces y sabes de nuestras limitaciones y pecados, te damos las gracias. Y nos presentamos ante Ti, tal y como Tú quieres. Tal y como somos, reconociéndonos pecadores y llenos de miserias. Pero con la esperanza de saber que Tú nos quieres, y nos quieres para transformarnos nuestros corazones hasta el punto de vivir en la justicia de la misericordia que Tú, Padre del Cielo, tienes con cada uno de nosotros. Amén.