Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 11 de julio de 2017

EL MUNDO TIRA MUCHO


No es nada fácil renunciar a las suculentas ofertas con las que el mundo nos tienta. Nuestra condición humana, herida por el pecado está sometida y esclavizada a las pasiones y apetencias de este mundo. Sentimos hambre y sed, y nos cuesta mucho librarnos de la carne para vivir centrados en lo espiritual. No sólo de pan vive el hombre, nos dijo Jesús cuando fue tentado en el desierto.

El mundo tira mucho, y sin la ayuda del Espíritu Santo nos es imposible luchar y vencer sus seducciones. Es por eso, Señor, por lo que abrimos nuestros corazones a tu Palabra suplicando tu Gracia, para fortalecidos e iluminados podamos someter y vencer las tentaciones de este mundo. Danos la sabiduría de ponerte en el centro de nuestras vidas y de experimentar ya el ciento por uno de tu Amor. De tal forma, que nos sintamos ya satisfechos al experimentarnos llenos de tu Gracia y en tu presencia eternamente. 

Señor, nos sentimos débiles y pecadores, y tememos que el poder del Maligno nos venza. Danos la fortaleza de salir airoso y triunfante frente a sus amenazas. Señor, despiértanos y llámanos. Sácanos de nuestro mundo seductor, para que no nos inventemos mas historias que justifiquen nuestras actitudes pasivas e instaladas. Que abramos nuestras almas a las necesidades que otros tienen y que necesitan aliento y esperanzas.

Danos la voluntad y sabiduría de saber acudir en ayuda a otros seres humanos que nos necesitan casi tanto como nosotros a ellos. Porque son ellos los que nos dan la oportunidad de corresponder a ese Amor, Señor, que Tú nos das. Y nos posibilitan poder hablar de Ti y mostrarle el Amor que Tú les tienes con nuestros ejemplos y testimonios.

Danos, Señor, la oportunidad de ser capaces de mostrarles ese Padre Bueno que Tú eres, compasivo y lleno de bondad, que les espera para llenarles de beso y felicidad. Amén.

lunes, 10 de julio de 2017

TÚ, SEÑOR, ERES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA

Despierta y aviva, Señor, nuestros corazones para saber encontrar el verdadero camino de la verdadera, valga la redundancia, Vida Eterna. No es, este mundo, el lugar idóneo y verdadero donde encontramos la Paz y la Vida Eterna. Tú nos lo has dicho: Mi Reino no es de este muno... - Jn 18, 36 -, y, a y de ese Reino queremos ser y pertenecer también nosotros.

Por eso, Señor, salimos a buscarte, confiados y seguros de tu Amor y de tu Poder. Tú, Señor, eres Fuente de Agua Viva. Agua de Gracia que nos da y lleva a la Vida Eterna. Sí, Señor, queremos, como ese magistrado postrado ante Ti, postrarnos nosotros también, y buscarte y pedirte que nos lleves a la Vida Eterna. Esa Vida Eterna que Tú has venido a ofrecerno y regalarnos. Es la misión para la que has venido a este mundo, para salvarnos.

Queremos también ir detrás de Ti, para, como esa mujer, tocar tu manto, confiados en que, de tocarlo, seremos salvados para la Vida Eterna. Por eso, Señor, te pedimos insistentemente que aumentes nuestra fe y nos llenes de sabiduría. Sabiduría de darnos cuenta y de tomar conciencia que Tú eres el Salvador que nos das la Vida verdadera y auténtica. Una Vida que no muere ya jamás y que vive en gozo y plenitud junto al Padre para toda la Eternidad.

Ilumina nuestro espíritu para despertar del letargo de este mundo, que nos esclaviza y aprisiona., y nos lleva a la perdición. Un mundo caduco y que no responde a nuestras esperanzas de vida eterna, pero que nos tienta y sabe de nuestras debilidades y apetencias.

Por eso, Señor, danos la fortaleza y la voluntad de no mirarle, sino de seguir tras tus pasos y buscarte, porque sólo Tú eres la Fuente de Agua Viva que salta hasta la Vida Eterna. Amén.

domingo, 9 de julio de 2017

SEÑOR, QUIERO SER MANSO Y HUMILDE

El Señor nos ha dicho que pidamos, y, también, que insistamos. Quizás, lo que más debemos insistir es en pedirle que nos dé un corazón manso y humilde. Porque un corazón así es imprescindible para poder abrir la puerta del Cielo. Posiblemente, y no digo que no se pidan, gastemos nuestras plegarias de petición en nuestras necesidades, enfermedades y problemas que necesitamos. Estamos en este mundo y necesitamos muchas cosas, pero lo principal es ser manso y humilde.

Miremos a nuestra Madre, la Virgen, ella lo primero que descubre lo canta exultante en su Magnificat: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava... Y por eso es la elegida y ha alcanzado Gracia delante del Señor. Ella está llena de Gracia, porque es mansa y humilde.

Sí, Señor, Tú has querido revelar estas cosas recibidas de tu Padre a la gente sencilla y humilde. Danos esa condición y ese corazón humilde y sencillo que nos ayude a recibir la luz de tu Palabra. Despójanos de esa soberbia y arrogancia de creernos mejores y más sabios que los demás. Porque, la sabiduría no está en el saber y conocer, sino en abrirnos a la única y verdadera Luz que nos salva.

¿De qué te vale ganar, saber y conseguir el mundo, si pierdes lo más y único grande, la Vida Eterna? Al final tu saber de nada te sirve, porque has perdido la Vida Eterna. Esa debe ser nuestra meta y nuestra constante e insistente petición de cada día: "Danos, Señor, un corazón manso y humilde como el de tu Madre, María". Un corazón que nos abra a la Palabra del Señor, que nos alienta, que nos indica el camino, que nos anima a ser de los últimos, de los que se quedan para servir y hacer el bien para los demás.

En esa esperanza y actitud, te pedimos, Señor, que nos transforme nuestros corazones soberbios y vanidosos en corazones manos y humildes, que encuentren en Ti ese descanso que, erróneamente, buscan en las cosas del mundo. Amén.

sábado, 8 de julio de 2017

EL TIEMPO NECESITA RENOVARSE


No se para, y, aunque lentamente sigue siempre su camino, sin prisas, pero sin pausas, el tiempo. No sólo, nos hace viejo, sino que nos amenaza con hacer viejo todo lo que nos rodea. Permanecer en lo viejo es quedarnos en el pasado y en lo antiguo. Es resistirnos a renovarnos y a continuar envueltos en paños viejos, que quedan obsoletos e inservibles.

Tratar de remendarlos con paños nuevos, corremos el peligro de que, lo nuevo, tire y rompa lo viejo. De la misma forma, guardar vino nuevo en odres viejos tendría la misma reacción. Lo nuevo pertenece a lo nuevo, y lo viejo queda para servirnos de referencia sobre aquellos errores que debemos evitar. La solución es renovarnos y transformarnos en paños nuevos y odres nuevos.

Posiblemente, nuestra manera de relacionarnos con Dios se va quedando anticuada. En la medida que le conocemos mejor, nuestra relación se actualiza y se renueva. Ese renovarse nos va dando pautas para descubrirlo con otra mirada y otro amor. Porque el amor crece y no tiene fin. Es profundo, hasta el punto que llega a plenitud. Es un misterio ir descubriendo cuán grande y profundo es el Amor con el que nuestro Padre Dios nos ama.

Tendremos que conservar lo antiguo, pero siempre estar en la actitud de abrirnos a lo nuevo. Porque, nuestra fe camina, crece y nos abre nuevos caminos. Quedarnos instalados en lo antiguo corre el peligro de anquilosarnos y de hasta perdernos. Lo nuevo no se puede remendar con lo viejo. Necesita, lo nuevo, savia nueva para generar vida nueva.

Danos, Señor, esa savia de la Gracia para aumentar nuestra fe, y que nuestra sabiduría penetre hasta lo más profundo de nuestros corazones para revestirnos de Ti. Despierta, Señor, la alegría y el gozo de sabernos en tu presencia cada instante de nuestra vida, y de vivirlos dándonos y entregándonos, por amor, a los demás. Amén.

viernes, 7 de julio de 2017

TAMBIÉN A MÍ ME DICES, SIGUEME

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


La invitación no es sólo para Mateo. Dios quiere salvarnos a todos, y a todos nos invita a ese banquete de Salvación. Por lo tanto, tú y yo también somos de la partida, y estamos invitados. Ahora, tendremos que dar nuestra respuesta, porque Jesús está esperándonos. Y nos esperará hasta el final de nuestro camino en este mundo. Por lo tanto, nunca es tarde mientras andes por este mundo. Pero, conviene decidirse ahora. Cuando digo ahora, digo ya. En este momento. No lo dejes para dentro de un rato o unos días. La respuesta es inmediata, porque es ahora el momento de salvación.

Quizás, dentro de un rato no exista las mismas condiciones, o no puedas dar tu respuesta. Todo cambia en cuestión de instantes y segundos. Dios te llama ahora, y es ahora cuando espera tu respuesta. No dejes pasar la ocasión. Piensa que, Mateo, el Evangelio en el que Dios nos habla hoy, que pudo decir que no, y quedarse plácidamente sentado en su puesto de recaudador. Posiblemente, hoy no le hubiese conocido nadie, ni hubiese recibido la Gracia del Señor.

Porque, junto a tu respuesta va unida la Gracia del Señor. Jesús sabe de nuestras debilidades y pecados. Él no ha venido a salvar a los buenos, sino a los pecadores. Pecadores que lo reconocen y necesitan perdón. Sólo quiere que le entregues tus pecados, para, Él, transformarlos y limpiarlos. Entonces experimentarás la fuerza de sentirte fuerte y capaz de vencer esas inclinaciones, que te encadenan y someten al mal.

Experimentas el gozo y la alegría del arrepentimiento y el deseo de conversión, tal y como lo experimentó Mateo, hasta el punto de celebrarlo con una fiesta. Pidamos, sin miedo, esa fuerza y voluntad de emprender el camino de seguimiento tras el Señor. Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida, y en Él encontraremos la sanación, no sólo del cuerpo, sino también del alma para la Vida Eterna. Amén.

jueves, 6 de julio de 2017

MIRAMOS MÁS POR NUESTRA SALUD CORPORAL

Es verdad que los hombres de hoy miran más por la salud corporal que la espiritual. Observas que los gimnasios y las salas terapéuticas están llenas. Observas que las avenidas, preparadas para caminar y correr, son frecuentadas por mucha gente, de todas las edades, que dedican horas de ejercicios diarios con el fin de conservar su salud. La salud es cosa muy importante.

Sin embargo, no ocurre lo mismo con la salud espiritual. A lo más, algunos dedican tiempo a relajarse mentalmente y a hacer ejercicios que les libere de energías y les dé paz. Son menos, en proporción con los habitantes del mundo, que descubren los valores espirituales y los ponen en lugar privilegiado en sus vidas dedicándoles seria atención. Realmente, el alma es lo más importante y lo que realmente hay que salvar. Y eso no consiste en ejercicios, al menos físicos, sino en una actitud de hacer el bien.

Diríamos que hacer el bien es amar. Porque el amor es aquella intención que busca el bien del otro. Sea amigo o enemigo. Es ahí donde se esconde el secreto. Amar no es responder a aquel que te ama, sino darte y corresponder gratuitamente a aquellos que, amándote o no, son objetos de tu amor. Y eso sólo lo puedes comprender desde un encuentro con Jesús de Nazaret. El mismo que, al verse con aquel paralítico delante de sí mismo, su primera intención fue perdonarles sus pecados. Porque es así como se gana la verdadera y eterna salud, la Vida.

También nos cura, transitoriamente, nuestra salud corporal, y ante la sorpresa de aquellos hombres que esperaban la salud del paralítico, Jesús le cura también su parálisis. Pidamos al Señor que nos cure nuestras parálisis. La parálisis de la fe, de la incredulidad, de la ceguera, de la materialidad, de la carne y tantas otras que nos impide verle y seguirle.