Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 9 de diciembre de 2017

DESPIÉRTANOS, SEÑOR, Y AUMENTA NUESTRA FE

Tenemos intención de buscarte, Señor, y de abrirnos a la acción del Espíritu Santo. Sabemos de nuestros pecados y limitaciones, y de nuestra pobreza. Nos sentimos compasivos con todos aquellos que sufren y lo pasan mal, e incluso experimentan pocas o ninguna esperanza. Queremos hablarle de Ti y llenarles de esperanza. Pero, no sabemos cómo ni nos sentimos fuertes para darle eso que necesitan.

Nos compadece el dolor, pero, ¿cómo quitar ese dolor? Por eso, Señor, te pedimos que nos des paciencia y sabiduría para saber interpretar y discernir nuestros movimientos y nuestra aportación. Pero, sobre todo, Señor, aumenta nuestra fe. Fe en sabernos asistidos por el Espíritu Santo y capaces, por tanto, de hacer lo mismo que hicieron tus apóstoles. Tú espera que continuemos esa misión de anunciar que el Reino de los Cielos está cerca, y nosotros queremos hacerlo.

Sin embargo, sucede que nos confundimos, que nos despistamos o que no sabemos realmente qué tenemos que hacer. Quizás esperamos hacer grandes cosas y, posiblemente sean las pequeñas cosas de cada día las que nos están hablando sobre la responsabilidad de nuestra misión. No estamos solos y eso significa que podemos contagiar del mensaje del Reino  todo lo que pulula a nuestro alrededor.

Quizás sea esa nuestra misión, llenarnos de vida de Cristo para derramarla en todos aquellos con los que nos relacionamos. Pero, para eso, necesitamos estar muy cerca del Señor, y eso significa oración y Eucaristía. Permanecer en el Señor es contar con Él para todo, porque sin Él nada podemos hacer. Permanecer en el Señor es hablarle a Él de todo lo que nos ocurre; de nuestros problemas; de nuestros miedos y tentaciones; de nuestros deseos de dejarlo todo.

Permanecer en el Señor es insistir a pesar de nuestra pereza y rogarle que nos salve y nos dé la fortaleza necesaria para sobreponernos y superar todas las dificultades que tratan de alejarnos de Él. Sí, Padre, te pedimos que envíes obreros a tus mies. Amén.

viernes, 8 de diciembre de 2017

¿QUÉ TE PROPONES?

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


¿Tienes algún proyecto? ¿Sabes realmente a donde vas? ¿Crees que está muy lejos los últimos momentos de tu vida para plantearte por donde caminas? ¿Piensas que estos proyectos que puedes proponerte llenan plenamente tu vida? Porque tus proyectos son humanos. Nacen en este mundo y en él se quedan. Son proyectos caducos que nadie se lleva consigo.

A María, aquella joven sencilla le ocurrió algo parecido. Ella tenía su proyecto. Un proyecto humano con un joven José, sin embargo, Dios le propuso otro proyecto. Un proyecto divino, de alcance infinito y eterno. Y gracias a ella, que lo aceptó, ese proyecto también puede ser para nosotros. Pero debemos escuchar, como hizo Ella, la voz del Señor que nos habla y nos propone un camino divino por encima de todos nuestros pobres proyectos humanos.

Pidamos al Señor que nos de la Gracia de construir nuestra vida desde Él. El matrimonio, la vida de servicio, la profesión, el compromiso son actitudes que no deben servirnos como huidas ni como tapaderas para llenar nuestra vida, sino como desprendimientos generosos, gratuitos que se corresponde con el amor de Dios. Porque, construidos desde nuestra humanidad, son limitados y caducos.

Dejemos que el Espíritu Santo nos dirija desde el proyecto divino, empapando nuestra humanidad y fortaleciendo nuestro espíritu, para que podamos superar todas las dificultades y obstáculos que nos salen al paso impidiéndonos llevar a cabo la Voluntad de Dios. En eso tenemos la referencia de María, nuestra Madre, que supo dejar todo, lo que de humanidad tenía su proyecto, para ponerlo en Manos de la Gracia de Dios.

Gracias, Madre, llena de Gracia porque el Señor está contigo. Tú eres bendita entre todas las mujeres, porque bendito es el Fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesús. Amén.

jueves, 7 de diciembre de 2017

DÍAS DE TEMPESTADES

Hay muchos peligros en la vida. Peligros de tempestades, huracanes, inundaciones, terremotos...etc. En estos últimos tiempos, con esto de los cambios climáticos, parecen haber aumentado. Muchos no le dan importancia, alegando que eso ya ha pasado en otros tiempos, y otros se lo toman más en serio. De cualquier forma y debido a las comunicaciones, hoy estamos muy bien informados y nos enteramos de todo lo que está ocurriendo.

Todo eso nos obliga a guardarnos mejor y a edificar nuestras casas de forma más segura y solida. Sin embargo, incomprensiblemente, vemos muchas cosas que están construidas con materiales no muy fuertes y en lugares peligrosos donde la corriente puede llegar. De esta forma, quedamos expuestos a la deriva y a la fuerza de las corrientes de aguas. Debemos pertrecharnos mejor y construir sólidamente sobre roca firme.

Y eso significa no quedarnos en las prácticas y cumplimientos sin vivir en la Voluntad del Padre. Todo lo que hagamos deberá servirnos y fortalecernos para vivir en la Voluntad del Padre. Y vivir en la Voluntad del Padre es vivir al estilo del Sermón de la Montaña. Las bienaventuranzas nos hacen bienaventurados en la medida que vamos haciendo de nuestras vidas un rosario de bienaventuranzas y lo vamos escenificando en el esfuerzo de cada día.

Las obras de misericordia, corporales y espirituales, nos señalan el camino de perfección. Sí, no nos hace falta que nos lo recuerde. Son difíciles y cuestan mucho, y más cuando no ves resultados. Y nosotros, elegidos para ello, somos débiles y pecadores. No encajamos por ningún lado. Pero la Gracia de Dios hace el milagro y nos capacita y da fuerza para que vayamos superándonos y dando pasos de perfección. 

Por eso, este es un momento de gracia para pedir todos juntos esa fuerza y capacidad para ir dando pasitos de perfección es ese sentido. Démonos las manos virtualmente y recemos un Padrenuestro cuando lleguemos a este momento pidiendo por todos y para que seamos capaces de cumplir la Voluntad de Dios. Amén.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

LOS GESTOS DEL SEÑOR

Cualquier cosa bien intencionada y dirigida a un buen fin, sin ánimo de lucro, de vanidad, de egoísmo ni de aprovechamiento, es considerada por el Señor para multiplicarla en bien del hombre. Eran sólo siete panes y  unos pocos peces, pero esa generosidad de desprenderse de ellos para el bien de los demás, fue suficiente para multiplicarlos por infinito hasta que saciase a todos aquellos hombres y mujeres que se habían acercado a Él.

Y fueron todos saciados. No sólo los enfermos, sino también los acompañantes. Todos estaban necesitados del hambre espiritual que sólo sacia el Señor. Porque, todos somos enfermos. Quizás te sientas bien ahora, pero mañana puede ser tú el enfermo. Y no enfermos sólo físico, sino enfermo espiritual. Enfermo del alma. Por eso, pedimos al Señor que nos capacite para discernir sobre nuestras enfermedades, sobre todo las espirituales, más difícil de ver y de sentir.

Porque, las corporales las descubrimos más fácil. Nuestros cuerpos nos avisan y los médicos profesionales nos las curan. Y cuando no están al alcance de los médicos, tenemos al Señor para pedirle que nos alivie el dolor y nos fortalezca en la lucha con la enfermedad. Pero, estas enfermedades no son tan peligrosas, porque sólo pueden matar el cuerpo, pero nunca el alma. Sabemos, porque el Señor nos lo ha dicho, que resucitaremos, así que la muerte del cuerpo no tiene tanta importancia.

Lo que verdaderamente importa es el alma. Esa alma que, por nuestros pecados, podemos perderla para siempre. Y esa enfermedad que transmite el pecado es lo que queremos y te pedimos, Señor, que nos cure. Limpia nuestra alma del pecado de la avaricia, de la soberbia, de la suficiencia, del orgullo, de la pasión desenfrenada, del sexo, de la riqueza, poder y egoísmo. 

Danos ese alimento que nos da vida y nos sostiene fuerte ante las tentaciones de dejarnos invadir por las seducciones de este mundo caduco y lleno de peligros, aparentemente seductores, pero maliciosamente malos. Amén.

martes, 5 de diciembre de 2017

EL IDIOMA QUE NOS LLEVA A JESÚS ES LA HUMILDAD

No se puede hablar con Jesús en actitud arrogante, suficiente y pidiéndole explicaciones. Mírate y reconoce todo lo que se te ha dado, empezando por la vida. Y la gran oportunidad de aprovechar esa vida para alcanzar su Misericordia y la salvación eterna. No, no podrás hablar con Dios desde esa actitud soberbia y de sabio. Tus palabras no llegarán a Él, y aunque esperará a que te des cuenta, el tiempo corre y la vida se te puede ir en cualquier momento.

No desaproveches la oportunidad de aprender ese idioma que Jesús escucha muy atentamente. Son palabras de humildad y de reconocimiento. Palabras que te ayuda a verte tal y como eres, pequeño y necesitado de verdadero amor que transforma. Y ese único amor sólo lo encontrarás en Jesús. Él, a pesar de tu soberbia, de tu suficiencia, de tu incredulidad, de tu sabiduría, te espera pacientemente. Porque, su amor es tan grande, que esperará hasta el último momento de tu vida.

Por eso, Padre del Cielo, te damos gracias por la vida de este mundo y por la oportunidad de poder aprovecharlo para, siendo pequeños y humildes, recibir tu revelación a través de tu Hijo Jesús, hecho Hombre, que nos señala el Camino, la Verdad y la Vida.

Sabemos que en algunos o muchos momentos tendremos que sufrir y pasarlo mal. Muchas veces por nuestros propios pecados y desobediencias; por nuestras pasiones, egoísmos y placeres, que nos enfrentan y nos esclavizan cegando nuestros ojos a la realidad. Pero, también sabemos que podemos salir de ahí y aceptar nuestros pecados, reconociéndonos humildes y pequeños, y aceptando todo lo que de mal hemos hecho.

Vivir en esa esperanza de sabernos tus hijos y de que llegará un día que nos llevarás a Ti, nos mantiene vivos, fortalecidos y con alegría. Por eso, te damos la Gracia, Señor, por todo lo que nos has dado y te pedimos que nos des un corazón más humilde cada día, experimentándose pequeño y necesitado de tu Amor. Amén.

lunes, 4 de diciembre de 2017

SOMOS DISCÍPULOS CUANDO NOS RECONOCEN EN EL AMOR

No somos de la partida de los discípulos de Jesús si no somos reconocidos en el amor. Porque, la característica del cristiano, creyente y discípulo, está contenida en el amor. No es un título, ni siquiera un sacramento lo que nos identifica con el Señor, sino el Amor. Porque, podemos estar bautizados, confesarnos, recibir la Eucaristía... pero, si no lo hacemos bajo el mandato del amor, seguramente habrán otros intereses por medio que adultera esa Gracia que has recibido. 

Sabemos que hay muchos cristianos, bautizados y hasta de misas y comunión diaria, que luego dejan mucho que desear. E incluso ocultan su identidad cristiana cuando están alejados de los actos litúrgicos y conviven socialmente. Y otros, quizás los más, que siendo bautizados, no creen y menos practican. Y algunos no bautizan a sus hijos. 

Un cristiano se identifica con el Señor cuando en su corazón arde el amor a los demás. Cuando en su corazón prende la llama que aviva el fuego de servicio, de entrega y de amor a todos aquellos que sufren y lo pasan mal. Un cristiano se parece a Jesús cuando es capaz de amar como Él. Y en eso está el identificarse con Él.

Ahora, nos sabemos pobres, pequeños y limitados, e incapaces de amar como ama Jesús. Es decir, indignos, tal y como lo experimentó el centurión. Necesitados del Señor, al que reconocemos Señor y dueño de todo y le pedimos que nos asista y nos cure. En esa línea, pedimos también por todos nosotros, para que nuestra fe, nuestro amor y compasión con los demás sea como la de Él.

Y consciente de que no podremos parecernos a Él, nos abandonamos en sus gloriosas Manos, para que, por su Amor y Misericordia, nos llene de su Fortaleza, verdadero y auténtico Amor y acreciente nuestra fe cada día más. Amén.

domingo, 3 de diciembre de 2017

NADIE PODRÁ DECIR QUE NO SE LE HA AVISADO

Llega a parecer un disco rayado. La insistencia a la llamada de permanecer vigilantes es muy repetida. Y eso nos da a entender como nos conoce el Señor. Sabe de nuestras debilidades, de nuestra tendencia al pecado, de nuestra naturaleza pecadora. Sabes que somos presa fácil y podemos perdernos. Por eso, nos alerta y nos avisa con mucha reiteración.

Pero, no consiste esa llamada a estar vigilantes solamente, sino a estar injertado en Él, porque sin Él el mundo nos engulle y nos devora. Necesitamos estar preparados unidos al Señor. Llenar nuestra alcuza del verdadero aceite de la fe, y estar bien alimentados de la Eucaristía, Cuerpo y Sangre del Señor, que nos conforta, nos fortalece y nos da la capacidad para soportar todos los embates que el mundo nos pone delante con la intención de despistarnos y distraernos.

Y el arma más importante para mantenernos unido al Señor es la oración. Una oración cargada de humildad, de perseverancia, de fe y de confianza. Una oración confiada y solícita que nos sostenga despiertos y en constante unión con el Señor. Una oración abierta a la acción del Espíritu Santo, para que, guiados por Él podamos soportar y vencer todos los obstáculos que nos salen al paso en nuestro camino.

Ven Espíritu Santo y llena nuestros corazones de luz y de fortaleza, para que nuestra unión con el Señor sea constante y perseverante. Auxílianos y asístenos en todo momento, sobre todo en los momentos más débiles de nuestro camino. Sostennos siempre expectante y despierto en tomar conciencia de Dios y de vivir cada día como el último de nuestra vida, como si fuera ese día el que Tú has elegido para venir de nuevo.

Gracias, Señor, por avisarnos de forma muy reiterada e insistente. Gracias, Señor, por ese amor que nos demuestra. Gracias, Señor, porque, sabemos de tu Misericordia, y, abandonados en ella, confiamos que el día de tu venida nos encontremos preparados para recibirte. Amén.