Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 9 de octubre de 2018

LA SABIDURÍA DE DAR BUENOS FRUTOS

Resultado de imagen de Lc 10,38-42
Todos nuestros buenos frutos son consecuencia del amor de Dios, porque de Dios procede todo bien. Y cuando hacemos algo bueno, consciente o inconsciente, estamos reflejando la bondad y el amor de Dios, pues de Dios no puede venir nada malo. Podemos ser consciente de ello o no, pero realmente es así. 

Nuestro corazón humano, semejante al de nuestro Padre Dios, sólo cuando es capaz de amar en clave de ágape está cumpliendo la Voluntad de Dios. Sin embargo, su naturaleza humana lo mancha, el pecado, y sucede que se contamina y dicha contaminación estropea sus frutos. Son esos abrojos e hierbas malas o tierra poca profunda que ahogan toda buena intención de producir buenos frutos.

Por eso necesitamos el riego del agua de la Gracia para, limpiados de toda impureza y mala intención, dar fertilidad a nuestra tierra y producir esos hermosos y buenos frutos que de nosotros esperan. Y eso lo conseguimos adoptando como María, la hermana de Marta, esa actitud de permanencia y perseverancia en la presencia de Dios. Se trata de permanecer en contacto con el Señor y en oración y diálogo constante.

Toda nuestra vida es una relación con el Señor. Incluso en los momentos más inconscientes de nuestro obrar. Es verdad que debemos esmerarnos en estar en vigilia perseverando en la escucha atenta a su Palabra. En este sentido las reflexiones puntuales en esos espacios de serenidad y descanso nos pueden ayudar mucho a sostener ese diálogo y esa perseverancia en permanecer abiertos a su Gracia.

Dejarnos conducir por el soplo del Espíritu, que nos dirige y cultiva la tierra de nuestro corazón, nos da esa posiblidad de cosechar y ofrecer buenos y hermosos frutos. Pidamos permanecer en esa actitud de buscar espacios como María para atender a la escucha de la Palabra y a la contemplación del Señor y a ofrecernos en dar y compartir todo lo que de nuestra parte podemos y hemos recibido. Amén.

lunes, 8 de octubre de 2018

AMAR EXIGE RENUNCIA

Resultado de imagen de Lc 10,25-37
La receta es muy sencilla, simple y al alcance de todos. Y gratuita, no exige dinero. Sin embargo, no es nada fácil, y, diría más, es imposible si te empeñas en enfrentarte tú sólo en vivirla. Se dice muy fácil: A-mor, y todos la entiende también fácilmente. Pero, nunca se llega a realizar de forma plena. Porque, amar exige despojarse de uno mismo renunciando a todo lo tuyo para darlo a los demás. Ejemplo, y el único: Xto. Jesús crucificado voluntariamente por amor.

¿Cómo poder despojarte de ti mismo y entregarte, por amor gratuito, al otro? No hay receta ni podemos explicarlo. Lo han intentado muchos a lo largo de la historia después del Señor, pero ninguno ha llegado a hacerlo plenamente. Quizás, María, la Madre, la Inmaculada, por obra y gracia de Dios, ha llegado a ser corredentora con su Hijo. Pero, siempre contando con la Gracia de Dios.

Y es eso lo que quiero significar. Sin el Señor nada podemos hacer. Necesitamos su concurso, su Gracia para poder transformar nuestro corazón y entregarnos a aliviar el dolor de los que sufren y padecen. Necesitamos el auxilio del Espíritu Santo para ser capaces de darnos y despojarnos de todo lo que el mundo nos ofrece y con lo que nos tienta, para, pacientemente, ser alivio para el cercano y necesitado.

Sí, necesitamos tu Gracia, Señor, porque sin Ti no podremos amar como Tú nos amas. Sin tu presencia en nosotros, Señor, no podremos ser auxilio y servicio para el pobre samaritano, o para el cercano o para el amigo y familiar. Sólo en tu presencia, Padre del Cielo, podremos transformarnos y vencer nuestro egoísmo y nuestra pereza.

Y en este nuestro camino, Señor, suplicamos y rogamos que nuestro corazón sea fortalecido con la Gracia de tu Amor y podamos pararnos, dejar a un lado nuestros intereses materiales y, quizás también espirituales, para hacernos verdadero amor y atender prioritariamente a quien necesite de Ti, Señor. Porque, lo que hagas a cualquier necesitado me lo haces a Mí. Amén.

domingo, 7 de octubre de 2018

SÓLO EL AMOR NOS SALVA

Resultado de imagen de Mc 10,2-16

Hay muchas relaciones que se fundamentan en el interés, ya sea pasional, de placer, de egoísmo y satisfacción o de cualquier otro tipo de interés, por supuesto, también el económico. Pero todos esas sociedades no garantizan la unidad en el tiempo y menos la educación de los hijos. Sólo el amor y el compromiso dan continuidad en el tiempo a ese madurar y acompañar a los hijos en su desarrollo y formación.

El matrimonio cristiano es, sobre todo, un sacramento. Y como sacramento necesita una formación y preparación. De la misma manera sucede con el Bautismo, la confirmación y la Eucaristía. Un sacramento por el que recibimos la Gracia del Espíritu Santo para fortalecernos en el desempeño de esa vocación y misión. Dos personas, hombre y mujer, que se comprometen para toda una vida a vivir un mismo proyecto de vida y compromiso en educar a sus hijos. Y lo hacen desde la presencia y la invitación de Dios entre ellos. 

Unos esposos que, antes las vicisitudes y obstáculos que la vida les presenta se sienten arropados, acompañados y auxiliados por la Gracia del Espíritu Santo. Y en Él se fortalecen para superar todos esos contratiempos que los problemas les van presentando. Y, para también compartir los buenos momentos de alegría y de fiesta. Un Espíritu Santo que le sostienen unidos en la bonanza, pero también en los malos tiempos.

Es el amor lo que se manifiesta en todo momento, porque descubrimos que nos queremos cuando las circunstancias son adversas y amar supone renuncia, sacrificio, humildad y... Es entonces cuando descubres y experimentas que te sientes querido por el otro. Pidamos esa Gracia y esa Fortaleza en el Espíritu Santo y abramos nuestros corazones para que nuestro compromiso de amor no decaiga ni desfallezca. Amén.

sábado, 6 de octubre de 2018

SEÑOR, IMPLORO LA HUMILDAD

Resultado de imagen de Lc 10,17-24 por Fano
Quiero abajarme y hacerme pequeño como Tú, que encarnado en María, te has rebajado hasta hacerte como yo, un hombre con naturaleza humana sujeto al dolor y a la muerte, pero, sin dejar tu naturaleza divina y sin pecado. Eso, Señor, me pregunto, duele más que el dolor físico, porque siendo Dios has renunciado a tu condición divina para padecer como un hombre. Más realmente no se puede bajar.

Quiero ser humilde y pequeño porque quiero conocerte, Señor, y ser tu amigo. Y sé que no lo podré ser si dejo que mi soberbia me supere, me dirija y sea mi bandera. Quiero ser esponja abierta que recoja y reciba, empapándose plenamente, todo el amor y misterio que Tú, Señor, me quieres revelar.

Dame, Dios mío, la Gracia de abrirme a tu Gracia y de hacer de ella el regalo más hermoso y la alegría más exultante de mi vida. Quisiera, Señor, y Tú lo sabes, porque eso es lo que palpita dentro de mi pobre corazón, hacerme silencio humilde para soportar y limar toda aspereza, toda injuria y toda dificultad que trate de tentarme, romper y quebrar mi paz y desesperarme para dar paso a la soberbia y al pecado apartándome de Ti. 

Quiero, Señor, ser capaz de responder con silencio y servicio a toda adversidad, a toda arrogancia, a toda tentación y a toda apetencia que nazcan de lo más profundo de mi egoísmo. Qué otra cosa puedo decir, Señor, sino darte gracias por todo lo recibido hasta ahora y lo que reciba en el camino de mi vida. Darte gracias por anticipado, porque sé que todo lo que me venga de Ti, mi Señor, será lo mejor para mí. 

Porque, sé que todo lo que recibo es pura Gracia tuya Señor y todas mis humildes obras no se deben a mi voluntad sino a tu Gracia, que me llena de tu Espíritu y me da fortaleza y amor para realizarlas en tu Nombre. Gracias Señor. Amén.

viernes, 5 de octubre de 2018

GRACIAS POR LA VIDA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Parados y en silencio buscamos en lo más profundo de nuestro ser el agradecimiento por tantas cosas recibidas. Primero por la toma de conciencia de saber quien soy, de la vida que tengo, del conocimiento del entorno y circunstancias que me rodean. De la tierra y de sus frutos, de la capacidad de relación, de la amistad, de los buenos sentimientos y de la esperanza de alcanzar una vida mejor. Sobre todo, esa Vida Eterna que anhelamos y buscamos con tanta esperanza y que esperamos recibir de nuestro Padre Dios del Cielo.

Gracias Padre por tantos dones recibidos y gracias por la esperanza de soportar en el camino de este mundo tantas calamidades y sufrimientos. Gracias por llenarnos nuestros corazones de esperanza y de aspirar a una vida mejor y eterna en gozo y plenitud. Gracias, Padre, por la capacidad del esfuerzo de cada día, pero, sobre todo, gracias Padre por la fe, porque sin Ti ¿a dónde iríamos? Y sin Ti, ¿dónde encontraríamos esperanza?

Entonces, es verdad, se nos oscurecería el mundo y las tinieblas se adueñarían de nuestra esperanza y alegría. Pero, por tu Misricordia y Amor, Señor, nuestros corazones se llenan de esperanza y de paz. Tenemos a quien pedir fortaleza, paciencia, sabiduría, esperanza y fe. Fe en saber que Tú, Padre del Cielo, nos acompañas y nos proteges. Y nos provees de lo que realmente necesitamos para orientarnos a tu Casa, donde, nuestro hermano Mayor, Jesús, nos prepara una mansión en la que viviremos eternamente en gozo y plenitud alabando y dando gloria al Padre.

Gracias, Señor, por tantas cosas y por sostenernos en pie y firmes siguiendo los pasos, a pesar de nuestras debilidades y pobrezas, de tu Hijo, nuestro Señor Jesús. Seguiremos, siguiendo sus consejos y mandatos, pidiendo, llamando y buscando. Amén.

jueves, 4 de octubre de 2018

EN TU NOMBRE, SEÑOR

Resultado de imagen de Lc 10,1-12 por Fano
Sabemos nuestra pequeñez y debilidades. No me atrevería a escribir una sola sílaba si no es en tu Nombre, Señor. Porque, sólo asistido por el Espíritu Santo podemos dar sentido a nuestras palabras y dar a conocer tu Palabra. Es posible que, en muchas ocasiones no advertíamos ese milagro, pero sólo por la acción del Espíritu Santo podemos escribir y pronunciar tu Nombre.

Por eso, revestidos de humildad y sin ánimo de discusión ni de imponer, menos hacer proselitismo, proponemos tu Palabra, Señor, abriéndonos a la acción del Espíritu Santo y dejándonos llevar por sus impulsos y sabiduría. Algo dentro de nosotros mismos nos dice que todo lo que comunica tu Palabra es bueno y lo mejor para el hombre. Porque, con Amor todo se arregla y se soluciona, y con amor se vive en la justicia, en la verdad y en la paz. ¿No es eso lo que queremos y buscamos todos los hombres?

Por eso, Señor, abandonados en tus Manos y confiados en tu Gracia y Misericordia te pedimos fortaleza, sabiduría y paz para responder a tus mandatos y a tu envío. No somos merecedores de tal misión ni de poner en nuestras manos de barro tanta responsabilidad y tan grande Tesoro. Somos meros instrumentos de barro que cedemos ante la menor tentación o seducción. Necesitamos, Señor, tu Fuerza y tu Poder para vencer las tentaciones de pereza, de comodidades, de egoísmos, de placer y de vanidad.

Sí, Señor, somos muy pobres y pecadores y nos da vergüenza sentir esa responsabilidad sobre nuestros hombros. Pero, si Tú, Señor, así lo quieres y la pones en nuestras manos, nosotros no vamos a negarnos y a resistirnos a tu Voluntad. Sabemos que si Tú lo haces es porque confías en que nosotros, por tu Gracia y Auxilio, y unido a Ti podemos hacerlo. Gracias Señor, en ti confiamos. Amén.

miércoles, 3 de octubre de 2018

DANOS VOLUNTAD, SEÑOR, PARA SEGUIRTE

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Seguir a Jesús exige condiciones y estilo de vida. No se puede seguir al Señor de cualquier manera ni vale todo. Muchos pensamos que con ir a misa tenemos; otros, con hacer algunas oraciones y alguna obra que nos parezca bien estamos cumpliendo y así podría describir muchas situaciones que los que nos consideramos seguidores creemos seguir a Jesús.

Seguir a Jesús es algo más serio y más comprometido. Seguir a Jesús es dejar atrás las seducciones de este mundo y clavar en tu corazón su Mensaje de amor intentando vivirlo como Él lo vivió en su paso por este mundo y lo vive desde cualquier lugar donde se encuentre. Uno, tu propio corazón. Seguir a Jesús es anteponer todo aquello que habla de amor hacia el prójimo y posponer todos tus intereses y egoísmos.

Dame, Señor, fuerza para posponer todas las cosas de este mundo y mis intereses a fin de empeñarme en seguir tu Camino y responder a tu Mensaje con mi vida y mi palabra siguiendo tus pasos y no los míos. Dame, Señor, luz y voluntad para poner en primer lugar mi seguimiento a tu Voluntad y dejar atrás las cosas de este mundo que me alejan de tu presencia.

Descubro en estos momentos lo difícil que nos resulta exigirnos y renunciar a todas las cosas que este mundo nos ofrece. Descubro la esclavitud a la que estamos atado y la imposibilidad de liberarnos por nosotros mismos. Necesitamos, Señor, tu fuerza y tu Gracia para la renuncia a todos esos apetitos y apetencias que nuestra naturaleza humana nos somete. Con esa esperanza y confianza, Señor, y puestos en tus Manos, continuamos siguiendo tu camino. Amén.