Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 25 de febrero de 2019

¿DESCUBRO MI POCA FE?

Resultado de imagen de Mc 9,14-29

Poco a poco empiezo a darme cuenta de mi poca fe. Incluso, despierto y empiezo a ver que, quizás mi Dios no es el mismo que el Dios de otra persona cercana a mí. Llego a descubrir que, incluso dentro de la Iglesia podemos tener muchos Dioses diferentes. Me quedo impresionado cuando tomo conciencia que los que condenaron a Jesús fueron los creyentes en el Dios de Abrahan y de Moisés. Y eso genera mi pregunta, ¿acaso hablamos de Dioses diferentes?

¿Es el Dios de Abrahan diferente al Dios en el que yo creo? ¿Y el de Moisés? Porque, sin darme cuenta quizás haya construido mi propio Dios e imaginado un dios que me permite muchas cosas a las que me siento inclinadas y sometidas. Un dios que no me estorbe mucho y que aceda a lo que yo estoy dispuesto a comprometerme y nada más. Un dios que se amolde a mis hábitos, costumbres y forma de entender la vida. Un dios que no me exija orar o hacerlo como a mí me apetezca. Un dios que, al final, haga mi voluntad y no la de él.

¿Es ese el Dios de Jesús? ¿Es ese el Dios que Jesús me propone? ¿Es ese el Dios por el que Jesús entregó su Vida? Me he quedado anonadado e impresionado. ¿Quien es mi Dios? Quizás esa sea la causa, como ocurre hoy en el Evangelio, de que sin fe nada podemos hacer. Y eso me lleva a descubrir que tengo que replantearme mi fe y mi compromiso. ¿Es mi Dios el que Jesús me propone? Porque, el Dios de Jesús no es el mismo que su pueblo le proponía. Porque, el Dios de Jesús no es un Dios de leyes que someten a los hombres; porque el Dios de Jesús no somete al hombre ni lo explota... ¿Es mi Dios un Dios al que quiero y busco complacer, o lo que busco es mi propia complacencia?

El Dios de Jesús viene a darle vida al hombre, y vida en abundancia. Quiere que el hombre se libere y viva, que llene su estomago y pueda decidir su camino. Quiere que tenga opciones de decidir su vida y optar a encontrar lo que quiere y busca. Porque, sólo hay dos opciones, la vida o la muerte. Y, supongo que todos los hombres y mujeres buscaran la vida, pero para eso tendrán primero que ser libres. Libres de todo aquello que le somete, le ciega, le manipula y desvía de la verdad. Pidamos la verdadera libertad. Amén.

domingo, 24 de febrero de 2019

EL AMOR SIEMPRE VENCE

Resultado de imagen de Lc 6,27-38
No hay otra manera de triunfar en la vida sino amando, porque, quien no ame terminará por perder hasta su propia vida. Cuando se vive en constante luchas de odio, venganza, disputas y poder se vive mal y en continuo tormento. Mientras no se perdone por amor la paz no entra en tu corazón.y siempre estarás resentido o descontento contigo mismo. La paz entra en tu corazón cuando hayas perdonado por amor.

Cuando se vive en el amor se establece una corriente de paz donde brilla y destaca la verdad y la justicia. Entonces vives confiado, agradecido, sereno y en paz. No significa esto que no haya problemas y que en algunos momentos se pase mal, pues el amor exige riesgos y soportar incomprensiones y malas actitudes. Sólo tenemos que fijarnos todo lo que nos perdona nuestro Padre Dios a pesar de lo que nos ha dado. De esa manera tenemos también nosotros que esforzarnos para corresponder a su amor y perdonar como Él nos perdona. No olvidemos que todos en Xto. Jesús somos hermanos y como tal hemos de portarnos.

Pidamos al Señor que nos enseñe a amar y que nos llene de su Gracia para superar nuestros rencores, nuestro amor propio, nuestro orgullo y nuestras pasiones. Pidamos al Señor la serenidad y la fortaleza para saber ser pacientes y descubrir en los demás las actitudes buenas que nos ayudan a amar. Descubrir todo lo que nos une y, sobre todo, esa vida que Jesús nos comunica y nos transmite para que vivamos felices y gozosos.

Pero, todo eso pasa por el esfuerzo personal de cada uno en convertirnos cada día un poco más amor parecido y semejante al que Jesús nos enseña y nos ha regalado gratuitamente. Porque, el Vive dentro de nosotros y nos transmite su Espíritu para que también nosotros vivamos como Él. Amén.

sábado, 23 de febrero de 2019

UN ADELANTO DE TU GLORIA


Resultado de imagen de Mc 9,2-13
Gracias, Señor, por descubrirnos tu Gloria y darnos ese adelanto de gozo y alegría. Es verdad que nosotros no lo hemos experimentado, pero nos consta y nos vale el testimonio de Pedro, que estaba allí contigo junto a Santiago y a Juan. Los evangelistas lo han recogido, y hoy es Marcos quien nos lo transmite. Es asombroso leer como Pedro se olvida de sí mismo y sólo piensa en Jesús, Elías y Moisés en hacerle una tienda para cada uno.

Hoy, Señor, queremos pedirte que nos descubra también la dicha de experimentarte dentro de nosotros y, como Pedro, Santiago y Juan, quedarnos extasiados y gozosos por tu presencia y transfiguaración. Gracias, Señor, por esas palmaditas que nos animan, renuevan nuestras esperanzas y nos ayudan a sostenernos en el camino. Tenemos muchas problemas y tentaciones que nos amenazan con separarnos de Ti derrumbando nuestra esperanzas y nuestra fe.

También no entendemos muchas cosas que, aunque nos fiamos de tu Palabra, nos llenan de dudas y vacilaciones. Por eso, Señor, confiamos en Ti, y en tus Manos nos abandonamos y, apoyados en tu Misericordia amorosa te pedimos que nos aumente nuestra fe y nos sostengas a tu lado. Amén.

viernes, 22 de febrero de 2019

YO TAMBIÉN QUIERO CONFESARTE COMO EL HIJO DE DIOS


Resultado de imagen de Mt 16,13-19

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Sé, Señor que, sin la asistencia del Espíritu Santo, no puedo confesarte ni entenderte. Sé que todo es don de tu Gracia y sólo puedo humildemente arrodillarme y postrarme ante Ti. Yo también quiero confesarte como el Hijo de Dios verdadero, a pesar de que no entienda nada, porque, eso si lo sé y lo he experimentado, el mundo no me da lo que busco y quiero.

Dentro de mí está escrito esa alianza que profetizó Jeremías 31, 31-33 - y que en el mundo no encuentro porque no responde a la impronta que llevo inscrita en mi corazón. Porque, ese deseo de felicidad eterna sólo se encuentra en la respuesta de tu Amor, Señor. Por eso, como Pedro, yo quiero proclamarte como el Hijo de Dios vivo que has venido al mundo a proclamarme la Buena Noticia de Salvación.

Y darte las gracias, Señor mío, por tu Infinita Misericordia, pues has dejado en Pedro y los apóstoles la continuidad de tu misión dándoles el poder de perdonar los pecados. Así, por tu Iglesia y los presbíteros que a ella sirven puedo reiniciar el camino cuando mis caídas me interrumpe mis pasos firmes. Gracias, Señor, por tu Misericordia que me levanta y me permite continuar la marcha hacia Ti.

Gracias, Señor, por esa esperanza de triunfo ante tantas amenazas y calamidades que este mundo nos hace padecer poniendo en peligro el camino de la Iglesia y la proclamación de tu Mensaje de salvación. Gracias, Señor, por el Espíritu Santo enviado por el Padre para asistirnos, fortalecernos, instruirnos y darnos la sabiduría y la paciencia para discernir y perseverar en tu camino siendo dóciles a tu Iglesia.

Confiados en tu Palabra y en tu Infinita Misericordia seguimos gozosamente nuestro camino hacia Ti, Señor, sin miedo a los peligros que el mundo nos tiende y con los que nos amenaza. Porque, unidos a Pedro y a todos los apóstoles, proclamamos que Tú eres el Hijo de Dios hecho Hombre. Amén.

jueves, 21 de febrero de 2019

¡A DÓNDE VOY, SEÑOR!

Resultado de imagen de Mc 8,27-33
Te pido, Señor, que cada día que pasa de mi vida me aumentes la fe. También, te doy gracia por la vida que me has regalado y por la fe que me ha mantenido a tu lado. Confieso que no soy un buen discípulo y que muchas veces te he defraudado con mis pecados, pero si no te conociera hoy, Señor, ¿a dónde y a quién iría?

Porque, en el mundo en el que vivo no encuentro lo que busco. Y no sólo eso, sino que es un mundo falso, lleno de peligros, de injusticias, de egoísmos y de muertes. Un mundo en el que no se busca la paz, sino el poder, la riqueza, el placer y la satisfacción aunque sea a costa del otro. Un mundo de mentiras, lleno de hipocresías y de corrupción. ¿A dónde puedo ir, Señor? Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

En mi corazón está grabada tu alianza, Señor. Una alianza que Tú has escrito y que me habla de Ti. Una alianza que me fortalece y me empuja a buscar el gozo y la felicidad eternamente y que experimento en mi humilde camino que sólo puedo encontrar en el amor. Y todo eso no está en ninguna parte y menos en el mundo. Sólo se encuentra en Ti.

Por todo ello, Señor, te pido que enciendas mi corazón y lo sostengas incandescente alejado de todo ese peligro que amenaza con apagarlo. Yo quiero confesarte que eres el Hijo de Dios, pero tengo miedo que el mundo me pueda convencer y someter con sus seducciones, a las que no puedo resistir. Por eso, Señor, acudo a Ti, para que fortalecido en el Espíritu Santo sea capaz de soportar también mi camino de cruz y, abrazado a tu Cruz, vencer las peligrosas y amenazantes tentaciones del mundo, demonio y carne.

A tus brazos, Señor, me abandono y me confío apoyado en tu Cruz, en la que Tú has entregado y padecido tu Muerte. Quiero, por tu Gracia, compartir la pequeña cruz de mi vida y ofrecerte lo poco que soy con la esperanza de encontrarme contigo en la Resurrección. Amén.


miércoles, 20 de febrero de 2019

TAMBIÉN YO, SEÑOR, NECESITO VER

Imagen relacionada
Doy gracias a Dios porque mis ojos me permiten ver la luz del sol, los colores y las maravillas de la vida, los árboles y las hermosas montañas, el mar y la colorida y frondosa vegetación. Y, porque también puedo oír y escuchar los cantos de los pájaros y los hermosos sonidos de las notas musicales del pentágrama. Gracias, Señor, por poder apreciar todo lo que has creado para disfrute de tus criaturas predilectas, el hombre y la mujer.

Pero, esa mirada humana no es suficiente, Señor. Hoy quiero pedirte, como hiciste con el ciego camino de Betsaida, que me des la verdadera vista. Esa vista que no se detiene solamente en ver las cosas que Tú has creado, sino también ver ese lado del mundo con los ojos llenos de amor. Un amor paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno, para ser capaz de ver detrás de las apariencias a tus hijos como los ves Tú mismo y ser capaz de apreciar la bondad de cada uno.

Esa es la vista que quiero tener Padre. Dame esa sabiduría que me ayude a situarme en ese espacio de soledad reflexiva para ver con claridad y, a través de esa mirada limpia, pura, y llena de tu Gracia, ser capaz de encontrarte y cerrar mis oídos a toda murmuración, guardar mi lengua de toda maledicencia.y dejar sólo en mí esos buenos y bien intencionados pensamientos que bendigan.

Deposita tus Manos, Señor, en mis ojos y límpialos de toda impureza y de toda mala intención. Guardame, Señor, de la oscuridad del mundo y dame la luz para ver claramente a los hombres y penetrar con mi vista hasta sus corazones. También yo, Señor, quiero ver. No sólo lo que alcanza mi mirada de forma natural, sino con esa otra mirada sobrenatural que sólo Tú, mi Dios, puedes darme. Amén.

martes, 19 de febrero de 2019

SOSTÉN, SEÑOR, MI MIRADA EN TI

Resultado de imagen de Mc 8,14-21 por Fano
Muchas cosas nos pueden distraer y apartar de Dios. Estamos entre lobos y los que viven y buscan el poder tratan de apartarnos del hecho religioso y de que nos fijémonos solamente en ellos. Sus influencias son poderosas y pueden afectarnos peligrosamente si no andamos con cuidado y fortalecidos en la comunidad. El mundo tiene muchas razones para seducirnos y someternos. 

No nos apartemos de la mirada del Señor. Mantengamos siempre su cercanía con la frecuencia de los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía. Estemos siempre cerca para tocar al Señor, hablar con Él y limpiar nuestra alma de todas las impurezas que el mundo nos contaminas y de las malas intenciones que se cultivan en nuestros corazones. 

Señor, queremos permanecer en Ti y perseverar en tu amor. Sabemos que el mundo es un peligro constante y cada día estamos tentados por muchas cosas. Nuestra naturaleza pecadora está sometida al pecado y, sólo en Ti y por Ti podemos superarlo. Tú, Señor, eres nuestra esperanza y en Ti nos abandonamos. Te pedimos que nos llenes de tu fortaleza para resistir todas estas embestidas que el mundo nos prepara y nos propone. Esa mala intencionada levadura farisaica es un peligro constante.

No permitas, Señor, que los poderosos nos puedan y nos influyan. Los medios, la prensa, la televisión y las redes son espacios de influencias que anulan nuestras intenciones y deponen nuestra voluntad. Danos la sabiduría y el poder de discernimiento para poder sostenernos firmes en la fe y en tu Palabra. Todo lo ponemos en tus Manos y en ellas descansamos todas nuestras esperanzas. Amén.