Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 16 de febrero de 2020

PONGO, SEÑOR, MI CORAZÓN EN TUS MANOS

Resultado de imagen de Mt 5,17-37
Experimento, Señor, que hay muchas intenciones en mi corazón que no deseo y que brotan del mismo contra mi voluntad. Reconozco que a mi naturaleza humana le apetece, pero mi conciencia se resiste a aceptarla y mi voluntad a ejecutarla. Son las frecuentes tentaciones que me vienen sin poder hacer nada para impedirlo, pero desde mi voluntad y mi corazón yo las rechazos.

Por eso, Señor, pongo mi corazón en tus Manos para que Tú lo purifiques y lo fortalezca a fin de que todas sus impurezas sean limpias y sus malos pensamientos destruidos. Quiero, Señor, tener un corazón puro, bien intencionado para ver a los demás como los ves Tú, Señor, y poder apreciar la bondad de todos ellos. Sé, también, que, siendo un pecador, no puedo librarme de mis pecados sin tu Gracia, y, por eso, Dios mío, recurro a Ti.

Porque, la cuestión no se concreta en simplemente respetar la ley impresa en un papel, sino la ley sellada en lo más profundo de nuestros corazones. No se trata de respetar la vida y no matar, sino también erradicar el odio y la venganza que anida y se instala en nuestros corazones. No se trata de respetar simplemente a la mujer de tu prójimo, sino también el no desearla y apartarla de tus pensamientos. Como podemos observar, la interpretación de la ley es mucho más profunda y va más allá de lo simple escrito. 

Vive en el corazón del hombre y de él salen los verdaderos pecados que pueden manchar e incumplir la ley. Pidamos al Señor que seamos realmente limpios y que nos dé un corazón puro capaz de erradicar todo aquello que nos contamina y nos hace pecar. Amén.

sábado, 15 de febrero de 2020

UN CORAZÓN COMPASIVO

Resultado de imagen de Mc 8,1-10
Descubrir que eres amado te ayuda, no sólo a dejarte amar, sino a amar tú también. Corresponder al amor recibido es responder a ese deseo fuerte de felicidad que todos tenemos guardado en lo más profundo de nuestros corazones.

Porque, amar es la única fuente de felicidad que el hombre puede encontrar. No te satisface plenamente el pan, sin que, más allá del alimento exista un deseo espiritual que clama desde lo más profundo del corazón del hombre.

Amar es el alimento más pleno que inunda de gozo y alegría tu corazón. Es el alimento que sólo encontrarás en la Eucaristía, verdadera acción de Gracia por amor, y que se te da gratuitamente en la Persona de Xto. Jesús bajo las especies de pan y vino como alimento espíritual que fortalece tu vida, le da pleno sentido y le inunda de amor y paz.

Danos, Señor, ese alimento espiritual de tu Cuerpo y tu Sangre para que fortalecidos en Él podamos vivir en la esperanza de alcanzar tu Misericordia y tu Amor por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 14 de febrero de 2020

TE RECONOCES ENVIADO?

Resultado de imagen de Lc 10,1-9
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Es posible que nuestro bautizo haya pasado a la historia en nuestra vida. Significa que no somos conscientes ni creemos a pesar de estar bautizado, pero, el Espíritu Santo está con y en nosotros aunque tú y yo no nos demos cuenta o no le hagamos caso. Y en nuestro bautismo hemos sido enviados a anunciar la Buena Noticia, que no es otra que la Salvación Eterna en plenitud y felicidad que todos buscamos y anhelamos.

Otra cosa es que nosotros rechacemos ese envío y no queramos saber nada de esa misión encomendada. Se nos ha dado esa capacidad de libertad para decidir y la Buena Noticia no se impone sino se propone y se ofrece buenamente, mansamente y con humildad. Se proclama en Nombre de Dios y se anuncia su Amor y Misericordia por la que somos admitidos a compartir su Gloria Eternamente.

Poco podemos aportar nosotros. Lo más, ser testigos de su Palabra, pero, de ahí no pasamos. Ser testigos y ofrecer nuestra vida como testimonio de su Amor. Todo lo demás vendrá por la Gracia de Dios a aquellos que se abran a su Palabra. Porque, como ya hemos dicho, nada será impuesto sino propuesto libremente. Y somos testigos cuando tratamos y nos esforzamos en vivir en verdad y justicia siguiendo sus enseñanzas y obedeciéndole según sus mandatos.

No debe faltarnos la oración, que es imprescindible para nuestra tarea, pues sin ella dejaríamos de evangelizar. Somos ovejas y necesitamos al Buen Pastor y nos sentimos unidos a Él a través de la oración, que nos fortalece, nos vigoriza, nos anima y nos va señalando el camino a tomar. Dejar de orar y creernos suficientes para evangelizar sería fracasar y morir. Pero, perseverantes en la oración y conscientes de nuestra condición de ovejas humildes y obedientes a su Pastor, nos haremos fuertes y vencedores al pecado y a la muerte. Amén.

jueves, 13 de febrero de 2020

TODO CUESTIÓN DE FE

Resultado de imagen de Mc 7,24-30
Jesús no ha venido a mendigar una oportunidad para que crean en Él. Jesús ha venido a salvar a los que crean en Él. Es cosa muy diferente. Así que el problema es para ti y para todos los que se obstinen en no creer en Jesús. No es problema de Él ni tampoco nuestro, los cristianos. Y digo esto porque, si no, no se entendería lo de la libertad. Hemos sido creados libre para decidir que queremos hacer: salvarnos o condenarnos. Pues bien, tú tienes la palabra.

Nuestro Padre Dios, como Padre, nos quiere hasta el extremo de enviar a su Hijo, nuestro Señor Jesús, para, libremente, transmitirnos su promesa de salvación por amor y demostrárnosla hasta el extremo de entregar su propia vida en su Pasión. ¿Se puede hacer más? Toda su Vida ha sido una oferta de servicio, de sanaciones, de amor para decirte que tu Padre quiere tu felicidad eterna. Pero, ¿tú le escuchas o te has cerrado los oídos?

Ejemplos de quienes le han escuchado hay bastantes conocidos y ¡cuántos que desconocemos! El del Evangelio de hoy es uno de esos, esa mujer sirio-fenicia. También tú puedes hacer lo mismo, fiarte del Señor y buscarle para que atienda tus ruegos y problemas. Te escuchará con toda seguridad, porque, Jesús, el Señor, ha venido a eso, a escucharte y a que tú también, confiando en Él, le escuches y veas el camino por donde tienes que ir.

 Eso es muy importante. Hay que escuchar al Señor, porque, sólo Él sabe el camino por donde debemos transitar en esta selva del mundo llena de peligros y tentaciones escondidas en la apariencia y la hipocresía. Y para escuchar hay que acercarse, tener espacios de paz, de tranquilidad y de atención a su Palabra. Si Él está entre nosotros, también nos hablará. No tengas miedos, siéntate y deja que te hable. Experimentarás como el camino se te va presentando más claro, incluso hasta cuando encuentres espinas y dolor. Danos, Señor, ese don y capacidad para oír tu Palabra. Amén.

miércoles, 12 de febrero de 2020

TÚ Y YO MANCHAMOS LO QUE YA DE POR SÍ ES BUENO

Resultado de imagen de Mc 7,14-23 por Fano
Si te paras y observas llegarás a la conclusión que todo lo que te rodea es bueno. El sol calienta; la tierra da vida y alimento; los animales sirven al bien del hombre y todo ha sido creado para disfrute y gozo del hombre y mujer. Luego, ¿de dónde salen las impurezas, las malas intenciones y el mal? No queda otra alternativa que del corazón del hombre. Su afán de poder y de ser más que el otro le lleva a contaminar lo puro y convertirlo en impuro.

Así sucedió con Adán, quiso ser como Dios y creyó que podía ser independiente y poderoso. Ese es el pecado del hombre. Adán no ha desaparecido, porque, hoy existen muchos Adanes que, rechazando a Dios, creen que comiendo la manzana podrán ser poderosos y felices. Ciegos que no ven lo que tienen a un palmo de su nariz, su propia muerte y desdicha eterna.

¿Acaso no experimentas gozo y felicidad cuando haces el bien? ¿No lo has probado o experimentado? Inténtalo y comprobarás que esa felicidad que buscas está en dar y servir, más que en recibir y ser servido. Comprueba que se recibe más amando que siendo amado. Comprueba y experimenta que la Cruz es la salvación eterna y donde está escondida tu felicidad. 

Y eso está escrito en y dentro de tu corazón. Búscalo y sácalo a flote, porque de esa manera verás el mundo de otra forma y todo lo que toques se convertirá en puro aniquilando las impurezas. Pidamos al Señor que nos dé un corazón capaz de florecer todas nuestras buenas intenciones y, descontaminado todas nuestras impurezas, saquemos de él todas nuestras purezas sembradas por nuestro Padre Dios en nuestro corazón. Amén.

martes, 11 de febrero de 2020

TRADICIONES Y COSTUMBRES

Resultado de imagen de Mc 7,1-13
Las tradiciones y costumbre a menudo se convierten en leyes, que muchas veces están orientadas a los intereses y comodidades de la gente y los pueblos. Hacemos muchas cosas porque la hacen todos, pero eso no significa que están bien. Resulta que como le conviene a unos cuantos, que coincide que son los que las legislan, esas leyes se mantienen aun siendo injustas o no buenas para el bien común.

Nos fijamos en las tradiciones, pero olvidamos el bien de las personas que es, precisamente, a lo que ha venido nuestro Señor Jesús. No podrás considerarte seguidor suyo si no buscas el bien de las personas. Y buscar el bien de las personas, ¿qué es? Simplemente preocuparte, importarte y no permanecer indiferente a sus situaciones. Hay muchas personas que sufren cada día y ante tales sufrimientos nos experimentamos impotentes y sin medios suficientes para aliviarles la situación, si bien, como Iglesia a la que pertenecemos, colaboramos con nuestros esfuerzos y aportaciones económicas.

Ahora, será muy importante descubrir la necesidad de humildad y de reconocerme pecador. Será muy importante saberme débil y sometido por mi humanidad pecadora a las pasiones y concupiscencias que este mundo me ofrece. Será muy importante experimentar la necesidad de la Misericordia de Dios y el lugar privilegiado y principal que tiene la persona humana delante de su Creador. El hombre y la mujer forman y complementan la criatura por excelencia de Dios. Ellos están por encima de toda tradición y costumbre y se rigen por el Amor. Un Amor que los hace semejante a su Creador.

Por todo ello, Señor, te pedimos que nos enseñes a amar y que nos otorgue la fe, la sabiduría y la capacidad de sabernos amados por Ti y, por tu Gracia, ser capaces de amar a los demás como Tú nos amas. Amén.

lunes, 10 de febrero de 2020

LAUDES - COMUN DE VÍRGENES

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H I M N O

Nos apremia el amor, vírgenes santas;
vosotras, que seguisteis su camino,
guiadnos por las sendas de las almas
que hicieron de su amar amor divino.

Esperasteis en vela a vuestro Esposo
en la noche fugaz de vuestra vida,
cuando llamó a la puerta, vuestro gozo
fue contemplar su gloria sin medida.

Vuestra fe y vuestro amor fue fuego ardiente
que mantuvo la llama en la tardanza,
vuestra antorcha encendida fielmente
ha colmado de luz vuestra esperanza.

Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero
con la Iglesia de Dios ha celebrado,
no dejéis que se apague nuestro fuego
en la pereza y sueño del pecado. 

Demos gracias a Dios y, humildemente,
pidamos al Señor que su llamada
nos encuentre en vigilia permanente,
despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.