Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 24 de noviembre de 2020

¡SOSTENNOS FIRMES, SEÑOR, EN EL CAMINO DE LA FE

 

 

Con toda certeza vamos a encontrar en nuestro camino momentos de zozobra, de tempestades y obstáculos que van a tratar de impedirnos seguir adelante. Son las consabidas cruces, de las que ya hablamos y asumimos, en muchas ocasiones, No son imaginarias, ni tampoco abstractas. Son esas, pequeñas cruces que se esconden en el vivir de cada día y que, quizás, no descubrimos ni aceptamos.

Son, precisamente, las cruces que nos irán crucificando en muchos momentos del camino y que nos tentarán a que abandonemos y demos la espalda al Señor. Por eso, Señor, conscientes de nuestras flaquezas y debilidades y amenazados por nuestra tendencia e inclinación a desfallecer, te suplicamos que nos des firmeza y fortaleza para sostenernos firmes en el camino de la fe y de tu seguimiento.

Somos conscientes de las dificultades y queremos seguirte, a pesar de los acontecimientos que se produzcan y que nos inducen a engaño provocándonos para que renunciemos a la escucha de tu Palabra. Por eso, te pedimos, Señor, que nos des esa valentía, sabiduría y fortaleza para soportar todos esos avatares y signos sin titubear para, confiando en tu Palabra, aguardar tu llegada. Amén.

lunes, 23 de noviembre de 2020

SEGUIR NO SIGNIFICA CUMPLIR

Lc 21, 1-4

Seguir a Jesús y ser buen discípulo no sería difícil ni presentaría muchos obstáculos si todo consistiera en cumplir preceptos y normas. El discípulo se acostumbraría a una disciplina y a una norma de vida que no le supondría mayor obstáculo que el de someterse a una disciplina que no le supone mayor exigencia. La dificultad se presenta cuando se acaban las recetas y se abre el horizonte del amor.

Un amor que exige darse; un amor que exige perdonar; un amor que exige compromiso; un amor que exige humillarse. Un amor, en definitiva, que no exige medida , sino que exige plenitud. Un amor que se entiende desde el despojo de ti mismo, de salir de tus egoísmos para darte plenamente.Un Amor como el que te dio y te da cada día Jesús.

Es entonces cuando aparece la dificultad y cuando todo se pone difícil. Y descubres que necesitas la asistencia y el auxilio del Espíritu Santo. Porque, una cosa es segura, sin Él no conseguimos nada.Todo es obra y Gracia de Dios pero, Él ha querido que nosotros colaboremos con su Gracia. Nos ha dado unos talentos y una libertad para elegir seguirle libremente, y ese es nuestro gran tesoro, tener esa posibilidad y aprovecharla abriéndole nuestro corazón. Así lo hizo aquella viuda pobre dando todo lo que tenia, y así también debemos hacerlo nosotros pero, claro, contando con la Gracia de Dios, porque solo no podemos.

Y es eso lo que te pedimos, Padre nuestro, la Gracia de renunciar a todo aquello que nos esclaviza y nos impide seguirte dándote todo nuestro amor. Amén.

domingo, 22 de noviembre de 2020

SEÑOR MÍO

 PastoralSJ - orar - Señor mío


Señor mío:

Tú me diste estos ojos;

dime dónde he de volverlos

en esta noche larga,

que ha de durar más que mis ojos.

 

Rey jurado de mi primera fe:

Tú me diste estas manos;

dime qué han de tomar o dejar

en un peregrinaje

sin sentido para mis sentidos,

donde todo me falta y todo me sobra.

 

Dulzura de mi ardua dulzura:

Tú me diste esta voz

en el desierto;

dime cuál es la palabra

digna de remontar el gran silencio.

 

Soplo de mi barro:

Tú me diste estos pies...

Dime por qué hiciste tantos caminos

si Tú solo eres el Camino,

y la Verdad,

y la Vida.
 
 
 Dulce María Loynaz
 

Dulce María Loynaz

sábado, 21 de noviembre de 2020


José María Rodríguez Olaizola, SJ
José María Rodríguez Olaizola sj

 

Por qué te adoro

Porque nos amas, tú el pobre.

Porque nos sanas, tú herido de amor.

Porque nos iluminas, aun oculto,

cuando la misericordia enciende el mundo.

Porque nos guías, siempre delante,

siempre esperando,

te adoro.

Porque nos miras desde la congoja

y nos sonríes desde la inocencia.

Porque nos ruegas desde la angustia

de tus hijos golpeados,

nos abrazas en el abrazo que damos

y en la vida que compartimos

te adoro.

Porque me perdonas más que yo mismo,

porque me llamas, con grito y susurro

y me envías, nunca solo.

Porque confías en mí,

tú que conoces mi debilidad

te adoro.

Porque me colmas

y me inquietas.

Porque me abres los ojos

y en mi horizonte pones tu evangelio.

Porque cuando entras en ella, mi vida

es plena

te adoro.

 

José María Rodríguez Olaizola sj

 

 

 

 

 

 

 



viernes, 20 de noviembre de 2020

UNA ORACIÓN VERDADERA, NACIDA DEL CORAZÓN Y BIEN INTENCIONADA

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

En muchos momentos en los que estoy delante del Sagrario y, por tanto, consciente de que allí está real y verdaderamente presente el Señor, me culpo de mi despiste, de mis egoísmos y de que solo busco lo que verdaderamente me importa. Es posible que, en mi descargo y siendo sincero, no me doy cuenta, ni esa son mis intenciones. 

Y también, es verdad que pido por otras necesidades y problemas. En realidad no debo de decirlo, y me empuja a hacerlo solo la buena intención de compartir. El Señor sabe mejor que nadie - incluso que yo - de mis auténticas y verdaderas intenciones.

Nunca debo ni debemos olvidar nuestra condición humana, que por ser humana es pecadora y, por tanto, expuesta a las tentaciones que tratan de desviarte, confundirte y hacerte dudar. Es mi propia experiencia y la que, sin otra resistencia, abandonarme en súplica y ruego, al Señor, aceptando mi humilde y pequeña crucifixión en esa lucha contra las tentaciones. 

Me da miedo, Señor, que esconda mis pecados y, aparentemente, me presente como un fiel, piadoso y buen creyente. Quiero más acercarme a aquel publicano - Lc 18, 9-14 - que, inclinada su cabeza te pedía perdón y se confesaba pecador. ¡Señor perdona todos mis pecados y purifica todas mis malas intenciones para que pueda adorarte en Espíritu y Verdad!

¡Haz, Señor, que mi oración sea pura y llena de buena intención, a pesar de mis fallos, egoísmos y pecados! Convierte mi impuro corazón en un corazón puro, limpio, inocente y abierto a tu Amor Misericordioso. Amén.

jueves, 19 de noviembre de 2020

SE TRATA DE AMAR, PERO, EL AMOR, SI REALMENTE ES AMOR, SE VE Y SE NOTA


Mi encuentro con el Señor no puede quedarse en un diálogo con Él cargado de buenas promesas e intenciones. Porque, si ahí empieza y termina mi oración, es falsa, hipócrita y solo de apariencias. El amor al que me invita Jesús es un amor comprometido, arriesgado, difícil, a veces duro, incomprendido, gratuito, quizás con frecuencia no reconocido y, sobre todo, doloroso - de cruz -.

Pero, a pesar de todo eso, el amor, por la Gracia de Dios, está siempre lleno de gozo y satisfacción. Porque, el encuentro en Jesús es el amor, quizás sin saberlo, que andabas buscando. Le ocurrió eso a Andrés y, posiblemente al mismo Juan cuando, estando con Juan el bautista, éste le señalo a Jesús como el Cordero de Dios. Y ese encuentro fue para ellos determinante, encontraron lo que andaban buscando.

Jesús te invita. Pregunta a Andrés y a Juan, ¿qué buscan? Y a las respuestas de ellos, les responden: Vengan y veréís. También nos lo dice a nosotros. Pero, ¿cuál es nuestra respuesta? Realmente, ¿queremos ver? Esa es la cuestión, la decisión que tengo que tomar. ¿Me arriesgo, me decido, me comprometo a conocerle y a escucharle? Y si me decido y doy el paso, ¿estoy disponible y entregado a seguirle con todas las consecuencias?

Pidamos esa fuerza y valentía para no volvernos atrás a causa de nuestros miedos y cobardías. Pidamos sabiduría y capacidad de discernimiento para saber realmente qué debemos hacer, e injertados y abiertos a la acción del Espíritu Santo, dar el paso de comprometernos por amor. Porque, es realmente ahí donde encontramos esa felicidad y gozo eterno que buscamos. Amén.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

¡SEÑOR, TODO LO QUE TENGO ES TUYO!


¡Señor!, me has dado todo lo que tengo y quiere que yo negocie con eso que he recibido de tu Mano generosa. Esa es tu Voluntad, que unos dependamos del amor de otros, como todos dependemos de tu Amor. Tú, nos has amado hasta el extremo de entregarnos a tu Hijo predilecto. 

Y lo has hecho para darnos la oportunidad de liberarnos de la esclavitud del pecado. ¿Qué tonto somos, Señor, que no nos damos cuenta? O, quizás, cegados por el pecado y debilitados por nuestras apetencias y flaquezas perdemos el seguimiento de tus pasos y perdemos lo más grande que hemos recibido, tu Amor.

¡Oh, Señor, gracias por tu Amor Misericordioso que nos salva y nos redime! Siervos inútiles que, recibiendo tanto de Ti, Señor, no rendimos lo debido. Danos la Gracia de darnos cuenta y de poner todo nuestro esfuerzo en rendir y poner a producir todos esos talentos que hemos recibido para el bien de todos nuestros hermanos, sobre todo los más desfavorecidos y pobres.

Señor, que siempre tenga en cuenta que todo lo recibido no es mío, sino que me ha sido dado para ponerlo en función de los que lo necesitan. Dame esa sabiduría y esa fortaleza para poder, no solo entenderlo, sino ponerlo por obra. En Ti confío, Señor. Gracias.