Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 13 de noviembre de 2021

CUANDO PIDES ES QUE ESPERAS RECIBIR

 

Pedir significa esperar recibir. Quien no espera recibir deja de pedir. Por tanto, claro está que cuando pides tienes vivas esperanza de que seas escuchado y, en consecuencia, recibas respecto a lo pedido, o, quizás más. En este caso, sorprendentemente más, porque, el Señor, sabe mejor que tú lo que realmente necesitas. Por tanto, pide sin descanso y persevera en la oración.

Y eso es lo que hoy, Señor, venimos a pedirte, la fortaleza y la voluntad de perseverar en la oración. Esa oración en y por la cual nos ponemos en contacto directo contigo y te hablamos de nuestra situación de fe, de espiritualidad, de  inconstancia, de desfallecimiento, de dudas, de egoísmos, de envidias, de deseos de venganzas, de tantos problemas que nos dificultan y obstaculizan parecernos a Ti. Porque, eso, Señor, es lo que realmente queremos, parecernos a Ti y vivir a tu estilo, amando y perseverando en la oración con nuestro Padre Dios.

Danos, Señor, la paciencia, la humildad y la sabiduría de sostenernos en la oración a pesar de nuestras dificultades y limitaciones. Incluso, Señor, cuando entra la oscuridad en nuestros corazones y perdemos tu presencia y tu cercanía. Que siempre, Señor, estemos dispuestos a insistir como esa pobre viuda que nos pone de ejemplo en el Evangelio de hoy. Amén.

viernes, 12 de noviembre de 2021

DAME, SEÑOR, SABIDURÍA PARA SABER TOMAR LA BUENA DECISIÓN

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Es bueno preguntarnos qué pasará al final de nuestra vida. Nos parece que estamos muy lejos de esa hora, pero, sin darnos cuenta nos aproximamos a toda velocidad. Y nuestra tarde llegará tarde o temprano, lo que nos advierte que debemos estar preparados. ¿Preparados para qué? Puede ser esa la pregunta que quizás ahora nos suena algo fuera de contexto. Preparados para recibir la llamada e invitación del Señor a esa morada de Vid

a Eterna que nos ha preparado – Jn 12, 14 – para cuando partamos de este mundo. Porque, esa es la cuestión. Este mundo es un camino de paso y, para aprovecharlo, tendremos que estar muy atentos a la Palabra del Señor. Palabra que nos va señalando y abriendo el camino para, el día de nuestra tarde, responder y estar preparado a la venida del Señor.

Por eso, ahora, despiertos y consciente de la presencia del Señor en nuestras vidas, le pedimos desde este humilde rincón de oración la Gracia y la Sabiduría de permanecer, cada instante de nuestro camino en nuestra vida, atentos y escuchante a su Palabra y preparados y disponibles a acudir a su llamada de Vida Eterna. Amén.

jueves, 11 de noviembre de 2021

GRACIAS, SEÑOR, PORQUE PUEDO, EN CADA MOMENTO, HABLAR CONTIGO

 

Te doy gracias, Señor, porque puedo hablarte en y a cada instante. No tengo, ni siquiera que moverme. Tú, Señor, estás dentro de mí y me hablas. Yo te escucho y, Tú, me indicas el camino por donde debo ir.

Dame, Señor, la sabiduría y la fuerza para saber, no sólo escucharte, sino también obedecerte. Quítame los miedos, los complejos y prejuicios que puedan impedirme escucharte y obedecerte. Dame paciencia, perseverancia, ánimo e ilusión de estar siempre en permanente contacto contigo. ¡Estas tan cerca, Señor, que, a veces me da vergüenza de tenerte tan dentro de mí e ignorarte!

Perdóname, Señor, por mis fallos y pecados. Soy consciente de que no te merezco, pero, confiando en tu Amor Misericordioso, me alegro que estés en lo más profundo de mi corazón. Yo, Señor, quiero ponerte en el mejor lugar para que seas Tú quién reines en él. Amén.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

ABIERTO A LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU

 

La tentación - hija del pecado - está a la vuelta de la esquina, y, por mucho que queramos esquivarla, estará siempre declarándonos la guerra. ¿Cuál será nuestro deber? Tratar de vencerla  - asistidos por la acción del Espíritu Santo - nunca solos, y estar siempre en actitud de buena intención actuando con rectitud. Nos conviene hacernos esta pregunta y tratar de - sinceramente- darle respuesta:

¿Tenemos, nosotros, la suficiente confianza para ir - estando enfermos - a que nos den el alta como curados? ¿No dudaremos y hasta nos volveremos atrás viendo que estando enfermos vamos a que nos den de alta? Pues, aquellos diez leprosos -según cuenta el Evangelio - obedecieron a Jesús y,  estando todavía leprosos, fueron a presentarse a los sacerdotes, confiados en la Palabra de Jesús. 

¿Qué sucedió? El Evangelio nos dice: Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?». Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado». 

La pregunta cae por su propio peso: ¿Somos nosotros agradecidos por todo lo que recibimos cada día de nuestro Padre Dios? ¿Estamos agradecidos y le damos las gracias? Posiblemente, si tomaramos conciencia de lo que Dios nos da, nos quiere y nos perdona con Misericordia Infinita, otro gallo nos cantaría. Nuestra conversión sería, sería y profunda. Por tanto, no perdamos el tiempo y seamos agradecidos. Demos gracias a nuestro Padre Dios cada instante de nuestra vida y permanentemente, porque, Dios nos regala la vida y todo lo que tenemos, y nos lo da para nuestra salvación eterna. Amén.

martes, 9 de noviembre de 2021

TEMPLO

 

 

Pidamos con el corazón en la mano que sepamos – por la Gracia de Dios, nuestro Padre – cuidar nuestro cuerpo y nuestra alma, resguardándola de todas las impurezas que este mundo nos puede contaminar. Un mundo que nos aleja de Dios si le dejamos que entre en nuestro corazón y nos seduzca con sus ofertas de placer, sexo, confort y satisfacciones que nos corrompen y nos alejan de guardar con verdadero amor y pureza nuestros cuerpos.

Porque, somos templos del Espíritu Santo y responsables de conservarlo puro y en Gracia de Dios desde la hora de nuestro bautismo. Sobre todo, a cada caída, responder con una levantada gracias a la Misericordia de Dios. Pidamos, pues, que cada instante de nuestra vida sepamos sostenernos limpio de todo pecado y mantener nuestro corazón siempre en actitud orante, dialogante y en contacto directo con nuestro Padre Dios. Porque, Él habita en nuestro interior y está presente en todo momento de nuestra vida. Amén.

lunes, 8 de noviembre de 2021

 

 

Necesito, Señor, abajarme, ser pequeño para, desde ahí, crecer y hacerme grande por tu Gracia y Misericordia Infinita. Y, no lo podré conseguir sin tu concurso y tu Gracia. Dame, pues, Señor, la Gracia de ser humilde y pequeño. Porque, la pequeñez exige la humildad de considerarme pecador, débil, último y necesitado de tu Amor Misericordioso.

No me será fácil. Es más, me será imposible sin tu Gracia. Por eso, hoy, desde este pequeño también rincón de oración, quiero pedirte, primero perdón por todas mis miserias y pecados. Y, segundo, suplicarte la humildad de considerarme último entre los  últimos. Gracias, Señor. Amén.

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domingo, 7 de noviembre de 2021

Qué ama Agustín cuando ama a Dios

 

No con conciencia dudosa, sino cierta, yo te amo, Señor. Heriste mi corazón con tu palabra y te amé. Mas también el cielo y la tierra y todo cuanto en ellos se contiene he aquí que me dicen de todas partes que te ame; ni cesan de decírselo a todos, a fin de que sean inexcusables20. Sin embargo, tú te compadecerás más altamente de quien te compadecieres y prestarás más tu misericordia con quien fueses misericordioso21: de otro modo, el cielo y la tierra cantarían tus alabanzas a sordos.

Y ¿qué es lo que amo cuando yo te amo? No belleza de cuerpo ni hermosura de tiempo, no blancura de luz, tan amable a estos ojos terrenos; no dulces melodías de toda clase de cantilenas, no fragancia de flores, de ungüentos y de aromas, no manás ni mieles, no miembros atrayentes a las caricias de la carne: nada de esto amo cuando amo a mi Dios. Y, sin embargo, amo una especie de luz, de voz, y de fragancia y de alimento y de caricia, cuando amo a mi Dios, que es luz, voz, fragancia, alimento y caricia del hombre mío interior, donde resplandece a mi alma lo que el espacio no contiene; resuena lo que no arrebata consigo el tiempo; exhala sus perfumes lo que no se lleva el viento; saborea lo que no se consume comiendo, y donde la unión es tan firme que no la disuelve el hastío. Esto es lo que amo cuando amo a mi Dios.

9. Pero ¿y qué es entonces? Pregunté a la tierra y me dijo: «No soy yo»; y todas las cosas que hay en ella me confesaron lo mismo. Pregunté al mar y a los abismos y a los reptiles de alma viva, y me respondieron: «No somos tu Dios; búscale sobre nosotros». Interrogué a las auras que respiramos, y el aire todo, con sus moradores, me dijo: «Se engaña Anaxímenes: yo no soy tu Dios». Pregunté al cielo, al sol, a la luna y a las estrellas. «Tampoco somos nosotros el Dios que buscas», me respondieron.

Dije entonces a todas las cosas que están fuera de las puertas de mi carne: «Decidme algo de mi Dios, ya que vosotras no lo sois; decidme algo de él». Y exclamaron todas con grande voz: Él nos ha hecho22. Mi pregunta era mi mirada; su respuesta, su belleza.

Entonces me dirigí a mí mismo y me dije: «¿Tú quién eres?», y respondí: «Un hombre». He aquí, pues, que tengo en mí prestos un cuerpo y un alma; esta, interior; el otro, exterior. ¿Por cuál de éstos es por donde debí yo buscar a mi Dios, a quien ya había buscado por los cuerpos desde la tierra al cielo, hasta donde pude enviar los mensajeros rayos de mis ojos? Mejor, sin duda, es el elemento interior, porque a él es a quien comunican sus noticias todos los mensajeros corporales, como a presidente y juez, de las respuestas del cielo, de la tierra y de todas las cosas que en ellos se encierran, cuando dicen: «No somos Dios» y «Él nos ha hecho». El hombre interior es quien ha conocido estas cosas por ministerio del exterior; yo interior conocí estas cosas; yo, Yo—Alma, por medio del sentido de mi cuerpo.

Interrogué, finalmente, a la mole del mundo acerca de mi Dios, y ella me respondió: «Yo solo soy simple hechura suya».

San Agustín