Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 5 de mayo de 2013

DAME LA VIRTUD DE LA HUMILDAD



No permitas Señor que me confunda con el saber y la sabiduría, pues toda sabiduría viene de Ti. Y es el Defensor, enviado por el Padre en tu Nombre, quien nos enseñará todo lo que Tú nos has dicho y enseñado. Y nos lo irá recordando a través del camino peregrino de tu Iglesia.

No dejes que mi vanidad, ambición y soberbia me encumbra de honores, de halagos y suficiencia creyéndome en posesión de la verdad, porque esa sería la señal de todo lo contrario. Dame la humildad de ponerme en Manos del Espíritu Santo y de dejarme conducir por Él, porque es Él quien guiará a la Iglesia hasta tu regreso.

Te pido Señor la sabiduría de saberme pobre y necesitado de aprender, de aprender sobre todas las cosas del Espíritu Santo, y de todos aquellos donde el Espíritu quiera soplar. Dame la inteligencia y la capacidad de escucha de saber atender y recoger donde Tú, Espíritu Santo, hablas, diriges y mueves, y la voluntad y fortaleza de, habiéndolo escuchado, llevarlo a la vida. Amén.

CON LA ESPERANZA DE TU REGRESO, SEÑOR



Gracias, Dios mío, por quedarte entre nosotros. No te vemos con los ojos de nuestro cuerpo, ni te tocamos con las manos de nuestros brazos, pero te percibimos con el espíritu de nuestro corazón y te sentimos con la fe de nuestra alma. Tú, Señor, estás entre nosotros porque tu Palabra así nos lo dice, y así nosotros la acogemos fiados de Ti y de tu presencia entre nosotros.

Percibimos tu aliento, tu fortaleza y tu poder, y sobre todo, tu Cuerpo y Sangre bajo las especie de pan y vino, que nos alimentan y nos dan la vida hasta tu regreso. En Ti confiamos y en Ti nos alegramos, porque tu eres nuestra esperanza y nuestra vida.

Danos Señor la fortaleza de espíritu que necesitamos para, a pesar de lo empinado del camino, podamos soportar todos los contratiempos que el cargar con nuestra cruz nos exige. Que nunca perdamos la confianza y la esperanza de sabernos acompañados y fortalecidos en el Espíritu Santo, y que no perdamos de vista la esperanza y la certeza de esperarte confiados en tu regreso. Amén.

sábado, 4 de mayo de 2013

SÓLO TE PIDO TU GRACIA, SEÑOR



Dame Señor tu Vida y la sabiduría de transmitirla con obras y palabras en el nombre de tu Hijo Jesús, que la entregó por mí y todos los hombres, mis hermanos en Él.

Doy gracias al Señor por darme esta Gracia y oportunidad de su Perdón y Misericordia en el Sacramento del perdón. Pongo en su presencia todas mis miserias, pobrezas y pecados de pensamientos y obras, y también de omisión.

Pongo en su presencia mi impaciencia, mi desesperación, mis remordimientos y mi ignorancia ante su Infinita Misericordia, de la que no soy digno de merecer. Doy gracias por este inmenso y tan alto regalo gratuito, voluntario, sin condiciones e inmensamente amoroso.

Me postro ante Ti, Señor, con esperanza y gozo confiado de recibir tu Gracia, y sumiso a tu perdón por no saber ver en los demás, sobre todo los que me rodean en mi vida, tu Rostro. Pido perdón por mis actitudes violentas ante los demás, inflexibles a sus pensamientos, errores o defectos... ¿Y los míos, Señor?

Perdón por mis últimos fracasos, por mis suficiencias, por mis apariencias, por mis faltas de humildad, por mis impaciencias y, al final, desconfianza en la acción del Espíritu Santo. Perdón por cuantas veces me siento tentado a verme y considerarme mejor que otros...

 Perdón por mis flaquezas, mis perezas, mis egoísmos, mis cumplimientos envueltos en hipocresías y apoyados en arenas movedizas que olvidan y excluyen a otros, sobre todos los débiles y pequeños, precisamente donde Tú, Señor, te encuentras.

Perdóname cuando antepongo mi persona a Ti y te remito a un segundo plano en las personas con las que trato en mi vida. Sólo quiero pedirte que me des la Gracia y la sabiduría de vivir tu Amor en ellas como Tú, por tu Amor, lo vives en mí. Amén.