Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 31 de octubre de 2014

NUESTROS ROSARIOS SERÁN EFECTIVOS SI LOS LLEVAMOS Y APLICAMOS A NUESTRAS VIDAS

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS 



Corremos el peligro de convertir nuestra fe en una cadena de oraciones, de rezos y cumplimientos que, sin dejar de ser buenos, no son lo verdaderamente importante si esos rezos no tienen detrás la vida. Y es que cuando la fe se hace vida, la oración nace necesariamente para alimentar y fortalecer esa vida.

Jesús necesitaba del Padre porque vivía en la Voluntad del Padre. Toda su vida giraba en torno al plan del Padre y la asistencia del Espíritu. De la misma manera, nuestras oraciones necesitan de las exigencias de nuestras vidas para que, encarnadas en el Señor, nos llenemos de su Gracia y su Fortaleza.

Vivamos confiados en la acción del Espíritu Santo sin miedo al que dirán ni a las consecuencias que nos pueda acarrear el dar fe y testimonio de la Voluntad del Señor. Porque el Señor está a nuestro lado y nos escucha, nos atiende, nos mira y nos ve. Y nos cura como a ese hombre hidrópico que necesitaba ser curado por encima de la ley.

Danos Señor la sabiduría, la valentía y la fortaleza de saber ser coherente con tu Palabra y dar testimonio, no sólo con nuestras oraciones sino también con nuestra vida. Te pedimos que este rosario de hoy, a la hora señalada, nos anime a esta labor y a defender la familia y la vida. Amén.

jueves, 30 de octubre de 2014

NO ME ATREVO A LEVANTAR LA VOZ



Ocurrió que Pedro levantaba la voz impetuosamente para defender al Maestro. Y también prometió que sería imposible que él negara al Señor. Supongo que no estaba en sus cálculos, ni siquiera probable, negar al Señor. No obstante, llegado el momento sus fuerzas flaquearon y pasó lo que todos sabemos que pasó.

Por eso empezaba diciendo, título de la oración, "no me atrevo a levantar la voz", porque mis fuerzas me fallan y soy consciente de que sólo en Ti, Señor, descansa mi fortaleza y mi fe. Y antes de prometerte nada, Señor, te pido valor, firmeza y decisión de ser Tú mi primera opción. 

Opción de ser el motor de mi vida; opción de pasar todos mis anhelos y deseos en este mundo por el filtro de tu Amor y tu Voluntad. Opción de tenerte como centro de mi corazón y de mi vida y de llenarme de Ti para poder amar como Tú lo haces por mí y por cada hombre de este mundo.

Dame Señor la voluntad, la firmeza, la capacidad y sabiduría de permanecer fiel a tu Palabra. De, a pesar de mis pecados, equivocaciones, perezas, apegos, miedos y egoísmos, seguirte siempre sin condiciones hasta el punto de entregar mi vida, sin dudarlo, si fuese menester.

No me atrevo a levantar la voz, pero mi corazón quiere entregarse a pesar de saberse débil, frágil, temeroso y pecador. Y en Ti confío Señor. Amén.

miércoles, 29 de octubre de 2014

SÓLO TÚ GRACIA SEÑOR PUEDE ABRIRME LA PUERTA



No podré atravesar la puerta estrecha por mis méritos, porque por mucho que me afane nada conseguiré sin tu concurso Señor. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas (Sal.126).

Eso produce el mí un santo temor, Señor. Porque soy consciente de mis pecados y mis miserias. Hay días, hoy es uno de ellos, que me siento inútil, cansado, derrotado, insatisfecho... y cuantas cosas más. Hoy es un día que me cuesta quererme y aceptarme. Y eso es malo porque te dejo en mal lugar, pues Tú, mi Señor, eres mi hacedor y mi creador. ¿Cómo puedes hacer Tú cosas malas como yo?

Soy yo la causa de mis propios males por mis pecados. Y en esa tribulación voy camino de esa puerta estrecha que Tú me hablas hoy. Y me pregunto que no soy digno de atravesarla, que me la voy a encontrar cerrada y el temor me invade. Me postro a tus pies, Señor, y te pido piedad y compasión.

Dame la serenidad y la paciencia de tener confianza en tu Misericordia. Tú, Señor, eres mi Padre, y como Padre Bueno que eres tienes compasión de tus hijos. Y yo me reconozco hijo, hijo malo y pecador, pero hijo. Hijo que Tú, Señor, has venido a salvar y a redimir.

Pues bien, Señor, aquí estoy y espero tu salvación. Confío en tu Misericordia y en tu Gracia y emprendo el camino animado y confiado en esa esperanza que Tú me ofreces. En Tus Manos me abandono Señor.

martes, 28 de octubre de 2014

MI VIDA IRÁ MEJOR SI LA COMPARTO CONTIGO SEÑOR



Se dice que las decisiones compartidas y consensuadas son más seguras y mejor tomadas. Es posible que escuchando a otros tengas más posibilidades de que tus decisiones sean más enriquecidas y, por consiguiente mejor tomadas.

Pero aquí no hablamos de un buen consejero, ni de los mejores asesores. Aquí hablamos del Espíritu Santo, la tercera Persona de la Santísima Trinidad, que ha sido enviada para recorrer con cada uno de nosotros nuestro propio camino. Y en Él asesorarnos, aconsejarnos e iluminarnos para tomar la decisión más oportuna y que mejor nos conviene para vivir y realizar la Voluntad del Padre.

Nunca habrá mejor consultor. Jesús nos lo testimonia en muchos momentos de su vida, y nos enseña la necesidad de una relación estrecha y orante con su Padre Dios. Nuestras decisiones las debemos llevar siempre y en cada momento a la presencia de Dios. Y en diálogo sereno, paciente y atento, entregarnos a la escucha de su Palabra y Sabiduría para, aplicada a nuestra vida, vivirla en actitud de palabra y vida en la diaria relación con nuestro prójimo.

Pidamos al Señor esa capacidad de oración silenciosa, concentrada, escuchante y atenta para, despojados y liberados de toda soberbia, ideologías y egoísmos, sepamos abrirnos a la acción del Espíritu Santo y dejarnos alumbrar por su Palabra y Acción. Amén.

lunes, 27 de octubre de 2014

NO DEJAMOS QUE NUESTROS OJOS VEAN



Ante tales prodigios, tal es una curación, prohibimos ver a nuestros ojos. Es como cuando percibimos que no tenemos razón, pero nuestro corazón endurecido y nuestra razón ensoberbecida nos impide asentir y reconocer que estamos equivocados. Creo que si somos sinceros con nosotros mismos, podemos confesar que algunas veces, o quizás muchas, nos ha sucedido esta experiencia.

Hoy, el Evangelio nos cuenta algo parecido. Jesús cura a una mujer que llevaba encorvada unos dieciocho años, y ante tal milagro, el jefe de la sinagoga no parece percatarse de lo que ha hecho Jesús y qué puede significarse tal prodigio. Su empecinamiento es la ley y su voluntad de ponerla por encima de todo. Para él la ley es su dios y su salvación.

Quizás nos puede estar ocurriendo a nosotros algo parecido, pues damos prioridad al trabajo y la economía antes que a las necesidades del hombre. Tanto en lo que se refiere a su bienestar físico como a su bienestar espiritual. Dios queda supeditado a los intereses del mercado y de la economía. ¿Es esa la ley que hoy manda y que prioriza su atención antes que al hombre y al mismo Dios?

Perdona nuestra osadía, Señor, y danos la capacidad de sorprendernos y admirarnos de tu Poder y tu Misericordia, y de prestarte todo el tiempo necesario para adorarte y entregarte nuestra vida como fruto de correspondencia por tu Amor. Amén.

domingo, 26 de octubre de 2014

PERDONA, SEÑOR, MIS MENTIRAS



Perdona, Señor, mis mentiras, porque cada vez que miro indiferente a una persona, por la que Tú has dado tu vida, estoy negandote mi amor. Soy conscientes de mis muchas mentiras cuando me he desentendido de tantas personas necesitadas. ¿Cómo, me pregunto, puedo dirigirme a Ti si me olvido de mi hermano?

Sé también de mis limitaciones, de mi impotencia ante las necesidades y miserias que otros pasan, pero siempre me pregunto si pudiendo hacer algo, no lo hago. Esa es mi diaria batalla, que en muchos momentos me atormenta y desespera. Quiero aprovechar esta oportunidad del rincón para orar para, junto con mis hermanos, pedirte luz y sabiduría para, sin por eso despreocuparme, encontrar respuesta a mis inquietudes y deseos de ayudar.

Hay momentos de sosiego, de comprender mi pobreza y descansar en tu Poder, Señor. No soy sino una menos que simple gotita de agua en este mar inmenso, para mí, que de salirse de él quedaría evaporada y seca en milésimas de segundos. Pero me consumo viendo a tantos que sufren y mueren por no tener lo necesario para vivir dignamente. 

¡Oh, Señor!, dame la paz que me permita continuar el camino y la lucha de proclamar la Buena Noticia de tu Evangelio y la sabiduría y capacidad de vivirlo y encarnarlo en mi vida. Porque no quiero Señor encenderte una vela por un lado, y apagarla por otro. Más me valdría no hacer nada.

sábado, 25 de octubre de 2014

SÓLO TÚ, SEÑOR, LIMPIAS MI VIDA



Mi vida está machada. Por mucho que la lave no podré dejarla limpia. Mi suciedad no acaba. Siempre deja rastro y secuelas que vuelven a mancharme. No encuentro ningún remedio ni elixir que me libren de esas manchas que amenazan mi limpieza. Estoy tocado por mis propios pecados y no puedo librarme de ellos.

Sólo en Ti, Señor, encuentro la Gracia que limpia mi alma sin dejar rastro de ninguna suciedad. Tu Gracia, Señor, me deja nuevo, completamente limpio. Sé que no lo merezco, y eso me da la medida de tu Amor. ¡Cuánto me quieres, Dios mío! Nunca llegaré a entenderlo hasta que Tú me lo permitas y reveles.

Dame la fuerza, la voluntad y la Gracia de soportar con paciencia y esperanza el castigo que he de sufrir por mis propios pecados. Tú, Dios mío, en tu Hijo Jesús has pagado por ellos, y nos has abierto la sabiduría de saber aprovechar, como la higuera seca, esa oportunidad de tu Misericordia, y dar frutos entregándome y dándome, para ser, por la Muerte de tu Hijo en la Cruz, digno de ser llamado hijo Tuyo.