Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 25 de junio de 2015

SENTIR EL AGUIJÓN DEL SACRIFICIO



Todo lo que supone amor esconde sacrificio. No hay amor fácil ni cómodo. En el amor experimentas gozo, pero el gozo de dar y darte por ayudar y aliviar el sufrimiento de otros. Porque el gozo de darte a ti mismo se llama egoísmo. Es bueno que lo que quieras para ti mismo lo desees y quieras también para los otros.

El amor no consiste en una piedad sensible, afectiva, con olor a rosas y canciones. Sí, es parte de eso, pero contiene también, y en grandes dosis, una piedad sacrificada, una piedad de renuncias, de entrega, de obras que dan sentido a la piedad de palabras y sentimientos sensibles y afectivos. Ambas complementan y definen el verdadero amor. El amor con el que nos amó y nos ama Jesús, y el que nos enseñó, con su Vida, a que también lo viviéramos nosotros.

Somos conscientes de la gran dificultad que nos supone amar en ese estilo. Nosotros criaturas imperfectas, apegadas, limitadas y egoístas estamos marcados por el fracaso y el pecado. Nunca podremos vencernos y ser capaces de morir a nosotros mismos. Necesitamos la Gracia del Señor sin la cuál no podemos hacer nada, y necesitamos pedírsela consciente de que nos la dará porque nos quiere y ha entregado a su propio Hijo para salvarnos. ¿Cómo no nos la va a dar?

Pero necesita nuestra colaboración, nuestra perseverancia, nuestro compromiso, nuestro esfuerzo, nuestra lucha, nuestra entrega y nuestra total disposición, apertura  y obediencia a su Gracia. Toma nuestra libertad, Señor, y danos esas cualidades para abrirnos a la acción del Espíritu Santo. Amén.

miércoles, 24 de junio de 2015

PREOCUPADOS POR LA EVANGELIZACIÓN



Hay una frase de san Pablo que dice: ¡Ay de mí si no evangelizara! Porque eso significaría que tampoco has vivido según la Palabra de Dios. Se supone que si vives en Cristo, evangelizas, y si no lo haces es porque te has dedicado a vivir en ti mismo. 

El creyente comprometido se preocupa de responder a su compromiso de Bautismo y se cuestiona si con su vida y palabra proclama ese compromiso. Hoy, el testimonio de Juan el Bautista nos compromete y nos apremia a hacer nosotros lo mismo. Cada cual en la medida de sus posibilidades y según sus circunstancias y la misión que el Espíritu le asigna. Porque todos tenemos una misión que cumplir, ya sea en la familia, en el trabajo, en la misión apostólica, como religioso, seglar, casado, soltero, sacerdote...etc.

Lo verdaderamente importante es que nos descubramos como hijos de Dios y hermanos de los hombres y nos esforcemos en vivir desde y en la verdad según la Palabra de Dios. Todos estamos de acuerdo que si los pueblos tomaran como constitución los diez Mandamientos de la Ley de Dios y los cumplieran, la vida sería diferente y los problemas desaparecerían.

Pidamos eso, que los pueblos descubran que la mejor propuesta es la que nos propone el Señor, la Ley de Dios, que es muy sencilla de comprender, de explicar y de proclamar: "Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Jesús, nuestro Señor, nos ha enseñado a amar con su ejemplo y vida".

martes, 23 de junio de 2015

A VECES EL CAMINO APRIETA, PERO EL GOZO AUMENTA



Es verdad, nadie puede negar que la tarea es ardua, pero tampoco, si lo pensamos bien, podemos librarnos de las fatigas y sacrificios. El salmo 89 lo expresa muy bien:  "Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan".

Por muchos que busquemos y nos afanemos los malos momentos llegarán inevitablemente. Así que, es de buen gusto e inteligente elegir el camino que, a pesar de las fatigas y los trabajos, la esperanza del gozo y de la plenitud está como meta. Y no porque lo hayamos descubierto alguno de nosotros, ni nadie más relevante, sino porque es Palabra de Dios. Palabra que nos ha prometido Jesús, su Hijo Único y Verdadero. Dios y Hombre.

Su Palabra tiene verdadero cumplimiento porque siempre se ha cumplido, hasta en su Resurrección. No hay ni puede haber mayor garantía. El Señor nos ha prometido la plenitud eterna a todos los que creamos en Él y seamos capaces de, injertados en Él, no solos, atrevernos y esforzarnos en pasar por la puerta estrecha. Luego, ¿a qué esperas? No hay mayor seguridad. ¡Lo ha dicho el Señor! El Señor dueño de la Vida y de la Muerte.

Él nos invita a abrirnos a su Gracia y a no malgastarla. A cuidarla y a darla en la misma medida que nos gustaría que a nosotros nos la diesen: "Abriéndonos al Amor de nuestro Padre Dios". Y reservarla de aquellos que la maldicen y la rechazan. Él nos invita a elegir y pasar por la puerta estrecha, la puerta que nos exige renuncias, sacrificios, exigirnos y amarnos. Buscarnos el bien los unos a los otros. Él sabe de las dificultades que nos encontramos en el camino, y nos da el valor, la capacidad, la fuerza y todo lo necesario para que podamos atravesarla.

Pidamos al Padre en el Espíritu Santo que seamos capaces de encontrar ese camino que da a la Vida, y pongamos todo lo de nuestra parte en la confianza que el Padre nos ve y nos dará su Mano para poder atravesarla. Amén.