Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 28 de junio de 2015

SIN LUGAR A DUDA

¿Qué puedes decir ante este hecho?


Se trata de creer o no. No me cansaré de repetirlo, porque la resurrección de la hija de Jairo y la curación de la mujer con flujos de sangre son hechos históricos y no pamplinas. Y ante estas evidencias decidimos creer las que nos interesa y desechar las que no. Es cuestión de creer o no. Eso no significa que respetemos las creencias de todos.

Pensamos que muchos nos autoengañamos y hacemos demagogia de la verdad. Con esto no queremos hacer proselitismo, porque Jesús no lo hizo ni propuso hacerlo. Jesús propone, y nosotros en Él, también proponemos su Mensaje. Ocurre que todo hombre de buena voluntad y buen gusto busca su felicidad, pero quizás la busca por caminos equivocados. La riqueza, el poder, la fama, el placer, la buena vida egoísta y otras son caminos que ya el hombre ha experimentado y continua experimentando.

En base a esa experiencia nos atrevemos a compartir que esos caminos son caminos equivocados. Porque sus resultados no son satisfactorios sino todo lo contrario. Dejan una estela de vacío, de insatisfecho, de remordimientos y perdición. El hombre descubre que cuando más feliz se ha sentido es cuando se ha dado gratuitamente al bien del otro.

Cuando se deja la piel, olvidándose de sí mismo por aliviar al otro, experimenta un gozo inexplicable que perdura y le hace feliz. Entonces descubre que es en el amor donde se encuentra la verdadera y eterna felicidad. Pero un amor de entrega, de renuncia, de olvidarme de mí para darme y entregarme por amor en servicio a los demás.

Se necesita ser humilde, porque ante este hecho no hay palabras. ¿Qué dirías de estar tu presente, o afuera esperando ver salir a la niña por sus propios pies? ¿Hubieses creído en Jesús? Pues piensa que quienes allí estuvieron te lo han transmitido.

Pidamos la Gracia de la fe. La fe que tuvo aquel jefe de la sinagoga, Jairo, y la mujer que padecía flujos de sangre, para que, admirados y postrados ante el Señor, tengamos la fuerza y la confianza de vivir y proclamar su Voluntad. Amén.

sábado, 27 de junio de 2015

ANTE TI, SEÑOR, ME POSTRO CON LA ESPERANZA DE QUE AUMENTES MI FE



No tengo otra súplica en mis labios que la de pedirte, Señor, la fe. La fe que necesito desesperadamente como agua fresca que alivia mi corazón y que alimenta mi alma y me perseverar hacia Ti. Hoy, como el centurión ayer, te suplico que, si quieres, me fe crezca y me dé las fuerzas necesarias para servirte mejor en los hermanos. Para eso te pidió el centurión tu mediación.

Sé que si no la recibo es porque quizás no estoy lo suficientemente preparado. Y eso es mi culpa, mi gran culpa. Tú me conoces mejor que nadie, y sabes los secretos de mi corazón. Sabes de mis capacidades, de mis fuerzas y voluntades, y de lo que soy capaz. Quizás una fe mayor no la podría resistir y acabaría con la poca que pueda tener. Pedro vivió una experiencia de ese tipo cuando te prometió fidelidad y falló. Lloró amargamente.

Tú, Señor, sabes lo que me conviene y también lo que necesito a cada instante, y yo en Ti confío. Permíteme Señor caminar agarrado a Ti y cogido de tu Mano. No sabría donde ir ni qué dirección tomar. Tú eres mi guía, mi norte y mi rumbo. Guíame Señor por el camino de tu amor y aumenta mi fe. Amén.

viernes, 26 de junio de 2015

MI ALEGRÍA NO ES PROPORCIONAL A MI FE

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




No significa que estar alegre es derramar permanentemente sonrisas o dar saltos que expresen tu alegría. Significa que tu presencia irradia serenidad, equilibrio, gozo y paz. Y eso se nota. De la misma forma que cuando alguien tiene un malestar, un simple dolor de cabeza, lo expresa en su rostro.

Tener fe y confianza en el Señor origina gozo y alegría. Ese gozo y alegría a la que nos referíamos antes. Se nota, y si no es así es porque algo no concuerda. O no hay fe o falta la confianza en el Señor. Con el Señor siempre habrá pesca, y siempre la barca estará a salvo. Eso no significa que pueda haber una tormenta que nos asuste, o que hayan unos días de poca pesca. Nuestra fe y confianza estriba en que el Señor sabrá a qué obedece esa tormenta o mala pesca.

También hemos experimentado eso en nuestras propias casas. Algunas veces nuestros padres nos han privado de algún dulce o privilegios. Y nos han invitado a padecer ciertos sacrificios o esfuerzos que no pueden venir bien. Siempre hemos sabido que lo hacen por nuestro bien. ¿Cómo no lo va a hacer también el Señor, nuestro Padre? Él, que es la plenitud de la Bondad, Misericordia y Amor.

Pidamos al Señor con toda confianza, como hizo el leproso, que nos cure y limpie de nuestras lepras. De la lepra de la ambición; de la lepra de la vanidad y la envidia; de la lepra del poder y la riqueza; de la lepra del egoísmo y las apetencias; de la lepra del desamor, la suficiencia e ignorancia. De la lepra del odio que nos impide amar. Amar sobre todo a los enemigos.

Y pidámoslo abriendo nuestros corazones, dejándonos invadir por la fuerza del Espíritu Santo, para que guiados por Él seamos instrumentos que, limpiados del pecado de nuestras lepras, seamos fuentes puras de limpieza, por su Gracia, para otros que andan ciegos y contaminados. Amén.