Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 14 de abril de 2016

NO HAY OTRO CAMINO SINO PEDIRTE, SEÑOR, QUE NOS AUMENTES LA FE




Podemos hacer grandes cosas; podemos prepararnos hasta saber mucho; podemos emplear las mejores herramientas y estrategias para evangelizar, y hacer muchas cosas más, pero si no tenemos fe, muy poco avanzaremos. Porque la fe es saber y creer que todo nos ha venido de Dios, y que todo nos lo ha enseñado Dios, y que todo lo hará fructificar Dios. Y que nuestros medios son escucharle y ponernos en sus Manos dirigidos por el Espíritu Santo.

Bien, es verdad, que eso no significa permanecer con los brazos cruzados, ni mucho menos. Significa que nuestros pasos son pasos en los que el Espíritu está siempre presente y tomado en cuenta. Significa que, a pesar de signos contrarios y tempestades que echan todo abajo, sabemos que Tú, Señor, estás ahí nos ves, nos mira y atiendes nuestra súplicas, y nos dará lo que más y mejor nos conviene.

Y nosotros, confiados y abandonados en tus brazos, seguimos adelante con nuestro trabajo y esfuerzo. Porque sabemos la promesa de tus Palabras: Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.

Y es más, sabemos por experiencia que todo los que dices se cumple, porque todo lo que se ha profetizado en Ti, Señor, ha tenido completo cumplimiento. Las Sagradas Escrituras, sobre todo en el Antiguo Testamento,  son un rosario de profecías y promesas que tienen su cumplimiento en tu Persona, Señor. Y, como estaba profetizado, has Resucitado. ¿Cómo no vamos a creer en tu Palabra de Vida Eterna?

Danos, Señor, la Gracia y la sabiduría de crecer en tu escucha y Palabra, y aumenta nuestra fe hasta el punto de que nuestra vida sin tu Vida no pueda moverse como si del aire se tratara para vivir. Amén.

miércoles, 13 de abril de 2016

DAME DE ESE PAN, SEÑOR, PARA SACIAR MI HAMBRE Y AUMENTA MI FE PARA JUNTO A TI NUNCA MÁS TENER SED




Es posible que comamos de ese Pan Eucarístico con frecuencia, y, quizás, no experimentamos que nuestra vida crece en santidad. Al contrario, pensamos que nos acostumbramos a Pan Eucarístico y nuestra vida sigue igual. Nos experimentamos instalados, acomodados, pero no es ese nuestro deseo, Señor.

Sentimos inclinación a la comodidad, al placer, al confort y la buena vida, pero no lo aceptamos, porque hay muchos hermanos, a los que Tú quieres salvar y aliviar sus vidas, que padecen hambre y sed y no puede saciarla. Y también padecen esclavitud, persecuciones y amenazas de muerte.

Porque sabemos también, Señor, que hay muchos niños asesinados en el vientre de sus madres, y otros muchos que son esclavizados a trabajar, explotados y mal pagados y despojados de sus derechos de niños a recibir una educación y desarrollo normal como niños. Nosotros nos resistimos a esos deseos y luchamos contra ellos. No queremos mirar para otro lado, pero, eso sí, Señor, experimentamos nuestra pobreza y debilidad, y caemos en esos apegos y apetencias. Nos descubrimos pecadores.

Por eso, Señor, cuando te oímos decir que vienes enviado por el Padre para darnos el Pan de Vida Eterna resucitándonos, y que de lo que el Padre te ha dado no pierdas nada, nosotros exultamos de alegría y vamos corriendo a Ti. Porque sabemos de tu Misericordia como la del Padre.

Gracias, Señor, por perdonar todos nuestros pecados, pero te pedimos Señor que nos ayude a cambiar, a transformar nuestros corazones en corazones generosos, misericordiosos y dispuesto a darse como Tú, Señor, te nos das a nosotros. Experimentamos que nosotros no podemos cambiar sin tu Gracia, y es eso lo que te pedimos: ¡Cambianos, Señor!

martes, 12 de abril de 2016

INCRÉDULOS COMO HOY



Poco ha cambiado en lo sustancial. Hoy, como ayer, la gente sigue exigiendo signos y señales que les convenzan de la identidad del Hijo de Dios. Después que Jesús ha hecho el milagro de la multiplicación de panes y peces, donde asombrados querían proclamarlo rey, hoy, la euforia ha desaparecido y quieren, como si de un sueño se tratara, que les repita un nuevo signo de poder.

Lo mismo nos ocurre hoy. Después de un retiro, reflexión o encuentro con el Señor, salimos extasiados y eufóricos por aclamar al Señor como Señor, valga la redundancia, de nuestra vida. Pero pasado unos días las dudas vuelve a nacer en nuestro corazón y, también, el deseo de volver a un retiro o ejercicios para tener la oportunidad de cerciorarnos y creer de nuevo.

Me viene a la mente lo que responde Abraham al rico, de la parábola, cuando le pide que envíe a Lázaro a casa de sus hermanos para que crean viéndole resucitado crean. Y Abraham le responde que si no hacen caso a Moisés y los profetas, tampoco creerán por ver a un muerto (Lc 16, 19-31).

Ante tanta pobreza y pecados, Señor, aprovechamos para pedirte sabiduría y perseverancia. La seducción del mundo es fuerte, y nuestra humanidad pecadora es fácil de vencerla. Sólo, permaneciendo en Ti, Señor, podemos superar la tentación y perseverar en tu Palabra. Y eso nos remite a no apartarnos de Ti, a pedirte ese Pan que nos da la Vida y nos sacia el hambre para siempre.

Y aumenta nuestra fe, porque somos débiles y frágiles, y nuestro camino está lleno de obstáculos que nos dificultan y amenazan con separarnos de Ti. A menudo, nuestros pecados, nos remuerden la conciencia y nos sugieren que abandonemos el camino y te olvidemos. 

No permitas que pensemos así, y a pesar de ellos danos la fortaleza y la humildad de aceptarlo y, reconociéndonos pecadores, tener siempre la confianza en tu Misericordia, porque Tú, Señor, has venido para eso, para perdonarnos nuestro pecados y llevarnos a la Vida Eterna. Amén.

lunes, 11 de abril de 2016

ALIMENTA MI VIDA Y MI CORAZÓN, SEÑOR, EN PAZ, SABIDURÍA Y FORTALEZA PARA BUSCAR TU REINO.




En el cambio o trueque de cosas en nuestra vida, a veces hemos salido ganado y otras, quizás, no tanto, pero al final todo queda en nada porque las cosas de aquí abajo son caducas y no valen sino para un tiempo concreto. Muchas veces, a la hora de elegir nos equivocamos y nos cuesta aceptar reconocerlo. Pero de una u otra forma, la vida es un tiempo de elecciones y decisiones con las que hay que vivir.

El problema es que todas ellas no sirven para mucho, porque no nos garantizan tampoco mucho. Entonces, lo verdaderamente importante será guardar y elegir aquellas cosas que realmente sean verdaderos tesoros y que nos sirvan para la Vida que nos espera tras el paso de la muerte.

Un creyente en Jesús de Nazaret espera la otra Vida. La muerte significa un paso de este mundo al otro, que es el verdadero y eterno. Por lo tanto, lo importante es guardar y conseguir aquellas cosas que nos den ese pasaporte a la Vida Eterna. Y hoy, Jesús, en el Evangelio nos dice: Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.

Está bastante claro. Hay que buscar el alimento que permanece para la Vida Eterna. Y ese alimento sólo lo podemos encontrar en Jesús de Nazaret,  porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.  Luego, donde hay que buscar es en Jesús de Nazaret, y eso significa conocerlo y permanecer a su lado. Porque sólo así podemos recibir esa Gracia que nos llene de paz, sabiduría y fortaleza.

«La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado». Se trata de pedirle al Señor ese Alimento espiritual que nos fortifique, nos dé sabiduría y fortaleza para vivir en su Palabra y, creyendo en Él, confiarnos a hacer su Voluntad en la tierra como en el Cielo. Amén.

domingo, 10 de abril de 2016

ANTE TANTOS ATAQUE, YO, SEÑOR, CREO EN TI PORQUE VIVES



Hay muchos ataques a todo lo que lleva el nombre de cristiano. Se retiran de muchos lugares crucifijos y hasta se quieren prohibir las celebraciones litúrgicas de Semana Santa y otras. Nuestra religión, la católica y cristianas, molestan. El Mensaje de Jesús sigue siendo actual, porque es una Palabra Viva.

Pero nada mueve nuestra fe, porque Tú, Señor, Vives y permaneces entre nosotros. Tú eres nuestra esperanza y nuestra fortaleza. Clavado en la Cruz, como te representan, sufrido y atravesado por la lanza en el costado, y traspasado por los clavos, manos y pies, Tú, Señor, nos has salvado. Y la Cruz, en lugar de ser un signo de muerte es un signo de Salvación y Victoria.

Porque cada vez que nos recuerdan tu Muerte en la Cruz, recordamos que en ella nos salvamos. Porque los que creen en Ti, Señor, también resucitaran. Son tus propias Palabras, las que nos has dicho y las que nos llenan de esperanza y alegría.

Gracias, Señor, porque a pesar de tantos ataques y persecuciones, seguimos en la brecha. Te pedimos por nuestros hermanos, los que padecen más directamente esos ataques. Sufren amenazas de muerte y tienen que permanecer escondido para salvar sus vidas. Tantos niños huérfanos, desamparados sufriendo el azote de las guerras y las persecuciones. Danos tu fortaleza, Señor, para soportar tanta maldad y penalidades.

Pero, también, Señor, te pedimos que nos liberes de tanto sufrimiento y nos den tregua para descansar y aliviarnos. Nos duele mucho como nos tratan y nos quitan la vida, y como hijos tuyo, Señor, te pedimos que cambies la situación, como cuando liberaste a tu pueblo de Egipto, y escuches, Dios mío, el dolor de tu pueblo que sufre las persecuciones y deseo de venganza de exterminarnos.

En ti confiamos, Señor, y buscamos que tu Amor nos conforte y nos de la fortaleza de aceptar estos tiempos que nos ha tocado vivir hasta llegar al Cielo que nos tienes prometidos. Amén.

sábado, 9 de abril de 2016

LA VIDA SE NOS PRESENTA, EN MUCHOS MOMENTOS, COMO MARINEROS EN UN MAR DE TEMPESTADES




¡Señor!, ¿qué sería de mí en este mundo de turbulencias y peligros que amenazan con hundir la barca de mi vida si Tú no estás a mi lado? ¿Qué sería de mí sin tu Presencia serena, firme, segura y llena de paz? ¿A dónde dirigiría mi barca si Tú, mi Señor, no me señalas el rumbo de ese Puerto al que Tú me invitas y me quieres llevar?

Son preguntas que laten dentro del corazón de todo hombre que, parando un momento su vida, medita y piensa sobre el rumbo que lleva. Yo, Señor, quiero embarcar en esa tu Barca, la que Tú dejaste a tus discípulos y apóstoles, con Pedro a la cabeza, como roca donde apoyas tu Iglesia.  No quiero perderme ese viaje, y quiero estar vigilante y disponible para embarcar inmediatamente, sin billete de vuelta ni devolución. 

Quiero agarrarme, a pesar de la zozobra de maremotos y tsunamis, a la fe que tu me regalas, y también a la esperanza puesta en Ti de tomar tierra en ese paraíso que Tú nos has ido preparando al ascender a los cielos después de estar cincuenta días con nosotros. No permitas, mi Señor, que pierda el billete de subir a tu Barca, tu Iglesia, y con todos sus tripulantes seguir el rumbo que Tú nos has trazado.

¡Señor!, en Ti confío y a Ti me entrego cada instante de mi vida. Al menos esa es mi intención, para que, por tu Gracia, mi camino sea tu Camino; mi verdad, sea tu Verdad, y mi vida sea tu Vida.

Espíritu Santo, renueva en mí cada día, la alegría de creer que estás presente en el corazón de mi vida. Haz que sea capaz de responder, como los apóstoles, a tu invitación: !Sígueme! Jesús, nuestro Señor, Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

viernes, 8 de abril de 2016

LOS PANES Y PECES DE MI VIDA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




En muchas ocasiones nos quejamos de nuestra impotencia. Y es verdad que eso ocurre, pero quizás en algunas obviamos la posibilidad de poder hacer algo y permanecemos pasivos. Es posible que no podamos con muchas cosas, pero siempre hay algún pedazo de pan que podamos dar para mitigar el hambre de otros.

Me estoy refiriéndonos a nuestros propios talentos. Posiblemente no sepamos ni los talentos que tenemos, pero, cuando la ocasión nos lo exige y lo requiere, los explotamos, y somos nosotros los sorprendidos por tanta pericia y eficacia. La diferencia está que nos hemos esforzados como si de ello dependiera nuestra vida. Cosa que no hacemos en otras circunstancias.

Y, el Señor, nos pide todo nuestro esfuerzo y voluntad en elaborar nuestro pan para luego compartirlo. Pero, nosotros, dudamos de nuestra capacidad y, sobre todo, de la de Él, que en definitiva será quien lo hace todo. Pidamos al Señor la Gracia de ser capaces de multiplicar los panes y peces de mi vida y de compartirlos con todos aquellos que lo necesiten y lo busquen.

Pidamos al Señor la Gracia de ser levaduras que fermenten la masa para saciar el hambre y la sed de todos aquellos que buscan el alimento del Señor para, viviendo en Él, alcanzar la Vida Eterna. Pidamos que la luz del Espíritu Santo nos fortalezca para, despojados de nuestras apetencias y egoísmos, pongamos al servicio de los demás todos nuestros panes y peces que sirvan para ayudarles a mitigar su hambre y sed del Señor.

Haz, Señor, de todos nosotros la masa y levadura de tu multiplicación de panes, para que en tus Manos, seamos alimento de salvación para todos aquellos que escuchan tu Palabra. Amén.