Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 25 de marzo de 2018

SEÑOR, MUÉVEME A SER MISERICORDIOSO Y COMPASIVO

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Tu fama lleva a los que te han conocido a descubrirte como Misericordioso y Compasivo. A lo largo de tu camino de anuncio del Evangelio, Tú, Señor, has sido Misericordioso y Compasivo. Y así, tus momentos finales en la Cruz fueron todo compasión y misericordia para todos aquellos que te insultaron, te maltrataron y hasta te rechazaron. Incluso, para todos aquellos que te dejaron solo.

También nosotros te hemos dejado solo. Y eso, de alguna manera es abandonarte y rechazarte. Si no delante de los hombres, sí a escondidas, escabulliéndonos y pasando indiferente ante el drama de tu Pasión y Muerte. No podemos vivir esos momentos de tu Pasión, sin experimentar que hoy y en estos momentos sigue sucediendo lo mismo. Porque, sí, Señor, seguimos crucificándote cada día con nuestra mediocridad, con nuestro poco compromiso y con nuestros pecados.

Tratemos de vivir estos momentos de Pasión como una continuidad de nuestra propia vida, porque, a cada instante cargamos con nuestra cruz. Y lo hacemos cuando topamos con aquella persona que nos cuesta mucho aceptar y superar; porque, avanzamos con nuestra cruz cuando nos enfrentamos a nuestras responsabilidades de cada día; porque, sostenemos nuestra cruz cuando somos pacientes y confiados ante las insuperables dificultades que la vida nos presenta.

Todo se hace cruz en muchos momentos de nuestra vida: la convivencia, las ideas, el compartir, el aceptarnos tal y como somos y, en cada paso que damos, el amor nos exige cruz y fortaleza. Tú, Señor, nos lo demuestra cada instante del recorrido de tu Pasión, y así queremos vivirlo y escenificarlo nosotros. Eso te pedimos, que sepamos sacar las lecciones de amor, de ternura, de constancia, de perseverancia y, sobre todo de fe, que Tú nos has dado en tu Pasión, para, injertados en Ti, Señor, alcanzar ese día glorioso de la Resurrección para Gloria Tuya y salvación nuestra. Amén.

sábado, 24 de marzo de 2018

ABIERTOS A TU GRACIA, SEÑOR

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El proceso de la fe es un camino que nunca termina mientras peregrinamos en este mundo. Siempre debe estar en marcha y creciendo, porque de pararse se muere. La fe es fe cuando está activa y crece, porque siempre está presenta la llama de la duda. El camino está lleno de trampas, de seducciones y tentaciones, y, quizás, una de las trampas mayores es pensar que con un ratito de plegarias, que en muchos casos nos salen de forma preceptiva, rutinaria y hasta medias forzadas, nos creemos santos y mejores que otros.

Todo se reduce a considerar que hemos cumplido y transformamos nuestra fe en un rosario de normas y cumplimientos. Y nada más lejos de la realidad, porque el Mensaje que nos trae el Señor no es una doctrina, ni unas leyes, ni unos mandatos. Es simplemente una buena Noticia, que nos da la Vida Eterna. Es algo que el hombre ya de por sí busca y por lo que lucha en su vida. Vivir en plenitud eternamente.

Por otro lado, hablamos, leemos o reflexiónamos tanto que no tenemos tiempo para escuchar. Sin darnos cuenta, empezando por este que escribe, convertimos nuestra fe en una tarea y en una serie de prácticas y trabajos que, terminados, hasta nos olvidamos de lo que somos y a donde vamos. El mundo tiene poder y nos desvía con facilidad.  Y, menos aún, le dejamos hablar. Todo lo hacemos nosotros y pedimos nosotros. ¿Es qué no nos hemos dado cuenta que no sabemos pedir?  Nuestras oraciones son monólogos, individuales y personales. Cada cuál pide según sus intereses, y apenas nos importa quienes están a nuestro lado.

¿Cómo puedo mirar a Dios si no me importas tú? ¿Acaso pienso  y creo que Dios me quiere y me pide que actúe así? ¿Para qué, entonces nos mandó amarnos? ¿Significa eso  algo importante para mí? Estar y orar con el Señor es algo muy serio. Lo más serio de nuestra vida y debe de ser ese el centro de ella. Mi relación con Jesús debe ser y coger toda mi vida. Él debe ser la referencia, el motor y la llama que enciende mi corazón y quema toda mi vida de verdadero y auténtico amor.

Pero, al mismo tiempo, debe ser la brújula que lo orienta y lo dirige. Y eso exige mucho tiempo en comunión con Él. Mucho tiempo de silencio y de escucha. Danos, Señor, ese tiempo importante, necesario y suficiente para, entregado a tu contemplación y adoración, saber escucharte, entenderte y llevar a cabo lo que quieres decirme y que haga. Amén.

viernes, 23 de marzo de 2018

TODO SE HABÍA ENTENDIDO BIEN

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Las Escrituras nos dejan todo claro. Aquellos judíos entendieron muy bien a Jesús y por eso, por falta de fe, le querían apedrear. Entendieron que Jesús les anunciaba que Él y el Padre eran uno, y que sus Obras eran las que el Padre le había enviado a hacer. Llegaron a decirle que no le apedreaban por sus Obras, sino por una blasfemia: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?». Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios».

Podemos afirmar que Jesús reveló lo que realmente quería revelar. Él era el Mesías, el enviado, el Hijo de Dios hecho Hombre para salvar a los hombres del pecado. Y esto fue lo que se entendió. Así que todo fue realmente como tenía que ser. Pero, el hombre, a pesar de entender bien el anuncio de esta buena Noticia, no la aceptó y rechazó la identidad divina de Dios.

Nosotros, Señor, queremos aceptarla. Y queremos aceptarla con todas las consecuencias para llegar a Ti de forma plena e íntrega. No sé como pedírtelo, Señor, si suplicándote que transformes mi corazón, o pidiéndote fortaleza y voluntad para ponerlo yo a tus pies. De cualquier forma, Señor, yo sé que sólo Tú eres quien me puedes cambiar y eso es lo que te pido.

Porque, cada vez que lo intento experimento que soy más débil y más frágil ante tu misterio y tu poder, Señor. Y me siento muy pobre, incapaz de dar nada, porque para dar hay que tener. Tener un corazón grande, generoso y lleno de amor como el Tuyo, que, ante los demás, sea capaz de darse, de servir y de amar como Tú los amas. Y me veo muy lejos de todo eso. Sé, Señor, y ya es algo, que sin Ti nada soy ni nada puedo. 

Dame, Señor, la Luz de tu Amor y de tu Poder para revertirlo en los hermanos, y si así no es, porque Tú lo consideras de otra forma, permítame permanecer siempre a tu lado aguardando y viviendo tu Palabra. Transforma mi corazón egoísta en un corazón orante y generoso. Amén.