Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 6 de abril de 2018

TIENES DELANTE DE TI A LA VIDA ETERNA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

(Después del paréntesis del viernes Santo, donde acompañamos al Señor en su Pasión y muerte, retomamos de nuevo nuestro rosario de cada viernes).

Cada aparición de Jesús nos advierte sobre la Vida Eterna. Porque, Él ha Resucitado y su Palabra está llena de Vida Eterna. Ha vencido a la muerte, por lo tanto, la Vida será para siempre, es decir, eterna. Sin embargo, nosotros en el mundo estamos cegados y confundidos con las cosas de este mundo. ¿Acaso no vemos que Jesús ha Resucitado? Cuan pequeños somos cuando con tantas pruebas de amor no llegamos a entender que Jesús ha Resucitado y nos quiere también resucitar a nosotros en la hora de nuestra muerte.

Tendremos que reconocer nuestra pequeñez y limitada vida. Somos débiles y muy indefenso. Cualquier tentación nos vence y nos desvía del camino recto. Necesitamos la presencia del Señor y su Gracia para poder enfrentarnos a todas esas tentaciones, sufrimientos y adversidades que la vida en este mundo nos presenta. Por eso, Jesús insiste en darnos pruebas de su Resurrección. Está vivo y anda entre nosotros.

No desaprovechemos esta ocasión que se nos presenta en nuestra vida. Pidámosle sabiduría para discernir bien los caminos por los que andamos, y, sobre todo, conocimiento para darnos cuenta de que tenemos que estar cerca de Él en cada momento. Los peligros son muchos y nuestra debilidad nos hace vulnerable al pecado. Por eso, necesitamos abrir los ojos para verle, pues está delante de cada uno de nosotros. Tengamos esa confianza que nos ayude a descubrirle en todos los instantes de nuestra vida.

Ven, Señor, y enciende en cada uno de nosotros la luz que nos ilumine y nos renueve, creando en cada uno de nosotros un corazón nuevo, capaz de amar y sentirse amado por Ti. Danos la paciencia y la perseverancia para no desanimarnos y esperar que Tú te hagas presente, cuando quieras, en nuestras vidas. Tengamos la fe de acudir a su banquete eucarístico al que estamos invitados, y a alimentarnos de su Cuerpo y su Sangre.

No perdamos esa gran oportunidad que nos invita a estar, no ya cerca de Él, sino en Él, que vive y se confunde con cada uno de nosotros. Pidamos aumentar nuestra fe y ser dóciles y sumisos a su Palabra. Amén.

jueves, 5 de abril de 2018

¿CREES QUE JESÚS PUEDE DARTE LA ETERNIDAD?

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No tengas miedo ni te asuste. Cree en Jesús y confía que Él puede darte la eternidad. Primero, porque, Él ha Resucitado y es, por lo tanto, Eterno. Y puede darte esa Vida Eterna a ti también. No tengas miedo y créelo. No te asuste porque no lo entiendas. Él sabe de tus limitaciones e ignorancias, y sólo te exige que confíes en Él.

Igual les pasó a los apóstoles. No entendía nada y Jesús tuvo que mostrarse en su Naturaleza humana, para que comprendieran que era una Persona, tal y como ellos le habían conocido. Por eso, les invita a que le toquen y a comer, para que perciban su humanidad. También, a ti y a mí nos mostrará su rostro y nos abrirá nuestras mentes para que entendamos. Eso hizo con los apóstoles, les explicó todo lo que estaba escrito y tenía que suceder, y le dio luz para que pudieran entenderlo.

¿Por qué no lo hizo con los sumos sacerdotes o con los romanos? Tendría sentido presentarse delante de Pilatos y darle ahora razones, ¿no? No es ese el plan de Dios. Jesús se presenta a aquellos que han creído en Él. A aquellos que, aunque le han dejado solo por miedo, le habían seguido y estaban dispuestos a seguirle. Jesús se le aparece para darle ánimos, para fortalecerle su fe, para afirmarla y para llenarles de sabiduría y fortaleza para emprender el camino de la pascua de cada uno.

También lo hace contigo si crees en Él. No importa tus pecados y tus miedos, Él te confortará, te dará aliento y fortaleza para que sigas adelante. Aumentará tu fe y te llenará de sabiduría para que, en el Espíritu Santo, transmitas a los demás la buena Noticia de salvación. Porque, también el Señor quiere que todos tengan la oportunidad de conocerla y creerla.

Simplemente, llénate de humildad, reconoce tu pequeñez y ábrete a la Gracia del Espíritu Santo. Todo lo demás vendrá por añadidura. Pues, todo lo hace Dios. Tú y yo somos simplemente humildes instrumentos abiertos a su Gracia, que sólo tenemos una misión, obedecerle y poner en sus Manos esa libertad que Él nos ha dado. Eso es lo que Dios te pide silenciosamente, y no moverá un dedo ante tu elección. Seamos, pues, sumisos a su Palabra y obedientes a su llamada. Amén.

miércoles, 4 de abril de 2018

TAMBIÉN A TI TE HABLA CADA DÍA

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No es cuestión de estar esperando, porque el Señor ya está contigo. Está vivo y te acompaña. Se trata de saber advertir su presencia y escucharle. Ahora mismo está dentro de ti y te habla desde dentro, desde tu corazón, desde lo más profundo. Primero, sosiégate, ponte en paz y serénate. El Señor está en lo tranquilo, en lo suave, en lo sencillo, en la brisa que te llena de paz.

Y, ahora, dispón tu oído para escucharle. No se trata de hablar, ni de pensar. Simplemente, permanecer en silencio. Deja que sea Él quien mueva tu corazón y tome los hilos de tu vida. Ábrete a su Amor y déjate amar por Él. Pronto empezarás tú también a amar. No desesperes, porque Él está a tu lado, ¿para qué entonces resucitar? ¿Para marcharse y dejarte solo? Concuerdas conmigo que eso no tiene sentido.

Luego, el Señor está contigo, y también conmigo. Sólo nos basta abrirnos y dejarnos amar por Él. Nos conducirá por el camino que Él quiere para nosotros. Ese camino que nos hace feliz y nos da la Vida Eterna. No te preocupes. Estar con el Señor no puede ser aburrido, ni cansado, ni preocupante ni darnos miedo. No puede ser nada de eso, pues, entonces, ¿qué Señor sería? ¿Nos ha engañado?

Estar con el Señor tiene que ser un remanso de paz, de tranquilidad, de alegría, de gozo, de fortaleza, y, sobre todo, de amor. Estar con el Señor tiene que ser la dicha más grande que podamos alcanzar. Y, si todavía no nos pasa eso, es que no hemos logrado estar con Él plenamente. Posiblemente no hemos sabido encontrarlo como les sucedía a los de Emaús en su retirada. Pero, sabemos cómo actuaron una vez que lo encontraron.

También nos sucederá a nosotros. Por lo tanto, sigamos buscándole y esperándole. Sigamos perseverando y atentos a su Palabra. Busquemos espacios de silencio y de paz para dejarnos embriagar por la Palabra del Señor, que nos atosiga, ni nos apresura, sino que nos llena de paz y de amor. Y cuando llega el amor se da todo, hasta la propia vida. Amén.