Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 7 de junio de 2018

SALMO 56: ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO

Resultado de imagen de Salmo 56: Oración matutina de un afligido

Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.

Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.

Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.

Han tendido una red a mis pasos,
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.

Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

miércoles, 6 de junio de 2018

CUANDO FALLA LA FE

Resultado de imagen de Mc 12,18-27
No cabe ninguna duda que los niños creen en sus padres. En esa etapa poco entiende de lo que le dicen, pero se siente protegidos por sus padres y confiados íntegramente a ellos. No se separan nunca y cuando por algunas circunstancias se ven solos irrumpe a llorar. Sus padres son su Dios y en ellos confían sin entender nada de lo que les rodea ni de lo que le dicen incluso sus padres. Simplemente se fían. 

Jesús nos lo dice también a nosotros -Mt 18, 3- refiriéndose a los niños, porque tendremos que ser como ellos y fiarnos de la Palabra de Dios. Porque, al crecer nuestro corazón de niño, tierno e inocente, se endurece pierde su inocencia y se hace duro de cerviz. Y discutimos todo, y rechazamos todo aquello que nuestra pobreza mental no puede entender. Es cuando advertimos que necesitamos fiarnos como cuando éramos pequeños de ese Padre Eterno que nos ha regalado la vida y quiere compartirla con nosotros eternamente.

Imaginamos incluso un mundo a nuestra manera de entender. Un mundo como este que conocemos y pensamos que en el cielo seguiremos viviendo como aquí abajo. Y es que nuestra imaginación es limitada e imperfecta. No entendemos ni podemos saber que ocurrirá en el otro mundo. Jesús nos lo dice en el Evangelio de hoy aprovechando esa pregunta incrédula de aquellos saduceos. Los planes de Dios no son nuestros planes ni entendemos nada de lo que Él disponga y tenga preparado. Somos simples y pequeñas criaturas obra de su Amor.

Dejémonos llevar por la acción del Espíritu Santo, que nos regala el don de la inteligencia y sabiduría para ir entendiendo lo suficiente y sostener nuestra fe y nuestra esperanza. Porque, ese será nuestro premio, el confiar y creer en la Palabra de Dios. Pruebas hemos tenido y tenemos en cada momento de nuestra vida. Cada instante que vivimos es un inmenso regalo de Dios y la promesa, que de alguna manera todos vivimos dentro de nuestros corazones, nos anima, nos da esperanza y sostiene nuestra fe para encontrarnos un día en el Reino de Dios, junto a Él y a todos los hermanos en plenitud de gozo y felicidad. Amén.

martes, 5 de junio de 2018

CUANDO SE TIENEN OTROS INTERESES

Resultado de imagen de Mc 12,13-17
Todo arranca de la claridad que se tengan los criterios sobre la verdad y la justicia. Cada cual tiene sus derechos y otra cosa es como aplica sus deberes. Porque, la vida está dividida entre derechos y deberes, y si reclamas tus derechos, que en derecho, valga la redundancia estás, también debes exigirte en cumplir con tus deberes. Llegado a ese extremo y aplicados con buena intención todo queda en paz y emerge la verdad y la justicia.

El debate nace cuando la verdad se quiere traer a mi lado y hacerla coincidir con la verdad que a mí me gusta y me conviene. Dicho de otra forma, de acuerdo con mis gustos, apetencias e intereses. O mirándola de otro lado, adecuada a mis egoísmos. Es lo que pretendían aquellos fariseos y herodianos, enfrentar a Jesús buscando una mentira y arrastrándola al entorno político de la época. La salida de Jesús, cargada de verdad, está llena de sabiduría y extraordinaria belleza. Porque, nada hay más bello que la justicia, pues en ella está contenida la verdad.

Pero, ¿qué ocurre hoy en nuestro tiempo? ¿No nos dice nada la Palabra del Evangelio de hoy? ¿Tenemos nosotros alguna moneda grabada en nuestros corazones? ¿Somos imágenes e impronta de Dios? Sería interesante reflexionar sobre ello, porque dependerá de descubrirlo o no la respuesta que nosotros daremos al Señor. ¿Tendremos nosotros que poner al Señor en el centro de nuestra vida y a Él entregarle todo lo que de Él hemos recibido?

Pongamos ahí nuestra oración de hoy. Padre del Cielo, abre nuestros corazones y enséñanos la imagen de tu Rostro, que tu Hijo, el Señor, nos ha revelado, grabado a fuego en nuestros corazones como Alianza de tu Amor y compromiso con cada uno de tus hijos. Abre nuestra pobre inteligencia y llénanos de sabiduría y de capacidad para saber encontrar siempre la verdad. Esa Verdad que Tú proclamas y en el Espíritu Santo nos quiere dirigir hacia Ti. Porque, Tú, Señor, nos has señalado el Camino, la Verdad y la Vida en tu verdadero Rostro, el de tu Hijo Jesús, nuestro Señor. Amén.

lunes, 4 de junio de 2018

UNA VIÑA SEMBRADA EN NUESTRO CORAZÓN

Imagen relacionada

 
Todos experimentamos a lo largo de nuestra vida un deseo y unas ansias de dar frutos. Sí, como si nuestro corazón fuese esa viña de cultivo de la que queremos sacar hermosos y buenos frutos. Experimentamos esa necesidad y a medida que vamos creciendo y llegando a la plenitud de nuestras facultades físicas e intelectuales tratamos de cultivar y rendir obteniendo esos ansiados frutos

Igual que los árboles, que dan frutos y los regalan a las aves y a los hombres, también nosotros debemos imitarlos y cosechar nuestra propia viña para regalar al mundo nuestras buenas obras de forma gratuita y para bien y provecho de todos aquellos que las necesitan. Esa es nuestra misión y para lo que nos ha sido alquilada esa viña nuestra. Somos los verdadero administradores de ella y nadie puede suplantarnos en el momento de rendir cuentas.

Pidamos esa sabiduría, esa fortaleza y esa capacidad de permanecer fieles a los dones recibidos y fructificarlos para bien de los demás, porque, llegada nuestra hora, se nos pedirá cuenta de nuestro trabajo y cultivo. Pidamos el don de la generosidad, de la bondad y la caridad, desterrando de nuestros corazones la ambición de poseer y almacenar para satisfacer nuestro egoísmo.

Pidamos ser fieles en la verdad y la justicia y responder al amor recibido por el Señor, que nos ha sido dado para nuestro bien y nuestra verdadera salvación, cual es la Vida Eterna en plenitud. Amén.

domingo, 3 de junio de 2018

UNIDOS EN TORNO A TI

Resultado de imagen de Mc 14,12-16.22-26
No nos cabe ninguna duda que gracias a esa última Cena, Señor, permanecemos unidos y reunidos en torno a Ti. Tú nos has señalado el camino de permanecer junto a Ti. Entre muchas razones, una muy importante. Tú eres lo verdaderamente y único importante. Tú eres el alimento, la fuerza, la razón de nuestra unidad y de nuestra fe. ¿Cómo mejor que estar unidos en torno a tu mesa, Señor? No hay otra forma y Tú lo sabías y así lo dispusiste.

Y hoy, Señor, queremos levantar nuestra voz para decirte que queremos permanecer reunidos contigo cada día o semana junto a Ti. Sí, en torno a tu mesa, esa mesa que Tú presides y que te nos das bajo las especies de pan y vino. Esa Cena que, por el poder del Espíritu Santo te conviertes en el alimento que necesitamos para seguir el camino que Tú nos trazaste y nos has enseñado.

Sólo podemos decirte gracias, Señor. Muchas gracias porque, a través del sacramento del orden,  los sacerdotes representándote en la celebración Eucarística, celebran esa Cena que Tú has dejado como instituida exhortándonos a que lo hagamos en memoria tuya y como alimento para nuestra alma. Gracias, Señor, porque en ese alimento te has quedado con nosotros y nos acompaña en la lucha de cada día contra los poderes del mal. Mil gracias, Señor.

No hay mayor privilegio que el poder tenerte entre nosotros y en poder escuchar tu Palabra y recibirte como alimento para continuar avanzando hacia Ti. La Eucaristía es el Misterio y Milagro que nos has dejado para fortalecer nuestra unidad y nuestro vínculo de amor y paz entre todos en nosotros. En torno a Ti, Señor, nos reconocemos hermanos y nos prometemos auxilio, ayuda, paz y amor. Tú nos muestra el camino en cada Eucaristía y nos aúna y fortaleces para, a pesar de nuestros errores y pecados, poder perdonarnos y permanecer unidos. Gracias Señor por tanto amor. Aumenta nuestra fe y sostennos firmes y unidos en torno a tu mesa. Amén

sábado, 2 de junio de 2018

UN DIOS INCONMENSURABLE Y TRINO

Resultado de imagen de Mc 11,27-33
Después de mucho tiempo y camino descubro, Señor, que eres tan inmenso que nunca podré entenderte. Mi asombro y descubrimiento es el haberme dado cuenta de que por eso eres realmente mi Dios. Un Dios único, inaccesible, insondable, misterio, inefable, inalcanzable e incomprensible. Eres eterna plenitud de gozo y alegría, y es que no podías, ni tampoco imaginarme, que fueras de otra forma.

¿Cómo puede valerme un Dios limitado, al que, mi también limitada y pobre persona, puede alcanzar y llegar a comprender? No sería un Dios grande, ni poderoso, ni tampoco absoluto. Sería un dios reconocible y hasta razonable que supone la existencia de otros dioses. Tú, Señor eres único y omnipotente. Un Dios creador y dueño de todo lo visible e invisible. 

Un Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un Dios amor que crea al hombre, tu criatura, a tu imagen y semejanza, y que, habiendo pecado contra Ti, te abajas, te encarnas en naturaleza humana y, haciéndote Hombre como tu criatura, entregas tu Vida para darle al hombre la oportunidad de que pueda compartir la suya contigo. Un Dios todo amor y misericordia.

Dios mío, no hay un acto de amor más grande que el que Tú, mi Dios, haces por el hombre. Entregas a tu Hijo para, por sus méritos, perdonar mis pecados. No se puede expresar más amor ni dar más. También, yo, Señor quiero darme en amor y, para ello, necesito de Ti. Soy pobre y limitado, sin embargo, esa pobreza me salva y me llena de dicha, porque, precisamente, Tú lo has dicho, "vienes a salvar a los pobres". 

Sí, Padre, quiero ser pobre como tu Hijo Jesús, que no tenía donde reclinar su cabeza, y abandonarme en él para permitirle al Espíritu Santo que me asista, que me auxilie, que me transforme, me guíe y me conduzca al Padre. Gracias, Señor, en tus Manos me abandono. Amén.

viernes, 1 de junio de 2018

¿CÓMO HIGUERA SECA?

Imagen relacionada
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

Es posible que seamos como higuera seca y que no busquemos a Dios sino cuando no nos queda más remedio. En la enfermedad es muy frecuente entre los cristianos, regamos la planta cuando nos parece y, encima, queremos que dé frutos. No sólo sucede ahora, sino que sucedió también mucho en tiempo de Jesús. Recuerdo el pasaje de los diez leprosos -Lc 17, 11-19- de los cuales sólo uno regresó a dar gracias y, precisamente, fue el extranjero.

¿No nos ocurre lo mismo ahora? Posiblemente, nuestra particular higuera se quede seca y sin frutos porque nuestra fe también está muerta y seca. Porque, para orar necesitamos la fe y la sabiduría de saber que todo lo que pidamos nos será concedido. Todo lo que pidamos en aras de nuestra salvación y para nuestro bien. Supongo que eso, es de sentido común, será bien entendido. Nos ocurre en nuestras propias familias, pues no damos a nuestros familiares nada que entendemos que les pueda perjudicar.

Pidamos al Señor que nos llene de sabiduría y de paciencia. Y de entender la dicha de ser pobre de espíritu. Porque, pobre es aquel que se siente necesitado de Dios y, sus más o menos riquezas, las pospones ante la necesidad y la Voluntad de Dios. Pobre no fue aquel joven rico -Mt 19, 16-30- que hemos visto hace unos días, pues priorizó sus riquezas ante el seguimiento al Señor. No se trata de tener o no tener, sino de experimentar la necesidad del Señor.

Ser rico significa aquel que no experimenta ni siente necesidad de Dios; aquel que cree y piensa que con sus riquezas le basta; aquel que se siente capaz y fuerte para dirigir su propia vida y que no necesita nada de Dios...etc. Por todo eso, yo pido al Señor ser pobre, pobre para no saber andar por la vida sin contar contigo, Señor. Pobre, para estar pendiente de Ti y descansar y poner todos mis afanes en tus Manos. Pobre, para buscarte, escucharte, reflexionar sobre lo que tu Palabra me dice cada día y abandonarme en Manos del Espíritu Santo para que mi pobre corazón no se seque y dé frutos de los cuales otros puedan alimentarse y llegar a Ti. Gracias Señor. Amén.