Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 10 de julio de 2018

UNA ACTITUD COMPASIVA

Resultado de imagen de Mt 9,32-38
Todos experimentamos compasión, hasta los mayores criminales y mal intencionados. La compasión es algo común a todos los hombres. Digamos que sus corazones tienen un espacio compasivo que, quizás en algunos, yace dormido y necesita despertar. La vida, de forma general, está llena de compasión. Nadie discute que el corazón humano tiene mucho de compasivo.

Sin embargo, también sabemos que en muchos momentos nuestra actitud compasiva se vuelve huraña, egoísta, rencorosa y agresiva. Es el pecado que la hiere e infecta de odio, venganza y mal nuestro maltrecho corazón. Y nos vuelve soberbios y malos. Es el demonio que aprovecha nuestras debilidades y limitaciones para sembrar el mal, lo incompasivo en nuestros corazones y hacer el mal.

Sí, necesitamos elevar nuestra mirada y pedir al Señor que transforme nuestro corazón en un corazón compasivo, transparente y coherente con nuestra fe. Un corazón solidario, generoso, fraterno con todos los que sufren y carecen de lo imprescindible para vivir con dignidad. Un corazón capaz de compartir y de compadecerse, no sólo desde el propio corazón, sino también con obras que den testimonio de esa fe proclamada.

Pero, sobre todo, un corazón confiado, firme y abandonado en los brazos del Señor. Un corazón apoyado en la fe en nuestro Señor Jesucristo, que cree, voluntariamente y libremente, en su Palabra y se fía de sus obras. Gracias, Señor, por alentar mi pobre espíritu y sostenerme en tu presencia. Amén.

lunes, 9 de julio de 2018

APOYADOS EN TI, SEÑOR

Resultado de imagen de Mt 9,18-26
Apoyados en Ti, Señor, encontramos fuerza, alegría y esperanza para continuar el camino. Y nos apoyamos en Ti, Señor, porque sabemos de tu presencia y creemos en tu presencia. Otra cosa sería atrevernos a camina solos. Conocemos tu Palabra y confiamos ciegamente en ella. Al menos eso queremos y deseamos. Nos fiamos de Ti, Señor.

Eso no significa que tendremos dudas y, en el camino, aparecerán dudas. Somos débiles como manifiesta Pablo en su carta a los corintios -12, 7-10- pero nos sabemos apoyados en Ti y seguros, a pesar de nuestras debilidades y tentaciones. Y, siguiendo el testimonio de Pablo, nuestra debilidad nos sirve para fortalecerno y afirmarnos en Ti, Señor. 

Caminamos hacia delante, con dudas y tentaciones, pero seguros y confiados, y también alegres y esperanzados. Como ese magistrado y esa mujer que padecía flujo de sangre. Seguros que en Ti, Señor, encontramos la Vida, esa Vida Eterna a la que aspiramos. Compartimos esta vida terrenal y conocemos que es caduca. Tiene sus días contados, pero, caminamos y te pedimos, como aquella mujer y el magistrado, que con tu presencia y tu misericordia seremos devueltos a la Vida. A esa Vida Eterna a la que aspiramos.

Te damos gracias Señor por sostenernos en la fe. Y, te pedimos con toda confianza, que cada día, tanto al anochecer como al amanecer, nuestra fe sea acrecentada y renovada, para continuar la marcha tras tus pasos con la firme perseverancia de sabernos salvados para la Eternidad. Amén.

domingo, 8 de julio de 2018

ACOGEMOS MEJOR LO QUE VIENE DE AFUERA

Resultado de imagen de Mc 6,1-6
Pasaba en mi pueblo y pasa en todos. Los forasteros eran mejor acogidos y mejor mirados por las chicas de mi pueblo. Sobre todo, es decir, se nota más en los pueblos pequeños. Tenemos que reconocer que lo nuevo, lo desconocido, lo novedoso nos atrae más y, también, le prestamos más atención. Es algo innato o intuitivo que está sellado en nuestra naturaleza. Lo extraño nos detiene  e incauta nuestra mirada.

Jesús era de aquel pueblo y le conocían. ¿Cómo uno del pueblo, e hijo del carpintero les iba a enseñar con tanta autoridad? ¿De dónde sale eso? Si le conocemos y conocemos a sus padres y familia. ¿De dónde le viene tanta autoridad y tanto poder para hacer milagros? ¿Cómo puede ser eso? Se buscan los defectos, los fallos y todo lo que pueda servir para justificar su cerrazón y rechazo. Es la reacción inmediata a la soberbia, a la autosuficiencia y al endurecimiento del corazón.

Jesús, el Señor, no busca el lucimiento y ante la carencia y cerrazón de corazón se aparta. Donde no hay fe no se puede actuar. Termina extrañado marchándose de su propio pueblo. Y proclama que nadie es profeta en su tierra. Hoy, dos mil años después, continúa sucediendo lo mismo. Y nosotros, reconociéndonos pecadores y débiles, Señor, te pedimos que nos des la fe necesaria para creer en Ti y poder seguirte sin titubeos ni tribulaciones.

Danos, Señor, esa fe que necesitamos, para que nos fortalezca y para no mirar para otro lado, ni tampoco someternos a las dudas que nos confunden y nos debilitan en el camino de tu seguimiento. Danos, Señor, la confianza y la esperanza de creer en tu Palabra y en tus Obras. Amén.