Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

NECESIDAD DE REFLEXIONAR A LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO

Resultado de imagen de Lc 9,1-6
No es nada fácil perseverar. Es mucho ya sostenerse en una constante disciplina y diaria oración con el Señor. La presión del mundo te ahoga y te intranquiliza. Los compromisos, los espectáculos, las fiestas, la familia, el consumo, la imagen, los amigos, el ocio, los viajes, el deporte, las aficiones, tu propio afan y egoísmo y un largo etcétera que termina por rompernos la paz y someternos a su ritmo.

Experimento que buscar momentos de oración cuesta, y más cuando lo haces como se fuese algo impuesto. No es lo mismo, al menos me pasa a mí, ir a orar que ir a ver un partido de fútbol u otra cosa. Reflexionar cuesta y estar con Dios también. Pero, cuesta desde nuestra humanidad pecadora y humana, nuestra humanidad pecadora y limitada que no entiende ni llega a experimentar esa grandeza y maravilla que significa estar con Dios. 

Porque, Dios no puede ser estrés, ni aburrimiento, ni agobio sino todo lo contrario. Dios tiene que ser ese momento deseado, esperado y ansioso de paz, de gozo y felicidad. Y, como no lo experimento así deduzco que todavía no he llegado a conectar verdaderamente con Él. Claro, nunca lo lograré sin Él. Será Él quien decida manifestarse y darme esa Gracia de gozar  y ser feliz contemplándole cuando quiera. A mí sólo me toca esperar y continuar perseverando lo mejor que pueda.

Por eso, Señor, hoy te pido esa Gracia y ruego también a mis hermanos en la fe que visitan este espacio que recen mucho para que Tú, Señor, me concedas y nos concedas a todos esa paz que dinama de Ti. Una paz que necesitamos, para luego llevarla y transmitirla a los demás. Porque lo que no se tiene no se puede transmitir.

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