Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 23 de septiembre de 2021

SÉ, SEÑOR, QUE ESTÁS DENTRO DE MÍ

 

Me empeño, quizás movido por mis apetencias e inclinaciones humanas, a buscarte en las cosas de este mundo. Y no te encuentro. Posiblemente, me retire pronto de continuar la búsqueda, pues las seducciones con las que el mundo me tienta, me pueden y me vencen. Y, si mi empeño es fuerte, terminaré por darme cuenta que Tú, Señor, no perteneces ni estás - por supuesto - en este mundo.

No te encuentra entre las riquezas, ni en el poder; tampoco en las diversiones descontroladas ni en el éxito o fama. No te esconde tras los honores - porque no los buscas - ni tampoco estás entre los poderosos. Luego, ¿dónde te encuentras, Señor? 

La respuesta que me das es simple: "Dentro de ti, en el centro de tu corazón". Sin embargo, es posible que te haya apartado para un rincón y me sea difícil, ante todas las cosas hermosas de este mundo, que te vea. Por eso, Señor, postrado ante Ti desde este mi humilde rincón de oración, te busco y quiero verte. Es eso lo que realmente te pido desde ese pobre corazón donde quizás te haya perdido y no haya sabido guardarte en el lugar más privilegiado y central.

Sé que no me será fácil encontrarte, y menos si  te busco fuera de mí. Te pido que me des la sabiduría de saber dónde buscarte y de descubrir tu presencia en mi corazón. Te pido, Dios mío, que te hagas presente en mi vida y que me des una señal que yo pueda ver y advertir tu presencia para seguirte sin titubeos ni vacilaciones. Sé que has entrado en mí desde la hora de mi bautismo y quiero pedirte la Gracia de descubrir tu Amor y tu Infinita Misericordia. Amén.

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