Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 25 de septiembre de 2021

SERÁ INÚTIL TRATAR DE COMPRENDER, SOLO TE PIDO, SEÑOR, QUE NOS ILUMINE Y AUMENTES NUESTRA FE

 

Sé, Señor, que es problema de fe. Mi fe es débil y muy frágil. Necesito que la afirmes en mi corazón dubitativo y vacilante. Esa es mi primera petición. No puedo asimilar ese Infinito Amor que Tú me manifiesta, me revelas y me demuestra entregando a tu Hijo en una muerte de Cruz. No llego a entender tanto amor y si me empeño en buscar razones que puedan justificarlo, me pierdo y menos lo entiendo. 

No hay razones que puedan explicar lo que has hecho y lo que haces cada día, Señor. No se puede entender. Esa es la palabra que repito y repito desde lo más profundo de mi corazón. Solo te pido, Señor, que me ilumines y aumentes mi fe, porque quiero y necesito creer. Sin fe mi esperanza se debilita y se desvanece. Es entonces cuando el mundo, demonio y carne se aprovechan y atacan. Seducen con sus pasiones, con sus apetitos y sus ofertas concupiscentes. Y, solo, Señor, claudico y me someto a la esclavitud  del mundo, del demonio y la carne.

Por todo ello, Señor, utilizo este humilde rincón de oración para pedirte y suplicarte que me des el don de la fe, que ilumines mi mente y, sin más búsqueda de razones y por qué, enciende mi corazón y aumente mi fe para que todo mi ser y obrar descante en tu Cruz. En Ti, Señor, crucificado, muerto y Resucitado. Es ahí donde debe estar fijada y apoyada mi mirada y mi corazón. Amén.

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