Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 2 de agosto de 2016

EN EL MAR DE TEMPESTADES DE NUESTRA VIDA



Escenas como las narradas hoy en el Evangelio no nos son extrañas, porque el mar de nuestra vida está cargado de vientos y tempestades. Quizás lo extraño es que cuando nos sentimos hundirnos tengamos la fe de saber que el Señor está a nuestro lado y nos salva. Porque nos olvidamos de que el Señor está con nosotros y se ha quedado para salvarnos.

Pedro lo tuvo claro, y obedeciendo al Señor, tuvo también momentos de dudas y de miedo, pero recurrió confiado y esperanzado a su auxilio y salvación. Y nosotros debemos también aclararnos. Estamos salvados, porque el Señor ha pagado nuestro rescate con su Muerte de Cruz y su Resurrección, para Gloria de Dios, y para que nosotros también seamos resucitados en Él.

Este año de la Misericordia de Dios, proclamado por el Papa, nos descubre que Dios, siempre y cuando creamos en Él, nos salva. Más claro que en la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32) no se puede decir. Pero eso, es decir, nuestra salvación, no significa que nos quedemos con los brazos cruzados, porque todo el mal que hagamos o el bien que dejemos de hacer, lo pagaremos hasta el último céntimos. Tendremos que purificarnos de todos nuestros pecados y omisiones, posiblemente, en el Purgatorio, para llegar al Cielo limpios y purificados.

Y eso significa que cuanto más bien hagamos, es decir, vivamos en la Voluntad del Señor, nuestra salvación será más rápida, por decirlo de alguna manera, y más directa. Es verdad que no sabemos lo que el Señor nos tiene reservado, pero nuestro sentido común nos ilusiona y nos mueve a la esperanza de sentirnos más gozosos en la medida que más cumplimos su Voluntad.

Por eso, Señor, hoy te pedimos que, como Pedro, nos tienda tu Mano salvadora y nos emerja de las profundidades de este mar de nuestra vida, donde la oscuridad, las tempestades, los vientos y todos los peligros tratan de ponernos en peligro y apartarnos de tu presencia. ¡¡Salvanos Señor!!

martes, 28 de junio de 2016

MI VIDA ES UNA TEMPESTAD



Posiblemente no reflexionamos lo suficiente, y vivimos de forma algo acelerada que no advertimos ni el tiempo ni las tempestades que se suceden en nuestras vidas. Quizás algunas sean pequeñas que no llegan a hacer zozobrar la barca de nuestra vida, pero otras irrumpen con fuerza y ponen en amenaza nuestra integridad.

Mucho tiempo de nuestro camino lo pasamos en vigilancia y amenaza de tormenta. Cada día es un despertar en riesgo, aunque no nos demos cuenta ni lo tengamos en cuenta. Nuestra vida está siempre en peligro y sólo lo advertimos cuando se materializa ese peligro. Nuestra vida, podemos decir, es un inmenso mar que siempre amenaza levantarse con bravías olas gigantes que pueden envolvernos.

Y somos muy ingenuos e irresponsables cuando nos atrevemos a navegar por nuestro propio mundo sin llevarte, aunque sea aparentemente dormido, junto a nosotros y en nuestra barca. Es eso lo que te queremos pedir hoy, Señor. La Gracia de sabernos en constante riesgo y perderte. Por eso, te pedimos que no perdamos nunca, ni el tiempo, ni el espacio donde encontrarte y donde caminar contigo. 

Que podamos tenerte a mano para despertarte y pedirte auxilio. Aunque pequemos en la desconfianza y en la fe. Auméntala, Señor, también en nosotros, para que no desesperemos ni pasemos miedos cuando el mar bravío de nuestra vida se enfurezca y nos zarandee como títeres. Que tengamos siempre la confianza y la fe de sabernos asistidos, auxiliados y protegidos por tu Amor.

Gracias, Señor, porque sé que te has subido a mi humilde barca; Gracias, Señor, porque eres Tú quien me buscas y te auto invitas a navegar conmigo por mi vida, aunque yo no te diga nada. Gracias, Señor, porque sé que estás ahí. Dame confianza y aumenta mi fe para siempre acudir, sin dudarlo, a tu llamada. Amén.

martes, 30 de junio de 2015

CONVIENE IR PREPARADOS



A la hora de proyectar una misión nos preparamos convenientemente. Un viaje exige un tiempo para elegir y preparar los objetos y utensilios que necesitamos llevar para el uso de las necesidades durante ese tiempo. Y la vida exigirá una constante y diaria preparación con la que afrontar los obstáculos y adversidades que se nos presentan cada día.

Pero será muy importante conocer, discernir y utilizar lo necesario para el camino, y lo imprescindible para sostenernos firme y no desfallecer. Hay tempestades que nos pueden y para las que necesitamos el auxilio del Espíritu Santo, y sin el cuál no podríamos vencer. El Señor es nuestro guía y nuestro patrón, Él nos salva y nos llena de paz y sosiego. En Él encontramos paz.

Calma, Señor, las tempestades de nuestra vida y las desesperanzas de nuestras inquietudes y ambiciones. Danos la serenidad de saber ser pacientes y de aceptar con obediencia y sabiduría las contrariedades y las embestidas del mar de nuestra vida. Danos la fortaleza de no perder la serenidad en los momentos de confusión y oscuridad. Sabemos las dificultades de la navegación, pero confiamos en Ti, Señor.

Mantén nuestra barca a flote, Señor, a pesar de nuestra mala orientación y nuestro rumbo equivocado. Somos frágiles y débiles, y proclives a perdernos. Sin Ti nuestro rumbo será equivocado y necesitamos de tu Gracia para enderezarlo y orientarnos rectamente.

Danos, Señor, la sabiduría de estar atentos a tus indicaciones y vigilantes a las tempestades que azotan nuestra vida y nunca perder el estar cerca de Ti para suplicarte que nos proteja y nos cuides ante las tormentas que nos amenazan. Amén.

martes, 1 de julio de 2014

DESPIERTA MI FE SEÑOR



Aparentemente tu duermes Señor, pero solo en apariencias, porque Tú nunca dejas de vigilar por mi seguridad y mi salvación. Quizás sea yo quien tiene mi fe dormida, y desconfío y desespero en tu presencia y poder. ¿Cómo pensar y temer que contigo y en tu presencia me puede pasar algo?

Calma Señor las tempestades de mi vida, y líbrame de los vientos que amenazan con llevarme de un lado para otro ofreciéndome tesoros y riquezas que sólo son espejismos y apariencias caducas. Y dame la sabiduría de ir siempre en tu barca, porque sólo en ella estaré seguro y salvo de las influencias demoniacas y mundanas.

Mantén despierta mi fe Señor, y, a pesar de los huracanes y tsunami que azotan mi vida, lléname de paciencia y de serenidad para saber sostenerme de tu Palabra y de tu Alimento. Que nunca deje de llamarte y de despertarte si mi barca zozobra y amenaza con hundirse, y que siempre tenga esa confianza de saber que Tú has venido, enviado de tu Padre, para calmar las tempestades y vientos de nuestras vidas.

Señor, me apunto a salir contigo desde esta orilla de mi vida hasta la orilla que Tú me quieres llevar, porque contigo Señor llegaré a cualquier lugar que Tú me propongas. Y lo que Tú propones, Señor, es lo mejor y lo que más me conviene.

sábado, 1 de febrero de 2014

LA TORMENTA DE MI VIDA

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Mi vida es una tormenta. Una tormenta que tiene su momento fuerte donde zozobra y me tambaleo, y también su brisa suave donde la calma me sosiega y me tranquiliza. Tormentas que vienen y van como círculos cerrados que atormentan mi alma y la encadenan al tiempo que se esfuerza en caminar o navegar.

Y busco un Señor que la domine y la aplaque con la autoridad de su Palabra. De Ti, Señor, hablan los apóstoles que te obedecen el viento y las aguas. Al oír tu voz todo queda en calma y sosiego. Y a Ti te busco Señor mío, para que calmes las tempestades y oleajes de mi corazón, y mis pasos sean firmes y seguros en el recorrido de mi vida, tomada de tu Mano Misericordiosa.

Señor, úneme a Ti, de forma que ninguna tempestad, por muy fuerte que sea, me separe de tu compañía.