Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 19 de diciembre de 2016

¡ÁBRENOS LOS OJOS, SEÑOR!

Dios nos habla continuamente, pero necesita nuestra escucha y nuestra colaboración. Nos ha creado libres y se ata las manos ante nuestras decisiones. De tal forma que, necesita de nuestra disponibilidad para actuar en nosotros. Dependerá, pues, de nosotros que le dejemos o no. Es decir, que le aceptemos o no.

A lo largo de la historia, el Señor, ha ido revelando su Plan de salvación a los hombres, y sólo lo recibirán aquellos que sean capaces de mantener los ojos bien abiertos y el corazón dispuesto y entregado a su Palabra. Pidamos esa Gracia para que el Espíritu actúe, entregada nuestra libertad voluntariamente, en nosotros y nos ilumine para saber recorrer esos caminos que nos llevan al Señor.

Pidamos esa Gracia, para estar atentos, vigilantes y dóciles a dejarnos tomar por la acción del Espíritu Santo y abrirnos a su Luz, que nos ilumina y nos dirige por los caminos que nos llevan al Señor. Pidamos la Gracia de vivir expectantes a las señales que Dios quiere enviarnos y esforcémonos en responder a esos signos y señales que nos hablan de su presencia entre nosotros confiados, como María y José, a su Palabra. Amén.

domingo, 18 de diciembre de 2016

QUIERO RESPONDER COMO JOSÉ Y MARÍA

Yo sé, Señor, que esperas algo de mí, porque me has creado para algo. Posiblemente sea pequeña cosa, pero por insignificante que sea yo quiero responderte, Señor. Porque a Ti, Señor, no te importa la grandeza o pequeñez de las obras, sino la intensidad y el amor con la que se hagan. Y tanto valen las grandes como las pequeñas delante de Ti, Señor.

Yo quiero, como José y María, responder a lo que Tú me has encargado, y me cuesta mucho descubrirlo. Se me va la vida y, quizás no lo haya descubierto. Igual puede ser esto que, las reflexiones, que en la última etapa de mi vida estoy haciendo. Te pido perdón por tanto tiempo y horas perdidas; por tantos fracasos; por tanta debilidad. Sé de tu gran Misericordia y eso me anima a confiar en tu perdón.

Pero quiero levantarme y poner todo lo que de Ti he recibido a tu servicio. También sé que poner los talentos recibidos a tu servicio es entregarlo a los hombres. Porque servir a los hombres es servirte a Ti. Así lo hizo tu Madre María, y tu Padre adoptivo José. Dejaron sus planes y proyectos para hacer de los tuyos su vida y su misión.

Yo soy poquita cosa, Señor, pero quiero servirte y cumplir con lo poquito que me has encargado, que para mí supone mucho esfuerzo y trabajo. Dirige mi pluma, mis dedos y mis labios para que todo lo que hagan lo hagan en tu nombre y para tu gloria. Y dirige también mi obrar y mi ser, para que mis obras vayan de acuerdo con mis palabras. 

Dame, Señor, esa Gracia de ver, de experimentar, de servir, de ser fuerte y valiente y de capacidad de renuncia, para, venciendo todos mis apegos, mis apetencias y debilidades me entregue a poner todos los talentos, muchos o pocos, recibidos al servicio de los demás. Amén.

sábado, 17 de diciembre de 2016

ESPERANDO Y CAMINANDO

Nuestra espera no es una espera pasiva, quieta e instalada. No, nuestra espera es una espera dinámica, activa y caminante. Porque queremos nacer contigo cada día a una vida nueva que empieza y se construye desde Ti y para tu Gloria. Una espera que se mueve y crece en amor.

Una espera ardiente y comprometida en edificar un mundo mejor. Un mundo que despierta a mi lado y que mueve mi vida. Un mundo que palpita, vive y muere con sus luchas y pecados. Un mundo que será mejor en la medida que mi espera transmita verdad, justicia y amor.

Por eso, Señor, quiero esperarte preparando un corazón para que puedas encontrarte acogido, confortable y a gusto. Y eso lo hago no llenándolo de regalos, fiestas y banquetes, sino de sonrisas, servicio y obras buenas en beneficio de todos aquellos que lo necesitan.

De ahí que, cada día, tenemos la esperanza y la oportunidad de vivir una alternativa nueva. Una alternativa a nacer en el amor y a vivificar con nuestro ser y obrar esa porción de mundo que nos toca vivir desde nuestra humilde situación. Sin perder de vista, como Juan el Bautista, que es la Gracia de Dios la que hace el milagro de convertirnos y de transformar nuestro humilde y miserable corazón.

Te damos gracias Señor por darnos estas oportunidades, y te pedimos que nos des la sabiduría de saber aprovecharlas y ponerlas, por tu amor, en función de todos aquellos, preferentemente, pobres y excluidos, que la necesitan. Amén.

viernes, 16 de diciembre de 2016

AHORA, TIEMPO DE CREER

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

El tiempo camina, quizás sin prisas, pero también sin pausa. Nunca se vuelve atrás, ni se para a pensar. Siempre está en movimiento y cada instante pasa y no vuelve. Por lo tanto, lo que piensas ahora ya no vuelve y, sin embargo, queda registrado en la historia de tu vida. Por eso, conviene pensar bien y dejar la huella de tu pensamiento con tus buenas obras.

Juan fue la luz para aquellos que se correspondieron con su tiempo. Nosotros ahora no lo tenemos, pero está la Iglesia, la voz que clama en nuestro mundo, en nuestro pueblo, en nuestra ciudad... Quizás sea aquel sacerdote o aquella persona. De ahí la importancia de dar buen testimonio. Y eso nos llama a la conversión. Una conversión constante en y por la Gracia de Dios. 

Una conversión constante que nos da la Vida de la Gracia por los sacramentos y nos fortalece por la acción del Espíritu Santo. Es tiempo de creer en el Señor. El Señor Jesús que se hace presente en su Iglesia y nos fortalece con sus Obras y Palabras. Y nos revela el Rostro y el Amor del Padre. Nuestro Padre Dios que se complace en su Hijo Predilecto y da testimonio de Él.

Pidamos al Espíritu de Dios que nuestra mente y nuestro corazón se abran a su acción y veamos, cada día, más claro, más convencidos y más fortalecidos. Que nuestra fe sea una fe más coherente, más firme y más sólida, apoyada en su Palabra. Pidamos esa Gracia para que nuestros ojos vean y se abran a la Verdad. Amén.

jueves, 15 de diciembre de 2016

CAMINO DE DESIERTO

Escuchar a Jesús exige sinceridad; escuchar a Jesús exige limpieza; escuchar a Jesús exige buenas intenciones; escuchar a Jesús exige sentido común; escuchar a Jesús exige justicia; escuchar a Jesús exige verdad; escuchar a Jesús exige compromiso; escuchar a Jesús exige humildad; escuchar a Jesús exige amor. Y posiblemente tú añadirás algunas más.

Escuchar a Jesús complica la vida y nos la pone difícil. Pero, es de sentido común que las cosas importantes y buenas exijan grandes esfuerzos. Hasta ahí nos cabe todo en la cabeza. Y también nos cabe que la vida tenga presente la verdad, la justicia y el amor. Conceptos que están revestidos de lo mismo, aunque tienen perspectivas diferentes y matices complementarios.

Porque quien busca la verdad es justo y vive en la justicia. Y quien ama, vive en la verdad y es justo. Todos se interactúan y se complementan. Esto lo entendemos, lo queremos, nos gusta y hasta lo buscamos. Todos pensamos y deseamos una convivencia en esos parámetros y consideradas virtudes. Luego, podemos preguntarnos, ¿qué nos ocurre que lo estropeamos? Y la explicación la encontramos en el pecado: la soberbia y el egoísmo. Todos arrancan de ahí.

Y ante el mensaje de Juan, Herodes lo acepta y hasta le agrada, pero su egoísmo le ata y esclaviza y no le deja abrir sus ojos. Y también a ti y a mí nos puede estar ocurriendo algo parecido. Tu suficiencia y la mía nos contaminan y llenan de impurezas nuestro camino. Nos contagiamos de soberbia e incredulidad, y nuestros ojos permanecen cerrados. Y es que no podemos ver si no nos lo dejamos abrir por la acción del Espíritu. Nos es imposible, porque ahí sí que no nos entra, en nuestra ensoberbecida cabeza, el Misterio de la Trinidad. 

Nuestro mayor regalo es la Fe. Ese es nuestro gran Tesoro, y no lo alcanzamos mirando al mundo, porque no se encuentra en el mundo. Sólo dejando nacer al Niño Dios dentro de nosotros, y empequeñeciéndonos como Él, seremos capaces de abrir nuestros ojos y ver. Pidamos esa Gracia en esta Navidad. Amén.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

QUIERO PREPARARTE MI PESEBRE, SEÑOR

Esa es nuestra alternativa. Y no es fácil, porque el mundo en que vivimos nos lo pone difícil. Hay mucho ruido, muchas luces, muchas celebraciones y fiestas, muchos regalos, muchos banquetes, comidas, panderetas y cantos, pero, ¿Tú, Señor, dónde estás? Porque lo que sé de Ti es que naces en el silencio de la noche, en la oscuridad que Tú mismo alumbras. Naces pobre, en un humilde pesebre abandonado y en las afueras de la ciudad. Podría hablar que con los excluidos, rodeados de pastores, la última escala social.

Sólo los ángeles celestiales te cantan alabanzas y anuncias a los pastores que has nacido. Y escuchan el anuncio de tu nacimiento, y corren a verte y adorarte. ¿Seremos nosotros capaces de revestirnos de pastores y, humildemente, ir a adorarte? ¿Dónde estás, Señor? Porque quiero prepararte mi pesebre y arreglarlo de tal forma que te sientas acogido, cómodo y calentito. Quiero, Señor, que dentro de mí se haga la luz, la luz que Tú traes al mundo y, alejado de los ruidos y algarabías festivas, hacer silencio dentro de mí para que Tú, Señor, acampes tranquilo y me llenes de tu paz.

Líbrame de tanta alegría falsa, apoyada en cosas, fiestas y regalos. Líbrame de tanta risa obligada, forzada y engañosa. Líbrame de tanta rutina y alegría contagiosa, irreflexiva y vacía. Líbrame, Señor, de aparentar pesebre y construir palacios, de hablar de pobreza y vestirme de rey. Líbrame, Señor, porque naces y no te veo; porque naces y no te preparo mi corazón; porque naces y no te abro la puerta de mi vanidosa y ostentosa posada. 

Líbrame Señor de tantas tentaciones y pecados. Líbrame Señor de mis esclavitudes y miserias para poder celebrar contigo y con lo que quieran una Navidad de luces, de silencio, de amor y de compasión con los que sufren y padecen. Amén.

martes, 13 de diciembre de 2016

EL REINO DE DIOS PASA POR LOS POBRES

No es para los ricos, los soberbios, los orgullosos, los sabios... ¡No!, el Reino de Dios no pasa por ellos, porque ellos tampoco lo desean. Están satisfechos con las cosas de este mundo. Y encima se creen sabios, inteligentes y suficientes. ¿Es qué ignoran que las cosas de aquí abajo son caducas? ¿Es qué se les esconde que este mundo tiene sus días contados? ¿Es qué descubrir eso es de inteligentes y sabios?

Jesús, el Señor, nos lo ha dicho muchas veces. Su Reino no es de este mundo, y eso significa que este mundo terminará, porque el único Reino Eterno es el suyo. Por lo tanto, pensar y creer que este mundo es nuestra solución y felicidad es perder, además de ser poco inteligente, el tiempo de manera inútil y tonta. Es lógico pensar que son los pobres, los marginados y excluidos, los pequeños y miserables, los que estén más comprometidos y dispuestos a realizar sus compromisos y buenas obras.

Porque son ellos los más expectantes y deseosos de ser liberados y salvados. Porque son ellos los más dispuestos a escuchar y creer. Porque son ellos los que más necesitan la salvación, y se fían de la Palabra del Señor y se esfuerzan en cumplirla. Así, es de sentido común suponer que serán ellos los primeros en el Reino de Dios, porque han creído en su Palabra.

Pidamos al Señor que tengamos abiertos los ojos de nuestra fe y que sepamos vivir de acuerdo con los que decimos. No pensemos que estamos, por estar en la Iglesia, salvados, sino que seremos acogidos por la Misericordia de Dios si nuestra vida va de acuerdo con el esfuerzo de vivir y obrar con lo que decimos y proclamamos. Porque esa es la palabra eficaz que deja mudo y sin palabras a aquellos que no creen. Ya lo dijo el Señor, Jn 10, 37-38.

No nos va a resultar fácil. Que nadie se lleve a engaño. Pero que sepamos que no estamos solos y que con la asistencia del Espíritu Santo podemos, a pesar de decir no, terminar cumpliendo lo que realmente sabemos que debemos y tenemos que cumplir. Con tu Gracia, Señor, podemos hacerlo. Amén.