Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 21 de marzo de 2017

EL PERDÓN ESTÁ EN LA ORACIÓN DE CADA DÍA

El perdón está cada día en nuestros labios. Cualquiera que se aprecie de creyente rezará el Padre nuestro cada día, y recordará la necesidad de perdonar tal y como el Padre nos perdona a cada uno de nosotros. No hay vuelta de hoja, ni interpretaciones que encierren otro significado. Si tú quieres recibir perdón, tendrás también que perdonar.

Ahora, ¿nos resulta difícil? ¡Claro!, ¿quién lo niega? Diría, ¡no difícil, sino dificilísimo! Y eso descubre y hace comprensible a todas luces la necesidad de relacionarnos con el Padre y pedirle, cada día, incesantemente que nos dé la fuerza del perdón. ¡Bien sabía Jesús la necesidad de perdonar! Y, al menor ruego de sus discípulos que les enseñara a orar, nos deja esta hermosa oración, el Padre nuestro, donde nos da un estilo de vida y una clara necesidad de perdonar, tal y como el Padre nos perdona.

Por eso, cada día rezamos, sin desfallecer, la oración del Padre nuestro. Y lo hacemos varias veces y a cada instante que nos relacionamos con el Señor. Es necesario pedirle sabiduría, voluntad y fuerza para saber sobreponernos y compadecernos. Necesitamos discernir mucho sobre la exigencia del perdón. Porque nuestra forma de pensar es diferente y egoísta. Nosotros entendemos el perdón, pero lo entendemos de otra manera. Nuestro pecado no nos lo deja ver de otra manera.

Perdonamos, sí, pero hasta cierto límite. Donde más nos acercamos al Señor es en el amor de los padres con sus hijos. Ahí nos aproximamos y nuestra compasión se alarga y se hace paciente, pero también se agota y se rinde. Sólo, experimentando la Misericordia con la que Dios nos trata y nos perdona, olvidando nuestras ofensas, seremos, auxiliados por su Gracia, capaces de también perdonar.

Por eso, de nuevo y unidos a todos decimos: Padre, perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Amén.

lunes, 20 de marzo de 2017

HIZO LO QUE EL ÁNGEL DEL SEÑOR LE HABÍA MANDADO

Vienen a mi mente aquellas palabras de María en la boda de Caná cuando le dice a los criados que hagan lo que Jesús les diga. También José, su padre adoptivo, hizo lo que el ángel de su Padre Dios le había dicho. Su obediencia y su fe fueron puesta a prueba y su respuesta fue firme y confiada. Es de suponer que José dio ejemplo a su Hijo Jesús siendo niño.

No cabe ninguna duda que la familia de Nazaret es familia ejemplar, donde José y María dieron protección y educación al Niño Jesús. Todo fue tan natural como cualquier familia, pues el Hijo, encarnado, a pesar de su condición divina, fue despojado de su rango pasando por uno de tantos -Filipenses 2, 7 - menos en el pecado. 

Jesús recibió los mejores testimonios de fe, justicia y verdad. Su familia había sido elegida por Dios y la respuesta de José y María habían sido tal y como Dios esperaba. Ahora, si estas referencias de José y María no nos sirven a nosotros para reflexionar y mirarnos en ellos, poco estamos aprovechando de la figura sagrada de José y de María. Padre y Madre que nos alumbran y señalan nuestro rol y nos dan testimonio de fe. Una fe firme e inquebrantable ante las dificultades y obstáculos que nos salen al paso.

Pidamos al Señor, agarrándonos a José y María, sus padres, la Gracia de, como ellos, saber dar respuesta a lo que Dios nos pide en cada momento de nuestra vida. Una respuesta justa, discernida en verdad y revestida de amor misericordioso. Una respuesta coherente y responsable desde la Voluntad de Dios Padre, que nos guía y nos acompaña y nos fortalece para que podamos responderle. Una respuesta nacida libremente de nuestra propia libertad y voluntad, porque es donde se esconde nuestra verdadera y única dicha, gozo y felicidad eterna.

Padre nuestro, perdonanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Porque esa es tu Voluntad y porque así nos amas Tú. Y, porque sólo siendo como Tú, por la Gracia de tu Espíritu, seremos también nosotros eternamente felices. Amén.

domingo, 19 de marzo de 2017

EN ESPÍRITU Y EN VERDAD

Adoramos al Señor en Espíritu y Verdad. No se trata de exaltar los templos y las imagenes. Son lugares e imagenes muy respetable, pero no por sí mismos, sino por lo que representa. Y como lugares necesarios para reunirnos en silencio y adorar al Señor. Pero un Señor que: 

Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar». Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad». 

Y eso significa lo que todos entendemos y debemos saber y tener claro. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad. Y eso no se puede desconectar de hacer la Voluntad de Dios y reducirlo a toqueteo de imágenes y cumplimientos de normas. 

Tenemos que pedir luz para descubrir que lo importante no es estar simplemente en la Casa, y vivir en obediencia y cumplimientos de todas sus normas, sino "amar". El amor es lo que nos da pertenencia a la Casa y a la filiación divina. La parábola del hijo pródigo o Padre amoroso nos lo retrata muy bien en el hermanos mayor. En la misma Casa que el Padre, pero muy lejos de su Espíritu y Verdad, porque se limita a cumplir y obedecer, pero no experimenta el amor. Así, rechaza la venida del hermano menor.

Quizás, el caso de aquella samaritana, lejos del Señor, se encontró con la posibilidad de tenerlo tan cerca por el Amor de Jesús. Es la lección didáctica con testimonio incluido que el Señor nos transmite en este hermoso encuentro. Es el encuentro de aquel hijo menor, experimentando su fracaso lejos de la Casa del Padre, y la acogida del Padre. ¿Y nosotros? Nos limitamos a cumplir y practicar y no a amar? Pidamos esa luz y Gracia para actuar amando y no sólo cumpliendo. Amén.

sábado, 18 de marzo de 2017

LLENA MI CORAZÓN, SEÑOR, DE VERDADERO AMOR

Nuestro camino es un camino de petición. Señor, pedirte sin descanso, sin desfallecer y confiado en tu respuesta. Pues, ya sabemos, por tu Hijo Jesús, nuestro Señor, cuanto nos amas. Y queremos pedirte que nos revistas nuestros corazones de ese amor que Tú eres y que nos das.

Revístenos, Señor, de un amor puro, entregado, disponible; de un amor dispuesto a darse y a acoger. Un amor paciente y confiado. Un amor como el que Tú, Señor, nos das y nos has testimoniado y enseñado. Un amor sobre humano, que no sea d este mundo. Porque el de este mundo es un amor impuro, contaminado, caduco; un amor que se vende, exige recompensa y no se da gratuito. Es un amor que se paga y no perdona. 

El amor que exima de todas las culpas y que cura todas nuestras enfermedades. Un amor, Señor, como el Tuyo, que nos acerque al hermano en actitud de misericordia y de servicio. Por eso, Señor, somos conscientes que estamos muy lejos de amar así, como Tú nos amas. Nos quedamos prendados al descubrir y observar tu acogida tal cual se pinta en el cuadro de Rembrandt. En el que se ve cómo el hijo que regresa, desvalido y hambriento, es abrazado por un anciano, con dos manos diferentes: una de padre que le abraza fuerte; la otra de madre, afectuosa y dulce, le acaricia. Dios es padre y madre...

Eso nos conforta y nos llena de esperanza. Eso nos anima a confesarnos, en el Sacramento de la Penitencia, también como malos hijos, que hemos pecado y que acudimos a Ti con la esperanza de sentir y experimentar tu abrazo, tu acogida y tu amor. Y, por tu Gracia y Amor, participar en la fiesta del banquete Eucarístico que nos alimenta y nos sostiene y nos devuelve al camino de la vida. Verdadera Vida Eterna en la Casa del Padre. Amén.

viernes, 17 de marzo de 2017

LA VIDA SE NOS HA REGALADO, PERO SE NOS PEDIRÁ CUENTA



HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


La vida se nos ha regalado, y con ella una mochila con talentos y cualidades. Pero, no nos ha sido dada para emplearla como cada uno quiera, ni sólo en provecho propio. Se nos ha dado para compartirla y para buscar el bien para todos. El mundo, esa hermosa viña donde moramos todos, no es un regalo personal para uno, ni tampoco para dos. Es la hermosa Viña que todos debemos trabajar para todos.

Por eso, la verdadera agua, cristalina y pura, con la que debemos atenderla es el Amor. Es el Amor el agua que hará que sea fértil y que dé hermosos frutos. Es el agua amorosa la que logrará que los frutos se repartan de manera equitativa y en bien de todos. Es la caridad la que conseguirá que todos los hombres, movidos por su afán de buscar la felicidad, migren y encuentren espacios donde cultivar sus vidas con esa maravilla de agua que es el Amor.

De tal forma que todos los lugares se conviertan en verdaderos oasis de paz, justicia y amor y nadie tenga que huir de su propia tierra por razones de hambre, de persecuciones, de violencias y muertes. Pidamos revestirnos de esa agua amorosa, y llenos de ella cultivemos nuestra propia viña, porque añadiendo unas a otras formarán la gran Viña que hemos recibido de nuestro Padre Dios para bien y disfrute de todos los hombres.

Unamos a los sentimientos del Papa Francisco y, junto a él, hagamos oración por un mundo fraterno y en paz, donde los deseos no sea interesados ni motivados por intereses personales y egoístas. Y pasemos de la oración a nuestra vida personal. Porque, allá, dónde tengamos nuestra propia viña, nuestro particular terruño, tú y yo podemos también actuar con fraternidad, con generosidad y con deseos de trabajar por el bien del mundo y de todos, precisamente, de aquellos que más cerca tenemos.

Señor, que nuestra propia viña sea trabajada y cultivada pensando en devolverte todos nuestros frutos. Porque todo lo hemos recibido de Ti, y a Ti queremos devolvertelos cuando Tú los reclames. Devolvertelos tal y como Tú nos has enseñado a cultivarlos. Amén.

jueves, 16 de marzo de 2017

UNA VIDA: UNA OPORTUNIDAD DE SALVACIÓN

Puede sonar a manía, o a impertinencia, pero merece y vale la pena repetirlo hasta la saciedad. Nos ha sido regalada una vida para vivirla, pero no vivirla de cualquier manera. Sabemos que estamos inclinados a gastarla pensando en nosotros, es decir, fe forma egoísta. Y que nos cuesta mucho ir contra esa corriente, pero es el camino que nos interesa aunque sea más duro, angosto y difícil de recorrer.

La vida, nuestra vida, la convertiremos en oro si la empleamos desde y con amor. La vida será más hermosa y resplandeciente si la vivimos desde y por amor. La vida, nuestra propia vida, será gozosa y eterna si la vivimos injertados en el Espíritu Santo y siguiendo sus impulsos y dirección. Sólo de esa manera, nuestra vida, será gozosa y feliz.

Las apariencias engañan, y lo que la vida nos ofrece hoy son espejismos que, de la misma forma que aparecen, desaparecen. La vida de este mundo no tiene esperanza, puesto que es caduca, y todo lo que te ofrece está revestido de la caducidad y la muerte. El gozo que este mundo te ofrece es un gozo limitado, nunca pleno, y un gozo tenido de angustia, de remordimientos y desprecios. 

Un gozo apoyado en la indiferencia y en el olvido de los demás, para sólo pensar en ti y en tus intereses y apetencias. La vida, nuestra vida, vivida así nos conduce al mismo camino en el que terminó aquel rico epulón, que sólo pensó en eso, en darse fiestas, comilonas y buena vida. Una vida que vivida así cava tu propia tumba de sufrimientos eternos.

Pidamos al Padre que sepamos entender nuestra vida. Y, más que entender, también aprovechar todo momento de vida que se nos regala, para vivirla con amor en servicio y atención a los problemas de los demás. La oración es un regalo que todos tenemos en nuestras manos en abundancia y que podemos compartir con todos aquellos que sufren y lo pasan mal. Pidamos al Padre Dios que nos dé la sabiduría y fortaleza para ayudarnos unos a otros y vivir nuestra vidas tal y como el Padre quiere hasta que nos llegue el momento de reunirnos con Él. Amén.

miércoles, 15 de marzo de 2017

SE APROXIMA LA PASCUA

¿No es la declaración de lo que va a suceder a Jesús, su Pascua, una prueba más de su Divinidad? Nadie le da crédito ni tampoco lo entienden. No se pueden imaginar ese final trágico, pues Jesús pasa haciendo el bien y salvando a mucha gente. Su fama se extendía por toda Galilea y todos acudían a Él para que les curara. ¿Cómo es posible que supiese lo que le iba a suceder? ¿Y más de la manera que sucedió? ¿No es eso un milagro mayor aún?

Hoy queremos pedirte, Señor, que mi mente y corazón se abran a tu Verdad. Tú eres nuestra esperanza, y sin Ti, ¿qué sería la vida para nosotros? No podemos entender como hay gente que no cree en Ti. No podemos entender que mucha gente viva sin esperanza. Esperanza de una vida eterna. Y sin embargo eso ocurre. Por mucho que se le diga a la gente y se proclame una y mil veces, la gente sigue en el mismo lugar y no se mueven. ¿Cómo es posible que esperen pasivamente inmóviles dejando pasar el tiempo y sin ninguna reacción. ¿Acaso están ciegos?

Pues sí, no hay otra respuesta ni otra explicación. La gente está ciega y sometida. Dominada por las pasiones y apetencias de este mundo. Sin libertad ni voluntad para reaccionar. No entienden que el Señor nos libera y nos salva. Por eso se ha entregado a esta muerte de Cruz voluntariamente por amor. No podemos explicar esto de otra manera, porque no se entendería.

Y nunca dejaremos de pedirte, Señor, luz y sabiduría para entender tu Amor y Misericordia y seguir tus pasos con fidelidad y voluntad firme. Esa Gracia es la que te pedimos hoy, Señor. No permitas que las fuerzas del mal nos puedan y nos alejen de Ti. Nosotros queremos perseverar, pero la corriente de este mundo amenaza con alejarnos y apartarnos de Ti.

En Ti, una vez más, confiamos y nos abandonamos pacientemente en tus brazos con la seguridad de ser escuchado, atendido, fortalecidos e iluminado, para no desfallecer y continuar con gozo y alegría el ritmo de tus pasos. Amén.