Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 17 de abril de 2017

QUIEN BUSCA ENCUENTRA

Posiblemente, el secreto de la búsqueda está en el dónde, el cómo y el cuándo. Porque donde no está, no se puede encontrar. Jesús no está en el mundo de los muertos, porque ese mundo pertenece al hedonismo y al egoísmo. Es un mundo caduco y vacío e impera en él la muerte. Será imposible encontrar a Jesús ahí.

Jesús está Vivo. Su tumba ha quedado vacía y eso revela que ha Resucitado. Por lo tanto, hay que buscarlo entre los vivos y no entre los muertos. Y el mundo está lleno de muertos, porque los que aspiran a la vida no son de este mundo. La búsqueda de Jesús está en el amor, el Amor que Él nos dio y nos enseñó con sus Obras. Pues bien, es en esas obras donde hay que buscarlo. Y lo hacemos en la medida que las vivimos y practicamos en los hombres. Tal y como Él hizo.

Por lo tanto, el secreto está en pedir y buscar. Pedirle al Espíritu de Dios que nos enseñe el camino y que nos dé la sabiduría de saber encontrarlo. De saber percibirlo en los más necesitados, en los más pobres y marginados. Pedir al Espíritu que nos dé paciencia, sabiduría de saber buscar las respuestas ante tantas dificultades e inteligencia para despertar en ellos sed y hambre de encontrarte Señor.

Porque ese es nuestro problema. No sabemos como despertar motivación, sed trascendente y deseos de búsqueda de Ti. Tú que eres el verdadero Camino, Verdad y Vida. ¿Cómo despertar en ellos el dónde, el cómo y el cuando. Porque esa es la otra pata del trípode que reflexionamos hoy. Ahora es el momento de la búsqueda. No dejarlo para mañana, porque el mañana puede que no llegue. Ahora es ahora, ya. En este momento y sin perdida de tiempo.

La vida es corta, aunque pensemos lo contrario. Y, sin darnos cuenta, se acaba. Por lo tanto, el cuando es ahora. Danos, Señor, la luz de entenderlo y de ponernos en movimiento en tu presencia para, buscándote, encontrarte. Porque Tú lo has dicho: Quien busca encuentra-Mt 7, 8-.

domingo, 16 de abril de 2017

LA MUERTE HA SIDO PENETRADA Y VENCIDA

Es el día más grande de nuestra vida, porque en él celebramos la victoria de la Vida sobre la muerte. La muerte ha sido penetrada por la Cruz, pues en ella Jesús, Crucificado y muerto, ha Resucitado. Y eso significa que ha vencido a la muerte. Desde este momento nos ha sido revelado la Vida Eterna, porque resucitamos no para morir de nuevo, sino para vivir eternamente.

Sí, el hombre tiene un destino. No nos dejemos engañar por el mundo, que habla de viaje y no de destino. El destino del hombre es la Vida Eterna. Esa Vida con Mayúscula que nos viene a dar gratuitamente el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesús. Esta vida tiene sus días contados, porque su destino no es quedarse aquí. Sería el mayor peligro y la mayor debacle que le pudiera ocurrir al hombre. La misión del hombre es encontrar el único y verdadero camino que conduce a la Vida Eterna, y ese camino es precisamente Xto. Jesús, Camino, Verdad y Vida. Amén.

Pidamos esa Gracia en este gran día de Resurrección, para que también nosotros podamos reunirnos con el Señor el día de nuestra resurrección. Resurrección que nos la ha prometido el Señor si creemos en Él y si guardamos sus mandamientos. Vivamos en ese esfuerzo y en esa actitud de cada día, tratando de esforzarnos en vivir los Sacramentos, sobre todo y de manera especial los de la Penitencia y Eucaristía, con los que renovamos y lavamos nuestros cuerpos de las manchas del pecado.

El Señor ha Resucitado y eso nos llena e inunda de alegría y de esperanza. Porque también nosotros resucitaremos en Él. Con esa esperanza y con esa fe continuamos nuestro camino y cantamos llenos de gozo y de paz el salmo 117, alabando y glorificando al Señor. Amén.

sábado, 15 de abril de 2017

JUNTO A LA SOLEDAD DE MARÍA





Himno

La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Y, ¿cuál hombre no llorara,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
que el llanto dulce me sea;
porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma 
a su eterna gloria. Amén.

viernes, 14 de abril de 2017

TANTO Y HASTA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


Jesús lo da todo. Tanto nos amó y nos continúa amando que entrega su Vida. Y su Amor no tiene límites, pues nos ama hasta el extremo de darse sin condiciones e íntegramente. Jesús se da todo, se entrega, se parte y se reparte. No hay más que hacer. Todo está consumado, acaba diciendo clavado en la Cruz, porque se ha dado plenamente.

Y lo ha hecho, y lo hace cada día en cada Eucaristía cuando actualiza su Sacrificio por amor. Se nos entrega, se nos parte y reparte. No hay más que dar. Está dicho y hecho todo, lo máximo. Por eso también nos pide lo máximo de nosotros mismos. Nos pide nuestro entregarnos; nuestro partirnos y repartirnos. Darnos como Él se nos da a cada uno de nosotros.

No cabe duda que nos resulta dificilísimo. Es más, diría imposible por nosotros mismos, porque nuestra naturaleza humana está herida y sometida por el pecado. Pero, por su Amor y su Sacrificio por nosotros, ha logrado que la Misericordia del Padre nos salve y nos perdone. ¡No se puede dar más!

Por eso, Señor, conscientes, por tu Gracia, que nos salva por Amor, por un Amor incomprensible y que nosotros no podemos entender ni merecer, nos postramos a tus pies y te pedimos perdón por todos nuestros pecados, errores, fracasos, limitaciones, impotencias, necedades, soberbia, egoísmos, ignorancias, y rechazos. Esperamos expectantes y humildes que tu Amor nos perdone y nos salve, y a tus pies caemos postrados implorando tu Infinita Misericordia.

Arrepentidos, Señor, de tantos pecados de todo tipo, y tantas omisiones por perezas, comodidades, egoísmos y gandulerías, caemos rendidos ante Ti implorando y rogando nuestro inmerecido perdón. Gracias, Señor, que, entregándote por nosotros a una muerte de Cruz, has pagado nuestro inmerecido rescate y ganado para nosotros la Gloria Eterna. Danos la Gracia y la capacidad de no desaprovecharlo y permanecer en Ti. Amén.

jueves, 13 de abril de 2017

UN MANDAMIENTO CON EJEMPLO

Jesús nos ofrece hoy, no sólo el mandamiento, sino que nos da también ejemplo. Un ejemplo que lo lleva dando durante todo su paso por este mundo. Sus Palabras y Obras así lo atestiguan y dejan huella. Pero, hoy, llegada su hora, quiere dejarnos más claramente nuestra condición humilde de servicio por amor. Se inclina y se humilla para ponerse al servicio del hombre con esa expresión del lavatorio de los pies.

Lavatorio al que se opone en principio el impetuoso y pronto Pedro. Se niega a que Jesús, el Señor, se rebaje a esa acción. ¿Cómo puede ser eso, si me corresponde a mí, Señor, lavarte tus pies? Pero, la respuesta de Jesús es categórica: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo».  Es imprescindible dejarnos lavar por Jesús.

Y es imprescindible, porque no estamos limpios; es imprescindible, porque el hombre no sabe amar. El amor es un don de Dios y necesitamos dejarnos llevar por su Mano para aprender y poder amar. No tenemos capacidad para amar como ama y nos ama Dios. Nuestro amor es mundano, egoísta y busca recompensa y compensación. No es que no sepamos solo, sino que no podemos. Necesitamos la Gracia de Dios para amar hasta el punto de darnos y morir para bien de los demás.

Y eso, Señor, en el día del amor te imploramos que nos lo conceda. Danos, Señor, esa sabiduría, esa capacidad y fortaleza para amar. No un amor, como acostumbramos los hombres a vivir y dar, sino un amor de renuncia, desinteresado, gratuito y hasta el extremo. 

Sí, Señor, nos sabemos limitados, pobres y pequeños para poder amar así, pero también sabemos que si Tú nos lo has mandado a vivir es porque, contigo, podemos lograrlo. Y, como Tú mismo nos has dicho, insistimos y te rogamos hasta que la voz se nos apague, suplicándote que nos transforme nuestro débil, humano, endurecido y de piedra corazón, en un corazón suave, generoso, limpio, entregado, servicial y dispuesto a morir por el bien de los demás. Amén.

miércoles, 12 de abril de 2017

EXPERIMENTAMOS ABANDONO

También nosotros experimentamos abandono. Un abandono de nuestras propias fuerzas; un abandono que nos viene propiciado por nuestras propias debilidades; una abandono derivado de nuestras propias tentaciones. Y hay alguien que está al acecho para aprovechar ese decaimiento y alejarnos, debilitarnos y sumergirnos en esa voluptuosidad mundana que nos aguarda.

Porque cuando nuestras fuerzas se debilitan y la oscuridad nos embauca, todo se vuelve negro y nos abandonamos a la deriva que el mundo nos propone. Y en ese alejamiento perdemos nuestra perspectiva y nuestra dirección.Y el norte de nuestra vida se desdibuja y nuestro rumbo se desorienta y nos pierde.

Pidamos que eso no ocurra en nuestras vidas. Pidamos que siempre permanezcamos alumbrados por la Luz del Espíritu Santo, y que, inmersos en la comunidad, sepamos perseverar, ser pacientes y sostenernos en la presencia del Señor. Incluso en los momentos más confusos y de desasosiego.

Danos, Señor, la constancia, la valentía, la fortaleza y la sabiduría de saber ser fiel a tu Palabra. Danos las virtudes de la humildad, de la sencillez, de la paciencia y de interpretar los signos de nuestra vida y las circunstancias y lugares donde Tú, Señor, nos llamas. Danos la prudencia y la sensatez de tener nuestro corazón atento y en expectante escucha a tu Palabra, para saber en todo momento qué hacer y por dónde ir.

En estos momentos próximos a celebrar tu Pasión, Señor, danos la luz y la sabiduría de, conociéndola, saber interpretarla y, sobre todo, vivirla, para que seamos luz, testimonio y vivencia de buenos frutos y de tu amor. Amén.

martes, 11 de abril de 2017

PECADO: DESPRECIO DE DIOS

Alejarse equivale a distanciarse y a marginar a otro. En eso consiste el pecado a Dios. Un pecado que no se podrá perdonar si tú no tratas de acercarte y recibir el perdón. Eres libres, y en la medida que no sepas ejercitar tu libertad, te esclavizas. Porque la libertad cobra su verdadero valor en la medida que se acerca y vive en Dios. De Él la hemos recibido, y a Él volveremos. Por lo tanto, lejos de Él volveremos a la esclavitud del pecado.

Porque es, precisamente el pecado, el que nos ha alejado de Dios, y el que también nos mantiene lejos de Dios, y nos pierde para siempre. Por lo tanto, este Martes Santo es un momento propicio para acercarnos al Señor y ponernos en sus Manos. 

Danos, Señor, la capacidad y fortaleza de abrazar la Cruz, y, agarrados a ella, postrarnos a tus pies con firmeza y fidelidad, empapados de tu Gracia y alimentados por la fe que tu amor nos da. Perdona todas nuestras debilidades y todos los desprecios egoístas alimentados por nuestra naturaleza humana herida y tocada a muerte por el pecado. Sácanos de nuestra esclavitud y devuélvenos nuestra libertad sometida y encadenada por nuestros errores, fallos y egoísmos. E infúndenos la esperanza de esperar y confiar en Ti.

Hoy, Señor, Martes Santo, queremos esperar y aguardar. No queremos marcharnos de tu lado. Queremos, junto con tu Madre, permanecer al pie de la Cruz, y permanecer en silencio, callado, sin decir palabras, postrados, humildes y confiados en tu Perdón y Misericordia, y dispuestos a servirte dándonos en caridad a todos aquellos que necesitan nuestro amor.  

¡Señor!, somos muchos los que te rechazamos sin querer. Nos rendimos a nuestros egoísmos y pasiones. Danos la fortaleza y la sabiduría de superarlos y someterlos, para liberados poder servirte y hacer tu Voluntad, crucificados como Tú, Señor.