Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 3 de mayo de 2017

¡ABREME LOS OJOS, SEÑOR, PARA QUE VEA!

Posiblemente, eso no lo pensó el hermano mayor del hijo pródigo. Él llevaba mucho tiempo junto a su padre, pero no estaba en el corazón de su padre. El estar junto a una persona no significa que conozcamos bien a esa persona. Incluso, ni que sepamos quien es esa persona. Tampoco, el hermano menor llegó a conocer a su padre y a, arrastrado por la ambición y placeres de este mundo, se alejó del padre.

Igual sucedió con los discípulos de camino a Emaús, y de tantos otros. Estamos, quizás, junto al Señor, pero no le vemos, y menos le conocemos. Unos porque están bastante lejos e imbuidos por las cosas de este mundo; otros, porque, estando dentro, no experimentan la cercanía con el Padre, que les ama y les salva. La cuestión es preguntarnos nosotros mismos, ¿dónde estamos y qué experiencia tenemos?

Porque sólo hay una respuesta y una consecuencia. Estar y ver al Señor es vivir en el esfuerzo de amar y de esforzarnos en salvar a los demás. Salvarlos en la medida de, con tu palabra y con tu vida, proclamar el Evangelio y dar a conocer el mensaje de salvación que Jesús, el Hijo de Dios, viene a presentarnos. Y eso se ve y se nota, y en esa misma medida se propaga.

Por eso, Señor, empiezo mi humilde reflexión suplicándote que abras mis ojos y llenes de luz mi corazón para que pueda verte y experimentar tu Amor. Porque Tú, Señor, eres el Rostro del Padre, y quien te ve a Ti ve también al Padre. Y a Ti, Señor, te recibo cada día, e incluso te llevo a alguna persona enferma para que también te reciba. Ábreme mis ojos y dame toda la luz que necesito para experimentar dentro de mi pobre corazón tu presencia, tus caricias, tu amor y misericordia.

Me fío y me abandono confiado en tu Palabra, Señor, y te lo pido con todas mis fuerzas: «todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

martes, 2 de mayo de 2017

EL PAN DE VIDA

Señor, este mundo es un mundo caduco. Un mundo de hambre y sed material que no satisface plenamente y que nos mantiene siempre ansiosos e infelices. Un mundo de espejismos, que no liberan sino someten y esclavizan. Un mundo de engaños y mentiras que seducen y traicionan y lleva al hombre a la perdición.

No está la vida en este mundo, pues todo lo que hay en él la amenaza de muerte. El trabajo es un medio digno de, con el sudor de su frente, ganarse el pan material de cada día. Un pan que se necesita para vivir, pero que sólo es el medio para alcanzar el Pan verdadero. El Pan espiritual que trasciende y nos da la Vida Eterna. 

Hay un gran peligro, y es quedarnos sólo con el valor de lo material. Porque lo material tiene sus días contados. El hombre necesita una aspiración superior que trascienda y le dé esperanza. Ese es Jesús, que nos dice: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

Pidamos ese Pan esforzándonos en permanecer y perseverar al lado de Jesús. En Él encontraremos el alimento y la fortaleza para continuar siempre por el buen camino y no desfallecer. Permanezcamos en la Iglesia, nuestra Madre, para que junto a ella vivamos en la esperanza junto a los hermanos que nos acompañan y en los que nos apoyamos.

Pidamos que la Gracia de la Fe nos inunde y nos mueva a creer y fiarnos de la Palabra de Dios. Y que esa fe sea consecuente y nos lleve a la vivencia del amor y de la misericordia. Amén.

lunes, 1 de mayo de 2017

LA CLAVE DE LA FE ES PEDIRLA

No podrás comprender el Misterio de Dios, entre otras razones porque tu inteligencia y razón no alcanzan para eso. ¿Qué te has creído? Ahí se esconde tu soberbia significada en el diluvio, Babel, el hombre rico y muchas escenas más. Las escrituras te van revelando que Dios se resiste a los soberbios y se da a los humildes. María es el primer eslabón de esa cadena que queda llena de Gracia por su humildad.

La fe no entra por méritos, ni tampoco por esfuerzos. No podemos alcanzarla ni tampoco merecerla. La fe es pura Gracia de Dios, y como tal hay que suplicarla, pedirla  y esperar postrado ante la Infinita Misericordia de Dios. El creyente nunca puede desanimarse. Siempre estará suplicante, expectante, esperando y paciente. Sabe, humildemente, que no la merece y que todo es regalo y Gracia de Dios. Por lo tanto, no debe ni puede desesperarse, pues no tiene ninguna razón para ello.

Necedad e ignorancia, aquellos que exigen y hasta se rebelan contra el Amor de Dios. Ciegos y necios aquellos que le rechazan y le piden cuentas, y le exigen pruebas y milagros o hechos extraordinarios que les hagan ver y comprender. La fe es pura Gracia de Dios y, como tal, hay que rogarla, pedirla, suplicarla y esperarla pacientemente. Sin desfallecer, sin desanimarse y sin impacientarse.

Eso no significa que nos suceda y nos debilite. Ese es nuestro pecado. Pero, sepamos también que nuestro Padre Dios es Misericordioso y nos perdona y nos acoge. ¿Por qué lo decimos? Porque nos lo ha revelado y comunicado Jesús, el Hijo. Sí, ese que de Él ha recibido la Sabiduría para decirlo, aunque se haya presentado como el Hijo de José, el carpintero, y María, la sencilla y humilde. 

Realmente necesitamos creer en su Palabra e insistir para que, por su Gracia y méritos, Él si la alcanza y por Él la recibimos, nos revista de la Fe y podamos, abiertos nuestros ojos, comprender y entender el Amor de Dios que nos salva por los méritos de su Hijo. Amén.

domingo, 30 de abril de 2017

TODOS LOS DÍAS SON EMAÚS

Cada día la lucha se hace necesaria. Cada camino es una tentación hacia Emaús. Nos cansamos del cansancio, valga la redundancia, de la incertidumbre de no saber qué hacer o de no poder vencer la apatía y la comodidad. Nos cansamos de descubrirnos pecadores, y un día y otro seguir fallando y desilusionando. ¡No podemos!, gritamos y experimentamos el deseo de retirarnos a casa, al mundo del mundo, y volver con los nuestros, con los de Emaús.

Esa sensación pervive en nuestro corazón humano y herido por el pecado. Y, sin darnos cuenta, el diablo la alimenta exigiéndonos perfección a sabiendas que no podemos alcanzarla. Estamos cansados, Señor, y queremos descansar en tus brazos de Padre Misericordioso. Dejémonos de preguntarnos y exigirnos y, simplemente, lloremos con los que sufren y lo pasan mal. Y acudamos a nuestro Padre. En Él encontraremos el descanso que buscamos, pero también la Misericordia que necesitamos.

Volvemos, Señor, a Ti. Volvemos sabiendo de nuestra inmerecida misericordia y dándote gracias por tu Amor. No merecemos perdón, pero Tú nos perdonas. Está a la vista la Cruz de tu Hijo, que ha aceptado voluntariamente para redimir nuestros pecados. No podemos volvernos atrás y despreciar esa salvación por amor y misericordia que Tú nos has regalado en tu Hijo. Danos la fuerza y la paciencia de saber esperar y de calentar nuestros corazones para, encendidos, regresar a la comunidad. Realmente la necesitamos.

Señor, me detengo ante Ti y me postro a tus pies, y espero. Confío en tu Amor y pongo todas mis esperanzas que, como a los de Emaús, me enciendas mi corazón y actives mi vida llenándola de gozo y alegría y entregándola en la Cruz. Amén.

sábado, 29 de abril de 2017

MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN

Estoy necesitado de humildad, una humildad que me llene de esa mansedumbre, que inunda mi alma de descanso y paz. De una humildad de saberme pequeño, pobre y pecador. De una humildad que me saca de vivir en la oscuridad abriéndome a tu Luz y Verdad. De esa humildad de verme poca cosa, sencillo e inútil, y que sólo tu Gracia, Señor, hace maravillas en mí según tu Voluntad.

No es fácil conseguirlo, porque mi vanidad y soberbia pesan como una losa en mí. Necesito tu Gracia, Señor. Hay mucha gente sencilla, aparentemente sin importancia ninguna, pero que son ejemplos vivos de tu Gracia, Señor. Ilumina mi vida y dame esa sabiduría de los pobres y sencillos para llegar a Ti. Porque, Tú te resistes a los soberbios y te das a los humildes.

Porque la sabiduría no se encuentra en este mundo, ni tampoco en los sabios y hombres que a él pertenecen. Sólo está en Ti, y a los que Tú quieras dársela. Gracias, Señor, por tan grade regalo, y abre mi corazón humildemente para que, entregado a Ti, pueda ser ejemplo de servicio y amor a los demás.

Aquí estoy Señor, dispuesto a ser receptivo con tu Gracia y tu Voluntad. Dispón, Señor, mi alma y llévala y dirígela según tu Voluntad. Anula mi libertad y sométela a tu Voluntad, para que viva según tu Palabra y de acuerdo con tu Amor. De cualquier forma, te ruego me des la paciencia de saber esperar y aceptar mis debilidades y fracasos, para estar disponible cuando Tú dispongas.

Dame, Señor, la fortaleza necesaria para continuar en el camino, aunque vaya tropezando más de la cuenta, y mis pasos se debiliten y desfallezcan. Y, siempre, sepa recurrir a Ti para hallar el descanso y la paz. Amén.

viernes, 28 de abril de 2017

EN TI, SEÑOR, SOSTENGO MI VIDA



HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


No puedo apoyarme en nada, ni en nadie de este mundo. Porque todo lo de aquí abajo es caduco y no me llena plenamente. Lo que perece está llamado a morir, y la muerte es la tragedia del hombre. Sólo en Ti, Señor, puedo apoyarme y sostenerme, porque Tú das la Vida y sostiene nuestra esperanza.

¡Claro que te busco para hacerte mi Rey!, pero un Rey como Tú quieres que te haga. Un Rey de Amor, de servicio y entrega a los demás. Un Rey que ha venido a entregarse y dar su propia Vida para salvarnos a todos. Un Rey generoso, humilde y dispuesto a morir por liberarnos del pecado. Ese es el reinado que Tú, Señor, has querido implantar entre los hombres de este mundo. Un reinado de amor, de justicia y de paz.

Aumenta, Señor, nuestra fe y nuestra capacidad de asombro. Que no nos acostumbremos a tenerte a nuestro lado y no advertir tu Divina presencia; que no nos acostumbremos a tu presencia de forma rutinaria y a no experimentar tu amor y tu generosidad. Señor, que no nos suceda que tu Palabra ya no nos mueva el corazón ni nos llene de gozo y alegría. Mantén nuestro amor primero siempre fresco, activo, emocionado, ingenuo y renovado. Como si de un niño se tratara.

Llénanos de esperanza y de renovadas motivaciones que nos satisfagan plenamente y nos muevan a buscarte y estar ansiosos de permanecer en Ti. Haz que siempre mi alma esté hambrienta y sedienta de tu Palabra y de tu Amor, para que nunca deje de buscarte y de seguirte. 

Que nunca nos cansemos de alimentarnos de tu Palabra y de participar en tu banquete santo reconfortados con el alimento espiritual de tu Cuerpo y tu Sangre. Amén.

jueves, 27 de abril de 2017

¡SOSTÉN MI MIRADA HACIA LO ALTO, SEÑOR!

Mi humanidad me hace bajar mi cabeza a las cosas del mundo. Estoy atado a ellas por mis pecados. Mis inclinaciones son terrenales, llenas de soberbia, egoísmos, pasiones y envidias. Me cuesta mucho levantar la mirada y purificarla. Como la serpiente me siento arrastrado a las cosas de este mundo. ¡Y sólo Tú, Señor, puedes liberarme!

Eso es lo que mis labios ahora expresan: ¡Sostén mi mirada levantada, Señor, y no dejes que se recree en las cosas de este mundo! Porque todo lo de aquí abajo es caduco y efímero. Nada tiene valor y todo es perecedero. ¿Qué gozo y alegría voy a conseguir en las cosas de este mundo cuando son efímeras y caducas? Tener la mirada hacia este mundo es mi mayor error, Señor. Te ruego que me ayudes a levantarla y mirar hacia lo alto. Porque, sólo en lo alto está la Verdad y la alegría de vivir en paz eternamente.

Dame, Señor, la capacidad de experimentar lo espiritual y de encadenarme a las cosas de aquí abajo. Dame la sabiduría de mirar por encima de estas cosas terrenales que apega mi corazón y lo esclaviza. Dame la virtud de buscarte en las alturas y de escuchar la Voz del Padre que te envía a manifestar el único y verdadero Camino, Verdad y Vida.

Son muchos los caminos que se nos presentan en este mundo, pero son caminos que esconden la mentira y se nos presentan como espejismos seductores que, atrapados, nos enseñan sus garras y su maldad. Por eso necesitamos mantener la mirada erguida, firme, levantada y dispuesta, para asirnos, por la Gracia de Dios, de los peligros de este mundo caduco y engañoso.

Pidamos al Padre esa Gracia, para que siguiendo firmemente los pasos del Hijo, y escuchando su Palabra, seamos capaces, en el Espíritu Santo, alcanzar el único y verdadero Camino que nos conduce a la Casa del Padre. Amén.