Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 18 de abril de 2018

VIDA ETERNA

Resultado de imagen de Jn 6, 35-40
A veces quedamos deslumbrados por las maravillas que nos ofrece el mundo y hasta nos sentimos felices y con deseos de vivir. Pero eso no puede hacernos olvidar a los que sufren, no sólo por enfermedad sino por el egoísmos de otros que los someten y esclavizan. Hay muchas víctimas, sobre todo los niños, que tienen que huir de sus lugares de origen porque otros los expulsan y los amenazan de muerte.

Este mundo, incluso para los que se lo prometen bien y tienen abundancia de todo, no es la respuesta a lo que vive dentro de nosotros. Nuestro corazón busca, desea y anhela una felicidad que sobrepasa la que este mundo nos puede dar. Una felicidad que se no queda en las cosas que ven nuestros ojos y experimentan nuestros sentidos, sino que está por encima de todo lo que alcanzan a ver nuestros ojos y degustar nuestros sentidos. 

El hombre busca la Vida Eterna. Una Vida Eterna en plenitud, y esa el mundo no te la puede dar. Solamente Jesús, que te lo anuncia hoy en el Evangelio puede dártela. Y te la ofrece. Él es el Pan bajado del Cielo y se te da para que, comiendo de Él puedas alcanzar esa Vida Eterna que tanto deseas. Por eso, aprovechamos este rincón de oración para, uniéndonos a otros hermanos, unir, valga la redundancia, nuestras oraciones y elevar al Padre nuestra gratitud por el envío del Hijo, Pan de Vida Eterna, que, por sus méritos de su Pasión y Muerte en la Cruz, ha rescatado para todos nosotros esa Vida Eterna que el Padre quiere compartir en su Gloria con cada uno de los que creen en el Hijo.

Danos, Señor, esa paciencia, esa paz y esperanza de sostenernos siempre en la fe por medio y gracias a los méritos de tu Hijo Jesús. Danos esa fortaleza y sabiduría para no desfallecer y, a pesar de las dificultades, los espejismos que el mundo nos presenta y toda clase de tentaciones y apetencias, permanecer fieles, perseverantes y firmes en la fe y confianza en tu Hijo, Jesús, nuestro Señor. Amén.

martes, 17 de abril de 2018

¿A DÓNDE VOY, SEÑOR?

Resultado de imagen de Jn 6,30-35, por Fano
¿Dónde busco el elixir que me dé la Vida Eterna? Porque, todos los hombres queremos vivir eternamente. No encontraríamos a nadie que dijera lo contrario. Y si así fuera, pensaríamos enseguida que está loco. Sí, todos queremos la vida eterna, pero, pronto nos damos cuenta que en este mundo no se encuentra. Y, es más, sabemos que esta vida termina con la muerte.

Ahora, ¿por qué dentro de nuestro corazón hay un impulso que nos invita a vivir eternamente? Porque, es verdad, todos experimentamos un gran deseo de alargar nuestra vida con la esperanza que nunca termine. Misteriosamente está escrito en nuestro corazón, y sólo lo puede poner Aquel que tiene poder para darla. Y ese es el Señor, el Pan de Vida Eterna que, bajado del Cielo, se nos ofrece hoy.

Gracias, Señor, por dejarnos esta hermosa y esperanzadora confesión. Yo creo firmemente en tu Palabra, porque sin Ti me experimento perdido, confundido, sin esperanzas y sin saber dónde ir. Porque, tu Palabra se corresponde con lo que me dicta mi corazón. Quiero vivir eternamente y en plenitud de gozo, y eso Tú, Señor, me lo ofreces. Y con tu Resurrección das crédito y firmeza a tus Palabras. Gracias, Señor.

Hoy nos regala una confesión marivillosa que nos descubres tu inmenso Amor y Misericordia:  «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

Yo también, Señor, quiero pedirte ese Pan del Cielo, para vivir eternamente a tu lado y saciar mi hambre y mi sed. Te pido, Señor, que nunca me aleje de Ti para recibir ese Pan de Vida que me da todo lo que mi corazón busca y desea.

lunes, 16 de abril de 2018

LA IMPORTANCIA DE MI TRASCENDENCIA

Resultado de imagen de Jn 6,22-29, por Fano
Es importante pararnos y reflexionar. Todos experimentamos una voz interior que le invita a no quedarse aquí y a partir a otro lugar. En lo más profundo de nuestros corazones sentimos el impulso que nos empuja a anhelar una vida nueva y duradera. Nadie quiere pararse, sino que experimenta un deseo irresistible de trascendencia y de permanecer eternamente.

Alguien ha grabado eso a sangre y fuego dentro de nuestro corazón. Está escrito en él y, consciente o no, lo buscamos con todas nuestras fuerzas. Muchos, sometidos a su propia esclavitud, indagan en el mundo y creen poder alcanzarlo en él. Los que llegan a edad avanzada empiezan a descubrir que estaban equivocados. El mundo no es ninguna solución y todo lo que en él hay es caduco y perece. Tendremos, es obvio, que buscar en otro lugar.

No encuentro, fuera de Ti, Señor, ninguna respuesta a lo que me dicta mi corazón. Sólo Tú respondes a esa búsqueda que mueve mi corazón hacia esa trascendencia eterna que vive dentro de mí. Tu Palabra colma y satisface todas mis ansias y da respuesta a todos mis interrogantes. Quiero, Señor, caminar hacia y junto a Ti, no por el alimento material, sino por ese alimento trascendente que Tú me anuncias y que Tú con tu Pasión y Muerte me has entregado.

Porque, Tú eres mi Camino, mi Verdad y mi Vida. Porque, sólo en Ti puedo saciar plenamente todas mis ansias de gozo, felicidad y eternidad. Porque, Tú, Señor, eres mi esperanza, mi alegría y mi gozo pleno y eterno. Nada de lo de aquí abajo satisface plenamente lo que mi corazón desea y busca. Gracias, Señor, por todas estas Gracias. Porque, es una Gracia conocer, descubrir y saber que sólo el Pan de Vida que eres Tú puede saciar mi hambre y mi se de plenitud eterna.

¡Oh, Señor, te doy las gracias por descubrir la importancia de mi ser trascendente, y por, pacientemente, ponerme en tus Manos para dejarme auxiliar y dirigir por Ti! Dame la Fe, Señor, de dejarme interpelar y dirigir por el Espíritu Santo dócilmente y confiado en su acción. Amén.

domingo, 15 de abril de 2018

SOSTÉN NUESTRA FE, SEÑOR

Resultado de imagen de Lc 24,35-48, por Fano
Las tentaciones están detrás de la puerta. El mundo nos tienta y nos confunde y los malos testimonios y malos ejemplos nos siembran de confusión y de dudas. Necesitamos tu presencia, Señor, y que nos aumente nuestra fe herida y tocada por el pecado y el mal sembrado en este mundo.

Ese es el grito de nuestra oración hoy. Refuerza nuestra fe y aliméntala con el buen testimonio de nuestros hermanos en la comunidad. La comunidad no es un lujo, sino una necesidad. Una necesidad porque en ella tenemos la posibilidad de reforzar y alimentar nuestra fe y fortalecerla sirviendo a los hermanos. La fe cuando es compartida se fortalece. 

Danos, Señor, esa Gracia para aumentar nuestra fe y transmitirla según Tú nos manda a todo los hombres. Abre nuestra mente para que comprendamos las Escrituras y podamos dar testimonio para la conversión y perdón de los pecados a todo el mundo. Porque, Señor, necesitamos una precisa y profunda comprensión de las Escrituras porque de ignorarla también ignoraremos a Cristo.

Por todo ello, Señor, te suplicamos que nos infunda perseverancia, docilidad y voluntad para no desfallecer y, sobre todo, sabiduría para no apartarnos del camino que nos conduce a Ti. Te pedimos también que nos mantengas unidos y que formemos comunidades que nos sostengan y nos apoyen para compartir y dar testimonio de tu amor. Pero, sobre todo, que permanezcamos fieles a tu Palabra y a la buena Noticia de tu Resurrección, porque es ella la que fundamenta nuestra fe y la que nos llena de esperanza y alegría.

Tú, Señor, estás Vivo y de Ti nos llega nuestra esperanza y fortaleza. Tú, Señor, vives y estás entre nosotros, y tu presencia nos alienta y nos empuja a dar testimonio y fe de tu Resurrección. Gracias, Señor, en Ti confiamos y en tus Manos nos abandonamos esperanzados en tu Amor y Misericordia. Amén.

sábado, 14 de abril de 2018

CRISTO Y YO MAYORÍA APLASTANTE

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A veces me empeño en hacer las cosas por mi cuenta. Tendré que reconocer mi tozudez y terquedad, porque yo, hombre sujeto al error, me equivocaré ciento de veces, y fracasaré tanto como éxitos tengo. Y no hace falta pruebas ni demostraciones, la vida me lo demuestra a cada instante, y los que me conocen lo experimentan con frecuencia.

Pero, lo peor es que continúo empeñado, erre que erre, con mi tozudez y terquedad y no aprendo. El Evangelio de hoy me enseña que ir en la barca de mi vida solo o acompañado con otros, pero sin el Señor, no es buena medida ni buen seguro. Las tempestades, los peligros y las tentaciones mundanas amenazan con hundirnos. Necesitamos a Aquel que tiene poder para caminar por encima de las aguas; necesitamos a Aquel que con su poder hace posible que la tempestad remita y nazca la paz. A Aquel que es Fuente de Vida y de Amor Eterno.

Señor, a Ti te hablo humildemente y te pido que tomes asiento en la barca de mi vida. Pero, no un asiento cualquiera, sino el mejor, el principal, el que ocupa el centro de mi corazón desde donde Tú puedas dirigirla y y defenderla de los peligros, tempestades y acechanzas del mundo, del demonio y la carne. Porque, mi naturaleza es débil, frágil y pobre, y contigo, Señor, la ruta de mi navegación es segura y mis miedos, aunque siempre estarán ahí, pues estoy herido y tocado por el pecado, disminuyen y soy fortalecido en mi voluntad.

Tu sola presencia me conforta, me anima y me da fuerza para entregarme al servicio, fruto del amor, a los demás. Gracias, Señor, por aceptar mi invitación y subir a mi humilde y pobre barca. Dame la sabiduría de tener siempre tu lugar reservado en mi corazón y cuidarlo con esmero y delicadeza. Dame el arrojo de no descuidarlo ni de cerrarlo a tu Gracia y a tu Misericordia. Y enciende en mí la motivación de renovarlo cada día de mi vida. Porque, contigo, Señor, encontraré siempre la orientación correcta para arribar al puerto de la verdadera Vida. Esa Vida Eterna que Tú das y ofreces a todos aquellos que creen en Ti. Amén.

viernes, 13 de abril de 2018

YO QUIERO ALIMENTARME DEL PAN VIVO DE TU CUERPO

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Quiero, Señor, recibir de tus Manos el Pan que me da la Vida, tu Vida, y me hace hijo del Padre celestial y hermanos entre nosotros. Porque, Tú das el verdadero alimento que nos da la Vida Eterna y nos invade de paz y felicidad. Sin embargo, para eso tengo que estar en tu presencia, es decir, seguirte y abrirme a tu Palabra. Seguirte, Señor, a pesar de la dificultad del camino, lo desolador del desierto y las penurias y batallas que presenta la marcha de cada día.

No por ser hijo del Padre Celestial, por los méritos de nuestro Señor Jesucristo mi vida va a ser mejor que las que le dan la espalda al Señor y se resisten a ser sus hijos. El ejemplo está en Jesús, el verdadero Hijo de Dios, que por sus méritos entregando su Vida gana para nosotros el perdón del Padre y el ser considerados sus hijos, pero, para ello, ha entregado su Vida y ha padecido su Pasión y Muerte.

No ha sido la vida de nuestro Señor un camino de rosa, y hasta suplicó en su última hora de muerte el abandono del Padre. Pero, al final, entregó su Vida en sus Manos. Jesús nos marca el camino y nos lo dice muy claramente: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Él es el ejemplo a imitar y a seguir. Él es nuestra referencia y modelo.

Pidamos al Señor que, siguiendo al Señor, seamos capaces de afrontar nuestra vida con el mismo espíritu que la afrontó Jesús. Pidamos al Señor la sabiduría y fortaleza para ponernos en Manos del Espíritu Santo y, asistidos y auxiliados, seamos fuertes para soportar todo lo que la vida nos exija y nos presente. Pidamos que sepamos entender que este mundo es un camino, a veces de penurias, de sacrificios y de lucha, y otros de cierta felicidad y tranquilidad, pero siempre vamos a tener la amenaza de la tentación del pecado.

Pidamos, con fe y confianza, que sepamos entender que seguir al Señor no es un camino de rosa, pero sí es el camino que da sentido a nuestra vida y nos conduce a la otra vida, la trascendente, en donde alcanzaremos la verdadera paz, felicidad y Vida Eterna. Amén.

jueves, 12 de abril de 2018

DENTRO DE MI CORAZÓN HAY UN TESORO IRRENUNCIABLE

Resultado de imagen de Jn 3,31-36 por Fano
Si no te conociera, Señor, mi corazón estaría triste, desorientado, frustrado, desesperado y angustiado. Porque, dentro de él late un deseo gozoso de felicidad y de paz. Pero, también un deseo de eternidad. Él me descubre la vida como una fuente inagotable de paz y de felicidad, y un deseo enorme de eternidad. Sus latidos me revelan que no quiere morir, que ha sido creado para vivir eternamente.

Y el mundo en el que vivo, Señor, no me revela eso. Encuentro mentiras, guerras, ambiciones y pasiones egoístas que, los más fuertes, haciendo uso de su poder, someten a los débiles y  los esclavizan hasta el punto de matarlos en muchas ocasiones. Ese afán de codicia y soberbia desata guerras y muertes que viven en la mentira y en la falsedad. Mi corazón no encuentra sosiego ni esa paz que anhela con desespero y pasión. ¿Qué panorama tengo si sigo empecinado en mirar para este mundo?

Todo cambia contigo, Señor. Tú si respondes a lo que anhela mi corazón. Y tus Palabras son Palabras de paz, de fraternidad, de verdad, de amor y de justicia. Tus Obras se corresponden con tus Palabras y mi pobre corazón se llena de júbilo y sosiego esperanzado en Ti.

Gracias, Señor, por tanta esperanza y por abrir en mi corazón la alegría de saberme llamado a un mundo de verdadera paz, de fraternidad, de felicidad y eternidad. Gracias, Señor, porque has dado respuesta y esperanza a lo que mi corazón desea. Gracias, Señor, por darme la sabiduría de descubrirlo y buscarlo dentro de mí. Porque es mi corazón quien guarda el único y verdadero Tesoro que hay que buscar en este mundo. Y buscarlo con la mirada levantada hacia el Cielo, porque sólo del Cielo nos vendrá la salvación.

Gracias Señor, te pido en estos momentos que aumentes mi fe y sostengas mi mirada levantada por encima de este mundo, porque, él, no es sino el camino por el que puedo llegar hacia Ti. Un camino que, primero es de pruebas, de sacrificio, de cruces que, luego, me transportarán por tu Amor y Misericordia a tu presencia para iniciar el gozo y la felicidad de la Vida Eterna junto a Ti. Amén.