Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 21 de diciembre de 2020

MARÍA, MADRE Y SEÑORA DE LA HUMILDAD

 

Quiero, Madre, ser humilde como tú, y disponer mi vida para servir como tú, que olvidándote de ti misma y poniéndote, después de recibir ese Inmenso halago y tal alta dignidad de ser la elegida  la Madre del Mesías, del Hijo enviado por Dios, para liberar al hombre de la esclavitud del pecado, al servicio de tu prima Isabel. Y lo haces de forma desinteresada, gratuita y entregada, buscando servir y ayudar.

Un servicio que yo también quiero realizar en y con mi vida. Pero, un servicio desinteresado y proporcional a mis capacidades y talentos recibidos. Porque, sucede, Madre, que me empeño en ser más de lo que puedo ser, y en hacer lo que no puedo hacer. Y en eso, tú, Madre, me enseñas con tu ejemplo y plena humildad.

Tú, Madre, que eres la elegida para ser la Madre del Hijo de Dios, en lugar de echarte flores y vanagloriarte y subirte al pedestal de la vanidad, engreimiento y suficiencia, te has humillado y alegrado en el Señor proclamando su grandeza. Yo, Madre, también quiero responder así a la llamada que Dios ha elegido para mí, hacerlo como tú, Madre, con verdadera humildad y alegría. Intercede, Madre, para que así sea. Amén.

domingo, 20 de diciembre de 2020

VERSIÓN DE DIOS

 

Pedro Casaldáliga

 

En la oquedad de nuestro barro breve
el mar sin nombre de Su luz no cabe.
Ninguna lengua a Su Verdad se atreve.
Nadie lo ha visto a Dios. Nadie lo sabe.

Mayor que todo dios, nuestra sed busca,
se hace menor que el libro y la utopía,
y, cuando el Templo en su esplendor Lo ofusca,
rompe, infantil, del vientre de María.

El Unigénito venido a menos
traspone la distancia en un vagido;
calla la Gloria y el Amor explana;

Sus manos y Sus pies de tierra llenos,
rostro de carne y sol del Escondido,
¡versión de Dios en pequeñez humana!

sábado, 19 de diciembre de 2020

LA NECESIDAD DE PEDIR

 

Creo y es de sentido común pedir a Padre Dios lo que necesitamos y deseamos. Es de sentido común pedírselo a tu Padre. Y, Jesús, el Hijo de Dios, nos lo presenta como un Padre amoroso y misericordioso que busca el bien y la felicidad plena de sus hijos.

Posiblemente, por nuestra pequeñez y pobreza, no sabemos si eso que pedimos nos conviene o no, pero, por nuestra fe, lo pedimos y ponemos en manos de nuestro Padre Dios. Y Dios dirá. Indudablemente, nos toca esperar, pero esperar sabiendo que nuestro Padre nos oye, nos escucha y nos atiende. No sabemos cómo y cuándo, ni tampoco si nos será concedido lo pedido, pero, seguro tendremos lo que realmente nos conviene para nuestro camino hacia la Casa que el Padre nos prepara.

Por eso, confiado y esperanzados en la escucha y actuación del Señor, le pedimos paz, mucha paz en estos momentos convulsos donde el hombre se ha erigido en señor de la vida y la muerte - aborto-eutanasia - y también sabiduría, para saber discernir y responder, de acuerdo con tu Palabra, Señor,  a esas malas intenciones que los poderosos imponen. Y, por supuesto, fortaleza. Esa fortaleza que nos sostenga firmes ante las embestidas y tempestades que nos sorprenden y amenazan para apartarnos del camino. Amén.

viernes, 18 de diciembre de 2020

ABRO MI CORAZÓN AL NIÑO QUE NACE


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Cada día estoy invitado a nacer de nuevo. Un nacimiento, claro está, no físico, sino espiritual, renovado y con ojos nuevos para ver la vida con esperanza, alegría y con el gozo de saberte salvado por el amor de Dios. Un Amor que se concreta en ese nacimiento del Niño Dios, encarnado en naturaleza humana, y nacido de María, la joven elegida para ser su Madre.

Fuera de la órbita de Dios la vida pierde todo su sentido y se vuelve monótona, cansada y rutinaria. Y sin esperanza no hay vida. Todo se oscurece y quedas atrapado en tu propia red. El horizonte es la muerte y la esperanza deja de existir. Ahora, ¿se puede vivir sin esperanza? Es una buena pregunta que tienes tú mismo que darle respuesta.

Sería muy importante discernir sobre lo que realmente buscas y a dónde te diriges. Porque, en profundizar en esas preguntas te ayudaran a nacer de nuevo espiritualmente y a llenar tu vida de esperanza. Por todo ello, pedimos entender, al menos fiarnos, como hizo José, por los impulsos del Espíritu Santo. Ese Espíritu Santo que hemos recibido en la hora de nuestro bautismo, y que nos invita a caminar a su lado y siguiendo sus impulsos y acciones para abrirnos a la Voluntad del Padre. 

Voluntad que no es otra que la de hacer lo que su Hijo, que nace, encarnado en Naturaleza humana, nos indica y nos enseña. Por tanto, abramos nuestros corazones a ese Niño Dios que nace y pongamos en Él todas nuestras esperanzas para que nuestros corazones sean transformados en unos corazones nuevos y renovados.

jueves, 17 de diciembre de 2020

DIOS ES AMOR (SAN AGUSTÍN)

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San Agustín


Dios es amor.
¿Qué rostro tiene el amor,
qué pies, qué manos,
qué estatura?
Nadie puede decirlo.
Sin embargo, tiene pies, 
pues ellos llevan hacia la Iglesia.
Tiene manos, ella socorren al necesitado.
Tiene ojos, pues por ellos ve al indigente.
Tiene oídos, de ellos dice el Señor: 
"El que tenga oídos para oír, que oiga".
No tiene miembros que ocupan lugares,
pero el que tiene amor
lo ve todo a un tiempo con el entendimiento.
Habita en el amor y Él habitará en ti;
permanece en Él y Él permanecerá en ti.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

DISIPA, SEÑOR, LAS DUDAS DE MI CORAZÓN


Soy consciente de que las dudas me acompañan toda mi vida. La fe no puede venir por mí mismo. Es superior a mi razón y entendimiento porque está por encima de mi capacidad intelectiva. Cuando te fías te arriesgas a creer sin saber ni ver. Es como lanzarse al abismo sin red ni ninguna protección. Creer es abandonarme en las manos del Señor.

De cualquier forma, la fe la podemos razonar y hay una y mil razón para, al menos, creer. Creer en Alguien que ha creado el mundo y que ha encendido la llama - en mi corazón -  del deseo de felicidad y eternidad. Creer es experimentar que dentro de ti hay un deseo - corazón - que busca amar y que goza cuando realmente ama. Un amor que arde en deseos de buscar el bien del ser amado, y un amor que se afana en darse en servicio y generosidad. Un amor que experimenta más alegría y felicidad en dar que en recibir.

Pero, a pesar de todo, necesitamos ver y experimentar para creer. Y eso solo lo puedes recibir de tu Padre Dios. Sin embargo, eres libres, por su Gracia, y eso esconde una responsabilidad que te exige dar un paso, tal es el de fiarte y abrirte, a pesar de tus dudas a la Gracia de Dios.

Esa es, precisamente, la fe que Dios te pide y que, en la medida que te corresponde tu corazón se iluminará con su Gracia. Cerremos nuestros ojos y, abierto nuestro corazón, pidamos al Señor esa fe que necesitamos para sostenernos firmes en su presencia y abiertos a su Palabra. Amén.

martes, 15 de diciembre de 2020

AYUDAME, SEÑOR, A SER AUTÉNTICO Y COHERENTE

Me cuesta, me cuesta enormemente, como pienso que nos sucede a todos, ser coherente con mi fe. Creo en el Señor, el Hijo de Dios verdadero, y creo en su Palabra y en el Padre Dios que lo ha enviado.

 Creo y, cada día me experimento más agradecido y privilegiado por tener esa pizca, al menos, de fe. Sí, realmente creo, pero, también reconozco que me cuesta creer. Y digo que me cuesta, porque pienso que no soy lo coherente y verdadero que debería ser. Es decir, me reconozco pecador.

Pecador por mis perezas; pecador por mis dudas; pecador por mis comodidades; pecador por mi falta de entrega; pecador por mi falta de total disponibilidad; pecador por mis pensamientos mal intencionados y pecaminosos;  pecador por mi momentos de soberbia; pecador por mi poca humildad; pecador por mi suficiencia y prepotencia ante otros; pecador por muchas cosas más que incluso se me esconden a mi conciencia. En definitiva, pecador.

Y, Señor, reconociéndome débil e incapaz de enderezar mi camino con solo mis fuerzas, invoco tu presencia y tu Gracia para que me des la fuerza de responder con verdadera autentícidad a tu llamada en tu Palabra. Y, sobre todo, no solo escucharla, sino darle cumplimiento en mi vida con coherencia tanto de palabra como de vida. Por todo ello, dándote las gracias de antemano, te abro mi corazón para que con tu Espíritu le inundes de fortaleza, sabiduría y paz. Amén.