Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 15 de febrero de 2012

¡DIOS MÍO, ILUMINAME!

DIOS MIO ILUMINAME SIEMPRE MUESTRAME EL CAMINO!

La pregunta está siempre el el alero, ¿por qué yo no logro llamar la atención del SEÑOR, como aquellas personas que le presentan a un ciego? ¿Por qué yo no logro que el SEÑOR JESÚS oiga mis súplicas y me responda afirmativamente?

¿Acaso  no le hablo yo como aquellos hombres? ¿O no tengo la fe de ellos? Son interrogantes que siempre estarán con nosotros, y que siempre tratará de aprovechar el Maligno de forma que nos distraiga y miremos a otro lugar.

Seguramente mi fe, nuestra fe no es lo suficiente firme e inocente para mover la Misericordia del SEÑOR. Reconocerlo es el primer paso para presentarnos ante JESÚS. El ESPÍRITU que está en nosotros sabe cuando nuestro corazón es puro, inocente y habla con toda firmeza y sinceridad. Nunca podremos engañarle, aun no siendo conscientes ni querer hacerlo.

El SEÑOR nos ha marcado un camino donde referenciarnos y vernos reflejados, los niños. Pues, bien, un niño se fía de todo lo que le diga su padre. Confía en su padre ciegamente, y nunca duda de sus palabras, aunque no las entienda. Para él todo lo que su padre diga tiene que ser verdad, porque experimenta que todo lo que le da su padre es bueno para él.

El niño se siente seguro, nada le falta. Tiene sus necesidades básicas satisfechas. Sus padres le procuran todo lo que necesita. Cree en ello ciegamente, ese es el sentido de creer de forma ciega. No sería igual frente a otros que no fueran sus padres. Ahora, ¿Tengo, o tenemos nosotros esa actitud? ¿Confíamos que todo lo que el SEÑOR quiere y nos da es para nuestro bien?

Nuestra razón nos siembra la duda. Nuestra machacona manía de pasar todo por el filtro de la razón nos juega una mala pasada y nos pone en actitud de no ver o no creer aquello que nos parece dudoso de realizar. Y, sabemos, que ella, la razón, crece con nuestra estatura y sabiduría, y dejamos de ser niño para pensar como hombres.

Qué razón tiene JESÚS cuando nos dice: "Si quieres entrar en el Reino de los Cielos tienes que hacerte como niño". Ahora, al menos yo, lo comprendo muy bien. Tengo que dejar en muchos momentos, sobre todo cuando hablo contigo, SEÑOR, mi razón guardada, no porque ello me haga obedecerte ciegamente, sino porque si la dejo salir no podré entenderte.

Y yo, SEÑOR, como cuando niño creía todo lo que mi padre y madre me decían sobre los reyes Magos...etc., quiero creerte a TI todo lo que TÚ me digas. Por eso, SEÑOR, te pido desde mi dureza de corazón, que me lo ablandes, que me lo conviertas en ese corazón de niño que te escucha embobado y se dejar llevar por tus Palabras. 

Una cosa te prometo, SEÑOR, que la poquita voluntad que tengo la pongo en tus Manos para que hagas en mi ese milagro de convertirme. Ángel de mi guarda, dulce compañía, intercede para que el SEÑOR convierta mi corazón viejo en un corazón limpio, confiado e ingenuo como el de un niño.

martes, 14 de febrero de 2012

SENOR… SI TU QUIERES PUEDES SANARME


¡Señor… mi dulce y amado Jesús!!… limpia mi lepra… llena mi corazón de ese ardiente, tierno amor que estalla en el tuyo.

Quiero ser como el leproso que gritaba a todo pulmón detrás de Ti… ¡Oh!!...si mi Señor… quiero gritar como él… quiero correr a tu encuentro ahí… en el sagrario…

Él se postró ante ti… humillándose… y yo mi adorado Amigo… quiero postrarme ante Ti… reconociéndote, al igual que él, que eres mi Dios… que lo eres Todo, para mí… que sin Ti… ¿Qué será de mí? ¿A quién iré si solo Tú eres mi Camino?

Quiero humillarme, como el leproso, ahí en el Sagrario… humillarme hasta el polvo… mi Dios… mi Señor… mi alcázar… mi roca de refugio…

Sentir tu mirada tierna, compasiva… tu voz que es un susurro elocuente y estremecedor que pronunciando mi nombre me invitas a incorporarme para poder mirarte a los ojos… yo pobre leprosa que no sabe nada más que de dolor…de abandono… de soledad… pero Tú estás aquí esperando escuchar mi pequeña y pobre petición…

Señor… mi Señor… mi único Señor… “si Tú quieres puedes sanarme”…
porque tu querer mueve en el acto tu corazón y el poder de tu amor concede milagros tras milagros.

Decidme mi Amado… decidme si quieres sanarme… aquí estoy a los pies del Sagrario esperando el milagro de la sanación para tan pobre, pequeño e insignificante cuerpo y alma mía… insignificante para el mundo pero no para Ti mi Dios… que has dado tu vida por mi… que me amas con locura… que esperas con ansia mi regreso “a casa”.

Aquí estoy postrada, herida de amor ante tu divina presencia… Señor hágase en mí tu Santa Voluntad…hoy, mañana y siempre…




lunes, 13 de febrero de 2012

NO TENEMOS PACIENCIA PORQUE FALLA NUESTRA FE

... y corramos con paciencia la carrera que...

Si nos damos cuenta y observamos, dentro de nosotros están las dificultades. La confianza es poca porque la ponemos en los alimentos, los bienes, las fuerzas... Porque en ellos nos sentimos seguros, al menos lo creemos, hasta que la experiencia nos demuestra nuestro error. 

No tenemos la paciencia de esperar y creer en DIOS. Sentimos miedo de padecer hambre y de perder nuestra seguridad. Nos sentimos mejor siendo esclavos, agarrados a la realidad de los sometimientos que nos encadenan nuestras propias esclavitudes. No nos atrevemos a dar un paso hacia la aventura de fiarnos en Aquel que nos promete la libertad y el eterno gozo.

Y, claro, antes de movernos pedimos pruebas, seguridades, señales... ¿Cómo voy a avanzar así en confianza y fe en mi SEÑOR? ¿Cómo me atrevo a pedirle al que me Ama y me da todo lo que soy, pruebas? ¿Por qué no me fío? ¿Por qué no me abandono en ÉL?

Pronto experimentamos que todo viene de ÉL, hasta la misma confianza que necesito para seguirle sin titubeos ni dudas. ¡SEÑOR!, dame la luz, la fuerza y la firmeza de poner toda mi confianza en TI. La fortaleza de no mirar hacia otro lado, solo para TI, y seguirte aunque no perciba un camino llano ni despejado. 

Solo así, cuando empiece a darme cuenta que sin TI no doy un paso; cuando sienta que nada puedo yo alcanzar; cuando experimente que a mí solo me toca esperar, aguardar a que TÚ quieras darme la confianza y la fe, empezaré a mover mis pies y seguirte gozoso y sin titubeos.

domingo, 12 de febrero de 2012

PREMIOS LIEBSTER

(VER AQUÍ)

A veces, en nuestros esfuerzos por corresponder al Amor que recibimos de DIOS de forma gratuita, tal y como lo hemos recibido, nos encontramos con luces de ánimo y de impulsos que nos animan a caminar y a seguir la dura batalla de cada día.

Son palabras de aliento, de motivación, de afirmación que nos descubren y nos señalan el camino a seguir. Son palmaditas en la espalda que nos inducen a seguir por esa senda y que nos revelan que vamos bien. Son regalos del ESPÍRITU puestos en boca de otros compañeros que, en su nombre, nos agradecen nuestro esfuerzo y nuestro hacer abandonados en Manos del ESPÍRITU SANTO.

Por todo ello, orgullosos de servir a los hermanos en el ESPÍRITU, y para Gloria de DIOS, no hacemos sino recibir lo que el mismo DIOS nos da: "Su Amor incondicional a través de los hermanos", y, agradecidos, lo compartimos con todos ustedes.

Pero, siguiendo las normas establecidas por el premio otorgado, harémos mención a cinco blogs donde esperamos se encuentren representados todos los demás:

1º.- "Nupcias de DIOS", es un blog que recomiendo a todos los blogueros, católicos y no católicos, que unidos por amor celebran su unión esponsal, algo más que una simple unión. Pero también, y de forma especial porque Donjoan, autor del blog, ha sido el catalizador de esta aventura bloguera de "Blogueros con el Papa", y, sobre todo, de que se iniciara este humilde y pequeño rincón para orar cada día, y el culpable de que sea yo.

2º.- "Eucaristía y familia", blog de Mauricio Traeger y Cristina, llano donde la familia se hace presente en la Eucaristía. DIOS se hace Hombre para ser el Esposo de la unidad familiar. Un blog donde se hace presente el conocer, comentar, reflexionar, meditar y compartir la conexión entre la Eucaristía y la familia de manera positiva, viva e interactiva. Les invito a visitarlo.

3º.- AHORA QUEDAMOS EN EL BLOG, Blog personal, donde, SacraMento, ese es su nombre, más conocida entre los blogueros por Mento, aunque a mí me sale mejor llamarle, Sacra, cuenta experiencias de la vida cotidiana en relación con Dios, con la familia y con los amigos. Inquieta y activa en busca del Tesoro mayor de nuestra vida, "Vivir la Vida de la Gracia. Si te apetece desconectar un ratito y descansar, conectaté a este blog, encontraras muchos amigos de los que seguro aprenderas algo bueno, como estoy aprendiendo yo, nos dice Sacra.

4º.- Eclesias TIC   “...es Nuestra Misión, la misión irrenunciable de la Iglesia: la tarea de todo creyente que obra en los medios es la de ‘allanar el camino a nuevos encuentros, asegurando siempre la calidad del contacto humano y la atención a las personas y sus verdaderas necesidades espirituales, ofreciendo a los hombres que viven este tiempo ‘digital’ los signos necesarios para reconocer al Señor’“ Benedicto XVI. Néstor Mora, autor de este magnífico blog es una persona amable, atenta y dispuesta al servicio en cuanto advierta su necesidad. Lo conocí en el 1er Encuento de Blogueros con el Papa celebrado en Madrid, y le sugiero que visiten su blog. Realmente vale la pena. 

5º.- Desahogo de un corazón con DIOS, Desahogo de un corazon locamente enamorada de Dios es la forma simple y sencilla de decirle al mundo que Dios existe, que lo he descubierto, que vivo enamorada de Él, que mi vida es puro derroche de gratitud al amor de mis Amores… que Dios vale la pena porque Dios es para mí y yo soy para Dios. Mi pequeño corazon quiere alzar su voz para contrarrestar tantas corrientes de tinieblas y anticristianas, diciéndoles a todos… a que sabe Dios… porque Dios sabe a gloria… a felicidad plena… De sor Maridel muy poco se puede decir, pues sus palabras lo dicen todo y arrojan fuego y ánsias de llegar al encuentro con el Esposo amado. Colabora conmigo en el blog de "Un Rincón para orar cada día" y también es receptora de este premio. Les invito a visitarla.


P.D. Estas son las reglas a seguir:
- Agregar el botón a tu blog
- Seleccionar a 5 personas y dejarles un comentario de que han recibido un premio.
- Animar a tus lectores a que visiten los blogs que has escogido.

¡AYUDAME, DIOS MÍO, A DESCUBRIR MI LEPRA!

 (Mc. 1, 40-45). ¡Qué grande fe la de este...

Miro a otros y los descubros leprosos, leprosos del siglo XXI, otra clase de lepra. Porque ahora nuestra lepra no es aquella que va dejando nuestro cuerpo en trozos de carne hasta quedar desnudo y nuestros huesos limpios. ¡No!, nuestra lepra es diferente, porque nuestros tiempos también son diferentes.

Nuestra lepra ahora se viste y engorda. Nuestro cuerpo se adorna, se llena de cremas, se da masajes, se embadurna de perfúmenes y de toda clase de olores que huelen a rosas y dulces fragancias agradables. También se adorna con suaves y hermosas telas que le embellecen y le hacen lucir como hermosas flores y esplendidas apamolas.

Nuestra lepra no es mal vista, ni repudiada. Nuestros leprosos ahora son admirados, ricos y nombrados, elegidos entre los demás, nombrados caballeros, privilegiados... En apariencias no huelen mal y son requeridos por todos. Consumen sin parar alcohol, drogas, fama, sexo, envidias... Prevarican, miente, engañan, explotan, matan... Prohiben vivir a los que no pueden hablar ni defenderse... Son ricos y poderosos.

Pero mientras no descubran su grave lepra no necesitaran acercarse a JESÚS para solicitar ser curados. Nosotros, los enfermos que nos experimentamos así, reconociéndonos leprosos queremos acercarnos a TI, SEÑOR, para pedirte, descubierta nuestra lepra, que nos limpie como a ese enfermo que, sabiéndose leproso, confío en TI y se acercó a que lo limpíaras.

sábado, 11 de febrero de 2012

¿ESTOY GRAVEMENTE ENFERMO? ¡OH!… NO…NO… NO LO HAGAS NO ES DE DIOS…

En estos días he escuchado  gritos y llantos de un corazón  desconsolado ante la noticia de la enfermedad… esa invitada que llega a nuestras vidas sin nadie llamarla. Que llega casi siempre cuando la vida nos sonríe esplendorosamente… con planes, ilusiones, meta a largo y corto plazo para desarrollar.
La enfermedad llega con todas sus consecuencias… porque nunca viene sola. Rompe no solo con nuestro ritmo de vida sino también con la de nuestras familias… Todo se trastoca. Llega la incertidumbre, la angustia, el miedo y en muchos el pánico. La soledad…porque hay momentos en que estamos rodeados de seres queridos pero nuestra alma experimenta una fría y creciente soledad. Llega la incomprensión… ¡oh, sí!… el lenguaje se hace difícil de expresar y de entender. La tristeza, la depresión, al ver pasar los días… todo se va complicando… y el milagro de la sanación no hay señales visibles…
La enfermedad es la cruz, pequeña o grande, más indeseada., incomprendida. Para unos… motivo y camino de santidad…para otros motivo de perdición, de volverse  agriados e insoportables con la familia…con ellos mismos.
Conozco algunos casos que ante la desesperación optaron por acabar drásticamente con sus vidas sumergiendo a la familia en el dolor más profundo y angustioso al temer por la salvación de su alma.
No…no… jamás desviar la mirada de la voluntad divina. ¡BENDITA ENFERMEDAD!! ¡Amada enfermedad que nos lleva a alcanzar la gracia de preparar nuestra alma para el regreso a casa… si ese fuera el caso. Bendita enfermedad que nos hace apóstoles, misioneros, intercesores desde nuestra pequeña cruz por la salvación de los pobres pecadores empezando por los nuestros…por nosotros mismos.
¿No te das cuenta?… Abrazados a esta nuestra cruz podemos convertir la enfermedad en un continuo, siempre en creciente, oración de reparación… nuestro dolor reparando la ingratitud humana hacia el Dador de Vida, hacia el Amor gratuito de nuestro Padre Celestial. Podemos reparar el cansancio de un misionero, la débil voluntad del joven ante la tentación, el ultraje a la dignidad humana en tantos niños, jóvenes y mujeres… derogar leyes injustas como el aborto, la eutanasia, y otras… ¡Hay tanto que hacer!
Somos pequeños mártires… ¡Oh, sí! Mártires del Amor y por Amor a Dios y a los hermanos… Aceptamos nuestra pequeña cruz de la enfermedad como la novia que va con santa alegría al altar…culminando en el lecho matrimonial… Así vamos al altar  del martirio y en este altar  nos vamos a ofrecer con santa alegría en exquisita oración…, desposándonos con el Varón de Dolores, nuestro Amado Jesucristo…uniendo nuestra pequeña pasión a la Pasión de Cristo… lo ofrecemos todo… TODO… por la salvación de las almas…porque Dios y la Mater reinen a gusto en los corazones de toda la humanidad….
Nos convertimos en colaboradores de esa redención actualizada con nuestro amado Redentor Jesucristo.
Enfermo… eres rico… vive apasionadamente tu misión de mártir mientras dure la enfermedad. No te dejes cegar por el egoísmo, por los argumentos del enemigo de las almas.  Si Dios te pide ese dolor de muela convertido en oración de amor… haz lo. Si Dios te pide ese dolor de artritis con santa alegría, ofreciendo todos los más pequeños dolores físicos y morales… haz lo… Si Dios te pide los dolores de la enfermedad terminal… esa que te hace temblar de pies a cabeza, que te arranca lágrimas y sentimientos encontrados… haz lo… piensa en el bien que haces a los tuyos… a los pobres pecadores… Date al gusto de Dios y a la forma divina.
Recuerda que en ningún momento he dicho que no sigas buscando la sanación… tienes derecho a buscarla… pero sin dejar de perder la oportunidad de convertir el momento precioso, en uno rico, para vivir hasta las últimas consecuencias, porque, TODO ES GRACIA Y SIRVE PARA LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS.

viernes, 10 de febrero de 2012

PURIFICA MI CORAZÓN, SEÑOR


Soy consciente de mis debilidades, DIOS mío; consciente de mis apegos y mi fragilidad. Sé que mi mayor peligro se esconde dentro de mí. Lo noto porque siento deseos que no vienen de mi mente, sino que se cuelan y se confunden con mis propios pensamientos y me incitan a hacer lo que no quiero.

Gracias, DIOS mío, en el ESPÍRITU SANTO, porque siento su presencia en mis reacciones que se producen de forma espontáneas e instintivas e inician una lucha contra ese mal que amenaza someterme e inclinarme al egoísmo, a la maldad, a la envidia, a la soberbia, a la prepotencia, al prestigio, a la suficiencia...etc.

Experimento que la lucha es constante, a cada momento, a cada segundo, pero también percibo que TÚ, ESPÍRITU SANTO, estás presente en mí, alentándome, protegiéndome, dándome luz, asistencia, consejos, sabiduría, fortaleza, entendimiento, misericordia, paz...

Por eso, todos los días, cuando empiezo una tarea, cuando inicio una catequesis... en la hora de escribir, ¡siempre!, trataré de invocarte y llamarte:

Ven ESPÍRITU SANTO, llena los corazones de tus fieles,
enciende en ellos la llama de tu Amor, envía,
SEÑOR tu ESPÍRITU y nuestros corazones
serán creados de nuevo. Y se
renovará la faz de la tierra.

Oh DIOS, que has creados los corazones de tu hijos con
la luz del ESPÍRITU SANTO, haznos dóciles a tu
ESPÍRITU, para gustar siempre el bien y 
gozar de tu consuelo. Por nuestro 
SEÑOR JESUCRISTO, Tu HIJO, 
que Vive y Reina contigo
en la unidad del ESPÍRITU SANTO. Amén.