¡Señor… mi dulce y amado Jesús!!… limpia mi lepra… llena mi corazón de ese ardiente, tierno amor que estalla en el tuyo.
Quiero ser como el leproso que gritaba a todo pulmón detrás de Ti… ¡Oh!!...si mi Señor… quiero gritar como él… quiero correr a tu encuentro ahí… en el sagrario…
Él se postró ante ti… humillándose… y yo mi adorado Amigo… quiero postrarme ante Ti… reconociéndote, al igual que él, que eres mi Dios… que lo eres Todo, para mí… que sin Ti… ¿Qué será de mí? ¿A quién iré si solo Tú eres mi Camino?
Quiero humillarme, como el leproso, ahí en el Sagrario… humillarme hasta el polvo… mi Dios… mi Señor… mi alcázar… mi roca de refugio…
Sentir tu mirada tierna, compasiva… tu voz que es un susurro elocuente y estremecedor que pronunciando mi nombre me invitas a incorporarme para poder mirarte a los ojos… yo pobre leprosa que no sabe nada más que de dolor…de abandono… de soledad… pero Tú estás aquí esperando escuchar mi pequeña y pobre petición…
Señor… mi Señor… mi único Señor… “si Tú quieres puedes sanarme”… porque tu querer mueve en el acto tu corazón y el poder de tu amor concede milagros tras milagros.
Decidme mi Amado… decidme si quieres sanarme… aquí estoy a los pies del Sagrario esperando el milagro de la sanación para tan pobre, pequeño e insignificante cuerpo y alma mía… insignificante para el mundo pero no para Ti mi Dios… que has dado tu vida por mi… que me amas con locura… que esperas con ansia mi regreso “a casa”.
Aquí estoy postrada, herida de amor ante tu divina presencia… Señor hágase en mí tu Santa Voluntad…hoy, mañana y siempre…
1 comentario:
Lugar para expresar tu sentir o pesar, liberarte de ciertas cosas, que quieres decir.
Publicar un comentario