El fundador del movimiento de Schoenstatt en Alemania nos da un sencillo ejemplo infantil de cómo aprender a orar. Nos dice: “Si de alguien queremos aprender a rezar en forma íntimamente personal, debemos hacerlo de niños. Este es también uno de los más grandes regalos que por ejemplo como madres –si es que todavía tenemos tiempo para nuestros hijos—podemos esperar como retribución por todos los sacrificios que hayamos hecho por nuestros hijos: aprender del niño a rezar como se debe.”
¿Quién no ha tenido la experiencia de ver a un niño orando? Todas las fibras de nuestra alma se llenan de ternura y emoción. Pienso que si eso nos provoca la oración de un niño, ¿cómo será en Dios? ¿Te imaginas la sonrisa de Jesús al escuchar la oración de un niño, al ver la postura que toma y el fervor que derrama en su oración?
Recuerdo a una señora que tenía un problema muy delicado pedirle a su mejor amiga que la pequeña de la casa orara por ella. Esta señora estaba convencida que la oración de la niña tocaría las puertas del corazón de Dios. La pregunta que nos debemos hacer es por qué no imitamos a los niños… oremos como ellos. Con esa confianza exageradísima en Dios… con esa ternura desbordante, con sencillez y simplicidad… Los niños no dudan ni un instante que Dios les está escuchando, que Dios les está atendiendo, que Dios les pueda ayudar, que Dios quiera ayudarlos.
Recuerdo a una señora que tenía un problema muy delicado pedirle a su mejor amiga que la pequeña de la casa orara por ella. Esta señora estaba convencida que la oración de la niña tocaría las puertas del corazón de Dios. La pregunta que nos debemos hacer es por qué no imitamos a los niños… oremos como ellos. Con esa confianza exageradísima en Dios… con esa ternura desbordante, con sencillez y simplicidad… Los niños no dudan ni un instante que Dios les está escuchando, que Dios les está atendiendo, que Dios les pueda ayudar, que Dios quiera ayudarlos.
Volviendo a las palabras de Padre Kentenich nos da un hermoso ejemplo de la oración de un niño… escuchamos: “un niñita se le pregunta: “Hijita, ¿has oído alguna vez hablar de Dios? La sabiduría infantil responde: “Claro que sí, pero Dios ha oído mucho mas de mí de lo que he oído de él. ¡Cuántas cosas le he dicho yo al oído! ¡Cuántas cosas le he dicho al oído a Dios, al Señor en el Sagrario, a la Santísima Virgen”! Sorprendente, ¿verdad?
El padre termina con estas palabras: “Sabiduría infantil.” Me animo a pensar que es simplemente la experiencia intima de corazón a corazón que ha vivido intensamente esta hermosa niña. Solos los niños le roban el corazón a Dios… solo Dios le roba el corazón a los niños… Seamos niños en nuestra amistad con Dios…
El padre termina con estas palabras: “Sabiduría infantil.” Me animo a pensar que es simplemente la experiencia intima de corazón a corazón que ha vivido intensamente esta hermosa niña. Solos los niños le roban el corazón a Dios… solo Dios le roba el corazón a los niños… Seamos niños en nuestra amistad con Dios…
6 comentarios:
Pues yo creo firmemente que ha de ser asi. Yo creo que mis padres en todo lo que pueden me ayudan a mi y a mi familia y son simples personas con limitaciones. Entonces lo que yo pida a mi Padre del Cielo. sin duda si es bueno para mi y los mios. ¿Como no me lo va a conceder? Si eso no sucede es porque por algún motivo que yo no comprenda no es bueno. Un saludo.
Palabras consoladoras que edifican y motivan a muchos padres a seguir el ejemplo de tus amados padres. Gracias Mento… Siguiendo el hilo de tu comentario me animo a comentar:
“Dejad que los niños vengad a Mi” ese es el continuo llamado de Jesús. Un alma que conserva la infancia espiritual… es un eterno niño que sabe como confiar plenamente en Dios… en ese Padre amoroso, y como robarle el corazon… tocando delicadamente y sensiblemente la voluntad divina. Dios se deja robar el corazon por los pequeños, los simples, los sencillos, los puros, los humildes… los que saben de amor, de perdón, de confianza y de donación, de obediencia, de cruces aceptadas simplemente por amor a Dios.
Tus padres han sido muy sabios, han sabido sembrar la semilla de amor a Dios en su pequeña hija… han sabido darle alas de confianza para volar a las alturas de la oración más exquisita y delicada al gusto de Dios… Eres rica porque posees la facilidad de comunicarte con Dios, a cualquier hora, en cualquier circunstancia, a tiempo y destiempo… Un abrazo Mento en Jesús y María…
¡Gloria y alabanza a la Santísima Trinidad y a siempre Santísima Madre de Dios!
Algunos recuerdos de mi infancia:
Recuerdo muy bien, que mi madre, a quien el Señor se lo llevó al cielo, me enseñaba a orar desde pequeño, incluso el Santo Rosario y de rodillas, ´¡qué maravilla! a medida que iba creciendo, o estaba de viaje, me llamaba por teléfono e insistía que no dejase de rezar, sobre todo las Tres Ave María.
En mi infancia, que también íbamos a la Santa Misa, y arrodillarme ante la consagración, con muchísima devoción y amor. Mi madre siempre amaba a Jesús, y tengo un hermoso regalo, que me consagró a la Santísima Virgen del Carmen, y precisamente llevo el escapulario, durante toda la vida siempre he llevado la medalla, pero desde por causa de una alergia al metal, me lo he cambiado por la de tela.
Cuando no iba con mi madre, y cuándo veía una iglesia abierta, iba a visitar al Santísimo en el Sagrario, en Nuestra Señora de la O, una iglesia que hay en Rota (Cádiz). También tengo gran devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
El regalo que más me gustó en mi niñez, fue mi Primera Comunión con un hermano mío. Cuando volvimos a casa, había un niño vecino, que quería jugar, pero yo, aún en el patio de la casa, tenía presente a Jesús, y no me dejé llevar por sus juegos, sin embargo, mi hermano, no pudo soportar las provocaciones de ese niño, los empujones que nos hacía, y empezó a pelearse, pero yo no hice caso. Me acuerdo muy bien.
Antes de la Primera Comunión, nos instruía una catequista "Rosita" se llamaba, me causó una buena impresión, cuando la veía con una devoción intensa, y arrodillada ante el Santísimo. Estos recuerdos de mi infancia, una piadosa instrucción, con ejemplos de santidad, ayuda mucho a las almas.
,¡Bendito sea Dios!! Almas enamoradas de Jesus Eucaristia y de su bendita Madrecita del Cielo es lo que necesitan nuestros niños y jóvenes para crecer en el convencimiento y en la alegría de un Dios que nos ama tanto. Usted, al igual que yo, y muchos mas hemos tenido el regalo del cielo de una madre sumamente enamorada de Dios y devota de la Santa Madre. Esa es la gran diferencia de nuestras vidas. Lo que se siembra en las almas de los niños delicadamente, esmeradamente, con perseverancia y riego con la oración y amuchas veces con abundancia de lágrimas logra una gran cosecha de vida espiritual. Eternamente agradecidos están nuestras almas de todas las personas que nos ensenaron y sieguen muchas más enseñándonos que Dios vale la pena….
todo lo puedo en cristo q me fortalezd
i love you forever jesus
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