Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 25 de febrero de 2012

QUIERO HACER VERDADERO AYUNO


Sería fácil, Señor, privarse un poco de comida, o de algún pequeño vicio, o de desprenderse de algo de dinero. Cuesta un pequeño esfuerzo, pero no tanto. Es cuestión de habituarse y de proponérselo.

Sin embargo, Jesús no nos pide eso, ni tampoco nos propone eso. Jesús nos pide otra clase de ayuno. Un ayuno de no mirarse en el espejo y de no verse tanto. Un ayuno de, olvidado de ti, pensar en los problemas de los otros. Un ayuno más preocupado de salvar que salvarte, porque aquel que pierde, gana. Y aquel que salva, se salva.

No por olvidarte de ti, te pierdes, sino todo lo contrario. Cuando te olvidas de ti resulta que piensas en ti. Cuando te descuidas y despreocupas de ti, es cuando más te cuidas y te preocupas. Parece una contradicción, ¡claro!, no es de este mundo, pertenece a otro. Quien busca perderse resulta que se encuentra. Resulta raro, pero es la única salvación.

Por todo ello, Señor, te pido fuerzas, valor, sabiduría, arrojo, valentía, decisión, firmeza, desapego y todo lo que me ayude a morir a mis vanidades, soberbias, vanaglorias, apegos, riquezas, poder, prestigio, incredulidad, desobediencias, mentiras... Porque yo, como el apóstol Mateo, quiero seguirte y vivir en permanente ayuno de hacer tu Voluntad.

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