DAME SABIDURÍA, SEÑOR...

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 Dame hoy sabiduría para vivir con un corazón agradecido

para estar atento y vigilante, para ser consciente de que soy tu criatura y de que estoy llamado a la santidad de vivir eternamente en el gozo de tu presencia. Dame, Señor, fortaleza para ser constante y perseverante en no desfallecer y seguir tus pasos.

Para vivir según tu Voluntad y ser coherente con lo que predico, hablo y vivo. Para no ser sorprendido y distraído con otras cosas que me aparten de tu mirada. Dame, Señor, la voluntad de control para no dejarme arrastrar por las tentaciones, apetencias y placeres de este mundo. 

Que sepa, Dios mío, discernir lo que me puede apartar de Ti y no me conviene, a fin de no perder tus huellas y distinguirla claramente para poder seguirlas. Dame la Gracia de entender y comprender todo aquello que me guíe hacia Ti y de no perderme en la oscuridad de este mundo que me amenaza. Amén.

SERVIR ES LA ÚNICA FORMA DE AMAR

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 El primer y más importante...

Porque cuando servimos estamos diciendo que amamos. Pero un servicio desinteresado, despegado y descomprometido de todo interés y beneficio. Un servicio por amor. Es la actitud que Jesús nos testimonia con su vida y nos predica con su Palabra.

Una actitud de disponibilidad total en servicio y entrega a los demás que solo será posible cuando en nosotros haya un total desprendimiento de nosotros mismos. Un desprendimiento de apegos y apetencias que nos encadenan y que nos apartan del olvido de uno mismo para poder así entregarnos al otro.

Por eso, Jesús nos responde que el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza, ni casa donde vivir. Es la disponibilidad absoluta de servicio y entrega a los demás. Y esa disponibilidad reservará los últimos lugares a aquellos que la pongan en servicio de los demás.

Los últimos, es decir, los servidores serán los primeros, porque solo en servicio se ama, y aquellos que sean capaz de amar, como Jesús amó, serán los que ocupen los lugares junto al Padre.

Danos, Padre, esa capacidad de olvido y desprendimiento de nosotros mismos para entregarnos en servicio, por amor, a los demás. Amén.

PON TUS PALABRAS EN MI BOCA ...

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 Pon tus palabras en mi boca

Espíritu Santo, porque quiero ser tu aliado, tu colaborador, tu discípulo y seguir tus consejos, tus impulso, tu Voluntad. Necesito tu sabiduría, tu ciencia, tu fortaleza, tu inteligencia, tu consejo, tu piedad y tu don de temor de Dios, porque sin tu concurso no seré capaz de confesar y defender al Señor.

Lléname de tu poder como hiciste con los apóstoles y dame la valentía de desatar mi lengua y proclamar en cualquier lugar que me encuentre que Jesús de Nazaret, Aquel a quien mataron los hombres es el verdadero y único Hijo de Dios. El enviado, el Predilecto y amado por el Padre en Quien tiene toda su complacencia.

Llénanos de paciencia, perseverancia y constancia para soportar todas las adversidades y obstáculos que la vida nos depare y las persecuciones de aquellos que te rechazan y nos amenazan, e infúndenos el valor de estar dispuestos a dar la vida si es preciso.

Te imploramos que derrames tu Gracia sobre todos aquellos que se encuentran en esta situación. Por nuestros hermanos en la fe de Nigeria, Pakistán, Congo, Túnez, Bosnia...etc que sufren ya estas persecuciones y son asesinados impunemente. Dales la fuerza y la paz para soportar estos padecimientos y alcancen tu consuelo. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo. Amén.

LLÉNAME DE TU VERDAD...

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 JESUS ven a mí, y lléname de tu luz. Escucha mis...

Dios mío porque es a ella a la que quiero seguir. Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna, y sólo tu Palabra llena plenamente mi vida. 

Te pido sabiduría, fortaleza y paz para saber difundirla desde la vivencia de mi vida. Te pido que solo proclame lo que viva, y silencie lo que no sea capaz de vivir. Porque no quiero ser levadura aparente y hueca por dentro. Antes prefiero callar y hasta morir.

Sálvame de la hipocresía, de las apariencias y de las mentiras. Perdóname todas mis críticas, mis envidias y mis falsas actitudes por aparentar. Perdóname mis actitudes presuntuosas y mis acusaciones apoyadas en las dudas y en las sospechas. Perdóname y líbrame de juzgar y de difamar, y aleja de mí toda actitud hipócrita.

Llena mi boca de verdad, de caridad y de amor para todos los que se acercan a mí, y dame la paciencia y la valentía de ser veraz y firme en tu Palabra. Amén.

AQUÍ ESTOY, SENOR, PARA HACER TU VOLUNTAD

La voluntad divina a tiempo y destiempo.  Cuando nos toca esos momentos de dolor, de confusión, de sufrimientos, de heridas causadas por las humillaciones e injurias recibidas, o simplemente por el olvido de los nuestros, de los que amamos… entonces es el momento de recogernos en nuestro interior para decirle al Dulce Huésped de nuestra alma… aquí estoy Señor para hacer tu voluntad. 

Cuando las cosas nos salen mal… cuando los planes se nos hacen sal y agua… cuando la enfermedad nos abraza hasta asfixiarnos… cuando noticias inesperadas nos llegan haciéndonos temblar hasta el tuétano… es el momento de mirar hacia el Cielo y en un arrebato exquisito de amor decirle a nuestro amado Padre Celestial… aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.

Cuando un ser querido se nos va y nos deja sumergidos en el dolor…o el divorcio nos toca sorpresivamente vivir… cuando ya los niños no están en el hogar porque han  crecido y han volado a otro nido y la soledad se hace palpable, cuando la edad nos hace vernos incapaces de mostrar la agilidad acostumbrada,  cuando el cansancio hace presente el cumulo de años vividos… ha llegado el momento de sentarnos y contemplando la creación su hermosura, su exquisita belleza decirle al Maestro Paráclito… Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad… 

Es cuando el alma en un derroche de amor, suspirando por el  Amado se le oye decir:

“Señor…aquí estoy... para hacer Tu Voluntad… a tiempo y destiempo… en todo momento… porque Tu eres lo más importante de mi vida… mi única razón de existir… y Tu Voluntad es mi mayor alegría… ahí donde quieres en las penas o en las alegrías, en el dolor o en la felicidad, acampanada o sola… aquí estoy, Señor, para hacer Tu Voluntad… mi adorado Dios…”

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Desde la Soledad del Sagrario

EN UN MUNDO INDIFERENTE...

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 Proclamad el Evangelio a toda la creación

se hace más difícil encontrarte, Señor. Hay muchos países que rechazan tu mensaje y persiguen a los que quieren escucharte y oír tu voz. No solo apagan tu voz sino que amenazan nuestras vidas. Se cumple lo que nos has dicho hace pocos días: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna».

Las noticias que llegan son de que aumentan las persecuciones, y los cristianos sufren y huyen. ¡Señor!, danos obreros y apóstoles que proclamen tu fe, que levanten nuestro ánimo, que fortalezcan nuestras fe, para que unidos en Ti seamos roca indestructible y fortaleza de unidad.

Danos la sabiduría de proclamar tu Evangelio desde el espacio cibernético con constancia y firmeza, con decisión y valentía, con el poder del Espíritu Santo que nos alienta, protege y nos fortalece.

No permitas, Dios mío, que nos separen de Ti. Enciende y aumenta nuestra fe, danos un corazón fuerte y perseverante que nos mantenga unidos, junto a tu Madre, modelo de paciencia y de fe. Danos la capacidad de saber iluminar nuestras vidas y recorrer los caminos con tenacidad y firmeza. 

Y entregar nuestras vidas si fuera preciso, porque en Ti alcanzaremos la dicha de ser felices eternamente. Amén.

¡SEÑOR! ME SIENTO PECADOR...

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 Siempre que lo digo, me sitúo ante ti, mi Señor y mi

y mis fuerzas se derrumban ante la impotencia de no poder hacer nada. Me experimento débil e incapaz de cumplir con mis deberes y me pesa ser justo y solidario. Me es más fácil cumplir con ciertas normas y dar muy poco de lo que incluso me sobra, y prefiero, porque Tú lo sabes todo, no tratar de engañarme y aparentar para mostrarme como un buen creyente delante de los demás.

Por eso, Señor, me esfuerzo en acercarme a Ti; me esfuerzo en hablar contigo; me esfuerzo en recibirte a diario, porque verdaderamente te necesito. Sé que Tú puedes hacer el milagro de convertir mi egoísta corazón en un corazón despegado, dado y generoso. Y sé que, como un Padre bueno, Tú quieres que tus hijos sean así.

Por eso no pierdo la esperanza y confío en tu Misericordia. Te pido fuerzas para no desfallecer y estar siempre a las puertas de tu Sagrario, pendiente de tu respuesta. Sé de tus silencios, de tus respuestas tardías, de tu paciencia sin límites, pero sé también, todos los que te han seguido me lo han enseñado con sus vidas, de tu generosidad y amor.

Nada malo me puede suceder contigo. Mejor, solo cosas buenas me esperan, porque Tú, Padre bueno, no me puedes dar otras cosas sino cosas buenas. Por eso esperaré, esperaré como el ciego Bartimeo, como el paralitico de la piscina de siloé, como la mujer cananea o los diez leprosos que corrieron detrás de Ti. Esperaré, Señor, confiado en tu Palabra y tu Amor. Amén.