El primer y más importante... |
Porque cuando servimos estamos diciendo que amamos. Pero un servicio desinteresado, despegado y descomprometido de todo interés y beneficio. Un servicio por amor. Es la actitud que Jesús nos testimonia con su vida y nos predica con su Palabra.
Una actitud de disponibilidad total en servicio y entrega a los demás que solo será posible cuando en nosotros haya un total desprendimiento de nosotros mismos. Un desprendimiento de apegos y apetencias que nos encadenan y que nos apartan del olvido de uno mismo para poder así entregarnos al otro.
Por eso, Jesús nos responde que el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza, ni casa donde vivir. Es la disponibilidad absoluta de servicio y entrega a los demás. Y esa disponibilidad reservará los últimos lugares a aquellos que la pongan en servicio de los demás.
Los últimos, es decir, los servidores serán los primeros, porque solo en servicio se ama, y aquellos que sean capaz de amar, como Jesús amó, serán los que ocupen los lugares junto al Padre.
Danos, Padre, esa capacidad de olvido y desprendimiento de nosotros mismos para entregarnos en servicio, por amor, a los demás. Amén.
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