311 × 376 - En esa oportunidad, Jesús dijo: “Te alabo, Padre... |
por darme la fe de confesarte como Padre, y por el entusiasmo y la voluntad de desear, lo primero de mi vida, seguir a tu Hijo Jesús. Sí, Padre, te doy las gracias por encontrarme a estas altura de mi vida en tu presencia. Muchas veces me pregunto que mi vida podía haber ido por otros caminos si hubiese hecho esto o lo otro.
También, muchas veces recuerdo que tuve la oportunidad de acumular riquezas y de tener muchos bienes, sin embargo inmediatamente me doy cuenta que de haber sido así me hubiese perdido el mayor tesoro que eres Tú. Sí, Padre, te doy las gracias porque a pesar de mis debilidades y pecados hoy me encuentro delante de Ti y con deseos firmes de seguir tus pasos.
He experimentado en mi vida muchos momentos amargos, y quizás me hubiese alejado de Ti de haber conseguido muchas cosas que son contrarias a tu Voluntad. Pero, a pesar de mis deseos de conseguirlas, Tú no lo has permitido. Ahora tomo conciencia de ello y te doy las Gracias.
Tú, Padre mío, sabes lo que necesito y lo que realmente es bueno para mí. Por eso confío en Ti y me pongo en tus brazos, para que me aparte de todo mal, de todo aquello que, siendo aparentemente bueno, me aleja de tu presencia.
Mantenme dócil a tu voluntad y a la acción del Espíritu Santo, para que guiado por Él sea conducido a buen puerto y me sea permitido el acceso a la Casa del Padre. Amén.
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