Señor, ayúdame a quitar de mi camino todo aquello |
Y te deje, Señor, porque a pesar de mis debilidades sé que si me alejo
de Ti perderé mi vida y el verdadero Tesoro que eres Tú mismo, Señor. Porque Tú
eres el Camino, la Verdad y la Vida, y por ese Camino yo quiero recorrer la
vida que Tú me has dado hasta llegar a Ti.
Háblame y convénceme, Jesús, Señor mío y Dios mío, porque me extraña
que no hayas tratado de hablarme al joven rico y convencerle. Tú tienes
palabras, elocuencia y persuasión irrechazable y no entiendo por qué lo has
dejado ir sin más. ¡Cuanto nos respeta la libertad que nos has regalado!
Me fijo en Ti, Señor, porque yo me afano en convencer a la gente.
Quiero evangelizar hasta el agotamiento, hasta ser pesado y molestoso. Quiero
llegar a todos los lugares y entrar como sea, hasta el punto que si no lo logro
me siento mal, mis fuerzas se debilitan y me siento fracaso y con deseos de
dejarlo todo.
Seguro que si lo pones en mis manos yo no hubiese dejado marchar así
como así a ese joven rico. Sin embargo, Tú le has dado total libertad y no has
dicho sino lo justo, lo que tenías que decirle: "Deja todo para que puedas
ser libre, y sígueme".
Si te hubiese seguido sería hoy el famoso y gran joven rico. Un
modelo y referencia para mirarse en él y aprender de ese sí que te hubiese
dado. Se perdió la gloria de estar a tu lado y recorrer esa vida hacia la
felicidad eterna que tanto buscaba. Sin embargo, no se habla de él sino como un
joven que rechazo el mayor tesoro del mundo, Tú, mi Señor, y que no sabemos ni
su nombre. Un joven rico, pero solo un joven entre tantos que prefirió cambiar
bienes caducos por la Eternidad.
Te pido, Señor Jesús, que me ayudes a desprenderme de mis apegos y
bienes, y no aceptes mi equivocada libertad si me afano en rechazarte por
ellos. Yo si quiero seguirte, aunque me pesen mis bienes y apegos. Confío que
siguiendo tus pasos me pueda desprender de ellos. Confío en Ti, Dios mío, y con
mis debilidades, apegos y apetencias quiero seguirte para ser limpiado en el
Camino. en Ti confío, Señor. Amén.
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