Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 9 de mayo de 2013

¿A DÓNDE VOY SEÑOR?



Confío y espero en Ti, Dios mío. No tengo a dónde ir y nadie me da la esperanza y la palabra que Tú me regalas y ofrece. Tu Palabra es Palabra de Vida eterna, y Ella siempre se ha cumplido. Tú, Señor, nunca fallas y todo lo que prometes lo cumples y lo haces.

Creo en Ti profundamente y en tus palabras de despedidas con un "hasta luego". Durante el paso por este valle de lágrimas, me anuncias llantos y lamentos. Pero sobresale la esperanza cuando me dices que mi tristeza se convertirá en alegría. No hay mayor gozo y esperanza que escuchar esas hermosas palabras salidas de Ti. En Ti espero, Señor, y no quedaré defraudado.

El mundo falsea una felicidad ficticia, una felicidad caduca, de muerte, que se esconde en la mentira, el odio y la venganza. Una felicidad sostenida en la infelicidad de otros.Y Tú Señor nos libera de ese horizonte de muerte con tu venida y tu promesa de salvación.

miércoles, 8 de mayo de 2013

PERDONAME, SEÑOR, MI OSADÍA DE PEDIRTE



¿Qué más necesito? Todo me ha sido dado: la vida y la oportunidad de conservarla eternamente y gozosa. Es verdad que muchos no gozan de buena salud y sufren, pero mantenemos la esperanza que nuestra vida va a ser recompensada en mucho en la segunda venida de nuestro Señor Jesús. Sus Palabras no dejan lugar a duda.

Él no nos ha dejado abandonados, nos promete su asistencia, su intervención, su protección... Y nos envía el Espíritu Santo para que nos fortalezca, para que nos dé ánimo y fuerzas para superar toda adversidad, enfermedad, sufrimientos y perseveremos esperanzados en su confianza. ¡Es el Señor": «Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

¡Gracias, Señor, por tanda dicha, por tantos cuidados, por tanto amor salvífico, por tanta delicadeza, por tanta atención, por tanta protección que me da inmensa paz y me permite descansar gozosamente! Y exultante de alegría y de gozo, exclamo. ¿Es que puedo pedir más?


martes, 7 de mayo de 2013

A PESAR DEL DOLOR DE TU PARTIDA, ¡GRACIAS SEÑOR!



Se nos viene el mundo encima, pero no hay otro camino. Es necesario que seamos capaces de tomar el reto de nuestra propia cruz. Es necesario morir para darnos en amor y por amor como hizo nuestro Señor. Sin muerte no hay frutos, y tomar ese camino de entrega total hasta la muerte si es preciso, no se puede superar sin la asistencia del Defensor, del Paráclito, de la asistencia del Espíritu Santo.

¡Ven Espíritu Santo, y dirige nuestros pasos por el camino de nuestra vida! Despejanos el horizonte y marcanos la ruta a seguir aunque aparezca a nuestra vista difícil y dura de recorrer. Contamos con tu fortaleza, con tu paciencia, con tus consejos, con tu inteligencia, con tu entendimiento, con tu sabiduría. Somos consciente que tenemos al mejor Defensor, único e invencible, y en, con y por Él saldremos victorioso de la batalla de nuestra vida.

Te damos gracias, Señor, por tus desvelos, por no dejarnos abandonados, por la promesa del Paráclito defensor y de tu ayuda incondicional que nos desvela el amor inmenso de tu Padre Dios que te ha enviado para liberarnos del Príncipe de este mundo.