Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 31 de marzo de 2016

TAMBIÉN NOSOTROS, SEÑOR, NECESITAMOS VERTE



Sin Ti, Señor, no podemos caminar, ni siquiera un momento. Necesitamos tu Luz, tu compañía y tu consejo, y sin Ti nuestros pasos serían torpes, equívoco y caminos de perdición. Sería un grave error buscar la felicidad y el gozo fuera de Ti, porque en el mundo nunca la podremos encontrar.

Y esa tentación nos pierde. Por eso, Señor, necesitamos tu presencia, tu Resurrección. No porque con ella podemos justificar nuestra fe, sino porque sin ella no podríamos encontrar el verdadero camino de felicidad y el gozo de la paz. Porque, Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Esperarlo y buscarlo en otro lugar sería, aparte de descabellado, erróneo y equivocado, y, sobre todo, de perdición.

Si Tú no estás, ¿qué hacemos, Señor? Eso es lo que se preguntaron los apóstoles. ¿Y ahora qué hacemos? No sabía qué hacer ni cómo, ni por dónde empezar. Estaba cantada tu Resurrección. Es verdad, más tarde se dieron cuenta, que Tú lo habías dicho, pero no se enteraron, ni tampoco muchos de nosotros, todavía, se enteran. Porque no conocemos la Ley de Moisés, ni lo que han dicho los profetas, ni lo que dicen de Ti, mi Señor, los Salmos.

Danos la sabiduría de seguirte rastreando tu Palabra cada día. Eso es lo que pretendemos en estos humildes blogs, tanto de Dodim a agapé, como en este Rincón de oración, para no perder tus huellas y desenterrar de nuestro corazón las huellas dactilares que Tú has dejados escrita en él. Danos, Señor, esa sabiduría y esa inteligencia necesaria para que podamos entenderlas y seguirlas.

Pero, sobre todo, Señor, danos la fortaleza de saber, dócilmente, someternos a tu Voluntad, porque, a pesar de no entenderla, comprender que es la mejor opción para nuestro bien y salvación. Y, superando nuestras apetencias, gustos, intereses y egoísmos, renunciar a todo lo que no sea y coincida con tu Voluntad. Danos la Luz de discernir y descubrirla, no buscándonos, sino buscándote, Señor. Amén.

miércoles, 30 de marzo de 2016

EXIGENCIAS Y RECOMPENSAS



Posiblemente, el problema de muchos de nosotros será el no entender casi nada. Empezando por la fe y por la Palabra. Y continuando porque muy poco concemos de la Escritura y de la Vida de Jesús. En principio no sabemos que es la fe. Porque aunque nos parezca que lo sabemos, en lo más profundo de nosotros, no lo entendemos. Lo que significa que no lo sabemos.

Sí, entendemos por fe fiarnos de algo que no se ve, pero eso no se entiende cuando ponemos muchas exigencias para creer. Cuando se nos dice que creamos, en contrapartida queremos razones que nos den pruebas para creer. ¿Qué fe es entonces la que entendemos? La fe es fiarse sin exigencias y, posiblemente, sin entender nada o muy poco.

Y, nosotros, exigimos razones, pruebas y que la vida nos sonría. Muchos decimos que no existe Dios porque la vida se nos pone cuesta arriba; muchos nos alejamos porque experimentamos que al acercarnos al Señor las cosas de nuestra vida parecen que empeoran. Y muchos le rechazamos, porque nos suceden cosas en nuestra vida de la que le echamos la culpa a Dios. ¿Es so fe? ¿O es eso una fe que exige purebas y recompensas? Luego, repito, ¿qué fe es la nuestra?

Llegamos al convencimiento que no sabemos que es realmente tener fe. Aquellos discípulos de Emaús, posiblemente, su fe era como la de muchos de nosotros. Una fe de exigencias y recompensas; una fe que necesita ver y comprobar para creer; una fe apoyada en criterios humanos y realidades. Y Jesús nos pide una fe confiada y esperanza en nuestro Padre Dios, que nos ama con locura y le ha enviado a Él, al Hijo, para descubrirnos su Amor y rescatarnos de la esclavitud del pecado.

Y da testimonio con su Palabra y con su Vida. Nos enseña y transmite la Voluntad de su Padre, su Perdón y Misericordia, y nos explica todo el Plan de Salvación desde Moisés, los profetas hasta su venida, la plenitud de los tiempos, donde en Él se cumple todo. Por su Pasión y Muerte somos rescatados del pecado y salvados, y por la Resurrección nacemos con Él a una Vida Nueva y Eterna.

Pidamos esa Gracia al Señor, y que nos llene de paciencia y escucha atenta como aquellos discípulos de Emaús, para que atentos a su Palabra dejemos que su Espíritu inunde nuestros corazones y, abriéndonos los ojos, veamos claramente la presencia de Jesús Resucitado entre nosotros. Amén.

martes, 29 de marzo de 2016

¡¡GRACIAS, SEÑOR, POR DARNOS FUERZA Y ESPERANZA CON TUS APARICIONES DE RESUCITADO!!



Jesús sabe de nuestras limitaciones y necesidades. Se deja ver, porque necesitamos verle. Somos de carne y hueso y tenemos necesidad de tocarle, de verle y de oír su voz y escuchar sus Palabras. Su Aliento nos da aliento y nos impulsa al camino. 

Se hizo Hombre, de carne y hueso como nosotros, precisamente para eso, para que le viésemos y le tocásemos, y oigamos sus Palabras directamente de su boca. Y para sufrir, despojado de todo privilegio y divinidad, como cualquier hombre. Jesús sintió sed y dolor, y se ofreció, a pesar de su condición divina, como reo voluntario de muerte para pagar nuestro rescate y liberarnos del pecado. No sabemos valorar ni medir esa intensidad de amor por cada uno de nosotros. 

Ayúdanos, Señor, a comprenderte, a valorar todo lo que has hecho por cada uno de nosotros, desde darnos la vida, hasta pagar con tu Pasión y Muerte por nuestros pecados. Danos, Señor, la sabiduría de saber comprender toda esa inmensidad de Amor, y de, agradecidos, sepamos corresponderte amando como Tú nos has enseñado a amar.

Gracias, Dios mío, por tus apariciones, porque con ellas levantas nuestras dudas y fortaleces nuestra fe. Y, dispersados por el miedo, la desilusión y frustración, Tú nos has vuelto a buscar y a llamar, ilusionándonos, iluminándonos y dándonos la esperanza y la sabiduría de comprenderte y de, con nuestros ojos, palparte y tocarte para, encendido nuestro corazón, correr a, unidos en y por la fe, proclamarte la esperanza de la Resurrección contigo y en Ti.

Gracias, Señor, porque has venido a nuestro encuentro y no has esperado a que, ciegos y perdidos, nos alejáramos de Ti. Gracias por tanto Amor. Ahora, Señor, no dejes que ese amor nuestro se enfríe y se apague con el agua caduca de este mundo. Nosotros queremos, como la samaritana, esa Agua Viva que Tú nos ofrece darnos gratuitamente para no tener más sed junto a Ti. Amén.

lunes, 28 de marzo de 2016

¡¡VIVE Y ESTÁ ENTRE NOSOTROS!!

Jn 20, 19-31


"Estaba entre nosotros"

Después del drama, los apóstoles tenían miedo y se habián encerrado. De repente, Jesús aparece etre ellos y les dice: "Que la paz esté con vosotros", y su soplo los llena del Espíritu. Anticipación de Pentecostés y envío en misión. Alegría. 
Tomás no cree, pero Jesús lo acompaña, le muestra sus heridas y le dice: "Deja de ser incrédulo y hazte creyente".

 Y yo, Señor,
¿Seré capaz de recibir
la fabulosa nueva 
de tu Resurreción?

Espíritu Santo,
renueva en mi cada día, la alegría
de creer que estás presente en el
corazón de mi vida. Haz que sea 
capaz de responder, como los 
apóstoles, a tu invitación:
"¡Sigueme!"
Jesús, nuestro Señor
eres "el Camino, la Verdad y la Vida"



Domingo de Pascua
27 de marzo de 2016
Parroquia de San Ginés Obispo de Arrecife

sábado, 26 de marzo de 2016

SU MUERTE TIENE SENTIDO



Sin muerte no puede haber Resurrección. Y Jesús tiene que morir para Resucitar. Pero, además de eso, la Resurrección es la prueba del poder de Dios sobre la muerte, y la prueba y fundamento de nuestra fe. Porque, sólo Aquel que es capaz de vencer a la muerte, será capaz de devolvernos a la Vida, a la verdadera y única Vida Eterna a nosotros también.

De modo que, la Muerte de Jesús es la Gloria de la Victoria y Resurrección que nos dará también a nosotros el triunfo y la Vida. ¿Quién tiene miedo a la muerte ahora? Jesús ha triunfado y esa es nuestra esperanza que hoy sábado meditamos en lo más profundo de nuestro corazón. Saltaremos de júbilo cuando oigamos el grito de alegría de las mujeres que nos anuncia que Jesús nos espera en Galilea.

Seremos los discípulos asombrados y despertados de la resignación y el fracaso como aquellos que de camino, ya derrotados, hacia sus casas encontraron a un caminante que les habló de lo que estaba escrito y tenía que suceder. Y que nos revela su propia Resurrección al partirnos el pan.

No perdamos la esperanza, y, juntos, en este humilde rincón para orar, compartamos nuestras oraciones y sostengamos unidos en este sábado de esperanza. Amén.

Señor, danos la paz, sabiduría y fortaleza para, pacientemente, sostenerme en tu confianza y tu fe, y esperar asido a Ti y cargando mi propia cruz, la hora de tu venida y tu Resurrección. Amén.

viernes, 25 de marzo de 2016

DANOS LA LUZ, SEÑOR, DE LLEGAR A COMPRENDER LA INMENSIDAD DE TU AMOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS





No puede ser de otro modo, Señor, llegar a amarte, como Tú nos amas, sin Tú concurso y tu Gracia no es imposible. Porque nuestra sabiduría no alcanza a comprenderte, y nuestra humanidad, limitada, exige hacerlo. Es, entonces, cuando nuestra soberbia se enciende, se revela y exige razones y pruebas.

Y, posiblemente, desistimos de seguir creciendo, o, quizás, nos cerramos e instalamos de la manera y forma que más nos conviene y nos haga la vida más cómoda. Ese es el peligro, Señor, que nos amenaza con resignarnos a quedarnos a medio camino, entre dos aguas, ni frio ni caliente, y no avanzar en perfección, tal y como Tú nos propone, indicas y señalas.

Por eso, Señor, toma nuestros corazones y transfórmalos en corazones tiernos, suaves, buenos, humildes, bondadosos, comprensivos y misericordiosos. Llenos de amor y de perdón, para que abiertos a la Gracia del Espíritu Santo, seamos capaces de responder a ese compromiso de amor que Tú, Señor nuestro, nos propone, nos regalas y nos ofrece, y para estar dispuestos a dar nuestra vida también.

Te lo pedimos, Señor, porque sabemos de nuestra debilidad. En aquellos momentos, Tú, Señor, te quedaste solo. Sólo tu Madre, con el discípulo amado y algunas mujeres, permanecieron de pies junto a la Cruz. Todos huyeron o se escondieron, y, pienso, que nosotros también lo hubiésemos hecho. Conscientes de esa debilidad, te pedimos, Señor, que nos infundas valor, fortaleza y sabiduría de sabernos redimidos por tu Muerte y salvados por tu Resurrección.

Unidos y junto a tu Madre, queremos pedirte paz, sabiduría y fortaleza, para que en estos momentos y, también, en todas las circunstancias de nuestra vida, seamos fieles a tu Palabra y firmes en hacer tu Voluntad, esperanzados en que en Ti, Señor, estamos salvados. Amén.