Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 25 de abril de 2016

APROVECHAR TODA OPORTUNIDAD



Los ambientes huelen a olores de corrupción. Todo el mundo sabe que hay corruptos en el mundo de la política, empresas y en todas partes. Se oye y se publica en los periódicos. Sin embargo, mucha gente no sabe que Jesús Vive y está entre nosotros. Algunos lo han oído, pero su ruido es tan débil que los ruidos del mundo lo apagan.

Hace días, un amigo, comentaba que ya no se acuerda ni de la misa. ¡Hacía tanto tiempo que no iba! Y es que sólo se habla del Mensaje de Jesús de puertas adentro. Muy acertado y conveniente, lo del Papa Francisco, sobre que se salga a las periferias, a la calle a proclamar el Evangelio. Este fin de semana vienen un grupo de personas de la provincia a hacer ruido y proclamar el Evangelio.

Porque la Noticia es esplendida y estamos seguros que todos la desean oír y tienen necesidad de ello. No es una noticia más, es la proclamación y anuncio de la salvación del hombre, y eso no se puede silenciar. No es cuestión de colaborar, ni de echar una mano. Se trata de una obligación que Dios pone a nuestras espaldas y nos envía a proclamar. Pero que no se desvincula de nosotros sino que nos acompaña y en el Espíritu nos asiste y auxilia.

Pero una obligación gozosa, libre, querida y deseada, porque no hay nada que nos haga más feliz que ayudar y dar la vida por otro. Y esto se experimenta cuando se vive y se comprueba. Por lo tanto, hay que aprovechar toda oportunidad de manifestar el anuncio al que Jesús nos envía para que el mundo despierte y lo oiga. Jesús Vive y se ha quedado entre nosotros para darnos la oportunidad de salvarnos.

Por lo tanto, tu vida, de alguna manera, está en tus propias manos, porque has recibido el don maravilloso de ser libre para decidir creer en Jesús o rechazarlo. Pero, antes, tendrás que conocerlo y hacerlo con conocimiento de la verdad. Y para eso se necesita oírlo, escuchar su Palabra, que Dios ha puesto en nuestras manos.

Pidamos, auxiliados por el Espíritu, sabiduría y fortaleza para no dejar de responder a esa invitación que Jesús nos encarga y, con nuestra vida y palabra, dar cumplimiento a la proclamación de la Palabra de Dios. Amén.

domingo, 24 de abril de 2016

TODAS MIS FUERZAS, SEÑOR, PARA AMAR



Amar es el resultado final de todos nuestros esfuerzos, porque sin amor nada soy. Todos mis cumplimientos, oraciones, servicios, esfuerzos y conocimientos deben ir básicamente a corresponder por amor. Jesús todo lo que hizo por ti y por mí fue por amor, porque de ser por otro motivo ya se vendría abajo, pues nuestra respuesta no ha sido buena.

Y el amor es lo que nos sostiene. Un amor comprometido, porque así nos ama el Señor. Un compromiso sin condiciones hasta el extremo de dar la vida por cada uno de nosotros. No se puede amar más. Y, nosotros, no podremos llamarnos seguidores de Jesús si no nos esforzamos en amar como Él. Ese es el mandamiento nuevo que Él nos ha dejado (Jn 13, 34-35). Y que en el Evangelio de hoy reflexionamos y tratamos de sacar conclusiones que nos ayuden a comprometernos nosotros también.

Y eso es lo que te pedimos, Señor. Porque sabemos que nuestro compromiso no puede sostenerse con nuestra humildad, limitada y pecadora palabra y vida. Necesitamos tu Espíritu y tu Fuerza para que, sostenidos en Ti, podamos tener la voluntad y el empuje de llevarlo a cabo en nuestras vidas. Danos esa sabiduría y fortaleza de encontrar caminos que nos lleven a dar cumplimiento de esa palabra de amor.

El mundo nos tienta y nos sugiere muchas comodidades y tentaciones que nos llevan a olvidarnos de los otros, de sus problemas y necesidades, y a pensar solo en nosotros. Como vivir mejor, como ser más feliz y darme un vida de placeres es lo que tenemos en mente, y a menos que nos descuidemos un poco caemos en esa tentación.

Por eso, Señor, te pedimos fuerza, luz, voluntad y un ambiente que nos ayude a, apartados de todo ese mundo frívolo y fácil, vivir en el compromiso de amar. Sobre todo a aquellos que lo necesitan, a pesar de que sean mis enemigos. Amén.

sábado, 23 de abril de 2016

EN Y POR TU NOMBRE, SEÑOR, CREO Y CAMINO HACIA TI.



Hay momentos en la vida, tengas fe o no, que te planteas interrogantes en tu vida. Interrogantes que viven dentro de ti y que, de alguna manera, buscan y persiguen respuestas: origen de la vida; muerte y sufrimientos; envidias y odios; venganzas, guerras y muchas más.

También hay momentos en los que te preguntas el por qué no hacer lo que late dentro de ti y deseas hacer. Esos impulsos cargados de solidaridad, fraternidad y amor. Experimentas una lucha a muerte dentro de tu corazón entre hacer el bien o el mal, y te planteas dos caminos: a) buscar y responder a ellos; b) o dejarte llevar, como veleta al viento, según te suceda y se presente.

Hoy, tú y yo, querido amigo, que quizás te hayas parado a leer esta humilde reflexión, tienes la respuesta muy clara. Las Palabras que Jesús en el Evangelio de hoy (Jn 14, 7-14) nos dirige son tan claras y concretas que responden a lo que tanto tú como yo estábamos esperando y sobran nuestras humildes y torpes palabras. Sólo nos queda disponer nuestro corazón y abrirnos a la acción del Espíritu Santo, y dejar que todas sus compuertas y departamentos, por  la Gracia del Espíritu, queden llenos e inundados de Fe. 

De esa Fe que mueve montañas, para que creyendo en Él vivamos la maravilla y el gozo de hacer y vivir lo mismo que hizo y vivió Jesús hecho Hombre en este mundo. Pidamos al Padre, en el Nombre de Jesús, esa Gracia para dar respuesta a su invitación de fe. Amén.

viernes, 22 de abril de 2016

CREEMOS Y ESPERAMO EN TI, SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



Señor, a pesar de nuestras deficiencias, debilidades, errores, vicios y pecados, nuestras esperanzas están puestas en Ti. Porque sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna y en Ti ponemos todas nuestras esperanzas. Tú nos dices que has ido a prepararnos un lugar, porque en la Casa de tu Padre hay muchas mansiones. Y que volverás para llevarnos contigo a ese lugar y, junto a Ti, viviremos para siempre.

No se puede pedir más, Señor. ¡Qué alegría! A veces pienso, a pesar del temor y la incertidumbre, que será maravilloso el momento y la hora de la muerte, porque es el instante de nuestro encuentro contigo y la hora de ocupar esa hermosa mansión que nos tienes preparado junto a Ti. ¡¡No puede haber momento más hermosos!!

Que diferencia de ver la vida. Eso ya es un gozo y una esperanza. Mientras los que no creen en Ti sienten desesperación y miedo a la hora de su muerte y viven en la desesperanza, nosotros amamos, aunque no nos demos cuenta, el momento de la partida para reunirnos contigo. Desde esa esperanza entiendo ahora los versos de Santa Teresa: "Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero".

Sosténnos, Señor, siempre en el verdadero y único Camino que Tú nos señalas con tu Vida y tu Verdad, porque has venido para eso, para salvarnos e indicarnos con tu Persona y tu Vida el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

jueves, 21 de abril de 2016

SERVIR ES DIFERENTE DE HACER



Se hacen muchas cosas y caemos en el peligro de valorar por aquello que se hace. Mal asunto, porque llegará un día que no servirás para hacer, pero seguirás siendo hijo de Dios. Si valoramos por lo que hacemos, que Dios nos salve, porque estamos equivocados. Ese es el camino para llegar donde nos quieren llevar muchos, el aborto y la eutanasia.

Porque nos catalogamos como seres útiles e inútiles; personas que producen y personas que no producen. Perdemos la óptica del amor. Todo en función de la productividad y del beneficio. ¡Dios mío, es la sociedad que estamos formando sin darnos cuenta! Y estamos avisados. Hoy el Señor nos lo pone bastante claro: En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado.

Esa es la medida del valor. Toda persona vale por ser hija de Dios, y no por lo que pueda aportar o dar a la sociedad. Porque, en definitiva, todo es de Dios. Todo nos ha sido dado para entregarlo y disponerlo al servicio de los demás. Este ordenador que ahora escribe, lo hace para servicio del Señor en el servicio a los demás que puedan leerlo y serle útil. Y esto, un servidor, nunca mejor dicho, no puede dejarlo por capricho, por cansancio o porque ya no le gusta. Todo es, no para la gloria del que escribe, sino para Gloria de Dios.

Nadie tiene por qué gloriarse de nada, porque nada le pertenece. Pidamos, pues, al Señor esa sabiduría y paz que nos haga comprenderle en la acción del Espíritu Santo que nos auxilia. Abrámosle nuestros corazones para que su Luz entre plenamente y nos llene de fortaleza para vivir lo que el Espíritu nos enseña y nos revela. 

Que sepamos hacer para servir, no hacer para gloriarnos y servirnos. Ahí está la diferencia. Diferencia que sólo se puede discernir y encontrar desde la acción del Espíritu Santo en nuestros corazones. Pidamos realmente esa Luz porque ese es el único y verdadero Tesoro que merece la pena encontrar. Amén.

miércoles, 20 de abril de 2016

VIVIR EN LA ESCUCHA Y VIDA DE LA PALABRA




El camino está claro: la escucha de la Palabra acompañada del esfuerzo de vivirla. Confiado en el auxilio del Espíritu Santo y de las fuerzas que de Él recibimos en la vivencia de cada día de su Palabra. Ese es el Camino, y no hay otro. Porque nuestro juicio será el de la vivencia de la Palabra, es decir, el de acomodar nuestra vida al estilo de vida de la Palabra de Dios.

Será la Palabra la que no juzgue. O lo que es lo mismo, estamos siendo juzgados cada dí en la medida que nuestra vida se amolde a la Palabra, o se aleje de la vivencia de la Palabra. Es decir, de que creamos en el Señor, o le rechacemos. Y eso, claro, vuelta a lo mismo, dependerá de conocer que dice su Palabra y que nos señala como estilo y acciones de vida. Cada cual deberá tener su hilo directo con el Espíritu Santo para caminar por los caminos que el Señor le indica de acuerdo con la Palabra.

Porque: Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí. Por eso gritó el Señor, porque necesitaba decirlo claramente, y bastante claro que lo dejó dicho. 

Por eso, Señor, desde este humilde ricón de oración, te pedimos sabiduría y fortaleza para seguir, paso a paso, día a día, esfuerzo tras esfuerzo, en tu compañía y auxilio de tu Gracia, el camino que el Espíritu nos señala, conscientes de que somos débiles y pecadores y necesitamos toda la Misericordia de tu Amor.

martes, 19 de abril de 2016

NECESITAMOS LA FE



La fe no se puede comprar, ni tampoco se puede razonar. Sí, hay razones para creer, pero no fe que se pueda razonar. Podemos creer porque Jesús, de quien nos podemos fiar porque en Él todo se ha cumplido, nos lo dice, y porque sus Obras nos lo atestiguan. Pero, así y todo, la fe es fiarse y confiar en la Palabra de Dios. Esa es nuestra fe y nuestra esperanza.

Y eso nos exige humildad y, también, hacernos como niños. Porque un niño se fía de su padre y cree todo lo que le dice aunque no lo entienda. Un niño pregunta, pero queriendo hacer otras cosas que a él le gusta, siempre obedece al padre y se fía de su padre. Pero, ocurre, que en la medida que crecemos nuestra razón exige ver lo que nos dicen, y creer en lo que vemos. Y la fe ya nos cuesta más porque no la entendemos. Y exigimos, como aquellos judíos en el templo, que nos den razones para creer.

Es entonces cuando hace presencia y mucha falta la humildad de los niños. Necesitamos ser humildes como ellos, para, abandonados en los brazos de nuestro Padre Dios, aceptar y recibir ese don hermoso de la fe que Él nos da. Y eso es lo que hoy, Padre Bueno, te pedimos, el don de la Fe. Te pedimos que nos hagas humildes y dóciles a tu Palabra, y que abramos nuestro humilde corazón, transformado por tu Gracia, a la fe que, sólo de Tí, Señor, podemos recibir.

Queremos y te pedimos ser de tu rebaño y escuchar tu Voz, para seguirte y abrirnos a la Gracia de la Vida Eterna. No permitas, Señor, tal y como dices, que nadie nos arrebate de tus Manos, porque vivimos en un mundo lleno de peligros y amenazas que nos tientan y seducen. Danos la fuerza de sostenernos en tu presencia agarrados fuertemente a tu Palabra y a tu Gracia.

Padre Bueno, en ti confiamos y, por medio de tu Hijo, nuestro Señor Jesús, y Buen Pastor, nos ponemos a su recaudo para, sostenidos en Él, perseverar hasta su segunda venida. Amén.