Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

CONTRADICCIÓN: NADIE QUIERE SER POBRE



La paradoja de la vida es que, mientras todos buscamos la felicidad eterna, todos también la rechazamos cuando optamos por las riquezas y comodidades en lugar de la pobreza y caridad. Es una contradicción que el sentido común no la explica. Porque negando la pobreza no apartamos de lo que realmente buscamos.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos lo deja muy claro. Así que por falta de decirlo y saberlo no es. Su razón tendrá que estar en otra parte. Y es que nuestro egoísmo y naturaleza pecadora es tal que nos ciega hasta el punto de rechazar la salvación y optar por la condenación.

El camino son las bienaventuranzas. Un camino que, como los mandamientos, basta con ser pobre, que no es poco ni fácil lograrlo, para poder cumplir todas las demás. Pero una pobreza, no sólo material, sino principalmente espiritual. Una pobreza de espíritu que esté dispuesta a darse, a poner todos sus bienes, materiales y espirituales al servicio de los demás. Una pobreza que dé hambre y sed de justicia.

Una pobreza que nos impulse a sufrir con el que sufre, y a compartir con el que no tiene nada ni puede saldar su deuda. Una pobreza que rompa el miedo de sufrir insultos e injurias por el Nombre de Jesús, y que experimente, al contrario, alegría y regocijo en lugar de desesperación y angustia.

Danos, Señor, ese espíritu, para soportar nuestras riquezas y suficiencias, y para ponerlas siempre al servicio y bien de los demás. Porque sabemos, danos también esa sabiduría, que al final que muere a sí mismo, ganará su vida para siempre. Pero quien la gana en este mundo, la perderá a la hora de la verdad. 

Y yo, Señor, he sido creado por Ti para ganar y ser feliz en tu presencia. Danos, pues, esa virtud de discernir lo que es tu Voluntad contra la que no lo es. Amén.

martes, 6 de septiembre de 2016

LA ORACIÓN, LA FUENTE DE NUESTRA FUERZA



La vida nos presenta muchas dificultades. Muchas veces no provengan del exterior, porque, quizás son las que mejor podemos vencer, sino de nuestro propio interior. Ya sea como enfermedad, remordimiento, intranquilidad de conciencia o de otra índole. El resultado es que hay momentos de cansancio, de oscuridad y de deseos de abandono.

Y en la oración encontramos la fuente de nuestra fuerza. En ella podemos reforzarnos y levantarnos para continuar el camino. El estilo que Jesús nos dejó estaba marcado por la oración. Los momentos importantes de su Vida están llenos de oración, y cada momento de nuestra vida, por pequeño y sin importancia que parezca, son momentos vitales e importantes.

La oración es el aire que oxigena nuestro camino, lo despeja y le da sentido. La oración coloca todos nuestros desaires y fracasos en el lugar donde pueden transformarse en impulsos de energía y esperanza. Porque nada supone fracaso, sino oportunidad de levantarse, reponer humildad y seguir los pasos. Porque lo importante no son los pasos ni los resultados que traen los mismos, sino la huella de amor que tú vas dejando en tu propia vida.

Y esa huella de amor está íntimamente relacionada con la oración. Jesús, el Señor, elige a sus apóstoles previos momentos de oración, y también tú y yo somos momentos previos de oración por el Señor. Porque desde el principio fuimos pensados y creados por Él. Estábamos en su Pensamiento, y también en su Pensamiento está el que volvamos a Él.

Pidamos, confiados en su Misericordia y en constante oración de cada día que descansemos en Él y sigamos sus pasos. No perdamos su ritmo y tengamos plena confianza que Él camina también con nosotros, a pesar de la oscuridad y los nubarrones que nuestra vida descarga en nuestro propio camino. En Él lograremos encontrar siempre la salida. Amén.

lunes, 5 de septiembre de 2016

SANTA TERESA DE CALCUTA


O R A C IÓ N

Para Sonreir y atraer la Felicidad y el Amor

Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
 sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.

Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.

Que mi corazón soría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.

Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.

Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que Tú me brindas.señor.

Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.

domingo, 4 de septiembre de 2016

SEGUIRTE, SEÑOR, A PESAR DE MUCHOS TROPIEZOS EN EL CAMINO



No es fácil seguirte, Señor. Está a la vista de todos que son muchos los que desisten y se retiran. Incluso los que, entusiasmados, te acogen con alegría y rebozante felicidad, pero, al parecer es flor de un día. Son plantas sin raíces profundas y al menor contra tiempo se desvanecen y abandonan.  No lo imaginamos, sino que lo vemos con frecuencia.

En tu mismo grupo sucedió eso. Hubo quien se decepcionó y no supo comprenderte. Pero, lo peor, que perdió toda esperanza. Nosotros hoy queremos pedirte que eso no nos suceda. Somos conscientes de nuestros rechazos y rebeliones a tus planes. No los comprendemos, porque queremos anteponer los nuestros, pero, Tú sabes que queremos seguirte y hacer tu Voluntad. 

Transformanos y danos la sabiduría salomónica con la que podamos discernir y estar de acuerdo contigo, porque todo lo que viene de Ti, Señor, es lo bueno y lo que nos conviene. Y, a pesar de nuestras rabietas, nuestros desengaños, nuestras necedades e ignorancia, no permitas Señor que te dejemos y que nos volvamos indiferentes a tus proyectos con nosotros.

Cuan grande es tu Misericordia, Señor. Me da vergüenza de ser tan poco y tan tonto. De ser tan necio y tan idiota, por desestimar una y mil veces tu amor y tu perdón. Y, cada día, atreverme a hablarte y, al mismo tiempo, defraudarte. Perdóname, Padre, porque no merezco ser considerado como tu hijo. Y transforma mi pobre y empedrado corazón en un corazón humilde, suave, limpio, disponible, generoso y dispuesto a entregarse hasta la cruz a tu amor.

Sólo Tú, Señor, puedes hacer eso, y en ese convencimiento y esperanza, pongo cada día mis pobres y humildes esfuerzos en seguir tu Palabra y llevarla a mi vida. Amén.

sábado, 3 de septiembre de 2016

SÓLO UNA LEY, LA DEL AMOR



Posiblemente, el reunirnos nos calma y acalla nuestra conciencia. Muchas veces ocurre que con nuestras reuniones justificamos nuestro apostolado y nos engañamos levantando espejismos de que hacemos algo. Nos llenamos de prácticas, leyes o normas, y hasta, sin darnos cuenta, nos agobiamos y también agobiamos a los demás. Será sensato pensar y dar sentido común a nuestra vida.

Somos pobres, limitados y pecadores. Por eso necesitamos un Mesías, un Salvador. Y Dios, nuestro Padre, ha enviado a su Hijo, Jesús, para darnos paz, tranquilidad y felicidad eterna. Es decir, salvarnos y liberarnos de este mundo donde estamos esclavizados. Por tanto, en principio tranquilidad y paz. Dios no nos exige sacrificios ni muchas leyes que nos agobien e inquieten.

Sólo una Ley nos manda: El mandamiento nuevo (Jn 13, 34-35), en la que nos dice que le amemos a Él sobre todas las cosas, y al prójimo como Él nos ama. No hay más. Todas las leyes que saquemos del bolsillo o nos inventemos sobran. Y eso no quiere decir que haya que poner alguna, sobre todo para recordárnosla, pero donde hay que mirar es al Amor.

Nuestra vida, liberada de todo debe fundamentarse en ese hermoso mandamiento novedoso, porque en él está contenido toda la Ley y los profetas. Y viviendo en él alcanzaremos la misericordia, hasta el punto de, por su Gracia, ser misericordiosos como el Padre. Cuando se ama se cumple toda ley, porque el amor no sólo busca el bien sino toda verdad y justicia.

Pidamos al Padre que nos dé un corazón misericordioso lleno de amor, para que vivamos en la ley y por encima de la ley, al servicio del hombre, poniendo la ley, valga la redundancia, para su bien. Pidamos sabiduría para que sepamos discernir lo que conviene y beneficia al hombre para su salvación, porque esa es la Voluntad de Dios. Amén.

viernes, 2 de septiembre de 2016

PORQUE ESTAMOS SALVADOS, VIVIMOS EN LA ALEGRÍA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Es posible que el camino presenta muchas dificultades, pero sabemos a donde conduce. Es posible que no es cómodo atravesar la puerta estrecha, pero conocemos que detrás de ella está la salvación y el gozo eterno. No ocurre así con la puerta ancha, que siendo cómoda, espaciosa y apetecible, al final se vuelve oscura, desagradable y perdición.

No perdamos el humor de acoger con alegría momentos de regocijo y de algarabía. Cada momento trae sus propios afanes y su gozo, y debemos disfrutarlo sin preocuparnos. Lo importante es que el Novio está con nosotros. Ya vendrán los momentos de tristeza y sufrimiento, y a cada instante le daremos lo que le pertenece. Pero siempre con la satisfación y la esperanza de que Jesús está con nosotros y nos salva.

Por eso, Padre del Cielo, te damos gracias por todo lo que nos da en cada momento de nuestra vida y te pedimos que nos des la paciencia, la esperanza y la fe de no fallarte y de discernir siempre que el verdadero camino es el que Tú nos señala. Amén.

jueves, 1 de septiembre de 2016

¿SOMOS CONSCIENTES DEL ALCANCE DE LA REALIDAD?



¿Nos damos cuenta de lo ocurrido? ¿Damos crédito a lo que leemos? Ante un acontecimiento así, lo primero que se me ocurre es proponerle a Jesús una sociedad para pescar. Con una sabiduría así, donde aquellos marineros expertos no había sido capaces de pescar nada, Jesús en un abrir y cerrar de ojos consigue llenar hasta rebosar todas las redes.

Dios mío, parece más milagros que aquellos pescadores dejaran todo lo que tenían y siguieran a Jesús sin la tentación de proponerle una sociedad para hacerse ricos. ¿No nos ocurre a nosotros eso? ¿Estamos más pendiente a las cosas que podamos conseguir con y de Jesús que al mismo Jesús? ¿Estaríamos dispuestos a oír la propuesta de Jesús, tal y como ocurrió con aquellos pescadores?

Hay muchas preguntas que responder y que respondernos. Y la primera sería aceptar esa invitación de Jesús a subirse a nuestra barca. A la barca de nuestra vida. ¿La aceptas? ¿La aceptamos? Y dejar que descanse en nosotros y nos diga dónde y cuándo echar las redes. Las redes de nuestro corazón, de nuestro trabajo, de nuestras ilusiones, de nuestra esperanza y de nuestra fe. 

Las redes están en nosotros, pero su finalidad es salir de nosotros para llegar al ustedes, al vosotros, y arrastrarnos a la Luz. La Luz que ilumina, que santifica y que salva. La Luz que nos da la Vida Eterna que tanto buscamos sin saber donde echar las redes. Danos, Señor esa Luz que ilumina nuestra vida y la vigoriza para responderte como los apóstoles y dejar todo para seguirte.

Danos la sabiduría de obedecerte y bogar mar adentro, hasta lo más profundo de nuestro interior, para salir, de la superficialidad de la vida, al interior más profundo del único y verdadero Amor que está en Ti. Para romper con la monotonía y la rutina que nos esclaviza y nos ancla en la orilla sin posibilidad de echar las redes. Amén.