Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 24 de febrero de 2017

NO QUIERO UTILIZARTE, SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


Puede ocurrir que, sin darnos cuenta, usemos el Nombre del Señor y su Palabra para decir lo que pensamos y creemos. Se nos puede ir muy fácil la lengua e interpretar lo que querría que dijese el Señor. Por otro lado se hace difícil opinar e interpretar. Sin embargo, hay cosas muy claras que podemos opinar lo que pensamo respecto a ellas.

Hoy nos habla del matrimonio y nos responde muy claramente a la pregunta que te hacen: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?» Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre». 


Danos, Señor, la sabiduría de saber entender lo que Tú nos has dicho y no darle otra interpretación. Danos, Señor, la luz de saber discernir tu Voluntad y de tener la fuerza y la capacidad para aplicarla a la vida. Danos la fortaleza para sobre llevar con dignidad y entereza todas nuestras flaquezas y poder sostenernos en el cumplimiento de tu Voluntad.

Porque con tu Gracia todo es posible, por mucho que a nosotros nos parezca difícil e imposible. Porque Tú eres un Dios único y amoroso, y no nos manda nada que nosotros no podamos cumplir, porque quieres nuestro bien y llevarnos contigo a la plenitud eterna. 

Te pedimos que nos revista de esa sabiduría que nos ayude a encontrar el camino correcto y a suavizar nuestro duro corazón tentado por las pasiones de este mundo que nos inclinan al egoísmo y la satisfacción propia hiriendo el corazón de los demás. Amén.

jueves, 23 de febrero de 2017

VIVIENDO EN EL AMOR

http://delamanodemaria.com/wp-content/uploads/2014/06/Mt-624-34.jpg
Posiblemente, muchos actuamos de forma interesad y para que se nos vea. Es verdad que lo hacemos de forma instintiva y espontánea, pero no de forma desinteresada y a quien verdaderamente lo necesita. Actuamos mirando al mundo y para que se nos vea. Al menos estamos inclinado a ello. Y esa debe ser nuestra lucha, actuar con quien verdaderamente lo necesita, sea quien sea, y si es nuestro enemigo, más razón tenemos para actuar, porque ello es la prueba del algodón de nuestro sincero y verdadero amor.

Ese es el sentido evangélico de hoy. Dar un vaso, por amor, a quien verdaderamente lo necesite. Privarnos de los excesos que nos puedan afectar y aflojar nuestra espiritualidad. No se trata de no hacer cosas que puedan gustarte, pero sí ponerlas en su justa medida. Sin perder la orientación del camino y de Dios, que es y debe ser el centro de nuestra vida.

Por tanto, todo aquello que empiezas a experimentar que afloja tu relación con Dios y te aleja de Él, déjalo, córtatelo, sácatelo. Ese es el criterio. Se trata de saber discernir y de actuar. No cabe duda que, al mismo tiempo, estamos descubriendo la necesidad e importancia de la oración. Necesitamos orar, estar con el Señor y abierto a la acción del Espíritu Santo. ¿Cómo, si no vamos a sostenernos y perseverar si no estamos unidos y en constante relación con Él? ¿Cómo vamos a vencernos a nosotros mismos sin la fuerza del Espíritu de Dios que nos asiste, nos acompaña y nos fortalece?

Solos estamos entregados y en manos del Maligno, que trata de apartarnos del camino del Señor. Por eso, unidos y consciente de la necesidad de estar en el Señor, le pedimos que nos llene de su Gracia para vencer todas las tentaciones e inclinaciones que amenazan nuestro camino y nuestra vida.

Y, también, acudimos a nuestra Madre, para que nos aconseje, nos transmita su serenidad, su confianza y su humildad en la seguridad que su Hijo, el Señor, nos escucha y camina con nosotros. Amén.

miércoles, 22 de febrero de 2017

ELEGIDO POR EL ESPÍRITU SANTO

Es el Espíritu Santo quien elige al Pedro sucitándole ese impulso al decir: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo».  Pedro no podía hablar por sí mismo. Sus palabras son empujadas por el Espíritu Santo que le designan para ser el elegido. No era el mejor, quizás, Pedro, pero es el elegido. Los criterios de Dios no los entendemos.

Cristo te llama, Pedro, y tú le sigues;
dejas tu barca, pescador de hombres;
roca y cimiento de la santa Iglesia
Cristo te hace.

Él te pregunta: "¿Me amas más que éstos?";
tú le respondes: "Sabes que te quiero."
Él te encomienda todo su rebaño;
tú lo apacientas.

Tienes las llaves, atas y desatas;
fiel al Maestro, amas más que niegas;
llegas a Roma, con tu magisterio;
mueres por Cristo.

Desde tu cielo, mira a nuestra tierra,
guía los pasos de tus sucesores
que en el primado del amor, sirviendo,
rigen la Iglesia.

Gloria a Dios Padre, creador del mundo,
gloria a Dios Hijo, redentor de todos,
gloria al Espíritu, que nos santifica:
Dios Uno y Trino. Amén.


La Cátedra de San Pedro Apóstol, fiesta
                                                                                                                    Común de apóstoles
                                                                                                                  Himno de la oración de                                                                                                                                            Laudes

martes, 21 de febrero de 2017

SEGUIR SIN PRIVILEGIOS

El seguimiento de Jesús no te da privilegios. Es un seguimiento para hacer méritos de servicio. Es un seguimiento que te invita a permanecer en los últimos puestos y a servir. No es por tanto agradable guardarse para los últimos puestos ni para quedarte al final y servir. Tus sentimientos hablan otro lenguaje, pero el amor los traduce en otra lengua, la del servicio.

No cabe duda que no es fácil cumplir esa misión. Jesús, nuestro Señor, ya nos avisa de esa dificultad, pero se pone Él como alivio y descanso. No pensemos en ir por ese camino por cuenta propia, porque el fracaso está asegurado. Podemos vencernos y someter nuestros sentimientos apoyados en nuestra voluntad e injertados en el Señor. Él es la savia que nos alimenta y nos fortalece para poder cumplir y vivir nuestro compromiso.

Sólo apoyados en Él podemos dar cumplimiento a nuestro servicio. Porque por su Gracia nos llenamos de paciencia y fortaleza para poder servir gratuitamente. Se hace necesario arrimarnos a la oración y pedir mucha luz y sabiduría, para, fortalecidos, soportar muchos esfuerzos y dificultades. Dificultades que nos vencen y nos pone el servicio cuesta arriba.

Pidamos tener fuerza para renunciar a nuestra voluntad y hacer la voluntad de los otros. Porque cuando estamos haciendo eso, siempre que sea un bien, estamos haciendo la Voluntad de Dios. Y no podemos imaginar que supone eso y los méritos conseguidos. 

Sólo Dios sabe que estamos logrando. Pidamos ser fuerte y estar dispuestos a servir confiados en que el Espíritu Santo nos dará los medios necesarios y las fuerzas necesarias para poder realizarlo. Amén.

lunes, 20 de febrero de 2017

LA FE NECESITO PEDIRLA

No es cuestión de cruzarme de brazos o quedarme pasivo esperando que mi corazón se llene de fe. Se hace necesario abrirse a ella y, sobre todo, pedirla. Pero, ¿cómo? El Padre nuestro, la oración que Jesús nos enseñó, nos marca el camino de cómo pedirla. Es, el Padre nuestro, una expresión de fe en la que reconocemos a nuestro Padre como Padre, valga la redundancia, de todos. Y eso nos hace hermanos. Y como hermanos, relacionarnos fraternalmente y en verdad.

Es verdad que la duda siempre estará gravitando sobre nuestras cabezas, pero, también es verdad, que la fe supone el fiarnos de la Palabra del Señor. Y en la medida que recemos y oremos en la línea del Padre nuestro, estamos dando testimonio de nuestra fe. Porque sólo ora aquel que espera y confía con esperanza en la Misericordia de Dios. Sólo pide y llama aquel que espera y confía.

Hoy, desde este espacio de oración - reflexión queremos, Señor, pedirte que fortalezcas la poca fe que tenemos y que nos la aumentes. Sí, Señor, queremos crecer en conversión para, esforzándonos en nuestra voluntad ir sometiendo nuestros sentimientos según tu Voluntad. Y, apoyados en tu poder, confiando en él, servir y ayudar a los hombres. 

Siendo dóciles a tu Palabra queremos entregarnos a la oración. Una oración confiada, perseverante, de cada día, consciente y paciente. Una oración apoyada en la fe y en la esperanza de tu Palabra. Una oración que responde a nuestras peticiones y nos da soluciones. Una oración llena de esperanza que, aun no viendo sus resultados confiamos que será respondida según tu Voluntad, que busca nuestro bien y el de todos los hombres.

Danos, Señor, esa sabiduría y esa fe que necesitamos para creer en Ti sin desfallecer y sin desanimarnos porque los resultados no se muestren a nuestra vida. Consideramos que somos hombres de poca fe y que necesitamos que Tú, Señor, por tu inmenso Amor y Misericordia nos conceda la Gracia de tenerla y aumentarla. Amén.

domingo, 19 de febrero de 2017

SENTIMIENTOS Y VOLUNTADES

Todos experimentamos sentimientos sin poderlo evitar. Entran y salen y vuelven hacerlo cuando les plazca según reciben estímulos o sensaciones del exterior. Y nos hacen sentirnos bien o mal dependiendo del resultado de lo que suceda o nos pase. A un estímulo malo nos enfurecemos y nos violentamos. Y quizás respondemos mal. Y lo contrario cuando recibimos buenos estímulos que nos agradan y nos sientan bien.

Eso hace que, algunas veces estemos bien y otras mal. Eso hace que, algunas veces sonriamos y otras nos pongamos huraños y enfadados. Eso hace que experimentemos odio y deseos de venganza. 

Por eso, es de sentido común pensar que Dios nos haya dotado de voluntad. Voluntad para decidir poner remedio a esos sentimientos. Y eso explica también lo de nuestra libertad. Somos capaces de poder decidir contra esos sentimientos, y tratar de dominarlos. Tanto los buenos como los malos. Porque tanto unos como otros pueden traer consecuencias graves. Los buenos, moderándolos y no dejarlos expresarse de forma muy efusiva o excesiva, y los malos, controlándolos y transformándolos en actos buenos.

Porque de eso se trata cuando hablamos del amor. Amar no consiste en buenas palabras, afectos, caricias, buenas caras...etc. Amar consiste en hacer el bien, y, fundamentalmente, devolver bien por mal. Amar consiste en convertir esos sentimientos malos que nos producen dolor, odio y venganza, en actos buenos, de solidaridad, de paz y bondad. Incluso, a pesar de que dentro sigamos experimentando ese sentimiento de odio y venganza. Es dejarte crucificar en tu propia cruz para devolver, por cada clavo que entra en tu cuerpo, un bien que pueda transformar el corazón del otro.

Pidamos esa sabiduría de saber amar, aceptando eso sentimientos que nos provocan odio y venganza, y, controlándolos, ir los convirtiendo en correspondencia de actos de bondad, de justicia, de paz y de amor. Porque en eso consiste el amar, y esa es la Voluntad de Dios. Amén.

sábado, 18 de febrero de 2017

¡MUESTRAME TU ROSTRO, SEÑOR!

Yo también, Señor, necesito tu transfiguración. Necesito ver tu Rostro resucitado. No porque no crea, sino porque el camino se me hace duro, pesado, difícil de recorrerlo y me siento débil y vencido por tantas tentaciones que me salen al paso en el camino de mi propio desierto, proponiéndome consumir, satisfacerme y aceptar a sus placeres.

Necesito verte como Pedro, Santiago y Juan, y, aunque no entienda nada, como ellos, experimentar tu Divinidad, tu Pureza y tu Poder. Sentirte Resucitado y cercano a mí. No es, repito, Señor, que no lo crea así, pero, Tú que me conoces, incluso mejor que yo, comprendes mis ansías de sentirme fortalecido animado, acariciado y empujado a seguirte con alegría y gozo.

Sí, necesito tu cercanía, tu Palabra, tu aliento y tu luz, Necesito experimentar tu presencia y alimentarme espiritualmente de tu Cuerpo y tu Sangre. Enséñame, Señor, el camino de bajada y guiame hasta la Jerusalén de mi vida, donde Tú has querido que camine, para en ella soportar mi propia pasión que, añadida a la Tuya, complete lo que Tú has dejado que yo aporte.

Y eso es lo que hoy, junto a todos los hermanos en la fe, y desde este humilde rincón de oración, quiero pedirte. Y hacerlo con fe, convencido de tu escucha y Misericordia; convencido de tu Generosidad  y Amor. Perdona, Señor, mis tribulaciones, mis debilidades, mis pecados y mi débil fe. Nada merezco y, sin embargo, Tú me regalas tu Amor y tu Misericordia para darme la Vida. Y Vida Eterna.

Gracias Señor por todo lo recibido, y por tanto Amor entregado gratuitamente. En Ti pongo todas mis esperanzas, y en tus Manos me abandono. Sólo Tú das sentido a mi vida y alientas mi camino. Y me regalas una Madre, que también acompaña mi camino y me lleva a Ti. Amén.