Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 7 de junio de 2017

LA ESPERANZA EN LA RESURRECCIÓN

Líbranos, Señor, de caer en la tentación de la incredulidad. Líbranos, Señor, de caer en la tentación de seguir los dictados de nuestra razón en la cosas referente a Ti. Líbranos, Señor, de caer en la tentación de interpretar tus Palabras adaptándolas a nuestra limitada razón. Porque, sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

Ábrenos, Señor, la mente para entender tu Palabra, y el corazón para creer en ella, a pesar de que no podamos entenderla. Porque, Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida, y la esperanza de nuestra Resurrección. En Ti, Señor, creemos y en Ti nos abandonamos y ponemos todas nuestras esperanzas, pues tu Palabra nos revela la Resurrección y la eternidad: «Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error». 

Gracias, Señor, por el don de la Fe. Gracias por los dones del Espíritu Santo, y gracias por abrirnos nuestro entendimiento para creer en tu Palabra. Tú, Señor Jesús, eres la Palabra de Dios. En Ti se concreta y se realiza todo lo que se dice en las Escrituras y Tú das testimonio con tu Vida y tus Obras. Danos sabiduría, fortaleza y paz para continuar nuestro camino en intimidad y sincronía con tu Palabra y Voluntad.

También, Señor, reviste nuestro corazón de humildad y sencillez, para que sepamos ponernos al servicio de los más necesitados y soportar las embestidas de los soberbios y los suficientes. Que sepamos darles ejemplo y testimonio, no sólo de palabra sino también con nuestra vida. Amén.

martes, 6 de junio de 2017

Y NOSOTROS, ¿PAGAMOS NUESTRO TRIBUTO?

No se trata de pagar tributos, es una manera de adentrarnos en la reflexión-oración, sino de corresponder a todo lo que hemos recibido y esperamos recibir. Porque, dentro de nuestro corazón vive la aspiración de la felicidad. Una felicidad eterna, porque temporal no nos sirve. Y la conseguimos en la medida que nuestros frutos estén fertilizados con la semilla del amor.

Pues bien, esa huella está indeleble impresa en lo más profundo de nuestros corazones. No la podemos ignorar ni tampoco borrar. La sentimos y experimentamos irremediablemente, y luchamos para conseguirla. Es irrevocable. En ese sentido, nuestros frutos serán determinantes y vitales. Y en ese sentido, tenemos que dar a Dios, fin último de nuestras vidas, los frutos que Él espera de cada uno de nosotros.

Porque no hay otro Camino. Por mucho que queramos recorrer otros, siempre estaremos en el mismo, porque nuestra aspiración es la felicidad eterna. Es nuestra moneda y la que debemos pagar a nuestro Dios. Pero, por su Amor, nos ha hecho libres para responder según decidamos. Y está en nuestro haber esa posibilidad de saber elegir y de contribuir con nuestros frutos a ganárnosla.

Bien, es verdad, que, por mucho que nosotros queramos, nada conseguiremos sin su concurso. Todo nos viene del Señor, y, sólo con Él y su Gracia, conseguiremos superar todas las dificultades que la vida nos presenta para llegar a Él. Por lo tanto, pidamos esa Gracia y esa Fuerza para saber devolver libremente todo lo recibido y acoger todo lo prometido por Amor. Porque, nada nos pertenece ni nada merecemos. Todo nos ha sido dado por verdadero y único Amor.

Por eso, Señor, te pedimos desde este humilde rincón, la sabiduría de saber responderte ofreciéndote todos los frutos que has puesto en nuestras manos y, humildemente, hacerlo con verdadera libertad y por amor. Dispón, Señor, de toda nuestra libertad y condúcenos hacia Ti. Amén.

lunes, 5 de junio de 2017

SEGUIMOS NEGANDOTE, SEÑOR, TUS FRUTOS

El hombre siente deseos de agradar y de darse. Darse en frutos que le haga experimentar su utilidad, sus derechos y dignidad. El hombre experimenta vergüenza cuando vive de balde. Quiere rendir y ganar su sustento dando buenos y ricos frutos. Eso es lo que siente en su corazón, y no hacerlo le hace sentirse mal y experimentarse traicionado a sí mismo.

Sin embargo, recibiendo todo prestado en alquiler, no advierte su obligación de responder a ese regalo y compromiso, con buenos frutos. Y, exigiéndoseles, no sólo no los entrega, sino que se rebela y se propone matar a quien venga a exigírselos. Esta es la historia de la salvación. Desde el Éxodo hasta la tierra prometida. Liberados y llevados a una tierra de leche y miel, el hombre duda, se rebela y exige para él sus propios frutos según sus ideas y proyectos.

Se repite lo de Adán y Eva. No nos conformamos con lo que Dios nos ha regalado, sino que pensamos que nosotros podemos hacerlo mejor y buscar, por nosotros mismos, un paraíso mejor. Nos apartamos de Dios y rechazamos a su enviado. Al Hijo, que nos viene a traer la Buena Noticia de Misericordia que nos salva y nos da la oportunidad de recapacitar y regresar al Infinito y Misericordioso Amor de Dios.

Pero, no escuchamos y seguimos negándole y matándole con nuestra negativa respuesta, con nuestras malas intenciones; con nuestras murmuraciones y egoísmos. No nos damos cuenta que nuestros caminos no son buenos caminos. Son caminos de perdición y de mentira. Y lo malo es que, a pesar de tanto recorrido y travesía, continuamos sin darnos cuenta. Ante todo esto, sólo una petición:

Señor ábrenos los ojos y suaviza nuestro corazón para,
llenos del Espíritu Santo, podamos descubrir que
Tú eres el Dueño y Señor de nuestra viña
y a Ti debemos entregarte nuestros
frutos como esfuerzo de 
nuestro trabajo.
Amén.

domingo, 4 de junio de 2017

TE VAS, PERO TE QUEDAS, SEÑOR, EN EL ESPÍRITU SANTO

En realidad nunca te has ido, Señor. Y así es, porque lo has prometido. Te has ido como segunda Persona de la Trinidad, el Hijo, pero ha llegado la tercera, El Espíritu Santo. Dios permanece con nosotros y entre nosotros, y Tú, aunque no estás corporalmente, sí te has quedado y permaneces en Espíritu. Gracias, Señor, por tu permanente presencia y por tu acompañamiento, que nos hace fuerte y nos alienta a seguir tu camino.

Porque la fe que recibimos, no es un fogonazo de hoy para mañana. Tu Vida nos lo enseña así. Has estado tres años preparando a tus discípulos. Los has escogido y les has ido enseñando, día a día, el mensaje de la Buena Noticia que traes. Y los has ido formando, dándole esperanza y testimonio de tu Palabra. Y a todos aquellos que han perseverado y creído en Ti, les ha dado, por último, la Luz del Espíritu Santo.

Y con Él nos has revestido de los dones del Espíritu Santo:  Sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, fortaleza, piedad y temor de Dios, para enviarnos a proclamar la Buena Noticia. Buena Noticia de salvación. La Fe, pues, es un proceso, un camino, que va madurando en nosotros y nos va revelando tu Palabra y tu Amor. La fe es un periodo en el que a todos aquellos que se abren a tu Palabra, Tú los iluminas y te revelas. 

Gracias, Señor, por tu paciencia, por tu misericordia y por tu amor. No se puede entender de otra forma. Ahora, te pedimos, Señor, que ese don que Tú has decidido darnos, sea aprovechado y utilizado para bien de todos. Cada cual irá experimentando lo que podrá hacer por los demás y lo que mejor puede realizar para construir un mundo a su derredor de paz, justicia y amor. Y esa es la vocación que tendremos que descubrir y vivir.

Esa es tu Voluntad Padre, nos ha dicho el Hijo, nuestro Señor Jesús, que nos amemos todos tal y como el Padre y el Hijo se aman. Y para eso hemos recibido en nuestro Bautismo el Espíritu Santo, para, convertidos en sacerdotes, profetas y reyes, proclamar el mensaje de la Buena Noticia. Una Noticia de salvación que nos libera y nos hace eternos en gozo y plenitud. Amén.

sábado, 3 de junio de 2017

VIVIR PARA MIRARTE SÓLO A TI, SEÑOR


Cuando queremos solucionar nuestros problemas desde nuestra sólo mirada, la vida se nos complica, y la oscuridad nos envuelve. Sólo la Luz del Señor puede iluminarnos y apagar esa oscuridad que nos amenaza con confundirnos y perdernos. Por lo tanto, no miremos a la luz del mundo. Un mundo vejatorio, sensual, material y cargado de espejismos que nos engañan y que son caducos. Un mundo donde su luz es artificial, generada por el hombre, que dirigido por sí mismo está abocado a la muerte.

Por lo tanto, no miremos a la luz del mundo, porque es luz artificial y caduca, que alumbra envuelta en oscuridades. Miremos a la Luz, única y verdadera, que nos ilumina el único Camino, y nos alumbra nuestros pasos inciertos por senderos de verdad, de justicia y de paz. Busquemos la mirada del Señor con humildad y fe, confiados en su Misericordia e infinito Amor.

No demos un paso sin antes mirar al Señor. Eso significa contar con Él para todo. O lo que es lo mismo, hacerlo y ponerlo en el centro de nuestras vidas. Y buscar en Él su aprobación, su parecer, su señal de complacencia y su mandato. No fabriquemos nuestro personal becerro de oro y nuestro personal código de mandamientos. Quizás, distraídos, podemos encontrarnos en esa etapa de nuestro camino. Todavía podemos estar protestando y, desesperados, fabricar nuestro propio ídolo.

No decidamos sobre el otro sin, antes, no consultar y hablarle de él al Señor. Y, al actuar, tratemos de esforzarnos tal y como Él nos diga. Tenemos sus enseñanzas y también sus obras para, siguiéndolas, aprender y llevarlas a nuestra vida, tal y como nos ha enseñado. Recordemos que el Espíritu Santo está con nosotros. Un inmejorable Consejero, Defensor  que nos infunde Sabiduría, Fortaleza, Ciencia, Piedad, Entendimiento y Temor de Dios.

Por último, pidamos la Gracia de despertar y de avanzar en nuestro camino hacia la Ciudad Prometida, donde reinará la Paz, la Vida y el gozo Eterno. Amén.

viernes, 2 de junio de 2017

¡SEÑOR, TÚ SABES QUE TE AMO!

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA

Con esas mismas palabras quiero empezar hoy mi humilde oración: ¡Señor, Tú sabes que te amo! Y en tus Manos están puestas todas mis esperanzas. Porque no puedo amarte de otra forma. Mi pobre corazón está contaminado por los egoísmos de este mundo, y no entiende otra cosa que dar para recibir. Y, a pesar de saberlo y decirlo, en lo más profundo de mi corazón subyace el pecado que me arrastra y me limita.

Reconocer que no puedo liberarme, es reconocer que te necesito, Señor. Y eso me descubre como pecador, incapaz de levantar mis ojos hacia Ti y pronunciar palabra alguna. Sólo pedirte perdón porque soy un pecador y abandonarme en tu Misericordia. Es la actitud del publicano -Lc 18, 13- que reconociendo sus pecados pide perdón.

No puedo amar de otra forma, y aunque lo intento, mi materialidad desvía mis intenciones y, aunque lucho para apartarme, siempre está la tentación de mirar para mí mismo. Por eso, Señor, como Pedro quiero expresar mis buenas intenciones y mis esfuerzos por amar como Tú me amas. Pero, necesito tu Gracia, porque mi propio egoísmo me vence.

Dame, Señor, la fuerza y la capacidad de saber renunciar a todo lo que contamina mi humilde corazón, y a darme, renunciando a todo privilegio y honor en este mundo, al servicio de los demás. Sé que yo no puedo, pero confío, y te lo pido, Señor, que tu Gracia me transforme y me llene de tu Amor y Misericordia.

Señor, sé que las palabras, mis palabras, son fáciles de pronunciarlas, pero vivirlas y encarnarlas en mi propia vida es cosa más seria y más dificultosa. Y reconozco que dejo mucho que desear. Pero confío en tu Amor y en tu promesa para que insistamos y pidamos todo lo que necesitamos. Y es eso, Señor. No quiero nada, sino que me transformes mi corazón egoísta en un corazón misericordioso y generoso. Amén.

jueves, 1 de junio de 2017

RECEN POR NOSOTROS

En muchas ocasiones pedimos oraciones. No sólo por otros y necesitados, sino también por nosotros. Sin embargo, olvidamos que Jesús nos ha prometido rezar por cada uno de nosotros. Por aquellos que crean en Él. Y nos lo ha dicho con sus propias Palabras: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí...

¿Soy consciente de que Jesús está rezando por mí? Y si lo soy, ¿cómo respondo a esa oración? ¿Cambia mi vida? ¿Dejo que esa oración del Señor influya en y desde mi corazón? ¿O, por el contrario me abandono al hedonismo de este mundo que me seduce y me aplasta? Esa es la gran disyuntiva de nuestra vida. Somos tan necios que llegamos a creernos que sabemos lo suficiente para dirigir nuestra vida.

Y esa es nuestra oración de hoy: Señor, danos la sabiduría, ese don del Espíritu Santo, para saber agradecerte todo lo que nos has dado y lo que nos da diariamente. Gracias por tus oraciones Padre. Dame la voluntad de saber levantarme e ir hacia Ti. Tal y como hizo el hijo pródigo.

Danos, Señor, a las puertas de celebrar Pentecostés, los dones del Espíritu Santo, para que fortalecidos en ellos, sepa y pueda perseverar, agradecer, conocer y amar al Padre. Hoy, Señor, nos dices cosas muy bonitas, hermosas e importantes. Nos preparas el camino y nos tranquiliza para que no desfallezcamos ni perdamos el horizonte de ir hacia Ti. Nos has dado tu Gloria, la que has recibido del Padre, para que perseveremos y nos mantengamos unidos como Tú y el Padre son uno.

Señor, somos débiles y el mundo nos arrastra amenazándonos con someternos y engañarnos. El mundo nos seduce y nos ciega. Y nosotros no queremos seguirle. Queremos permanecer y estar contigo, porque Tú eres el Dios que nos quiere y que nos salva. Señor, enséñanos a saber guardar tu Palabra y a permanecer unidos y a utilizar todo los dones del Espíritu Santo. Amén.