Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 17 de septiembre de 2017

PERDONAR SUPONE AMAR, Y VICEVERSA

Cuando te esfuerza en perdonas estás significando que amar, porque amar supone perdonar. No amas porque tu sonrisa, ni tampoco por unas palabras amables o caricias. Esos signos llevan aromas de amor y huelen a amor, pero no son amor. El amor es un compromiso por el que estamos comprometidos a buscar el bien de los seres amados. Así nos ama nuestro Padre Dios.

Por eso nos perdona, porque nuestros méritos no son para perdonarnos, sino para condenarnos como aparece en el Evangelio de hoy en la parábola que nos cuenta Jesús: (Mt 18,21-35): En aquel tiempo, Pedro preguntó a Jesús: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno...

Experimentando el perdón que el Señor nos regala por amor, tomamos conciencia de esa infinita Gracia y nos esforzamos en corresponderle dándole las gracias y postrándonos a sus pies con el propósito de, asumiendo y aceptando su perdón, también nosotros perdonar a todos los que nos ofenden. Para ello le pedimos que nos dé la Gracia de ser humilde, paciente y misericordioso.

Te pedimos, Señor, perseverancia y fortaleza para, siendo paciente y misericordioso, soportar todas las ofensas recibida y, como Tú nos perdonas con tu Misericordia Infinita, también nosotros, inundados de tu Infinita Gracia, sepamos soportar y perdonar todas las injurias y ofendas que nos han infrigido. Y hacerlo siempre hasta la última gota de nuestra sangre, incluso cuando nos resulte incómodo y no lo entendamos, pues tampoco entendemos como Tú nos perdonas a nosotros con el daño que te hacemos y los rechazos que te devolvemos.

Danos, Señor, la sabiduría de aceptar y obedecer tu Palabra y guardarla en nuestro corazón teniéndote siempre presente como lo primero en nuestros corazones. Amén.

sábado, 16 de septiembre de 2017

TÚ, SEÑOR, ERES LA ROCA QUE ME SOSTIENES

Sí, Señor, Tú eres la Roca que me sostiene. Sin Ti, ¿a dónde iría? Mi vida en estos momentos se derrumbaría si Tú desaparecieras de mi corazón. Nada ya tendría sentido para mí. La vida, hermosa y bella, dejaría de serlo, porque eres Tú quien le da verdadero sentido y esperanza. La vida es vida porque Tú la haces Vida, Señor y la sostienes ante las tempestades y peligros de este mundo.

Dame, Señor, la fuerza y la fortaleza de sostenerme firme ante las tempestades de este mundo. Sosténme firme, erguido y sedimentado en la fe y la esperanza. Inamovible ante las tempestades que tratan de zarandear mi vida y de engullirme en el terremoto de los vicios, soberbia, hedonismo, pasiones y desenfrenos que amenazan acabar con mi vida.

Dame, Señor, la serenidad y la paz de saber sedimentar mi vida en tu Palabra y obedecer tus mandatos. Lléname, Señor, de la sabiduría que encienda mi corazón y lo disponga para amar. Amar cumpliendo tus mandatos y realizando tus mismas obras. No dejes apoyar mi corazón en las cosas mundanas. Seductoras y, aparentemente, hermosas y gozosas, pero traicionadamente vacías de contenido, de verdad y de verdadero amor. Llenas de malas intenciones que dejan mi vida hueca y sin sentido.

No dejes que mi vida se convierta en un árbol de malos frutos. Abónalo con tu Gracia, Señor, y convierte la savia que riega mi corazón en savia buena que genere buenos frutos. Toma mi vida, Señor, y apoyarla en tu Corazón, para que siempre supere todas las tempestades que amenazan con destruirla y derrumbarla. Danos, Señor, la capacidad de discernir y de elegir siempre tu Palabra llevándola a la práctica y vivencia de nuestra vida diaria y poniéndola como centro y norte de nuestra vida.

Confiado, Señor en tu Palabra, y abriendo todo mi corazón para, puesto en tus Manos, dejar que la Gracia de tu Espíritu recorra todas mis venas y la llenen de fortaleza, fe y vida para que sostenga firmemente mi corazón apoyado en Ti. Amén.

viernes, 15 de septiembre de 2017

H I M N O

 HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.




La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Y, ¿cuál hombre no llorara,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
que el llanto dulce me sea;
porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma 
a su eterna gloria. Amén.


Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, memoria obligatoria
                                                                                                                   Común de Santa María Virgen
                                                                                                     Salterio: viernes de la tercera semana